¿Por qué a los niños les atraen tanto los chistes?

Porque divierten, obvio, porque causan placer. El humor está muy ligado al juego. Para que surja lo cómico la persona tiene que poder jugar con las cosas y disponerlas de distinta manera. El humor, al igual que el juego, se desarrolla en la imaginación. El juego es una manera de entender y manejar el mundo, los chistes son una manera de entender mejor el mundo y de manejar las reglas de este mundo y las reglas del lenguaje. Porque para que haya risa tiene que haber un conocimiento mínimo de contexto, de reglas de comportamiento y de lenguaje. Es posible reírse cuando algo se trastoca, se ve de otro punto de vista. Cuando los niños se ríen de un chiste, es porque están comprendiendo el mundo y lo logran porque el humor les muestra el mundo desde otro ángulo y ríen.

 

Un chiste encierra una poderosa unidad de sentido, y es por eso que cuando el niño se ríe, se ríe, además, del placer que le produce darse cuenta que está entendiendo, que comprende, que domina algo. No olvidemos también que el chiste se logra con la mayor economía de palabra y brevedad de tiempo, elementos bien atractivos para el niño.