Con ustedes algunas opiniones sobre el libro “Aquel” (sobre éste, obvio).
Les confieso que cuando leí algunos de sus artículos y le eché un vistazo ligero a sus libros, le comenté al autor que me encantaba que siempre, en la introducción, desarrollaba todo un ensayo sobre el humor. ¡Porque es algo parecido a lo que hago con muchos de mis libros!
En este libro en cuestión duplicó la cuota, ya que nos ofrece un artículo ensayístico antes de comenzar el libro como tal y otro al final. Por lo tanto, me dio “por la vena del gusto”, como decía mi madre.
Ahora, ¿cuál es el argumento del libro? No, imposible responder literalmente esa pregunta, porque abarca cientos de temas diferentes. ¿Cómo?, se preguntará extrañado usted con toda razón. Le explico.
“Aquel” es el adjetivo demostrativo que escogió el autor para de ahí desarrollar breves cápsulas de humor, que nos recuerdan desde las “Greguerías” de Ramón Gómez de la Serna, hasta algunas formas fijas del folklore oral infantil, que me encantan.
Un dato: las escribió durante muchísimos años. Las creaba, las anotaba y las guardaba. Hasta que decidió publicarlas en este libro.
Les muestro algunos ejemplos:
Aquel hombre sándwich tuvo que cambiar de trabajo cuando le subió mucho el colesterol.
Aquel periodista decía siempre la verdad por eso era empleado en un quiosco.
Aquel cabezadura fue un buen testaferro.