¿Sabia Ud. qué...? No. 1 (*)

images_4_0.jpegEl origen de Canguro.

 

El famoso inglés Sir Preston Claxon, el hombre que en su época de simple marinero de la Armada Británica destinado a Australia, descubrió y bautizó con el nombre de "canguro" a ese curioso animal, explica en sus memorias las aventuras que rodearon a ese importante hecho histórico. 

Navegando por Internet, me topé con ese escrito y aquí copio textualmente el fragmento más relevante.

 

(…) Ya no recuerdo bien, pero me parece que fue entre 1768 y 1771. Ese día el “Manchester City”, mi querido buque, ancló en la bahía de Sydney en el continente australiano.. El viaje desde Londres fue muy agitado y la última comida (un cebiche preparado un mes antes de salir el barco) me cayó mal. Por eso al tocar tierra, en vez de ir directo a las barracas, corrí como un loco hacia los matorrales. Y allí, agachado haciendo mis necesidades, lo vi. Como a quince metros se encontraba un enorme ratón casi tan alto como yo. No lo podía creer. Pero lo raro no era sólo el tamaño, ¡de su estómago salía la cabecita de otro ratón! Sin embargo, lo que me dejó realmente pálido y boquiabierto fue el descomunal salto que dio cuando vio aparecer a un aborigen entre la espesura. 

Por estar tan impresionado del salto de aquel animal, no me percaté de la llegada del nativo. Al hacer conciencia de la situación peligrosa en que me encontraba, me entró un escalofrío que recorrió mi columna vertebral, saliendo por más abajo de mi espalda, aprovechando mi posición de cuclillas. 

Mi arma había quedado a más de un metro y calculé que si me lanzaba a recogerla, él podría llegar primero y quién sabe lo que podría ocurrir. Pensé en gritar, pero sabía que había corrido muy lejos para hacer mis necesidades; además, los refuerzos llegaría tarde, sin dudas. Por lo tanto, no me quedó más remedio que esperar mi destino ahí, con mis piernas ya dormidas por la posición. 

Al rato, el aborigen dio una vuelta a mi alrededor, olfateó fuerte a mis espaldas y corrió hasta sentarse en una piedra frente a mí, con los ojos demasiado abiertos para mi gusto. Le miré lo más natural que pude y haciendo como si no le tuviera miedo, le pregunté cómo se llamaba aquel ratón. 

“Kan Ghu Ru", me respondió. Y por mucho que insistí, siempre me repitió ¡Kan Ghu Ru, Kan Ghu Ru!. 

Después de comprobar aliviado que el salvaje australiano era pacífico, también aliviado terminé de hacer mis necesidades y me alejé del lugar dejándolo impresionado por lo que hice. 

Por muchos años he repetido esta historia mil veces por toda Inglaterra y sólo hace poco me di cuenta de que yo fui el causante de que a esos grandes ratones se les conozca hasta hoy con el nombre de “canguros” (o Kan Ghu Ru, como repetía siempre aquel nativo). 

Bueno, también me enteré que Kan Ghu Ru, en lengua aborigen, quiere decir: “no le entiendo”.

 

Fin

 

(*) La ausencia de tilde en la palabra “sabia” en el título de la sección es adrede. Se refiera de esa manera a la persona que adquirirá más sabiduría al leer este estúpido texto de pretensión cultural.

 

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