Reseña del estudioso del humor gráfico, el portugués Osvaldo Macedo de Sousa, al libro "Vis a vis con la vis cómica"
La desenfrenada carrera que la humanidad ha concebido para su vida cotidiana la ha llevado a olvidar que existen vidas más allá de las líneas, las letras, los objetos… que existen existencias más allá de la experiencia. Si un chiste gráfico, una caricatura, tras un solo vistazo (con la esperanza de influir en los pensamientos y emociones del espectador) se desecha fácilmente en la basura, ver más allá de las líneas y las letras ha sido la ardua labor de un investigador, quien afortunadamente también es humorista, intérprete y promotor de estas artes fundamentales. Me refiero, por supuesto, al cubano/chileno Pepe Pelayo, quien, para facilitar su trabajo, lanzó el sitio web Humor Sapiens en 2013, que sigue siendo un faro de este universo.
Quienes investigan se cuestionan a sí mismos, cuestionan a quienes les rodean, creando ensayos o entrevistas a partir de esta interrogación. Así, junto al humorista y al investigador, aparece también el periodista/publicista. Fue en 2009 cuando Pepe Pelayo empezó a interrogar a sus colegas humoristas sobre sus vidas y sus reflexiones sobre esta actividad, apreciada por todos y denigrada por la indiferencia de la mayoría. El tiempo pasa, el material se acumula en las nubes del éter informático, creando polvo y un olvido estático.
Como la edad también ayuda, Pepe decidió revitalizar todo este trabajo acumulado y reunirlo en una serie de libros titulada "Vis a vis con vís cómica". Al final, serán cinco volúmenes, tal es la cantidad de material que posee. Este segundo se llama "Entrevistas con Humoristas Gráficos", es decir, algo más internacional, ya que el primero se dedicó exclusivamente a Cuba. Es, y será, una colección única para el conocimiento profundo, no solo de un investigador, sino de cientos de participantes en el mundo de la comedia, dando voz a personas de los cinco continentes, de diferentes culturas e idiomas, de diferentes rincones de esta aldea global que es nuestro siglo.
El título dice que son "Entrevistas". Sí y no. Sí, porque plantea preguntas a los autores. No, porque no se trata de una simple recopilación de las entrevistas realizadas por el periodista, sino de una comparación de las respuestas más pertinentes (quien quiera leer íntegramente las entrevistas individuales siempre puede acudir a la web de Humor Sapiens), un juego de cruce de opiniones, terminando cada apartado con un análisis del investigador, del pedagogo, que Pepe Pelayo no deja de ser.
¿A qué público se dirige? En primer lugar, a los artistas que desean verse representados en esta obra, seguidos por aquellos que desean ser representados. Pero más que a los egos, esta obra está dirigida a todos los públicos que disfrutan del humor gráfico, que desean saber quién está detrás de las líneas y las letras, que desean aprender más sobre cómo se crea este arte, cuáles son sus problemas de subsistencia, qué les depara el futuro, siempre desde la perspectiva “optimista” de los cómicos.
Todo comienza con la eterna duda de «ser o no ser» humor, es decir, la pregunta más difícil del humor: su definición. ¿Se puede llegar a una conclusión? Hay muchísimas, tal es la variedad de interpretaciones que puede tener una filosofía de la vida cotidiana, y cada lector elige la que más le atrae.
Al fin y al cabo, no se empieza por el huevo antes que por la gallina, y cuando se cuestiona a un artista, todo tiene que empezar desde el principio, para llegar al final, desde su realidad actual, es decir, ¿cómo empezó todo? Esto es algo muy íntimo, que nos brinda un mapa vocacional muy interesante de la génesis de la irreverencia cósmica. Se puede extraer una conclusión, ni definitiva ni vinculante: el humor, aunque puede perfeccionarse en la escuela (de la vida, esencialmente), nace con la persona. Pido perdón por la decepción de aquellos que, sin tener humor, aún querían ser humoristas, pero siempre pueden ser comediantes interpretativos.
“¿Es más fácil hacer llorar que reír?”. Para reír, basta con observar la vida que nos rodea, mientras que para hacer reír a alguien, es necesario deconstruir esa realidad para reconstruirla en una incongruencia humorística, que nos hace sonreír o reír a carcajadas y, cuando nos impacta, puede provocar una lágrima de resiliência.
“¿Humor gráfico con o sin texto?”. Esta pregunta ya la planteó Daumier en el siglo XIX, y depende mucho de cada creador y de su forma de comunicar el humor. Esta fórmula nos lleva a otra pregunta: el equilibrio entre tema y estética. Como dijo irónicamente un gran dibujante portugués: “Si supiera dibujar bien, sería un gran dibujante”, como si ya no lo fuera. Claro que, en el humor, lo más importante es el tema, el mensaje, pero la forma, por supuesto, contribuye a la transmisión y al éxito de esa comunicación. Si se puede combinar la alta calidad de ambos, mucho mejor.
Una cuestión que siempre puede estar sobre la mesa son los límites del humor. Claro que la ética es una prioridad y siempre debe haber un toque de diversión, pero claro que existen otras opciones en el universo de cada creador. Esto no significa que debamos aceptar la peor censura inquisitorial de todos los tiempos: la "corrección política", que da cabida a todas las sensibilidades, desde las más estúpidas, fundamentalistas hasta las más controladoras del humanismo.
Hay muchas más preguntas para leer, reflexionar y plantearse con los entrevistados y con el pedagogo Pepe Pelayo, en este maravilloso viaje por el universo de los humoristas gráficos que también hablan del presente y el futuro, terminando por dar voz a la Inteligencia Artificial y cuestionando su utilidad y función en este siglo XXI cada vez más tecnológico y menos humano. ¿O es el humor la última esperanza para seguir siendo humanos?
Así que, estén "vis a vis" con estos pensadores. Gracias, Pepe Pelayo, por este viaje, esta introspección, esta dinamización del mundo del humor internacional.
Osvaldo Macedo de Sousa
Nota: El lirbo puede adquirirse aquí.
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