Todos quisiéramos erradicar el cáncer, el SIDA y las epidemias de este mundo. Por eso los países gastan mucho dinero en investigar, experimentar y crear los remedios para combatir esos flagelos. ¿Pero qué pasa con las pandemias llamadas AL Qaeda, Estado Islámico, Hamas, Hezbolá, Boko JMI (Jamaat-ul-Mujahideen India) y ahora el National Thowheeth Jama’ath (NTJ) en Sri Lanka? ¿No deberían los países gastar dinero también en tratar de eliminar esas plagas que tantos muertos provoca y tanta destrucción produce? Esas pestes son enemigos de cristianos, judíos, budistas, hinduistas, ateos, agnósticos, mujeres, gays, deportistas, boy scout, enfermeros, humoristas, campesinos y hasta de los musulmanes que no piensan como ellos.