Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo
Mi opinión: Bien por Hugo Varela. Mal por una parte del público de Talca, Chile.
Acabo de ver la presentación del humorista argentino Hugo Varela en el Festival de Talca 2019, Chile. Como siempre un exquisito humor blanco, musical, sin dejar de ser popular, pero sin una vulgaridad, sin una palabra obscena. Grande, Varela. Por supuesto, a parte del público no le agradó, porque ya tienen el gusto formado con los humoristas que usan y abusan de las groserías y el humor agresivo y humillante, y los opinólogos y periodistas que avalan ese tipo de humor, el cual catalogan como el mejor, el único. Por suerte a la otra parte de los presentes disfrutó del argentino y tuvo un alto rating televisivo. Gracias, Hugo Varela. ¡Y que viva el humor, blanco, sano y universal!
Después de ver el video, leí los comentarios de periodistas (de esos que viven siguiendo lo que dicen las pestilentes cloacas de las redes sociales para hacer noticia), que dice: "Más arte que humor lo de Hugo Varela". ¡Trágame tierra! ¿Como puede ser que esos ¿graduados universitarios? no sepan que el humor es arte y que por ende los humoristas son artistas? Quizás quisieron decir otra cosa. Pues si es así, ¡que aprendan a redactar bien! Claro, yo creo lo primero. Estoy seguro de que no saben que mientras más "arte" tenga el humor, mucho mejor será. Perdónalos señor, no saben lo que dicen.
Mi opinión: De nuevo el humor en medio de una polémica
En esta ocasión, la polémica es sobre una caricatura que le hicieron a la señora Cecilia Pérez, vocera del gobierno chileno y que el ex canciller Heraldo Muñoz la viralizó desde su Twitter. Como siempre, me siento obligado de “meter la cuchara” cuando se trata de mi profesión y pasión: el humor.
La primera pregunta que me hago es: ¿la caricatura, realizada por Gavor, ya estaba hecha mucho antes de que Heraldo Muñoz la subiera a su Twitter o el ex canciller se la mandó a hacer con la intención de publicarla?
Pero sin importar la respuesta a esas preguntas, el señor Gavor la hizo, a pedido o no, porque así piensa de la vocera.
Entonces la otra pregunta es: ¿no tienen derecho el caricaturista y el ex canciller de pensar de esa forma? Claro que sí.
Censurar totalmente una caricatura, o prohibir promoverla en algún espacio, es limitar la libertad de expresión. Sin dudas. Aunque la víctima piense o no igual que nosotros.
Desde que se hicieron las primeras caricaturas impresas, el ser humano ha caricaturizado a los políticos (y a cualquiera, pero estamos hablando de ellos), en todos los países del mundo. ¿Dónde no ha ocurrido así? En las dictaduras o regímenes totalitarios. Ahí está la Historia Antigua, Moderna y Contemporánea (muy cerquita, por cierto) para corroborar lo que digo.
No importa quién sea la víctima de esa modalidad de la parodia.
Y, por favor, a “les fanátiques” (y no es francés, sino ironía), no me digan que no se debe caricaturizar a una mujer, burlarse así de una mujer. Si queremos defender las injusticias de géneros, debemos aceptar deberes y derechos en esa igualdad. Así que no se trata de eso. Nadie se puede “salvar” de ser modelo para una caricatura.
¿Se trata entonces de un problema político-ideológico, donde la vocera dice –con todo su derecho- que la ex presidente Bachelet hizo mucha cosas negativas y el ex canciller dice –con todo su derecho-, que no es cierto eso y no le agrada que el gobierno lo exprese tantas veces? No hay dudas ninguna. Sólo en eso estriba el problema de ambos, el problema de la polémica.
Y sin importar si la caricatura es buena o mala artística y humorísticamente, sin importar los rasgos físicos o interiores que quiso ridiculizar y sin importar si uno está favor o en contra del contenido, del mensaje, de la idea, por favor, no le carguemos la mano a la caricatura, porque ella tiene derecho de existir, de salir a la luz pública y el que le guste que la disfrute y el que no, que arranque el papel donde está impresa, lo arrugue y haga otro uso de él. Y si está en pantalla que cambie de página, como puede hacer ahora con este sitio mío.
Reflexiono sobre un chiste
Un osito polar pequeño se acerca a su padre y le dice:
-Papá, ¿estás seguro que soy oso polar?
-Por supuesto, eres blanco como todos los osos polares.
-Pero, papá, ¿seguro, segurísimo, que soy oso polar?
-Claro, si yo soy oso polar, tú también lo eres.
-Papito, ¿pero de verdad soy oso polar?
-Pero, ¿por qué me lo preguntas?
-Es que tengo fríoooo…
Pues ese chiste, de apariencia infantil, dulce y tierna, deberían eliminarlo de las escuelas, de los libros, de Internet y multar o encarcelar a quien lo cuente, porque…
-Es racista, ya que es un cuento sólo sobre osos polares blancos, sin mencionar aunque sea a los negros, grises o de color café.
-Es machista, ya que sólo hablan los protagonistas hombres y no aparece la mamá ni ninguna otra fémina.
-Es homofóbico, ya que el padre sabe que su hijo es débil al tener frío y se queja en actitud feminoide, siendo ellos rudos y fieros osos polares.
-Es xenófobo, ya que esa situación podría pasarle también a un león, una hiena, un tigre, una serpiente, etc., y sin embargo, solo se desarrolla entre osos polares.
En fin, en pleno siglo XXI, no podemos permitir que el humor sea el mismo de hace 50 años. ¡Basta ya de ese humor blanco que nos denigra a todos!
Mis lectores son los mejores
Una persona que participa en un reality show, lo más probable es que no sea artista; es decir, que no sea su fuerte el arte, el pensamiento, el espíritu. Pero tiene una cara bonita, marcados músculos si es hombre y grandes tetas si es mujer. Entonces, como su objetivo es ser famoso a toda costa, salir en la TV, etc., busca estar en noticias por una pelea, una traición amorosa u otro recurso tonto. Y aunque tengan todo el derecho de hacer eso con sus vidas, a mí me dan lástima y vergüenza ajena.
Lo mismo sucede con la o el político que en realidad no lo es, porque no tiene talento, nivel intelectual, cultura, ni verdadera vocación de servicio y solo está ahí por poder y/o por la misma razón del farandulero(a) anterior. Entonces, para poder salir en las noticias, dice una frase "políticamente incorrecta" y sus adversarios le responden (alargando más la noticia en los medios) y pasa un tiempito y la o el político se "arrepiente" públicamente de lo que dijo (se alarga más la noticia en los medios) y los adversarios replican que no le creen, etc. Al final, los mediocres periodistas -que no buscan reales noticias importantes-, les dan a todos estos personajes la "pantalla" que necesitan para satisfacer sus objetivos. Y así aprovechan para promocionar las asquerosidades y anormalidades que se dicen en las redes sociales "buscando rating".
Pues esos políticos también tienen todo el derecho de hacer lo que hacen, pero a mí me dan asco y repulsión.
Si el público quiere ver el reality show, que lo vea. Si en vez de ver un programa de creación artística desean ver esa porquería, que lo vean y disfruten. Si quieren seguir a sus ídolos vacíos e interesarse en sus peleas y traiciones amorosas, que lo hagan. Yo no voy a ver esos programas jamás. Sólo comento esto para que mis lectores se cuestionen lo que ven en TV.
Y si los electores escogen a esos políticos que en vez de estar preocupados por las necesidades de la gente: lucha contra la pobreza, mejora de la calidad de vida, etc., etc., gastan sus tiempos y esfuerzos en mentirse y desmentirse entre ellos, atacarse y defenderse entre ellos, como si esa fuese la razón por la que los eligieron; entonces si los electores lo desean, que los vuelvan a elegir. Yo no votaré por ellos jamás. Sólo comento esto para que mis lectores se cuestionen sus votos.
Mis lectores tienen derecho también a hacer lo que desean hacer, lo diga yo o no.
Por suerte mis lectores son los mejores.
Mis obras de Humor Gráfico expuestas en Santa Clara, Cuba
Expuestas en el Salón Internacional de Santa Clara 2019, convocado por la publicación humorística "Melaíto", se encuentran dos photochístesis de mi autoría.
Terror en Santiago
En Santiago un artefacto explosivo deja 5 heridos. El hecho se lo adjudica un grupo internacional que se autodefine como eco-terrorista. Dicen que son neo-nihilistas. Pero en realidad son psicópatas con tremendo odio en su interior, gente sin humanidad, que no le dan valor a la vida. Y convencidos -como muchos otros en todos los tiempos-, que tienen derecho a imponer su pensar a la fuerza, con violencia, matando a cualquiera y sembrando el terror. Esas minorías (sin importar el grado de razón o no de sus teorías), siempre han tratado de imponerse a la fuerza, digo, ya sea a través de golpes de estado, guerrillas, sectores anarquistas, encapuchados en las calles, policías abusadores. Y sabemos que en su ADN llevan la violencia, por lo que se entiende que esas manadas en el plano individual son los que asaltan y matan por robar un peso, o le pegan o asesinan a una mujer o a un niño en sus casas, etc.
Y algo detestable también: vemos a políticos, periodistas y otros opiniólogos decir "yo no estoy a favor de la violencia, pero..." y ahí dicen cualquier cosa que deja en el público la sensación de que de cierta forma lo que hacen los psicópatas está justificado. Esas personas a veces dicen esas barrabasadas sin darse cuenta, de manera inocente; pero la mayoría lo dicen sabiendo lo que expresan. Sin dudas, son tan antisociales, salvajes, criminales, trogloditas, monstruos, bestias, locos e HP como esos que ponen los artefactos explosivos.
Vía libre a las matanzas de ballenas
Japón acaba de decidir que se va de los pactos internacionales donde les prohibían cazar ballenas. Argumentan que tienen que matar ballenas (foto 1) porque es parte de su tradición, de sus costumbres, como también sucede en Noruega e Islandia. Y por supuesto, nos alarmamos e indignamos todos, ya que ahora veremos las matanzas indiscriminada de los cetáceos. Es algo horrible, que no se debería permitir, ¿no es cierto? Y lo más probable es que mucha gente se lance a las calles de todas las ciudades del mundo a protestar y comiencen a escribirse cartas públicas de reconocidas personalidades y la ONU, UE y otra siglas empiecen a amonestar a Japón y –quizás-, a sancionarlos. Ojalá que suceda todo eso.
Pero entonces me viene a la mente esta pregunta: ¿por qué me voy a alarmar, a indignar, con esta noticia sobre las ballenas y no me sucede lo mismo con otras “costumbres y tradiciones” peores?
Por ejemplo, conocemos países donde lapidan a las mujeres por pecar (foto 2), sabemos de países donde le aplican pena de muerte a los gays (foto 3), conocemos de países donde se castigan con cárcel y torturas a personas que piensan distinto a los gobiernos, tanto de izquierdas como de derechas (foto 4), y así un listado enorme de injusticias, de violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, no hacemos nada porque “no debemos meternos en tradiciones, en culturas de otros lugares, ni en políticas internas de otros países”. Eso sería intervención. Y suena lógico. Así que no debiéramos meternos tampoco con esas tradiciones japonesas, ¿no?
Pero además, ¿por qué voy a protestar para defender a las pobres ballenas si no lo hago por la defensa de esos pobres seres humanos que sufren en esos países que menciono? Y no me digan que sí se protesta, porque yo leo las noticias todos los días por años y jamás he sabido de una manifestación, una marcha, protestando porque padres casan a sus hijas de 6 ó 7 años con viejos que les pagan, por mencionar otro ejemplo (foto 5). Yo nunca he marchado protestando por eso ni me han invitado a apoyar esas causas. Sin dudas, tengo doble moral, ¿no es cierto?
Entonces, amigos, ¿tenemos que esperar que las ballenas marchen en protesta por los mares y algunas orcas encapuchadas les lancen caracoles por la cabeza a los guardacostas y destrocen muelles y boyas, defendiendo nuestros derechos?
Por favor, defendamos nosotros nuestros derechos a la vida, a la libertad. ¡Pero defendamos todos los derechos humanos, no sólo los que nos convengan! Seamos justos, y sin dejar de defender a las ballenas, obvio.
"La falta de ignorancia", como decía mi abuela
En Estados Unidos, solo el 66% de los adultos entre los 18 y los 24 años está convencido de que nuestro planeta es redondo, según un estudio publicado por la revista Forbes.
Poco más de la mitad (54 por ciento) de más de 53.000 personas entrevistadas en todo el mundo dijeron conocer el Holocausto judío cometido por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), según una encuesta reciente.
Con solo mencionar estos dos datos concretos, ya vemos que cualquier cosa es posible en este mundo. Ya no nos sorprenden las teorías de que el mundo se acaba en tal mes, de las afirmaciones de que la violencia y la revolución es la solución a los problemas sociales, o las fluctuantes “opiniones científicas” de que el huevo es bueno para la salud o malo para la salud, o de que alguien dice que habló con dios y de pronto lo siguen una pila de gente (secta), o de que está vivo un cantante muerto, etc., etc..
Sabemos que la causa de muchos de estos disparates es la mala intención de algunos, pero por supuesto, sin la fertilidad de la ignorancia lo anterior no fuera posible. Y el mayor y mejor “campo” con los nutrientes perfectos para cultivar la ignorancia y por ende esas teorías sin sentido, son las redes sociales.
Por favor, no crean todo lo que ahí vean. Cuestiónenselo todo. Si un tema les interesa investíguenlo, no acepten tan fácilmente lo que piensa otro.
Hagan lo mismo con este texto.
Migración, ¿un derecho humano?
Como no salí y terminé una serie en Netflix, y antes de saborear la lectura para dormir, me puse a pensar en un tema espinoso y muy de moda: la migración. Entonces se me ocurrió subir aquí mi breve reflexión, aunque sé que siendo sábado por la noche no la leerá ni los serenos, ni los murciélagos.
Resulta que leí en las redes sociales a un izquierdista afirmando que para la derecha la migración no es un derecho humano, porque no quieren admitir en su país a los pobres, ni siquiera porque se enamoró por Internet de una extranjera, ni porque tiene problemas en la piel y necesita vivir en un país frío, ni porque desea estudiar en el otro país, etc., etc., y por eso la izquierda, decía, defiende la migración como un derecho humano.
Y por último, leí un texto donde se plantea que en realidad la emigración sí es un derecho humano, pero que la inmigración no, ya que depende de las leyes del país al que va.
¿Quién tiene la razón?
En fin, hoy no leeré ni dormiré parece, a ver si logro entender las distintas posiciones.
Día del migrante
Fui emigrante, por lo tanto inmigrante; es decir, migrante… mi-gran-te-mor es que la gente no sepa qué significa migrar.
Emigré de Cuba e inmigré a Chile hace 29 años. Cuando era difícil para un cubano emigrar por el papeleo que te pedían. Fue difícil conseguir la visa de trabajo y después la temporaria. Fue difícil viajar a otros países como cubano. Por ejemplo, en esa época para ir a España, E. U., Paraguay, Panamá, Perú, México y me costó muchísimo. Incluso a Argentina si iba desde otro país que no fuera Chile.
En fin, que ser migrante no es agradable y ser emigrante cubano quizás un poco más (fue mi experiencia).
Ya en Chile, una vez estaba animando una fiesta en una salsoteca en medio de los bailadores, en los días en que actuaba en Sábado Gigante (se grababa en Chile y se mandaba el sketch a Miami) y dos tipos del Frente Patriótico me lanzaron dos patadas a mi espaldas y unos amigos se le tiraron encima y los sacaron del lugar (yo ni me enteré, pensé que eran tropezones de los bailadores) y todo porque para ellos era un gusano anticastrista.
Pero también recibí gestos discriminatorios en el barrio alto, incluso una señora me gritó “vete para tu país, gringo de mierda”. Lo de mierda no me importó, pero decirme gringo fue algo impactante. Y todo porque era un cubano castrista para ellos.
También he sentido discriminación como escritor, incluso me han negado premios en concursos (con el tiempo me he enterado). A mi hijo Alex también le pasó. Pero supongo que eso le sucede a todo inmigrante en cualquier país. Hay seres humanos xenófobos, racistas, clasistas, etc., en todas las sociedades. Pero son una minoría de estúpidos. Solo hay que no darles ala.
En estos 29 años me nacionalicé y he sido exitoso, me quieren mis lectores, han reconocido mi obra y tengo grandes amigos. Me siento chileno también.
En otras palabras, el inmigrante tiene que saber que durante unos años hay que joderse, “meter cabeza”, sacrificarse, trabajar duro y olvidarse de las mierdas de esos pocos estúpidos.
Digo esto porque jamás, en mis momentos difíciles en Chile, salí a la calle a exigirle algo al gobierno. Obvio, aquí hay libertad para hacerlo, solo digo que ni se me hubiera ocurrido. Pienso que nadie debe soportar humillaciones y si esa es su experiencia, debe emigrar a otro país. Pero también hay que saber adaptarse a las leyes, costumbres, cultura, idioma y modo de vida del país que te acoge. Y el estado de este país al que llegaste, no tiene que la obligación de darte a ti lo que no le da a los oriundos del lugar. Uno tiene que pagar los impuestos y recibir lo mismo que reciben los demás. ¡Deberes y derechos por igual! Claro, insisto, si te va muy mal, si te pasa algo malo, es humano ayudarte, pero no pienses que te mereces todo, querido migrante, solo por llegar, vengas de donde vengas. Te lo dice uno de tus filas.
Y, por favor, no dejes que te manipulen los ideólogos de pacotilla de cada país.