Viajando por Bérgamo, Italia
Esta ciudad está dividida en dos: la baja, que es moderna y la alta (sobre un cerro) que es la histórica. Dejamos el auto en el hotel y subimos 8 cuadras caminando hasta una de las puertas de la muralla veneciana que la rodea. Específicamente, hasta la puerta San Agostino… Ojo, no dije Agostino Neto, ni Bruto, porque no soy politólogo y no conocí a ese señor. Ni siquiera dije Langostino Neto, como algunos le decían porque era socialista de caviar (red set). En fin, no me distraigan… Entré, ya cansado y transpirado por el calor que hacía, por la puerta San Agostino.
Ahí fue peor, la cuesta se puso empinadísima y el centro histórico se puso bien lejos entonces. Con las piernas casi acalambradas ya que cargaban con más de 70 años de experiencias lindas y amargas (más lindas que amargas, sería malagradecido si me quejara de la vida) y empapado de sudor, conseguí arribar a la mismísima plaza principal, solo deteniéndome para sacar fotos (excusa para descansar un par de segundos) y para comerme un par de chocolates exquisitos en una tienda preciosa.
La sensación fue encontrarme en el año mil y tantos, en una plaza donde se reunía el pueblo festivamente a ver la ejecución de alguien a manos del verdugo encapuchado y musculoso, gritándole improperios y lanzándole cosas, sea la víctima inocente o no (desde siempre existen mayorías peligrosas). Les juro que me los imaginaba llegar por todas las callecitas empinadas de piedras por donde yo había subido ahora.
Resumen, interesante tarde en una pequeña y típica ciudad medieval, con su olor a moho, a polvo, a humedad y a veces a orine en algunos rincones. De nuevo las callejuelas y las edificaciones me hicieron recordar la historia, vivir lo que uno leyó en libros o vio en películas.
Datos: los Alpes comienzan al norte de esta ciudad. Bérgamo es también denominada como la “Ciudad de los Mil”, por el número de voluntarios bergamascos que tomaron parte en la Expedición de los Mil, encabezada por Garibaldi contra el ejército de los Borbones. Bérgamo ocupa el lugar de la antigua ciudad de Bergomum, un municipio romano destruido por Atila en el siglo v. Entre 1264 y 1428 la ciudad fue controlada por Milán, pero pasó al control veneciano hasta 1797; que fortificaron la parte alta de la ciudad. Después de la ocupación napoleónica fue ciudad austriaca hasta 1859.
En fin, con las piernas en alto toda esa noche, feliz por esta nueva etapa del viaje cumplida.
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