Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo

¿Qué edad mental tiene la sociedad chilena?

descarga_6_3.jpegEn toda la Historia de la Humanidad los jóvenes han demostrado, en esa etapa cronológica de la vida, ser impetuosos, entusiastas, creídos, irreverentes, progresistas, etc., y han logrado muchas veces que la sociedad avance un poco, para estabilizar y solidificar lo alcanzado mientras son adultos y siguiendo por esa vía, se vuelven viejos conservadores que les da por prohibir lo que quieren los nuevos jóvenes. Es un proceso cíclico normal. Todos los que han tenido juventud hemos pasado por eso de alguna manera.

Sin embargo, pienso que actualmente en Chile ese proceso se nos está yendo de las manos.

Porque no son sólo los jóvenes los que se creen que se las saben todas, los que creen “que tienen a dios agarrado por la barba”, como dice el dicho, los que creen que tienen la verdad absoluta. Veo algunos adultos en los medios, en las redes sociales y hasta varios “en vivo” que me encuentro en la calle, que repiten como papagayos lo que vociferan los jóvenes. Veo a los periodistas entregados a esa misma moda. Y, por supuesto, veo a los políticos sin escrúpulos, que sólo les interesa el voto –los cuales son muchos, lamentablemente-, también se suman al coro juvenil.

¡Ojo! No estoy en contra ciegamente de lo que dicen  los jóvenes, ni tengo nada contra ellos en especial, como odio generacional o cosas así. Por si a alguien le interesa: soy agnóstico y estoy a favor del matrimonio gay, de que adopten, de la eutanasia, del aborto, etc., etc., así que estoy lejos de ser un viejo conservador.

Sigo entonces. Me encanta que en su momento los jóvenes salieran a la calle a exigir que se mejore la educación. Por esa presión es que los políticos le pusieron atención al tema, sabiendo de años que la educación estaba y está cada vez está peor.

Pero lo que no acepto es que los jóvenes comiencen a exigir que se haga todo, incluso las leyes, como ellos quieren. Como si los jóvenes fueran expertos y tuvieran una amplia experiencia. Ni acepto que se pongan a exigir de igual forma rubros específicos y especializados que no tienen que ver con la educación, como si supieran de todo. Y lo que es peor, si no se aprueban todo tal y como lo quieren, no sirve nada y de cabeza otra vez a “la lucha callejera”.

Y lo que más me duele. La mayoría de esos impulsos y actitudes de “juventud”, no son tales, porque en realidad están manipulados por adultos ideologizados, que se aprovechan de jóvenes con ansias de poder como ellos, y éstos se las arreglan para dirigir masas de jóvenes, incluso a veces sin apoyo de las mayorías. Como pasa en las festivas tomas, donde muchos no desean perder clases y tienen que someterse a las minorías que les importa un bledo su educación y la de sus compañeros y cometen delitos destrozando lo material en sus centros educacionales, para decir después que cada vez tienen menos apoyo material.

Pero dejemos a los jóvenes normales, los que han existido siempre en la Historia y quedémonos con “los jóvenes turbios”, por llamarlos de alguna manera y que son esos que le hacen daño a la sociedad. Porque el problema de los jóvenes normales se resuelve con buena educación. Por lo menos el día en que las autoridades hagan una buena reforma educacional y se preocupen por la calidad antes de sus intereses políticos.

Muchos adultos –como dije-, también se comportan como “jóvenes turbios”. Y por tal motivo caemos en terreno peligroso. Por ejemplo, veo que ahora todo el mundo tiene derecho a opinar (cosa que es bueno, es democrático y sano), pero lo hacen desde la posición del “joven turbio” ya que caen en la situación de que su opinión es la única que vale y la del que piensa distinto es diabólica y para eso acompaña su opinión con malas palabras, insultos, groserías, humillaciones y ataques personales. ¿Porqué? Supongo porque cree que el que no piense como él se merece todo eso, por ser inferior o mala persona, o simplemente porque no tiene como defenderse ya y hace como el que grita en una discusión para hacer valer su opinión cuando se queda sin argumentos.

Ya estoy que no leo mucho en Internet para no encontrarme con esos comentarios trogloditas, vulgares, muy poco tolerantes ¡y hasta violentos!

Esa gente se siente con derecho a no pagar en el transporte público, derecho a escupirle o lanzarle un vaso de agua o una patada a una autoridad, derecho a pararse en un escenario cualquiera -incluyendo el Festival de Viña- y decir lo que piensan envueltos en vulgaridades y ataques, derecho a robar, derecho a merecer todo, etc., etc. ¿Por qué? Porque les han manipulado el cerebrito, pienso yo. Y los “jóvenes turbios”, los mediocres y los ignorantes, toman esas banderas que vemos tan a menudo ahora, disfrazadas de “derecho civil”, de “lo que necesita la sociedad”, de “basta de abusos”, “justicia”, etc., etc., llegando a caducos eslóganes de los años 60.

Amigos, no se dejen engañar, cuestiónense todo los que le digan, no voten por votar, el lobo disfrazado de oveja está detrás de varios nombres en la lista de candidatos.

Lo peligroso, insisto, y esto no es campaña del terror ni mucho menos, porque nunca caería en eso, es que esos “jóvenes turbios” han aprendido las reglas de los adultos normales y juegan con ellas para escalar en la sociedad. Ahora ya tienen partidos y hasta candidatos presidenciales. Porque saben y se mezclan con gente buena, con buenas ideas y principios para ellos adquirir poder a como de lugar.

¡Ojo! Esto sucede en todos los colores políticos, aunque es mucho más claro en los dos extremos.

¡Que el populismo nos agarre confesados!

Me da gracia que un país que cada día se hace más viejo en edad promedio, cada día estemos pensando más así, como los “jóvenes turbios”.

Aclaraciones:

1-Mi reflexión le sirve a muchos países en este mundo, pero puedo hablar de Chile, por ser testigo vivencial de lo que sucede.

2-No publico esta reflexión para provocar debates, ni para convencer a nadie. Sólo lo hago como exorcismo y por si le ayuda a alguien a sacar sus conclusiones sobre el tema.

3-Como no soy experto, quizás esté equivocado. Ojalá un especialista me ilumine mejor el camino.

 

 

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Libro que recomiendo: "Séneca, Quevedo y otros plastas por el estilo"

images_5.jpegMi amigo y colega, el escritor y humorista español, Enrique Gallud Jardiel, acaba de publicar otro libro más (su productividad, para suerte nuestra, es envidiada en cualquier flujo de producción). Su nueva obra se llama “Séneca, Quevedo y otros plastas por el estilo”.

¿De qué se trata el libro? Copiaré aquí sus palabras en la “introducción” donde lo explica parcialmente: “… si queremos conocer la literatura anterior a la aparición de los dispositivos móviles, la cosa no puede hacerse sin anestesia previa: en este caso, mediante la simplificación de textos que les parecen muy complicados a los de nuestra generación, pese a que nuestros bisabuelos y tatarabuelos los entendían perfectamente”. (No quiero dar más información que la necesaria para motivarlos, amigos lectores).

En fin, que veremos versiones muy libres, bastante libres a veces, lo mismo de Dostoyevsky, o Séneca, que de Les Luthiers o de algún querido colega anónimo.

Les doy mi palabra de que tengo muchas cosas pendientes de hacer, incluyendo vivir a plenitud, estudiar, crear y leer. Sin embargo, cuando Enrique me envió su libro frené mi frenesí e hice un espacio para leerlo, porque me tiene acostumbrado a sorprenderme gratísimamente. Y no me defraudó una vez más. Me he reído de lo lindo de principio a fin. Ese típico humor suyo donde le da rienda suelta a su creatividad, su imaginación, su buen gusto, pero sobre todo donde muestra y demuestra en cada línea su profunda cultura, sus profundas lecturas, hace que disfrute al máximo su obra en varios planos.

Para el que no lo conozca en esta parte del mundo, les diré que es nieto de uno de los principales responsables de la formación de mi sentido del humor. Un grande entre los grandes de España. Pero no lo mencionaré, porque ya va siendo hora de que este Enrique, aunque no sea su objetivo, suelte esa coletilla cada vez que se hable de él, ya que brilla con luz propia hace rato.

Es uno de mis humoristas favoritos y recomiendo este libro a ojos cerrados. Créanme.

 

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República Federal Suiza: Una exacta, pero también insulsa experiencia.

c.jpgMi viaje a este pequeño país centro europeo me ayudó a darme cuenta de que su imperfección es tal que tiene un par de defectos.

 

Llegué a Zurich intersado en conocer a la ciudad más cara del mundo, según última encuesta. Me dispuse a salir del hotel para conocer el país de los relojes, los chocolates, las navajas, los quesos y los neutrones (por su neutralidad, digo).

La llamada República Federal Suiza, o mejor como se conoce hace un tiempo: República Federer Suiza.

Lo primero que vi fueron las casas que merodeaban, perdón, que me rodeaban. Casas hechas de cantos, porque en Suiza abundan mucho los cantones y no me desencantaron, lo confieso. Casas donde viven los suizos, gentilicio éste que debe venir del francés “jes suis”, por su fama de individualistas quizás; o podría decir, ahí viven los suicidas, gentilicio mortal, como el del inmortal Guillermo Tell, el que inventó el Tell-éfono (no fue Graham Bell, éste creó Bell-south creo, y eso tiende a confundir).

Después recorrí Zurich y pude hablar con algunos ¿zurichianos, o zurichianenses? No sé. Pero como soy tan latino, prefiero tutear a la ciudad y decirle Turich en vez de Zurich. Así que los habitantes serían turichtas como yo.

Bueno, mi recorrido duró poco. Era real lo de país costoso, a pesar de no tener costas. Por ejemplo, los relojes. Son tan caros, pero tan caros, que creo que allí se inventó la frase times is money.

Aquí el transporte público es perfecto. Existen pantallas electrónicas en cada parada, las cuales te indican cuántos minutos faltan para que llegue tu tranvía o bus. Es de una exactitud que impresiona. Por momentos llegué a imaginarme que vería un lumínico avisándome que a las 8 p.m. me tocaba la meformina. De verdad, todo está planificado, normado, funcionando como máquina. Por ejemplo, quise tomar una máquina en forma de bus, el cual estaba estacionado en la parada desde donde partía su recorrido, y faltaba un minuto para que saliera. Llegué a la puerta vi gente adentro sentada que me miraba impasible, y vi al chofer con la misma expresión de Buster Keaton mirándome. Les hice señas a todos ellos con gestos y sonrisas para que me abrieran la puerta, pero no se abrió. Entonces pasó el minuto y el bus partió, dejándome con cinco palmos de narices y boquiabierto.

Después de achicar la nariz y cerrar la boca, vi cómo subía la gente al próximo bus apretando un botón en la puerta –y que yo no había visto antes-, entendí el concepto. Por encima de todo, los suizos están conscientes de que lo más importante es que funcione el sistema, la perfección del modelo, aunque ignorantes humanos como yo queden fuera del sistema.

Más tarde me puse a averiguar y me enteré de otras normas de convivencia del perfecto sistema. Por ejemplo, en un edificio de apartamentos no se puede descargar el inodoro después de las diez de la noche. ¿Qué se hace entonces si a la una de la mañana a uno le da colitis? Supongo que los baños están construido con forma de cajas fuertes y con paredes aislantes.

¿Cultura diferente? Sí. Por ejemplo, no hace mucho hicieron una especie de plebiscito, preguntando si querían pasar de 20 días de vacaciones al año, como dice la ley actual, a 30 días. ¡Y el pueblo votó que no! ¡Votó que quería trabajar esos días y no perderlos en “vacacioncitas”!

Y hablando de ganar plata: aquí, muchos extranjeros mafiosos, dictadores, criminales, narcos y creadores de programas televisivos de farándula, depositan sus riquezas en este paraíso fiscal, porque conocen la neutralidad de los inocentes banqueros suizos.

Lo siento, pero prefiero un poco de imperfección. Me atrae más una ciudad donde las palomas defecan sobre los viejos sentados en bancos, donde se demoran un poquito los buses, donde un perro le ladra a un motociclista, donde un desconocido, en el kiosko del diario, te comenta que un vecino suyo tuvo diarreas de madrugada. Es decir, una ciudad más barata, traviesa y chapucera, aunque a cada rato tengamos que llamar a la Cruz Roja para salvarla. La cruz de la bandera suiza, precisamente.

 

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¡Otro producto del Doctor Tuga! (No. 4)

d.jpegBatería de Test: “Conózcase usted mismo o misma",

diseñado en el Centro de Psicosomatización Integral “Dr. Héctor Tuga”

Test No. 3

¿ES UD. UNA PERSONA O UN PERSONO DE BUEN GUSTO?

 

Marque en la casilla correspondiente, según su respuesta.

(Marque -García, Gabriel-, con una pluma de ganso realizando un arabesco o viñeta en la casilla correspondiente si piensa que tiene buen gusto; o con una pluma de pollo de granja avícola garabatenado una “x” si cree que tiene mal gusto).

 

A) ¿Disfruta todo el día su radio a todo volumen escuchando reguetón?

 SI ___      NO ___     ¡QUÉ SÉ YO! ___    QUIZÁS ___

B) ¿Le gusta echar mucho ket chup a todo lo que come, mientras oye reguetón?                                     

SI ___      NO ___     ¡QUÉ SÉ YO! ___    QUIZÁS ___

C) ¿Chopan o Daddy Yankee?

 SI ___      NO ___     ¡QUÉ SÉ YO! ___   QUIZÁS ___

D) ¿Se identifica más con las imagines poéticas de Don César Vallejo o con las de Don Omar?

SI ___      NO ___     ¡QUÉ SÉ YO! ___    QUIZÁS ___

E) ¿Usa Ud. pulseras, cadenas, anillos, etc. de 92 kilates y al mismo tiempo?

SI ___      NO ___     ¡QUÉ SÉ YO! ___    QUIZÁS ___

 

PARA SABER SI USTED TIENE BUEN GUSTO(A):

1- Por cada cada respuesta afirmativa, escriba 100 veces la palabra “muevetucu”.

2- Si solo respondió de manera positiva la A, la B y la E, lo felicitamos, Ud. está de moda.

3- Si marcó solo a César Vallejo y a Chopan, Ud. está mal, porque a nadie se le ocurre responder en serio este test. Debe atenderse eso, porque es típico de la gente que dice tener tan buen gusto que no desarrollan su sentido del humor. Y no se dan cuenta que una cosa no tiene nada que ver con la otra (Nota del Dr. Tuga).

Ojo: Si en una fiesta, a las 12 de la noche, con cuatro tragos encima, no baila un reguetón, quizás tenga Ud. buen gusto, sí, pero Ud. es más aburrido que comida de hospital. (Otra nota del Dr. Tuga).

 

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No. 139

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"En Cuba no me pudieron operar de mi MARformación congénita"... Evo Morales.

 

No. 194

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"Se espera pronto la reimpresión de La Rebelión de las Mesas,

de Daniel Ortega y Gasset."

 

 

Libro que recomiendo: "Viajes chapuceros y lugares espantosos"

aaa_2.jpgSi busca un escritor que tenga profundos conocimientos de historia, de literatura, de filosofía, de artes visuales, de cine, de teatro y materias afines, le será difícil encontrarlo. Pero si además de lo anterior, le suma que desea leer esos libros pasados por el filtro de un sentido del humor agudo, fino, de buen gusto, cada vez le costará más hallarlo. Pero si a los dos puntos anteriores le suma también que ese escritor tiene un don especial para la versificación, ya usted se ha puesto muy exigente y si se topa con un autor así, es por un milagro.

Pues le informo que conozco a un talentosísimo escritor que cumple con todo eso. Se llama Enrique Gallud Jardiel y es español.

Tuve el placer y el honor de co-escribir con él un libro (“El profesor Pericot y la Ridícula Historia Universal”) y siempre me asombraba agradablemente en cada capítulo.

En esta ocasión este super prolífico autor publica la obra “Viajes chapuceros y lugares espantosos”, donde me hizo reír y sonreír a su antojo con sus creaciones satíricas e irónicas basadas en los viajes de Marco Polo, Vespucio, Odiseo, El Judío Errante y muchos más, así como a lugares como Samarcanda, Kathmandú y otros; para continuar con parodias a viajes en las obras de Verne, Camilo José Cela, Lope de Vega, etcétera, y terminar con una penetrante y graciosa mirada a los museos, aeropuertos y hasta acciones y actitudes ridículas que hacemos siempre los viajeros.

Sin dudas, un libro exquisito. Lo recomiendo a ojos cerrados, aunque así sea difícil leerlo.

Estoy convencido de que donde quiera que esté, su abuelo Enrique Jardiel Poncela, ese gigante del humor español, en estos momentos está de pie, aplaudiendo, riendo y orgullosísimo del talento de su nieto.

 

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¿Creer o no creer?

descarga_7_1.jpegLa gente se ha vuelto muy incrédula. En mi post anterior mencionaba que no creen en el Cambio Climático. Pero eso es algo menor comparado con otras cosas terribles sucedidas en el siglo XX, aún frescas, con montones de pruebas, con hechos indesmentibles, y así y todo la gente es incapaz de creer. Por ejemplo, muchos no creen (y otros ni saben) que el régimen comunista de Mao Tse Tung mató a 78 millones de seres humanos, que el régimen comunista de Stalin mató a 23 millones y que el régimen nacionalsocialista de Hitler mató a 17 millones. Son los tres gobiernos más criminales de la Historia de la Humanidad. Unos cuantos aseguran que el Holocausto no existió. ¿Pueden creerlo? ¡Cuando todavía viven víctimas de los campos de concentración!
Por otro lado, de pronto aparece un tipo en tal parte y dice que dios se comunica con él por celular y en cuestión de horas hay un grupo de personas que le creen y lo siguen ciegamente.

Y los ideólogos de los radicales musulmanes, llenando el vacío de idealismo y nobles causas de sus juventudes, así como prometiéndoles lo divino y lo humano a los jóvenes drogados, enajenados, decepcionados y malformados de occidente, se han rodeado de ejércitos de zombis que creen absolutamente en ellos y hacen y deshacen de esa manera por el Planeta a piacere, sin que le pongan freno.
¿Pero qué hay que hacer para evitar que los psicópatas-oportunistas-megalómanos-ulstrareligiosos-militares-populistas-políticos sigan llegando al poder?
¿Más educación? ¿Más cultura? No sé. Se supone que los europeos tienen más de eso que los latinoamericanos y vemos cómo surgen allá con tremenda impunidad la extrema derecha, los neonazis, los populistas, los stalinistas, los prosoviéticos, etc. Y eso que no menciono a otras zonas donde ya el Tea Party es de izquierda y el nacionalismo es lo máximo.
Puedo parecer escéptico y pesimista, pero me cuesta tener esperanzas de que en un futuro las grandes masas no se dejen lavar el cerebro, no se dejen convencer, no se dejen manipular por esos malévolos caudillos y sus grupitos con cerebros retorcidos detrás de ellos.
Soy otro incrédulo más.
Lo siento.

 

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Cambio climático

images_3_1.jpegAluviones en Colombia, Perú y en Chile. No ha llegado el invierno y ya hay lluvias torrenciales y en otras oportunidades tremenda sequía. Atención entonces al cambio climático. No sé por qué hay gente que no cree que existe. Lo que digo es que los que sí creemos en el cambio climático, exijamos y presionemos a las autoridades a que prevengan y de verdad se ocupen de los damnificados. Claro, lo primero es evitar muertes, lo segundo lo material, pero también cosas aparentemente sin importancia, como la suspensión de dos conciertos lectores nuestros en centros educacionales en estos dos días. Parece algo ridículo ante las catástrofes, pero si estuvieran todas las condiciones adecuadas para enfrentarse al cambio climático, esos niños hubieran recibido una motivación a la lectura. Insisto, parece sin importancia, pero si esos niños crecen sin leer, menos estaremos preparados en el futuro para sobrevivir los embates de la furiosa naturaleza. Mírenlo de la forma más simplificada: si un niño no lee literatura infantil (lectura lúdica), no ampliará su vocabulario. Y como pensamos con palabras, cuando crezca no pensará mucho ni en profundidad.

Ya sé que exagero y parece que estoy picado porque se suspendieron mis actividades. Pero no es así, les digo a los malpensantes. Esas actividades no se suspendieron, sólo se aplazaron y la próxima semana se realizarán.

Este texto es para creer que existe el cambio climático y prepararse para que nadie salga dañado de ninguna forma. Y si no existe, mejor. Pero nada así de perjudicial nos toma de sorpresa.

 

Nota: En la foto, estoy empapado de lluvia, en Santiago de Compostela, visitando la Iglesia de San Pelayo, haciendo lobby para conseguir la disminución de la agresividad climática.

 

 

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Censo. Chile 2017

e.jpegEl 19 de abril de este año, en Chile fue feriado porque se realizó el Censo Nacional.

Vinieron a casa y nos censaron. Todo bien.

Pero nos hicieron 10 preguntas muy especiales. Fueron estas:

1-¿Contesta enseguida los correos cuando se espera de Ud. una respuesta rápida?

2-Cumple su palabra cuando promete llamar a alguien por teléfono?

3-¿Admite que son dictaduras esos regímenes cuando son de su color político?

4-¿Es plenamente feliz compartiendo en sociedad con pobres, gays, discapacitados, extranjeros, perros callejeros, etc.?

5-¿Existen las guerras necesarias?

6-Sin contar la defensa propia, ¿matar a veces es necesario?

7-¿Las mujeres en algunas oportunidades se buscan que las golpeen?

8-Si un político demostró ser corrupto, o mostró ineptitud, o resultó ser antidemocrático, o prometió el paraíso y no cumplió, ¿volvería a votar por él?

9-¿Perdonaría una infidelidad de su pareja?

10-¿Le haría un favor crucial a un enemigo?

Ahora, ya suficientemente distanciado de ese día, ya no estoy muy seguro de si nos preguntaron todo eso o no.

¿Le gustaría que este tipo de preguntas aparecieran de verdad en el formulario del Censo?

 

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