Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo

Hola, adultas o adultos (porque esto no es para niños ni niñas). Este es un espacio para ustedes -ya sean jóvenes y jóvanas o muy mayores y mayoras-, pero sólo con una condición que tengan un alma infantil, porque el humor que -lamentable y felizmente-, hago, es blanco, lúdico, infantilón, absurdo, aunque de vez en cuando paso por la ironía y la sátira.

Ojo, el menú de "Pelayaserías" es variado y cada sección es extensa. Por ello los invito a entrar en uno y recorrerlo hasta el final antes de "clickear" en otro, a no ser que no les de gracia, claro (si es así, no me lo digan, por favor). 

En fin, sean ustedes bienvenidos(as) y ojalá disfruten. 

Gracias por su risita.

Fardinée de consultas No. 12

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¿TIENE UNA DUDA? ¿UNA PREOCUPACIÓN? ¿UNA CURIOSIDAD?
¿QUIERE UNA EXPLICACIÓN? ¿UNA SOLUCIÓN? ¿UNA CONSEJO?
... ¡CONTÁCTEME!...
Soy el novio de una joven muy obesa desde hace cinco meses. El problema es que me he dado cuenta que mi suegra, una mujer mucho más gorda que mi novia, me gusta bastante más que su hija. ¿Qué debo hacer?
Eriesbelto Delgado de Peñaenjuta.
 
Amigo de Peñaflaca:
Sin dudas, usted se inclina en sus gustos por el tejido adiposo, lo que me dice que padece de algo llamado “Complejo de Adipo”, el cual es un trastorno poco corriente. Porque si es muy corriente, muy corriente, se llamaría “Complejo de Electra”, cuyos costos fijos aumentan cada día por las alteraciones de conducta, lo que hace que la Compañía a cargo aumente su “Complejo Industrial”.
Espero que la abuela de su novia no sea más gruesa que su hija, porque entonces lo vería enamorado de una boya de principios del Siglo XX.
Yo no veo ningún inconveniente en que cambie a su novia por su suegra. Eso sí, cuídese de no quedarse con las dos. ¿Se imagina cómo dormirían los tres en una simple cama?
Ahora, le aconsejo también que averigue por qué esa obesidad de ambas. Puede ser un trastorno metabólico y no hay problemas, se puede curar, pero ¿si es una inclinación a la gula desmedida? ¿No tiene miedo a que se lo coman entre las dos? 
El otro punto importante es si usted es flaco o gordo. Porque lo lógico es que se equilibraran las cosas; es decir, o usted engorda o adelgaza, o pone un régimen para adelgazar (“Complejo Deportivo”, como le llaman) a su(s) mujer(es), o una dieta para aumentarle de peso a ella(s). 
Sola(mente) así, le veo un gran por ven(ir), sin dármela(s) de orá(culo).
Disfrute(n) y no se acomple(je).
 
 
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Fardinée de consultas No. 11

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Hace 22 años que convivo con un hombre, pero no sé si él está enamorado de mí o no. ¿Cómo saberlo?
Dudosa de Mar Nombrando.
 
Candudosa amiga:
Trataré de ayudarla de un modo sutil, como llegaste a mí, como la tentación.
Mire, según mi molesta opinión, es una cuestión de posibilidades. Si usted le preguntase a su esposo si la ama, él seguro le responderá que sí. Y en el análisis de esa respuesta hay dos posibilidades:
1-Le dice que sí porque la ama.
2-Le dice que sí aunque no la ama.
Si le dice que sí porque la ama, es indudable que miente, porque después de 22 años de matrimonio es imposible que uno ame. Uno le tiene cariño a su pareja por ser su conviviente, casi su familia se podría decir,  quizás se produzca sexo de vez en cuando y hasta se puede ser amigos en algunos casos, ¿pero amor?, imposible le repito.
Pero si le dice que sí aunque no la ama, es evidente que trató de salir del paso para no enfrentarse a una discusión bizantina o monozantina si habla usted sola, claro, y sabiendo que todo seguirá igual que antes.
Por lo tanto, si su objetivo es vivir con alguien que la ame (esos casos se dan, no lo niego rotundamente), tiene dos posibilidades:
1-Provóquele amor a su marido.
2-Cambie de marido.
Se supone que ustedes se casaron por dinero, o porque sus padres lo obligaron, o porque quedó embarazada. Si no fue ninguna de las anteriores, vuelva a participar... perdón, si no fueron esas causas, entonces fue por amor, ¿no es cierto? Y este amor se perdió en el transcurso de los 22 años, ¿no es cierto? Por tanto, trate de recordar qué hacía usted en aquella época para que el amor renazca como el Gato Félix, de las cenizas. Por ejemplo: usted le perdonaba que se durmiera enseguida después de hacer el amor, pues hágalo de nuevo. Seguro que no lo mandaba a sacar la basura todos los días, pues hágalo usted de nuevo. Muy probable que le escuchaba sus monólogos sobre fútbol, trabajo y política, mientras le daba masaje en los dedos del pie, pues hágalo de nuevo. Y si tiene el coraje de soportar todo eso de nuevo, él la amará otra vez, eso no falla.
De lo contrario, déjelo y busque un nuevo hombre que la ame. Entonces cuando cumpla otros 22 años de casada, tiene dos posibilidades:
1-Que vuela a hacerse esa misma pregunta.
2-Que no se la haga.
Espero que sea la segunda posibilidad para que no se vea en la necesidad de escribirme.
Ahora yo tengo dos posibilidades:
1-Me despido.
2-No me despido.
Mejor me despido yo mismo (para que no lo haga la mujer que tengo hace 22 años como esposa).
 
 
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Fardinée de consultas No. 10

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He descubierto que mi mujer no me engaña: ¿qué debo hacer?
Patognomónico de Villa Pochocho.
 
Sr. Pato Gnomo Nico:
Cornudo no es el marido burlado, sino el que al saberlo lo permite y aguanta. Por tanto, usted no lo es. Y eso, precisamente, es lo malo que veo en su situación. Usted parece no tener dignidad.
La única solución a su problema es que de inmediato le consiga un amante a su mujer, para que toda esta historia tenga sentido y usted no haya sufrido en vano. Sé que es difícil, porque cuesta mucho confesarle a otro hombre su necesidad. Por ello, y ya que tuvo el valor de acudir a mí, cuente conmigo para tan penosa acción, pero tómelo como un favor entre entes del mismo género y número.
Por otro lado, es importante que también realice una investigación seria: debe averiguar si ella hace el amor con usted y no solo eso, si no finge orgasmos. Haga entonces un orgasnigrama y vuelva a escribirme.
Quizás para eso necesite los servicios de un profesional, un detective privado, por ejemplo, que haga esa labor por usted y así no tiene que preocuparse tanto al hacer el amor, que sabemos eso influye mucho en la blandura de su carácter al enfrentar el hecho. Y yo “hecho” de menos otro favor que podría hacerle; es decir, si usted lo desea, yo podría ser ese detective. Claro, si acepta que yo le haga el favor anterior, entonces éste se lo haría otro día, por supuesto, para no recargarme de trabajo.
Que conste que estoy dispuesto a hacer ese sacrificio solamente para salvar y conservar su relación. Porque a su matrimonio, como dice mi amigo Pible, parafraseando a la UNESCO, lo he declarado Matrimonio de la Humanidad.
Al servicio de la esposa de usted.
 
 
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Fardinée de consultas No. 9

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Mi marido me engaña. ¿Qué debo hacer?

Atribulada de Villa Ordoñez.

Querida señora engañada.
Me parece que si su marido le es infiel, es porque usted tiene el cincuenta por ciento de la culpa. Revise estos puntos:
1-Se le fue la mano “doliéndole la cabeza” cuando él la deseaba… (78%)
2-Usted se abandonó físicamente… (63%)
3-No hay una buena comunicación entre ustedes… (49%)
4-Le dedica mucho tiempo a sus hijos (53%)
5-Le dedica mucho tiempo a su trabajo… (53%)
Si suma los porcentajes, verá que le da 100%. Esos 100% son los indispensables para una buena relación. Si eso no se cumple, su esposo tuvo la necesidad de engañarla, con toda razón. Cualquier hombre haría lo mismo. Por tanto, le daré el consejo que le di a mi ex esposa cuando sufrió el mismo problema: deshágase de su marido.
Claro, hay otra solución menos radical y es pagarle con la misma moneda. Entonces, le aconsejo que cambie en cada punto anterior:
1-Tome mucha aspirina
2-Se bañe, vaya a la peluquería, se compre ropa interior bien sexy.
3-Se compre un teléfono móvil.
4-Deshágase de sus hijos.
5-Sólo trabaje en la casa.
Así, ya puede usted engañarlo para que él aprenda. Contácteme entonces.
Suyo... (Tan suyo como usted quiera)

 
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Fardinée de consultas No. 8

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Tengo 20 años, ¿qué hago?
Vladimira Urrejola.
 
Estimada Vladijola:
Sé por qué nos hace esa pregunta. Casi todos los jóvenes con hiertas… perdón, con ciertas inquietudes pasan por eso. Y en estos tiempos es más difícil encontrar una respuesta.
Antes, hace 30 ó 40 años por ejemplo, cuando los jóvenes sentían ese nacío… perdón, vacío en sus vidas, tenían la posibilidad de dejarse crecer el pelo, no bañarse y hacer el humor libre… perdón, el amor libre.
Pero otros, ya más para acá en el tiempo, optaron por abrazar las iglesias, templos, sinagogas y mezquitas. Pero como es difícil abrazar esas edificaciones, entraron a ellas y se convirtieron en fundamentalistas. Recluso… perdón, incluso algunos salían después de entrar y se matriculaban en sectas donde era más fácil abrazar y otros… creo que perdí el hilo…
Yoyo te acudwejo… perdón, yo te aconsejo que trates de encauzar esa inquietud hacia el estudio, la investigación, la creación y otras aburridas, pero seguras actividades de la urbanidad... perdón, de la maternidad… perdón, de la humanidad.
Otra vía de escape es el alcohol, las drogas, etc., pero no querrás terminar tu vida “volao”, kesdongienxo… perdón, respondiendo consultas en un bolg, como adlíquen, perddóm, alguien que conozchoue.

Karillozox s
a
 L
   U
      d
O
     x

 
 
 

Fardinée de consultas No. 7

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Tengo 24 hijos, ¿qué hago?

Carolina Vempacá.
 

Señora Vempaquí:
¿Tendrá usted entre su ascendencia algún conejo? ¿Usa condones con huequitos?
Permítame sacar algunas cuentas. Si tiene 24 hijos y empezó, pongamos por caso a los 15 años, entonces a un hijo por año, tiene usted aproximadamente 39 ó 40 años. Como quizás comenzó a parir después de los 15 y como quizás tuvo gemelos o trillizos, es que digo “aproximadamente”. Si con 40 años ya tiene 24 hijos, le recomiendo que escriba 24 libros, siembre 24 árboles y empiece una nueva vida, porque sin dudas no ha vivido bien, perdón, no ha vivido, ¡porque eso no es vida, mi amiga! 
Los hijos son una gracia divina, la mayor de las felicidades, pero todo en exceso hace daño. Con esos 24 pichones haga una orquesta, un equipo de fútbol, una célula de Al Qaeda, doce apóstoles cada uno con sus respectivos dobles, o lo que se le ocurra. También podría venderlos, arrendarlos, regalarlos o prestarlos. Sólo deshágase de ellos hasta que usted cumpla 70 años, momento en que debe estrechar lazos de nuevo para que la cuiden y la mantengan, llorando y sufriendo arrepentida por abandonarlos. Así, tiene 30 años para hacer libremente lo que desee, incluso parir unos cuantos y adoptar otros hasta llegar a 24 más.
Fértiles saludos.
 
 
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Fardinée de consultas No. 6

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Señor:
Necesito hacerle una consulta. Resulta que mi esposo ayer me regañó porque le estaba contando una historia, como hago casi siempre en el desayuno para informarle de lo que sucede a nuestro alrededor y después no diga
 
que le oculto cosas. Le contaba ayer que mi vecina Juanita me llamó por la noche, algo tarde (ya mi esposo ya estaba dormido), para decirme que su marido Andresito había hecho la caca un poco verde. Entonces yo me preocupé y desperté a mi marido y se lo dije, porque él y Andresito habían comido mucha ensalada de habas viendo el partido de fútbol, por lo que él debía ir al baño y hacer caca también para ver si le sucedía lo mismo. Me dijo que no con la cabeza y comencé a explicarle mi punto de vista. Es que había visto por la tele el otro día que las habas… Y no me dejó terminar. Me gritó: “¡Cállate de una vez!” y después me regañó con rudeza.
Mi pregunta es: ¿qué hago?, porque si me vuelve a gritar así, sin razón, creo que se puede poner feo mi matrimonio.
H. “La Muda”.
 
 
Sra. H. Aspirada. ¿Aspira usted a tener razón? No me cabe la menor duda de que usted se inclina por comunicarse demasiado y eso le puede acarrear problemas. Le explico mi punto de vista. Si solo hablásemos de lo que supiéramos, la humanidad sería mucho más silenciosa. Estudiosos de la materia han llegado a la conclusión de que el hombre inventó la palabra, casi al mismo tiempo que la mujer inventara el lenguaje hablado. Luego, lo único que les quedó fue mezclar ambas cosas y así surgió lo que actualmente se conoce por conversación. Lo malo es que según otros estudios más recientes, cuando los primitivos habitantes terminaron por descubrir el idioma, inmediatamente descubrieron que no tenían nada que decirse. Pero el mundo ha ido evolucionando y en los tiempos modernos, con tanto teléfono fijos y móviles y otros medios de comunicación, todo el mundo -sobre todo las mujeres, exceptuando a la Venus de Milo-, habla hasta por los codos.
Sra. H., a pesar de todo lo anterior, le aconsejo que siga hablando in extenso. Hay que tener en cuenta que, cuando se habla por hablar, se acierta siempre. Por ello, no se cohiba pensando que hay gente que no dice lo que piensa, siga hablando, basado en el ejemplo de los que no piensan lo que dicen. 
Me despido con el proverbio: “bienaventurados lo que no tienen nada que decir, y lo callan”.
Un acogedor y hablador saludo.
 
P/D ¿Por fin en qué quedó lo de la caca verde de Andresito?
 
 
 
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Fardinée de consultas No. 5

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Todas las mujeres se tiñen el pelo de rojo, pero el mío es rojo natural. ¿Qué puedo hacer?
Coloradita de Carapachanga.
 
Sra. Colorina: 
Ante todo le diré que no me asombra que usted tenga el pelo rojo. Los he visto por ahí azules, verdes, lilas. Y ya más que cabellos tenemos que hablar de caballos, porque son crines a todo color. Pero profundicemos un poco. ¿Qué significa que lo tenga rojo aunque sea su pelo natural? ¿Los peatones se detienen ante usted? ¿Hace propaganda electoral por el partido comunista? ¿Si se hace un peinado en forma de cruz la llaman como si fuera una ambulancia? Evidentemente que no, amiga Coloradita. Pero si usted tiene problemas con eso, entonces le aconsejo lo siguiente. No se vuelva loca, no pierda la cabeza. “La cabeza es una de las partes del cuerpo que conviene perder de vez en cuando”, dijo María Antonieta y mire a dónde fue a parar. Así que lo mejor es ponerse un sombrero que le cubra bien su mente. Úselo como la funda a la almohada. En este caso es funda-mental. Verá que sus temores son infundados. Por favor, fíjese que le dije sombrero y no casco. El casco es un sombrero militar y está hecho a prueba de ideas. No es la idea en este caso.
Y a esas mujeres que se tiñen para imitarla, las cuales usted considera enemigas, le aconsejo que no les haga caso. Como dice un amigo mío: “a los enemigos no hay que desearles daño… hay que hacérselo”.
Un cariñoso tirón de pelos rojizos.
 
 
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Fardinée de consultas No. 4

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Soy un joven de 25 años que ha tenido una infancia muy difícil, ya que ni mi madre ni mi padre me han pegado,
ni gritado, una sola vez en toda mi niñez. ¿Cómo hago para superar semejante trauma?
Sigmundiberto de Acanomás.
 
 
Sigmundi:
Los niños de la calle, esos que son huérfanos, sin techo y sin comida, a merced de caer en la droga, en la delincuencia o en manos de pedófilos y otros psicópatas me producen menos lástima que usted. Porque tener unos padres como los suyos es lo peor que le puede pasar a un niño. 
Me imagino lo que debe haber sufrido con esa increíble actitud de sus progenitores. Me recuerda varios casos que conozco entre la clase pudiente, donde los niños le dicen “mamá” a sus empleadas, ya que aquellas no tienen ni un sí ni un no con sus hijos. Ni siquiera tiempo tienen. Claro, le dicen “papá” al papá, solo porque lo ven acostados con las empleadas. Pero “padre es cualquiera y madre hay más de una”, como dice el dicho.
Mire, Sigmito, para responder directamente a su pregunta de cómo superar su trauma, tiene estas variantes:
1-Cuando sus padres lleguen a la ancianidad, dedíquese a gritarles constantemente: “No toques eso”, “No digas aquello”, “no te babees”, “no te orines”, etc., y hasta puede pegarles con correas y ponerles severos castigos como estar varios días sin su medicina, por ejemplo. 
2-Cuando sus padres lleguen a la ancianidad, pone todo lo que tienen a su nombre y deshágase de ellos.
3-Cuando sus padres lleguen a la ancianidad, les confiesa que son padres adoptivos.
4-Ahora usted mismo le hace todo lo de los puntos anteriores a sus hijos para que no tengan el trauma suyo y de camino usted se libera.
Si con estos consejos no puedes superar tu trauma, evidentemente los consejos no sirven.
Un saludo filial.
 
 
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Fardinée de consultas No. 3

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Mi muy señor mío:

Ya no aguanto más. Mi padre es un viejo boxeador retirado que no me habla desde hace once años. Pero lo peor ocurrió hace dos días, cuando se puso violento al enterarse de que me hice manicure. ¿Qué debo hacer?
Rocky M.

Estimada Rocky:
Ante todo, debo aclararle que no me gusta ese encabezamiento de “Mi muy mío”. No es por nada, pero no soy de nadie (por lo menos en estos momentos.)
Entrando en materia, le diré que debe tener paciencia con su padre. Es lógico que le hubiera gustado tener un hijo que lo siguiera en su oficio. Eso les sucede a todos. Por tanto, la culpa es suya al defraudar al pobre hombre. Ni siquiera usted se hizo entrenador, manager, juez, gong o “puchimbol”, como le hubiera gustado a él.
¡Ah, pero ahora tiene una oportunidad de acercársele, señor! Porque al ser usted manicure, podría trabajar con los boxeadores, ya que se sabe que las uñas es lo que más se les daña a ellos en ese deporte. Claro, debe quitarles los guantes primero para hacérselas, por supuesto. Así, su padre ve que ya se introdujo en el medio y se irá ablandando. Obvio, no se ablandará tanto que llegue a convertirse él mismo en manicure, pero sí mejorará todo y habrá un acercamiento, sin dudas. Y ojo, después, consígase otro trabajito paseándose por el ring al sonar la campana, con un cartelito enseñando el número de asalto que es, y en paños menores. Estoy convencidísimo de que con eso logrará que el viejo se acerque enseguida a usted (y cuando lo vea venir, huya por dios).
Toscos saludos.

 
 
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