Salir del closet

No sé. Pero si es así, voy a reclamarles a estos por haber impuesto la moda de las mujeres delgadísimas, para poder mostrar sus diseños, como si ellas fueran percheros y que la ropa “caiga” elegante. ¡Y ahí sí nos han afectado mucho! Es que a los hombres, históricamente (vean las modelos de las obras de las pinturas clásicas, o las modelos de la televisión y el cabaret de hace más de 40 o 50 años), a los hombres, decía, nos han gustado y nos gustarán siempre las mujeres rellenitas, con más carnes que huesos. Yo prefiero vestir carnes que desvestir huesos. Los huesos son para hacer sopa. Pero ojo: las mujeres delgadas normales también son muy atractivas.
El problema es cuando se obligan ellas mismas a ser flacas, para llegar a lucir unas extremidades larguísimas, donde los muslos tienen el mismo grosor que las piernas. Eso horroroso y “matapasiones”, aunque algunos hombres se han dejado llevar por la moda y ya les gustan esos palitroques. Y si nos hicieron daño a nosotros, más perjudicaron a esa jovencitas que viven sin comer, y encima lo que no comen lo vomitan, con tal de complacer a esos señoritos egoístas que tienen el poder de llevar a la fama a muchos esqueletos sin talento para otra cosa. Yo les preguntaría a esos homosexuales de los trapos fashion lo siguiente: ¿les gustaría que ahora los hombres se pusieran tan flacos como Golum (el de “El señor de los anillos”), con el objetivo de exhibirlos en pasarelas? Ahí los veré protestando, cuando “sus hombres” pierdan los cuerpos atléticos y musculosos y se conviertan en palos de escoba.
¡Váyapa con esta gente!... Y me dejé llevar y me jodieron la distracción. Tendré que hacer ahora un ejercicio para cambiar de ánimo.

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