Viajando por Venecia, Italia. No. 3

ve20.jpegEste es el tercer y último post con fotos de nuestra visita a Venecia. Lo separé solo para dedicársela a La Plaza de San Marcos. ¿Por qué es tan significante para mí esta Plaza? Por dos razones. Una, porque la conocí y me enamoré de ella, a través de la literatura y el cine. En mi mente era algo de otro mundo tomarse un café en esa Plaza con las numerosas palomas, mirando las edificaciones alrededor. Pensaba que hacerlo me sentiría como estar dentro de una intriga, de un argumento, tanto amoroso como aventurero o de espionaje. Por ejemplo, recuerdo varias películas (algunas basadas en libros que también leí): “Locuras de verano” (1955), cinta de David Lean con Katherine Hepburn. “La muerte en Venecia, de Visconti, basada en la novela de Thomas Mann. “Indiana Jones y la última cruzada” (1989), la tercera película de Indiana Jones. “Todos dicen I Love You” (1996) el musical de Woody Allen con Julia Roberts. “El talento de Mr. Ripley” (1999), basada en la novela de Patricia Highsmith y actuada por Matt Damon. “El mercader de Venecia” (2004), obra de Shakespeare y protagonizada por Jeremy Irons y Al Pacino. “Casino Royale” (2006). Sí, James Bond pisó varias veces Venecia. “Effie Gray” (2014), protagonizada por Dakota Fanning. “Inferno” (2016), adaptación al cine de la novela de Dan Brown con Tom Hanks de protagonista.

Yo les aconsejo a los futuros visitantes a Venecia y en especial a la Plaza San Marcos, que vean esos filmes o lean esos libros. Así se sentirán como me sentí yo cuando me tomé ese mismo café (y algo un poco más fuerte), espantando palomas y gaviotas, que con el correr de los siglos parece que han desarrollado mucho su desfachatez y atrevimiento.

Y la segunda razón para dedicarle este post a la Plaza, fue la impresión que me dio cuando esa mañana doblé una esquina y la vi en vivo por primera vez. Fue una electricidad mágica. Primero la Basílica de San Marcos (que es catedral), una obra maestra de arquitectura bizantina. Después el Palacio Ducal y el resto de las construcciones de la amplia Plaza con el mar de fondo. Quedé maravillado, lo juro.

Datos. La construcción original de la basílica fue iniciada en el año 828 y finalizada en el año 832, para albergar supuestas reliquias de San Marcos, el Evangelista, robadas de Alejandría. Fue quemada en un motín en el año 975 y reconstruida en el siglo XI por arquitectos y obreros de Constantinopla. Ha recibido modificaciones, por supuesto.

Una ley de la República Veneciana imponía como tributo que los mercaderes afortunados, después de hacer negocios provechosos, hicieran un regalo para embellecerla. De ahí la variedad de estilos y materiales. La basílica es un museo vivo de arte bizantino latinizado

Un pasadizo interior la conecta al Palacio Ducal, que se encuentra justo al lado. Y así llegamos al otro gran atractivo de la Plaza.

Ese Palacio es uno de los símbolos del poder de Venecia y obra principal del gótico veneciano. Fue erigido entre los siglos X y XI.

Pero la Plaza en sí se inició en el siglo IX, pavimentándose a fines del siglo siglo XIII. Otros edificios que la rodean son: la Procuradoría Antigua, el Ala Napoleónica, la Procuradoría Nueva, el Campanario de San Marcos, Logetta y la Biblioteca Marciana. Gran parte de la planta baja de las Procuradorías está ocupada por cafeterías, incluyendo el Caffè Florian y el Gran Caffè Quadri. El Museo Correr y el Museo de Arqueología están ubicados en sendos edificios de la plaza.

La plaza de San Marcos es el lugar más bajo de Venecia y cuando el agua sube por tormentas desde el mar Adriático o por exceso de lluvia es lo primero en inundarse.

Consejo: vale la pena ahorrar para ir a Italia, para ir a Venecia, para ir a La Plaza de San Marcos y para tomarse un cafecito allí, y estirarlo por horas para aprenderse de memoria cada detalle y así revivir cada libro, cada película, o simplemente tararear las canciones que mencionan a Venecia, como la de Charles Aznavour o Raphael.

¡Qué maravilla, por dios!

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