Mi amigo Manny de la Portilla, me acaba de sorprender con un texto sobre el Día de Acción de Gracias, basado en el perdón.
Él, y nuestros seres queridos, saben que yo a Manny lo quiero como un hermano desde hace mucho tiempo, tanto, que ya no recuerdo si lo conocí en esta vida o en una reencarnación (fíjense evito decir “reencarnación anterior”, porque es obvio que las reencarnaciones ocurren antes; excepto claro, cuando se pronostican futuras reencarnaciones, aunque ahí se refieren a las uñas, sobre todo las que carecen de tratamiento pedicuro.