Entrevista en ParadaNoticias, Chile, por Jorge Abasolo

captura_de_pantalla_2023-04-24_a_las_15.55.26.pngEntrevista publicada en ParadaNoticia, Chile.

POR JORGE ABASOLO

Este pensador cubano-chileno es además escritor, actor, guionista, investigador del humor, promotor de la lectura, investigador de la teoría humorística, realizador de collages, y colaborador de MUNDIARIO.

Si hay algo que caracteriza los tiempos que nos ha tocado vivir es que la realidad circundante es cada vez más problemática y compleja. Desde los medios de comunicación no cesan de llegarnos noticias preocupantes, cuando no directamente desgraciadas, relativas a todos los puntos del planeta. En cuanto al cercano e inmediato entorno profesional y personal, el estrés y las preocupaciones de diversa índole son el pan nuestro de cada día.

Sin embargo –y afortunadamente- a los seres humanos nos diferencia de nuestros congéneres del reino vegetal y animal, que tenemos la capacidad de reír. Y en esta característica fundamental tenemos nuestro mejor aliado para enfrentarnos con el difícil panorama que se nos presenta cotidianamente.

Decimos que tienen sentido del humor las personas que cuentan chistes, hacen bromas reconocen el factor disparatado y absurdo en situaciones que para la mayoría de las personas son serias. Pero quien posee este ingenio humorístico no necesariamente disfruta de buen humor. Lo demuestra el hecho de que alguien puede, por ejemplo, ser un cómico excelente y, sin embargo, en su vida personal sentirse decepcionado. Con algo de razón un gran escritor dijo que “todos los humoristas profesionales son tristes”. Exagerado o no, en ello hay trazas de razón.

Distinto es el caso de Pepe Pelayo, a quien admiro por su profesionalismo e ilustración en diversas materias. Desde luego, el humor es su fuerte;y lo trabaja con rigor litúrgico y esmero de espeleólogo. Ya veremos por qué…

Nacido en Matanzas, Cuba (1952) es ingeniero civil de profesión y llegó a Chile hacia el año 1992.

Es humorista literario, escénico, gráfico, musical y audiovisual. Estudioso de la teoría y la aplicación del humor.

Ha obtenido más de treinta premios y distinciones por su obra literaria, gráfica, y escénica en Cuba, Chile, Colombia, Argentina, Ecuador, Brasil, España, Italia, Alemania, Turquía e Irán.

¡Sí, leyó bien, amigo lector…! No estoy exagerando.

Fue fundador, guionista, comediante, director artístico y director general de la reconocida Compañía “La Seña del Humor” en Cuba (1984-1991).

Hace teatro, radio, TV y cine, presentándose en varios países latinoamericanos, además de Estados Unidos y Canadá.

Y no todo termina aquí. También fue Director de Humor del Área de Entretención de Televisión Nacional de Chile.

Le han publicado en Hispanoamérica, 73 libros (47 de humor infantil, 17 para jóvenes y adultos y 9 sobre teoría del humor),

Pepe Pelayo conversa con Abasolo: “El stand up comedy tiene un nivel muy bajo, salvo honrosas excepciones”

Imparte sus “Charlas Chaplin” sobre salud, crecimiento personal, mundo laboral, pedagogía y motivación a la lectura. Todo ello a través del prisma del humor.

Es creador de fotomontajes humorísticos, para lo cual ha participado en diferentes publicaciones de América, Europa y Asia, participando en exposiciones individuales en Chile, Estados Unidos y Portugal, más otras colectivas en numerosos países.

Colabora con sus artículos y cuentos en varias publicaciones nacionales y extranjeras.

Miembro de la Sociedad Internacional de Estudios del Humor y de La Red de Investigaciones y Estudios del Humor en Chile (RIEH). Como si ello no bastare, es fundador y editor del sitio web: www.humorsapiens.com

Más información en www.pepepelayo.com

El humor es equilibrio

La palabra humor procede del griego humus y era empleada por los griegos para referirse a los “humores” o fluidos que llenan el cuerpo humano y nos mantienen vivos. Conforme a los antiguos tratados de medicina, la salud o eucrasia procede del equilibrio entre dichos fluidos. Así pues, el concepto de buen humor está ligado al de equilibrio.

Nuestro estado de ánimo puede ser muy variable, desde el extremo inferior, hasta el extremo superior. Ambos polos son indeseables, ya que el inferior o bajo implica sentimientos dolorosos tales como la irritabilidad o la tristeza, mientras que el extremo superior o alto nos sumiría en un excesivo optimismo, carente de autocrítica y contacto con la realidad.

El buen humor nos mantiene dentro de la zona de ánimo moderadamente positiva. Es en esta franja equilibrada y centrada entre ambos extremos donde nos encontramos más predispuestos a una relación adecuada con la realidad.

Menos prolegómenos y aprovechemos el tiempo para conversar con este gigante del humor hispanoamericano.

-¿En qué momento te decides a ser un profesional del humor? Te lo pregunto porque ese “tránsito” de ser aficionado a profesional no es una decisión fácil…

-Me gradué de Ingeniero Civil en 1979. Trabajando como tal, en 1982 gano un concurso literario en mi ciudad natal (Matanzas, Cuba) con cuentos humorísticos. En 1983 junto con tres amigos creamos una página de humor literario y gráfico en el suplemento cultural del diario de la ciudad. En 1984 fundamos el grupo escénico “La Seña del Humor”, de estilo parecido a Les Luthiers. Hasta ahí, todo fue como aficionado. En 1987 fue tanto el éxito del grupo a nivel nacional que nos profesionalizamos y colgué el título. Al inicio ganaba menos que como ingeniero, pero valió la pena. Un año después ya duplicaba el sueldo y multiplicaba por mil el placer de mi realización personal.

-¿El cubano tiene fama de ser un tipo alegre. ¿Cómo manifiesta en la actualidad su disidencia?

-Hay tres teorías. Una, conozco pensadores que dicen que los cubanos no somos alegres, al contrario. Aseguran que esa alegría es una fachada para ocultar nuestra tristeza. Dos, hay quien afirma que los cubanos se nos ve alegres, porque somos muy superficiales y pan y circo es lo único que necesitamos.

Tres, están los que aseguran que la alegría es un rasgo de la cubanía.

En mi opinión, sin haber estudiado el punto, me atrevería a decir que somos extrovertidos, por el clima. Somos musicales por la mezcla sanguínea mestiza de español con africano.

Como señaló un gran ensayista cubano, Jorge Mañach (1898-1961), el nuestro es un pueblo joven, inmaduro aún. Yo eso lo extiendo a toda Latinoamérica. Y al igual que en todo nuestro continente, la alegría, el reírse de las dificultades, el buscar pretextos para la festividad (alcohol, baile, burla, etc.), el ser bonachón, el no complicarse y otras características, nos define.

Aunque no dudo que de verdad sea un escudo para esconder ciertos grados de pesimismo, de tristeza. Quién sabe…

Lo que sí te afirmo, que el humor es otra cosa, ya sea en Cuba o en cualquier país de esta América Latina. Abunda la burla, lo ridículo, pero el buen humor, no. Ese humor solo lo vemos en contadas ocasiones en nuestros creadores. No confundir el estado de ánimo -la alegría, por ejemplo-, con el ejercicio del sentido del humor.

Entonces, ser disidente o no, no cambiará nada de lo aquí expuesto…pienso yo.

Pepe Pelayo lleva más de cuarenta años dedicados al humor

-¿Qué fue lo primero que te llamó la atención del humor chileno?

-Esto que te confesaré no significa que lo enjuicie como malo o bueno. Solo diré características que me encontré en 1992 cuando me vine a vivir a este país definitivamente.

El fuerte del humor estaba en la televisión. Incluso me sorprendió que se le dijera humorista nada más al que contara chistes o hiciera monólogos, en circunstancias que humorista es todo aquel que hace humor, sin importar la manifestación artística en que lo haga.

Vi magníficos comediantes y tuve el honor de trabajar con muchos, pero poquísimos buenos espacios de humor. Pocos guionistas y muy escasos humoristas literarios.

En el teatro imperaba el humor vulgar, o solo dedicado al chiste verde, sexual. Pocas comedias costumbristas.

Coco Legrand me encantó, así como Fernando Alarcón, Pato Torres, Rodolfo Bravo, Rebeca Guigliotto, Gloria Münchmeyer, Álvaro Salas, Firulete, Julio Jung, Andrés Rillón y los inicios de Felo, por mencionar algunas figuras del escenario y la TV.

En humor gráfico me asombró Hervi, Palomo, algunos de los de Topaze y Condorito, que me gustó hasta que se dedicó a ilustrar chistes populares.

El humor político era más fuerte que el resto, con el peligro de siempre: que caduca rápidamente.

Por último, he vivido el auge del stand up comedy y, lamentablemente, el nivel es muy bajo. Solo se salvan contados comediantes. Te reitero, Jorge…hablo según mi gusto, que no significa que sea necesariamente la verdad.

Y como expresé antes, el humor popular del chileno era (y es) bastante parecido a los demás países latinoamericanos; es decir, campea la picardía, la necesidad de usarlo para enfrentar dificultades y el costumbrismo que debe existir en cualquier cultura.

Pepe Pelayo: “Pienso que tenemos derecho a reírnos de todo”

-¿Percibes que en Chile hay temas que no se pueden abordar? En ese aspecto el humor chileno difiere en mucho del humor francés, que se ríe de todo: de la religión, del aborto, etcétera…

-He sido testigo de censuras o intentos de censura en algunos temas como el religioso, como mencionaste, pero también el político. Sin embargo, insisto, no creo que sea privativo de Chile. Eso sucede en otras partes del mundo. ¡Y qué decirte de la censura a lo políticamente correcto! Yo tengo un cuento donde un bufón es censurado por el Rey al ser presionado este por los militares, por los religiosos, por los comerciantes, por las damas de la Corte, por los campesinos, por los pajes, y hasta por los borrachos, los brujos, los ladrones, etcétera…hasta que el bufón tuvo que terminar dedicándose solo a hacer cosquillas.

Con esto te digo que soy de la opinión de que tenemos derecho a reírnos de todo. Si no te gusta mi chiste, no lo consumas y si te ofende, demándame, pero prohibir chistes, obras cómicas o humoristas, es vivir en una dictadura. Lo que pasa es que si un humorista hace un humor agresivo, ofensivo, humillante, muy ácido, se expone a que dejen de seguirlo, dejen de contratarlo y hasta lo multen o apresen si los jueces deciden en su contra en una demanda. La libertad de expresión está por encima de todo, eso está claro. Pero si el humorista le hace daño a alguien, tiene que pagar ese costo. Ese es el único límite en el humor.

En Chile no hay mucha consciencia de eso. Veo humoristas, escénicos sobre todo, que dicen barbaridades (vulgaridades, obscenidades) y ofenden, humillan y nadie les dice nada. Sin contar que esos humoristas están deformándole el gusto a la gente, y más a los niños.

 

http://www.paradanoticiosa.cl/

 

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