Reseña del libro "Conversaciones con Enrique Gallud Jardiel".

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Acabo de leer el libro “Una conversación con Enrique Gallud Jardiel” del reconocido autor español Roberto Vivero (licenciado en Psicología por la Universidad de Salamanca. Escritor y traductor).

Me propongo aquí recomendarlo. Estoy seguro que lo lograré cuando terminen de leer esto.

Ante todo, explico que se trata de una conversación como dice el título, pero a través de textos, que muy probablemente son fruto de un intercambio de correos electrónicos. Lo aclaro, porque es casi imposible conversar frente a frente con otra persona y que uno se demore varios minutos hablando sin parar y el otro le responda también durante varios minutos. Cuando digo casi imposible me refiero a dos cosas: uno, recordar todos los puntos del discurso del otro para poder contestarle y dos, qué hacer cuando el otro esté hablando tanto, ¿atenderlo?, ¿pensar en otra cosa? ¿Aguantar el sueño? En fin, difícil la situación.

Sin embargo, la conversación escrita es diferente. Y en este caso específico, es una delicia.

 

 

Claro, no es para todo el mundo. Este libro está dirigido a lectores que amen la literatura, el arte, las humanidades, la historia, la filosofía y sin dudas, el humor.

El señor Roberto Vivero decidió entrevistar a Gallud Jardiel en esta diálogo, pero no directamente; es decir, no le hace una simple pregunta en un par de líneas. Se las formula mientras reflexiona y diserta sobre el tema que desea preguntar, opina, exhibe sus conocimientos y su bagaje cultural al respecto y en medio de todo eso, pregunta. Diferente es la respuesta de Gallud Jardiel, que contesta en forma directa (una característica entonces que ayuda a la variedad en la lectura del libro.

Esa forma de preguntar de Roberto Vivero a veces me producía la sensación que criticaba o cuestionaba a Enrique Gallud Jardiel y eso me hacía incomodar, ya que Enrique es mi amigo y soy un fanático de su obra y de su sentido del humor. Entonces me daban ganas de meterme en la conversación, de defender las posiciones de Gallud Jardiel y de encarar a Vivero. Sin dudas, me contuve de no agarrar un vuelo de Lan Chile y llegar a España a enfrentarme con el autor… (es broma, porque sé y se nota que ellos son amigos y la forma utilizada por Viveros era solo para provocar mejor a Enrique).

Pero ¿de qué trata el libro? De las opiniones de ambos sobre:

-¿Es más fácil escribir dramas que escribir humor?

-Diferencia entre humor y comicidad en la literatura.

-¿Cómo escribir humor?

-¿Razones para escribir?

-La influencia del abuelo de Enrique, el gran Enrique Jardiel Poncela.

Además de:

-Humildad, cultura india, sácrito, historia, poder, sátira, parodia, moda, música y arte en

general.

Como se nota, son muy abarcadoras las reflexiones tocadas en el libro.

Ahora me gustaría ir cerrando esta reseña con algunas frases “para el mármol”, de Gallud Jardiel, extraídas del libro:

-En el arte, en cualquier arte, tenemos dos aspectos y nada más que dos: aprendizaje exhaustivo de las técnicas y un don especial para combinarlas que, si no lo tienes, no puedes ser artista por mucho que quieras.

-Las escuelas de escritura no pueden enseñarte cómo escribir, solo cómo no escribir, lo cual es imprescindible, pero nunca suficiente.

-Sin ideas, no hay arte ninguno. Sin estilo, no hay arte original, sino mera artesanía repetitiva.

-La literatura tiene que ser comprometida cuando al autor le dé la gana de que lo sea, no cuando el lector quiera ni mucho menos cuando se ponga de moda en una época.

-Cuando me burlo del poder en la persona de un Fernando VII o un Nerón, no incido en sus injusticias, sino en sus imbecilidades. Como se ha dicho muchas veces, a veces los malos descansan de su maldad, pero los tontos no descansan nunca y eso es lo verdaderamente dañino para el resto. Así que en mi crítica al poder no hablo de ideologías ni de formas de gobierno mejores ni peores, sino en la calidad intrínseca de los seres humanos que lo ostentan.

-El humorista que se centra en el desprecio solo hará humor hiriente: Y hacer sátira y parodia sin odio entraña mérito, 

porque insultar sabe todo el mundo, pero hacer reír, no.

-La escritura para mí es una necesidad, que no es lo mismo que un hobby ni un medio profesional de ganar fama o dinero. Yo no escribo para ser el mejor: escribo para escribir, porque el proceso (pensar cómo hacer el libro, estructurarlo, tomar notas, redactarlo, corregirlo luego) me encanta per se.

-La moda consiste en renunciar a la propia voluntad para hacer lo que te dicen otros, y ni siquiera otros más listos que tú, sino probablemente igual de necios y sin criterio. Para mí, pues, seguir la moda no es una imbecilidad, sino un pecado de lesa personalidad / humanidad.

-La lengua es la base del pensamiento. Y pensamiento y lengua están conectados, y el influjo va en ambas direcciones. Y de la misma manera que los que piensan mal (los tontos) hablan mal, si te acostumbras a hablar mal, acabas pensando mal (te entonteces).

-Superar el patriotismo es un logro intelectual y hasta moral. Seguir pensando que tu cueva es mejor que la cueva de al lado es primitivismo. Enorgullecerse de haber nacido aquí o allá es tan estúpido como ufanarse de haber nacido en miércoles o a las 5 de la tarde: ni dependía de ti, ni entraña mérito alguno.

-En ser nieto de mi abuelo, no tengo mérito: no es un logro mío.

Perdónenme, pero si hubiese (o hubiere) leído estos pensamientos sin conocer a Enrique Gallud Jardiel, me volvería fanático de él en ese instante… Y buscaría este libro donde sea para devorármelo (tenga o no hambre).

 

Pepe Pelayo

Stgo. de Chile

09 | 2023

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