“En la actualidad, se gasta más en técnicas y medicamentos como la silicona para los senos y el viagra para los penes, que en la cura del Alzhaimer. Eso significa que pronto todos los ancianos del mundo tendrán los senos erguidos y los penes viriles, pero no se acordarán para qué se usan”.
Con este chiste que me contaron hace poco, comienzo esta reflexión sobre el humor, las arrugas y las canas.
Empiezo por casa… A veces estoy actuando para niños, donde el humor es más básico, obvio, y hay que apoyarse en aumentar ciertos tonos de voz, o en exagerar una emoción, o un movimiento. Siento entonces que a mis más 60 años estoy haciendo el ridículo (en el significado popular de la palabra), y aunque me cuide de no sobreactuar mucho, o de no payasear por gusto, me invaden esos miedos.