Torturas y terrorismo

images_8_0.jpegUn tema muy de actualidad a raíz del “destape” de la CIA: ¿es válida la tortura o no?

(Que conste que no es mi intención armar polémica, convencer a otros y menos tener la verdad absoluta y descalificar al que piense distinto a mí).

Deseo dejar claro antes algunas aristas relacionadas con el objetivo que me convoca:

-No estoy de acuerdo con la pena de muerte. Creo que una cadena perpetua efectiva, sin fisuras como “rebaja por buena conducta” u otra, es lo que se merecen los terroristas, dictadores, asesinos (y otros que no viene al caso ahora).

Me atrae más la idea de verlos sufrir vivos y no darles una salida rápida e indolora como una bala en la cabeza, o un corrientazo o veneno letal, etc. Donde sufren solo segundos. Para mí eso es un premio en vez de un castigo.

-No estoy de acuerdo con ninguna guerra. Ninguna guerra es necesaria. Tampoco estoy de acuerdo con que le laven el cerebro a un recluta –de cualquier ejército- para que aprenda a matar por una orden superior. La guerra las crean los políticos, los militares, los negociantes, etc. Así que matar en guerra para mí es asesinato igual. Porque la vida humana tiene un valor y no existe justificación alguna ni derecho alguno para eliminarla.

-No estoy de acuerdo en que alguien con el ideal y las razones “humanas” que sean, se tome el derecho de dar un golpe de estado, hacer una revolución armada, organizar una guerrilla, etc. Y tampoco reprimir con violencia, protestar con violencia y mucho menos practicar el terrorismo.

Y con esto llegamos al corazón del tema.

-Si alguien me mata a un ser querido, lo hiere o lo daña de cualquier manera, el impulso humano es salir a buscar a ese alguien y lincharlo o practicarle el ojo por ojo con mis propias manos. Pero pasado ese momento tan emocional, uno al enfriarse debe entender que si somos civilizados tenemos que confiar en la justicia, etc. Y sobre todo actuar en virtud de esos valores que nos diferencian de las bestias. Y que el ojo por ojo solo sirve para convertirnos en los mismos seres inhumanos que combatimos.

-Por lo anterior, no estoy de acuerdo con la tortura.

-Un ejemplo límite: me entero de que un terrorista quiere matar a mi hijo y sus amigos, pero no sé dónde. Entonces lo torturo y confiesa, por lo tanto salvé a mi hijo y a sus amigos. Sin embargo, puede ser que mi información está errada y ese supuesto terrorista no sabe nada, o era mentira y solo hizo alarde para crear terror. Así que torturé por gusto. Y quizás torture a diez supuestos terroristas más y tampoco llegué a saber la verdad, porque ellos tampoco sabían y así. ¿Vale la pena torturar entonces? ¿Cuál es la cifra de torturados que justifique la posibilidad de lograr la información.

-El asunto es muy difícil y complicado, porque nos viene a la mente enseguida la idea de que es mejor torturar a “x” terroristas y salvar a “x” personas que no salvarlas. Es el mismo conflicto ético de que si para salvar a 10 personas hay que matar a uno, esa muerte está justificada. Como si esa muerte no valiera tanto.

-El punto que defiendo es este: si como sociedad civilizada hacemos legal la tortura, le damos la posibilidad de que muchas autoridades torturen por cualquier cosa, como hacen los sicarios de las dictaduras, de las organizaciones criminales, etc. Así que me inclino porque no sea legal la tortura, para no darles esa posibilidad legal a los inhumanos vestidos de autoridad y arriesgarme que la hagan “por la libre”. Creo que se podrían crear otras formas de presión, más inteligentes, civilizadas, humanas, éticas, para lograr los mismos objetivos.

Pero quizás me frustre y no alcance nada y sobre mi conciencia caiga la muerte de los que podría salvar si hubiera aplicado la tortura. Pues me arriesgo, repito. Pero me aseguro de mirarme al espejo y decir: soy un ser humano digno de serlo.

Y como no deseo que le pase nada malo a nadie, propongo no llegar a tener necesidad de decidir si torturo o no. ¿Cómo? Mano de hierro, tolerancia cero al terrorismo. Por ejemplo, que los políticos dejen a un lado sus ambiciones personales y hagan más duras leyes, los gobernantes las apliquen si cálculo de votos, las policías las apliquen si violar derechos humanos y los jueces sean implacables en sus veredictos. Si todos hicieran eso, esos hijos de puta que aún ponen bombas, como la del metro en Chile, tuvieran mucho miedo y no tendrían tanto “valor” como el que demuestran. Ayer pusieron una bomba de mentira, solo para sembrar terror. Pues a esa gente les daría cadena perpetua de mentira, para asustarlos solamente y en realidad les daría 100 años de prisión efectiva.

Pero por lo que veo, el gobierno hace poco por su miedo a aplicar la ley antiterrorista y parecerse a Pinochet. Aunque tampoco mejoran la anterior con rapidez. Y los políticos siguen en sus jueguitos de estira y encoge para hacer “lo políticamente correcto” y no perder votos, mientras el peligro no se va de las calles. Ojalá que no suceda, pero si un bombazo le afecta a uno de ellos o uno de sus seres queridos, enseguida van a tomar medidas. Espero que no lleguemos a eso.

Tampoco le deseo a nadie que defienda la tortura que le tomen preso a su hijo, siendo inocente, lo confundan con un terrorista y lo torturen tal y como hace la CIA.

 

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