Cuatro patas para una mesa
—Acaban de entrar a mi baño dos jovencitas, Orión.
—Parecen que vinieron juntas con los dos muchachos que entraron al mío, Pipita.
—¿Vemos qué dicen y hacen?
—¡Mira que te gusta el chisme, Pipita!
—¿Y a ti, no?
—¡Oye, Cómo me dices eso…! ¡Sííí! ¡Vamos a mirar!
—Dale.
—¿Qué ves tú?
—Nada, Orión. Están dentro de los cubículos y en silencio.
—Pues aquí veo a los hombres haciendo fútbol y hablando de pipí.
—Viceversa.