Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo

Mi opinión: Un chiste dañino suelto en Chile

chistes-judios-01.jpgPara los que viven en Chile y no están al tanto de las noticias y para los que residen en el resto del mundo y no saben nada de esto, les informo que un humorista, en un programa de televisión, dijo este chiste: “¿Qué culpa tienen los judíos de ser mejor combustible que la leña?”

Yo no conozco al humorista, ni siquiera recuerdo su cara, porque hace sus rutinas a través de un muñeco, y tampoco conozco su trabajo, porque lo he visto, por “zapinng”, quizás un minuto cuando más. Por lo tanto, no puedo juzgarlo, ni me gusta hacerlo con nadie. Pero como cualquier hijo de vecino, tengo derecho a reflexionar y comentar sobre un escándalo nacional.

 

La pregunta que me hago es: ¿por qué contó ese chiste? En verdad yo estoy convencido de que no lo hizo con la intención de dañar a la comunidad judía. Si fuera tan antisemita de corazón ya lo hubiera demostrado mucho antes y nadie ha sacado a relucir hasta ahora que lo sea, ni su relación con un fundamentalismo religioso o xenofóbico, ni mucho menos. Pienso que las causas son mucho más superficiales.

Entonces, si no es un declarado antisemita, quedan sólo dos posibilidades: o es un ignorante, mal humorista, o fue un fatal error, un descuido.

Veamos la primera posibilidad. Quizás el humorista sea un ignorante, por tener poco sentido común, ninguna profundidad de pensamiento en lo que hace, ni en las consecuencias que puede tener una profesión como esa, por las características del humor  y por hacerlo en un medio tan poderoso como la tele.

Si es así, uno tiende a pensar que es un improvisado humorista, ya que quizás sólo tiene una buena vis cómica. Muchas veces resulta que algunas personas se ríen con alguien así y lo estimulan a hacer una carrera en el humor, explotando ese “ángel”, esa facilidad para hacer reír. Eso sucede a menudo. Los programas de radio y de televisión, así como los centros nocturnos, están plagados de humoristas, sólo porque son simpáticos e histriónicos al contar un chiste, o son buenos para soltar una frase graciosa en el momento oportuno, o un comentario mordaz, o recordar un chiste popular relacionado con el tema que hablan, y siempre lo hacen con mucha rapidez, con mucha habilidad. De ahí a que se conviertan en “profesionales” va un pasito, un empujoncito.

Pero para ser un verdadero y completo humorista, hay que cumplir con otros requisitos que van más allá de la vis cómica natural. Se necesita tener una buena autocrítica; hay que tener conocimientos sobre los contenidos de los chistes del repertorio y buen gusto para escoger el material para armar ese repertorio; se debe tener un gran criterio, sentido común, tacto; conocer al público; estudiar y prepararse bien en definitiva. Y si uno posee la habilidad de ser un buen improvisador, debe desarrollar entonces un mecanismo interno que controle, para no “pasarse”.

Ustedes saben que yo siempre estoy promocionando el humor, porque para mí es profesión, pasatiempo y actitud ante la vida. Yo vivo para el humor. Entonces, “por conocimiento de causa”, les afirmo que el humor es lo máximo, pero también puede hacer mucho daño en manos inexpertas o con malas intenciones.

Al humor pertenece el universo de la burla (parodia, caricatura, sátira, ironía, etc.) y una burla puede ser inofensiva, porque la víctima ríe con el victimario. Pero cuando la víctima deja de parecerle gracioso el contenido de la burla, ahí comienza a ser dañino el humor.

Los niños son el mejor ejemplo de eso. Ellos se burlan del enfermo, del pobre, del gordo, del indígena, del bruto, del negro, etcétera, etcétera. Y las víctimas de sus bromas quedan marcadas para toda la vida y los graciosos no tienen ni idea del mal que hicieron.

Por ello en mis talleres no me canso de pedirles a los profesores y a los padres que estén al tanto de ese asunto.

Miren algunas consecuencias que puede acarrear este chistecito (que de paso lo califico de malo para mi gusto):

-Pudo haberlo escuchado un niño o un adolescente o joven que no tiene información, ni educación; es decir, que no tienen un criterio formado, y ve que alguien poderoso (porque el que sale en la tele es poderoso, es alguien fuera de lo común y hasta quizás ídolo de muchos sin criterio formado), ve a alguien de la tele, decía, que se burla de los quemados, torturados, asfixiados, sacrificados, etcétera, del Holocausto Judío, entonces puede tender a pensar que aquello no fue tan grave, o cuando algún fanático le diga que ese Holocausto no existió, enseguida lo creerá. Aquí deseo mencionar, entre otras muchas obras y creadores que existen como ejemplo, al humorista italiano Roberto Benigni (los cuentachistes no son los únicos humoristas como piensan muchos) con su película “La vida es bella”, haciéndonos reír sobre el mismo tema, pero claro, no usando la burla, sino un humor de alto nivel humanístico. ¡Qué gran diferencia con el chiste burdo, sin gracia y con valor negativo que estamos analizando, ¿no es cierto?!

-Pero al escuchar ese fatal chiste, se le está diciendo a tantos infelices que desgraciadamente abundan, que los muertos, torturados y desaparecidos de otros momentos históricos de este o de cualquier país, no valen nada, no significan nada, porque uno se puede burlar de ellos. Ojo, las mentes ignorantes funcionan así: “Si se dijo en la tele, es verdad” o “Si se dijo en la tele, hay que imitarlo”.

Todo lo anterior puede ocurrir como consecuencia de ese chiste.

Pero quizás el humorista no es un antisemita, ni es un ignorante, mal profesional, sino quizás sólo fue un error momentáneo, un lapsus, un desliz, un descuido involuntario. Puede ser. Entonces si así, hay que decirle que “metió la pata” de todas formas, por la gravedad del hecho. Y yo no me conformo con unas disculpas públicas. Por la gravedad, repito, si yo fuera ejecutivo de televisión, no  le daría más oportunidad en mi canal y así lo diría públicamente, porque quizás mi medida sirva para que otros humoristas no repitan “gracias” parecidas. Ya basta de discriminaciones. Y si hay alguna víctima del chiste que está ofendido, debe enseguida ir por los canales judiciales a ver si consigue un castigo mayor. Eso es lo civilizado.

Sin embargo, cuidado, ese humorista tiene derecho de hacer el chiste que le de la gana, donde le permitan contarlo. El derecho de la libertad de expresión está por encima de todo.

Y ojo, también hay que cuidarse de los bandazos. Nosotros, los latinoamericanos, vamos de un extremo a otro con mucha facilidad. Lo digo porque pueden surgir voces que demonicen el humor negro, metiendo todo en el mismo saco. Y eso también es una muestra de ignorancia. El humor negro es sano, si se utiliza bien, Incluso puede ser hasta terapéutico. Yo he vivido lindas experiencias usando el humor negro.

Todo está en las intenciones del humorista, de su buen tacto y su buen gusto. No vendamos el sofá, como dice el viejo y clásico chiste, para resolver el problema.

Y esto es para todos; es decir, para los padres y docentes en general al educar a los niños, y también para los humoristas: “No nos riamos de las narices feas, riámonos de las almas feas”, como dijo Gógol.

Y el humor sano, inteligente, que te haga pensar, sigue siendo lo mejor para el espíritu. La burla fácil o dañina es para almas demasiado simples o muy retorcidas.

 

 

¡Basta, Iglesia Católica!

descarga_29.jpegQuizás algún amigo o amiga haya firmado una carta para apoyar a la Iglesia por la resolución de la ONU pidiéndole que echen a los pedófilo de sus filas. Si es así, tienen todo el derecho a hacerlo, Obvio. Yo no los cuestionaría jamás, porque uno es libre de hacer lo que mejor cree que hace. Por lo tanto, no quiero que piensen que los critico o los cuestiono. Sólo me interesa dar mi punto de vista y quizás eso los ayude a profundizar en el asunto, o a que vean una arista del problema que no habían tenido en cuenta, etc.

Mi reflexión es esta:

-Nadie tiene derecho a meterse en los asuntos internos de la Iglesia. Excepto cuando esos asuntos afectan a la humanidad.

-Las doctrinas de la Iglesia, la fe, sus sacramentos, sus principios, sus rituales, sus bases, etc., etc., no creo que nadie pueda decir o argumentar que son dañinos para la humanidad. Al contrario.

-Pero, lamentablemente, esos valores que acabo de mencionar de la Iglesia, son subjetivos, son letra muerta, hasta que los hombres lo llevan a cabo, o no. Porque la Iglesia está constituida por hombres.

-Sabemos que los hombres tienen virtudes y defectos. Existen muchos santos que le han dedicado sus vidas a esa tan buena causa, dando un ejemplo de cómo se hacen realidad esas doctrinas, principios, etc. Pero hay que ser ciegos para no ver o saber que existen hombres dentro de la Iglesia que son corruptos, que son pecadores, que son todo lo contrario a lo que predican y están ahí formando parte de la Iglesia. Y dentro de esos están los pedófilos.

-Entonces, ¿qué ha hecho casi siempre la Iglesia cuando se ha enterado de esos abusos? O mete la cabeza en la tierra como el avestruz para no saber, o esconde los problemas debajo de la alfombra. Pero cuando es un escándalo que no puede ocultar, “vende el sofá”, como dice el chiste; es decir, traslada al victimario a otro lugar donde no lo conozcan. Pero si el lío es más escandaloso aún, entonces no tienen otro remedio que juzgarlos, e imponerles un “castigo”, como no dejarlos que funcionen más como sacerdotes. Sin embargo, a muchos no los expulsan de la Iglesia. Y ésta los acoge en monasterios y seminarios, y lo cuidan y lo miman como si nunca hubieran sido malas personas. En Chile hay casos así. En E.U. hay más y ya hace rato que se ha destapado ese pozo demoníaco por el mundo. Esos son hechos, no mentiras ni inventos de nadie.

-Entonces ¿quién es el más perjudicado en todos esos problemas de pedofilia? ¿La Iglesia? No, las víctimas. Sabemos cómo sufren y las consecuencias que traen esas violaciones.

-¿Qué debe hacer la Iglesia entonces? Limpiar su imagen, que la gente vuelva a creer en sus guías espirituales. Y eso sólo puede hacerlo echando de sus filas a esos pedófilos, no encubriéndolos. Si no hace eso se daña la Iglesia. Por lo tanto, es de tonto o de malas personas no hacer nada contra esos degenerados y no hacer algo a favor de las víctimas, pero sobre todo, no hacer algo para que no sigan ocurriendo esas barbaridades. Por ello la Iglesia debe hacer algo positivo. Por la justicia humana y divina, por su imagen, por las víctimas y por las posibles futuras víctimas. Y no lo ha hecho. Fue poco lo que hicieron Juan Pablo II y Ratzinger. 

-Por suerte, el 16 de enero pasado, Francisco I explotó y dijo públicamente horrores de esos pedófilos y hasta les pidió disculpas a las víctimas. Hay esperanzas de que quiere hacer cosas buenas este Papa, pero la presión que viene de la parte corrompida de la Curia y de la parte “pecadora” del clero en general, es muy fuerte, lamentablemente.

-Así, la parte de la humanidad que está sufriendo a causa de esos pedófilos y la indiferencia de la Iglesia, ha pedido ¡al fin! a través de la ONU, que la Iglesia eche a esos malos hombres de sus filas. La ONU se lo pide ahora, y no es meterse en sus asuntos internos por gusto, es porque su forma de actuar le ha hecho daño a las víctimas y si la Iglesia no corrige eso pronto, esa parte de la humanidad seguirá sufriendo. Por ello tenemos derecho a meternos, a exigir.

-Es lo menos que pueden hacer, repito, por sus víctimas, por la justicia divina y humana, por la buena imagen de la Iglesia y sobre todo para que esos crímenes no vuelvan a ocurrir. Es un derecho nuestro como humanidad exigirle eso a la Iglesia. Y deben acatarlo.

-Insisto, no se trata de desprestigiar a la Iglesia, al contrario, cumpliendo lo que se les pide limpiará su imagen, algo que todos, creyentes y ateos, necesitamos. Todos confiamos en el cambio que promete hacer el nuevo Papa. Pues que empiece con esta justa medida.

-Claro, la parte más conservadora, los recalcitrantes, los que defienden los intereses de esa parte podrida de la Curia y del clero, piensan distinto y buscan y buscarán estrategias, argumentos y lindas palabras para convencernos de lo contrario de lo que acabo de señalar aquí. Y arrastrarán inocentes lavándoles el cerebro.

-No obstante, yo no pierdo las esperanzas de que la Iglesia haga lo correcto.

-Pero, ¿por qué escribo esto? Yo no pertenezco a otra religión enemiga de la Iglesia Católica, ni pertenezco a una ideología que la rechaza. Sin embargo, considero que es mi deber defender a mis niños lectores y también a los niños que no me leen y también a los niños que odian leer. Al revés de lo que cualquier malpensado puede entender al leer estas líneas, yo quiero defender, sobre todo, a los niños de familias católicas, porque son los más cercanos y más expuestos a esos hombres que se escudan en la Iglesia.

 

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Persona vs. artista

descarga_12_0.jpegMe vino a la mente reflexionar sobre este tema, al escribir esas breves palabras sobre el fallecimiento del músico cubano Juan Formell que publiqué en facebook.

Lo relacionaré con lo que me contaron sobre un Festival de Viña de no sé qué año, donde el cantante Roberto Carlos saludó con mucha deferencia al dictador Pinochet. La persona que me lo contó también me dijo que desde ese día no escucha a ese cantante por considerar que no es una buena persona.

Y coincide en que también leí en una revista on line, que en Uruguay un crítico de arte comentó por radio que García Márquez hizo dos o tres extraordinarias obras, pero que después de “El amor en los tiempos del cólera”, no produjo nada relevante. Leí que en facebook muchos ofendieron a ese crítico, catalogándolo de pedante, peligroso, boludo, canalla, etc.. Evidentemente defendieron a la persona, no al escritor.

Además, he sabido de gente que no lee absolutamente nada de Günter Grass, porque se descubrió que perteneció al partido nazi.

Otro ejemplo: muchas personas están de acuerdo en boicotear la obra de un artista, simplemente porque piensa distinto a uno. Son los que apoyaron a los gobiernos militares cuando prohibieron a Pablo Milanés, Víctor Jara o a la película italiana “Nos amábamos tanto”, etc. O apoyaron al gobierno cubano cuando prohibió a Los Beatles, Celia Cruz, o a George Orwel, etc.

Y pondré un último ejemplo, pero ahora mío. Yo no soporto a Silvio Rodríguez como persona. Me encanta muchas de sus canciones, sobre todo las del inicio de su carrera y después las de tema romántico. Las oigo feliz, pero ir a verlo en vivo no podría. Para mí es un entregado oportunista oficialista y sé varias anécdotas más que lo delatan como una persona que no podría figurar –ni de lejos-, entre mis conocidos. Pero, repito, me gustan las melodías y las letras de varias de sus canciones, no lo puedo negar.

Con tantos casos ya sobre la mesa podemos reflexionar: ¿uno debe separar la obra de la vida del autor? ¿O ambas cosas es un todo indivisible?

Sin dudas, conozco muchos que defienden ambos puntos de vista. Es que es un tema difícil. Pero quiero tomar partido y compartir la reflexión con mis amigos, mis lectores, ya que quizás ayude a aclarar a los indecisos.

Para mí, la obra artística va por un carril y la vida personal del creador corre por otro. Pero entiendo que no es fácil hacer ese ejercicio. Si uno considera mala persona a un artista, le duele consumir y disfrutar su obra. Incluso puede ser peor, porque hasta podríamos apoyarlo sin querer, incrementando su bolsillo al comprar una entrada para verlo, o un libro, o un disco, un video, etc.

Insisto, no me fue fácil llegar a esta conclusión. Pero me puse a pensar en que no conocí a Mark Twain, a Jardiel Poncela, a Chesterton, a Chaplin, a Tres Patines y no conozco a Woody Allen, a los miembros de Monty Phayton, ni a Quino, por mencionar a unos pocos de mis ídolos en el humor, ¿y quién me garantiza que eran o son buenas personas? ¿Yo dejaría de admirar a Mark Twain si me enterara ahora de que era asesino, pedófilo o apoyó a un dictador? Sin dudas, lo seguiría releyendo y admirando. Claro, tampoco escribiría sobre él diciendo que fue un gran hombre, al contrario, diría que no lo fue, pero separando su creación humorística de su actuar como persona.

En fin, esa es mi opinión. Pero que quede claro: a los que piensen distinto a mí, también los respeto, porque llegaron a sus conclusiones con otros argumentos y estoy seguro que también son válidos, aunque no los comparta.

Y si a alguien le caigo mal por escribir esta reflexión, que me deje de saludar, pero que siga leyendo mis libros, mis chistes, mis videos, ¿de acuerdo?

 

 

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¡Felicidades a las mamás... Pero no a todas.

descarga_14_0.jpegQuizás fue hace muchos días, quizás es hoy, quizás en muchos días más. No importa la fecha. Lo importante es otra cosa. Ahí va: propongo cambiarle el nombre de Día de las Madres, por el de Día de las Buenas Madres. Es que nuestra cultura occidental ha idealizado el concepto de “mamá” y así se convirtió en un mito que todas son tiernas, buenas, nobles, sacrificadas, protectoras, amorosas, etcétera, cuando sabemos bien que muchas no lo son. Digamos la verdad aunque nos duela: un buen número de madres no cumplen con esos adjetivos.
Miren esta lista de madres biológicas:

-La que abandona a su hijo(a) al nacer.
-La que golpea y maltrata física y psicológicamente a su hijo(a).
-La que usa a su hijo(a) como moneda de cambio.
-La que prostituye a su hijo(a).

-La que abusa sexualmente de su hijo(a), o permite que su pareja lo haga.
-La que sobreprotege demasiado a su hijo(a) y no por amor, sino por egoísmo, por miedos, por baja autoestima, etcétera.
-La que envidia a su hijo(a) porque tiene una felicidad y/o un estatus que ella nunca logró.
-La que favorece a un solo hijo(a) y abandona emocionalmente a los demás.
-La irresponsable que no cuida a su hijo(a) y éste sufre accidentes, o de mayor ni sabe con quién anda, qué hace, etcétera.
-La que se desvive para lograr que su hijo(a) se sienta culpable de todo.
-La que se pasa de severa.
-La que jamás entiende a su hijo(a).
-La que reniega toda su vida haber parido.
Y no sigo, porque me voy enojando y comienzo a sufrir. Además, esta lista la pueden ir engrosando ustedes con sus experiencias.
Quizás alguien piense ahora que los padres son peores. No lo dudo, pero no estamos analizando aquí a ellos. Esto es por el Día de las Madres y esas malas progenitoras no saben cómo sufren sus hijos(as) con ellas. Quedan marcados para toda la vida, porque la imagen y la influencia de una mamá es muy fuerte en nuestra cultura. Por eso me niego a felicitar a todas en este Día.
Aclaro que la que tuve cae entre “las buenas”, así que no escribo esto porque “me tocó una de esas malas”.
Pero no sólo debemos evitar felicitar en este Día a las malas madres, también meto en el mismo saco a las malas mujeres, que pueden ser hasta mamás (mamaes o mamases) “normales”. Me refiero a mujeres criminales, mujeres que delatan, sin ética, mujeres corruptas, con defectos que hacen daño a todo el mundo. Mujeres que disfrutan que sus hijos sean delincuentes, narcos, mafiosos y maten, roben, violen, etc., o que sean dictadores, o que se enorgullezcan de su hijo kamikaze, hombre-bomba, militar o paramilitar, guerrillero, seudoanarquista, etc., que mata inocentes o los tortura.
Uno sabe que existe todo esta gama de madres y mujeres malas, casi siempre, por los medios de comunicación, o por lecturas, o por terceros, o por otras vías.
Pero si me atrevo a redactar esto es porque conozco personalmente, bien de cerca, muchos casos que dan ganas de encarcelar a esas supuestas “santas”. Conozco en Cuba a madres que mandaban a sus hijas de 11 y 12 años a prostituirse por un perfume o un jabón. Aquí veo en la tele, en esos programas horribles de juezas, a progenitoras que provocan miedo por la maldad que demuestran. Leo en los diarios a las que le pegan a sus hijitos hasta la muerte o casi, porque se enojaron por algo que hizo la criatura. A las que dejan encerrados a sus niños en sus autos, adrede o no, a las que porque la pareja le es infiel mata a sus hijos, y así un largo etcétera. Por último, confieso que lamentablemente conozco muy de cerca a algunas madres que han hecho de las vidas de sus hijos un infierno.
Por todo lo anterior es que propongo celebrar el Día de las Buenas Madres, porque esas sí cumplen con los requisitos que sabemos. Sobre ellas se ha escrito mucho y hoy la red está llena de textos, brindándoles un merecido homenaje. Yo lo haré en otra ocasión, pero me despido con un cariñoso saludo a las buenas madres que me rodean, ya sean familiares o amigas y a ustedes, amigas de facebook… y por supuesto, a la que me parió y me crió, la mejor del mundo, donde quiera que esté su alma (si es que está en algún lado).
¡¡FELICIDADES POR EL DÍA DE LAS BUENAS MADRES!!

 

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¿Son necesarias las guerras?

images_9_0.jpegMañana alguien tiene programado en su agenda empezar una guerra. Muchos en este mundo ya tienen agenciado sentarse a ver CNN y “disfrutar” en vivo del espectáculo de la muerte y la destrucción.

Perdón, pero me siento defraudado, cansado, aburrido, aplastado y triste por eso.

Para mí, NO EXISTEN LAS GUERRAS NECESARIAS. Obvio, si alguien te invade tienes que pelear para defenderte; me refiero a que el que invade, el que comienza una guerra, jamás tiene una razón necesaria para iniciarla.

Alguien me dirá que a un dictador hay que derrocarlo a la fuerza, con violencia, con las armas. No me convence. La guerra contra Sadam Hussein, por ejemplo, se llevó a cabo bajo las banderas del humanitarismo, para terminar con ese tirano y se inventaron justificaciones como la posesión de uranio o algo así, y todos sabíamos que fue por razones cochinamente económicas.

Porque si de verdad prevalecieran las razones humanitarias, hubieran invadido hace tiempo a Corea del Norte o a Cuba, por ejemplo, donde las eternas dictaduras han manchado de sangre a sus pueblos. Pero como existen razones económicas detrás, no les interesan esas guerras. Ni la industria petrolera, ni la industria de las armas les ordena a los gobiernos que invadan a esos países. ¿Dónde se metió el hamanitarismo? (Que conste que no estoy de acuerdo ni mucho menos en que invadan esos países que mencioné.)

¿Cuáles son las razones para una guerra en Siria? No las sé, ni quiero saberlas, porque sé que para la vitrina será una razón noble y en el fondo será una razón sucia.

¿Hace falta derrocar a un dictador como Bashar al Assad? Por supuesto, es un asesino de marca mayor. ¿Hay que ayudar entonces a los que combaten contra él? Otro problema, porque ayudaríamos entonces a los extremistas islámicos, que tomarán el poder y se harán dictadores tan o más sanguinarios que Assad.

Pasará como cuando se ayudó a Osama bin Laden, se le convirtió en líder de su pueblo y después fue el enemigo No. 1 del mundo.

¿Cuál es la solución entonces para evitar la guerra? No tengo idea, porque no soy especialista, ni tengo la debida información. Por tanto, sólo especulo. Pero sí estoy convencido de que una guerra jamás es necesaria.

Los únicos que ganan son los políticos, los militares y los empresarios beneficiados. Los únicos que pierden son los civiles inocentes y sus familias, así como los soldados de ambas partes y sus familias.

La base de todo es que no se valora tanto la vida humana. Todavía hay personas que piensan que matar a un inocente es una solución para evitar la muerte de diez. Y mientras las cifras aumentan, más respaldo ético tiene la solución. Todo se minimiza porque hay un solo muerto. Incluso, puede llegar esa muerte a ser un triunfo y una celebración.

¿Y el muerto? ¿No tenía derecho a vivir como tú, yo o él? Parece un chiste, pero nunca el que pone el muerto es el jefe, el que manda, el poderoso.

Por otro lado, recordé otra reflexión mía en que dije que si me llamaban a una guerra no me alistaría (como lo hice en Cuba cuando me llamaron a pelear en Angola, otra guerra innecesaria y sucia). ¿Por qué no defendería tu “suelo patrio”?, me dirían algunos. Yo sólo respondo esto: Voy a defender a mi pueblo (sea Cuba, sea Chile, o sea Francia o Suiza), ¿pero a qué personas que pertenecen a mi pueblo tendría que defender también? A los mafiosos, violadores, asesinos, ladrones, narcos, torturadores, pedófilos, etcétera, sin contar otros defectos humanos que me molestan y que poseen otros de mis coterráneos y que tendría que defender también: los envidiosos, los corruptos, los abusadores, los  egoístas, los prepotentes, los xenófobos, los racistas, los clasistas, los tacaños, los traidores y otro largo etcétera. A todos yo debo defender entonces y dar hasta mi vida por ellos. ¡PUES NO VOY A IR A UNA GUERRA PARA DEFENDER A ESA GENTUZA!, por muy coterráneos que sean.

En fin, por ningún lado se ve una guerra necesaria y justificada. Por lo tanto, mañana es un día de duelo internacional si comienza la guerra.

Ya sé que no debo insistir mucho en el asunto, ya que me deprimiría por gusto, porque lo que piense y diga no cambiará nada.

Lo sé. Y es por eso que escribo esta reflexión, para “descargar”, para “vomitar” el veneno.

Por favor, también sé que existen otras opiniones diferentes, tienen todo el derecho del mundo a exponerlas y comentarlas, pero les aviso que no es mi intención armar un debate sobre esto (y menos una guerra). De todas formas, muchas gracias a todos si me han acompañado hasta aquí.

 

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Día de Acción de Gracias

images_1_8.jpegMi amigo Manny de la Portilla, me acaba de sorprender con un texto sobre el Día de Acción de Gracias, basado en el perdón.

Él, y nuestros seres queridos, saben que yo a Manny lo quiero como un hermano desde hace mucho tiempo, tanto, que ya no recuerdo si lo conocí en esta vida o en una reencarnación (fíjense evito decir “reencarnación anterior”, porque es obvio que las reencarnaciones ocurren antes; excepto claro, cuando se pronostican futuras reencarnaciones, aunque ahí se refieren a las uñas, sobre todo las que carecen de tratamiento pedicuro.

Digo esto, porque tiende a confundir, ya que Manny padece de encarnarse y reencarnarse las uñas. De ahí que tenga la magnífica y positiva fama de que “él nunca ha sacado sus uñas”, si no contamos la ocasión en que arañó –sacando sus uñas-, a un amigo común, seduciendo a su novia, algo que le perdonamos por lo atractivísima que estaba la muchacha.

Pero no es necesario que me desvíen con sus dimes y diretes y volvamos a lo que nos convoca.

Decía que lo quiero y lo quería desde tiempos pretéritos, evitando el uso del giro “lo conozco de atrás”, por las mala interpretaciones, sobre todo ahora que Manny trabaja en US ARMY, donde están prohibidas esas “atrasidades” que se cometen (no me agrada usar la palabra cometen, porque tiende a entenderse como dos personas que “co-meten” algo; es decir, “co-penetran” algo; produciendo quizás una imagen un poco erótica-bíblica bastante indecorosa para mi gusto. Espero que me comprendan).

Pero quererlo como lo quiero no basta para no contradecirlo públicamente, ya que considero el mensaje más importante que cualquier sentimiento entre individuos. Es que somos seres sociales y tenemos responsabilidades con nuestros prójimos y hasta con los prójimos de otros y con los prójimos de los de más allá y así sucesivamente, hasta llegar al último de los… (iba a hacer un simplón juego de palabras y escribir “El último de los projicanos”, pero me di cuenta a tiempo que este es un texto que se hjacta de ser serio).

Digo lo anterior (y aquí sí calza la palabra “anterior”, porque es obvio que se puede decir: “Digo lo posterior” y todo el mundo lo entendería), porque para mí “el perdón” no es tan trascendental como “la culpa”, sobre todo en el Día de Acción de Gracias. Y exijo más respeto y responsabilidad con eso.

Miren, para comprender mejor mi punto de vista, es necesario entender el concepto de “culpa”. Por lo tanto, debemos conocer cuáles son sus elementos:

a) Acto causal, real o imaginario. (Ejemplo: tengo pareja, no importa si es real o imaginaria)

b) Percepción y autovaloración negativa del acto por parte del sujeto, mala conciencia. (Ejemplo: le fui infiel a mi pareja y ella no me lo aguantó, porque para ella eso no es correcto).

c) Emoción negativa derivada de la culpa, remordimientos. (Ejemplo: ¡Ella está del cará! Veo que me odia, me quiere matar, se quiere vengar. Me arrepiento por haberme emparejado con ella.

La combinación de estos elementos puede dar lugar a dos tipos de culpa:

1) Culpabilidad sana o manifiesta: aparece como consecuencia un perjuicio real que nos han causado a nosotros. Su utilidad reside en ayudarnos a no respetar las normas y a perjudicar a los demás. La culpa funciona aquí como un estímulo satisfactorio cuando perjudicamos.

2) Culpabilidad mórbida: no ha existido ninguna falta objetiva que justifique dicho sentimiento. Es decir, nunca he sido infiel. A diferencia de la anterior, este tipo de culpabilidad es constructiva y nos ayuda a adaptarnos al medio. Cuando la culpa funciona bien (cumple su función adaptativa), pero también puede ocurrir con exceso (asociada con elevados niveles de perfeccionismo) o por defecto (se relaciona con alteraciones psicopatológicas como la depresión).

Conclusión: el sentimiento de culpa es una sensación de libertad única que nos trae esperanza y optimismo y nos abre un lugar en nuestro Corazón a "esa Paz que sobrepasa todo entendimiento".

Felix Díaz, perdón… Feliz Día del Perdón, este… Día de la Acción de Gracias.

Idem a la palabra anterior (y muchas).

 

 

Si no lo digo, exploto

descarga_15_1.jpegHe hecho lo imposible por no meterme públicamente en política y casi lo he logrado, pero hay excepciones. Como esta. Es que uno tiene su corazoncito... Así que voy a compartir esta reflexión, para exorcizarme. Será como sacarme ese moquito duro, pegado y doloroso que proliferan en nuestras narices, en climas tan secos como el de Santiago. 

Comienzo... Si alguien me dice que los gobiernos de Pinochet, Los Castros, Mussolinni, Ceaucescu, Stalin, Hitler, Somoza, Honecker, Stroessner, Franco, Gustav Husack, Amín Dada, Mao, Duvalier, y un lamentable etcétera, fueron democracias y no fueron dictaduras, ¿qué hago?

¿Le digo que es un problema de percepción como dijo hace poco un político del Partido Demócrata CristianoChileno sobre Cuba?, ¿Tengo que soportarlo y me hago amiguito y hasta colaboro con él, como hacen otros políticos para no perder el poder, el voto?

También es algo extraño y curioso -por decir lo menos-, que el señor Ballesteros, otro joven político del Partido Comunista de Chile diga impúdicamente que Cuba es una democracia y nadie lo contradiga. ¿Hay que ir a la Universidad para saber que es un hecho comprobado todo lo contrario, con mil pruebas irrefutables de que aquello es una dictadura? ¿Alguien puede probar que no lo es? Yo sí no puedo decir que es un problema de percepción. Ni es un problema de percepción que la madre de la Presidenta de Chile diga que la RDA no era dictadura, ni es un problema de percepción que Tellier, el presidente del Partido Comunista Chileno y su acólitos le hayan enviado felicitaciones al Partido Comunista de Corea del Norte en su cumpleaños y en estos días inviten a un personero de allá, cuando es una dictadura peor que la de Fidel, que es mucho decir. Y no es problema de percepción que Camila Vallejos grite a los cuatro vientos que desea ver instalado el régimen cubano en Chile. 

Pero alguien dirá: es su opinión y hay que respetarla. Y yo respondo: claro que hay que respetarla. Hasta esas barbaridades hay que respetar, porque soy demócrata, liberal, creo en los derechos humanos, en la libertad de expresión, etc., etc.

Yo sería incapaz de lanzarle un vaso de agua a una ministra, o de lanzarle un salivazo a un presidente, etc., etc., algo que está floreciendo en nuestra sociedad, lamentablemente. Estoy contra la violencia de todo tipo.

¿Pero qué hacer ante esas declaraciones que agreden la inteligencia y la dignidad humana? Porque eso es lo que logran hacer con esas declaraciones. Pues no se me ocurre nada. Excepto agarrar una rabieta y descargarla en el teclado como ahora. Porque salirles al paso; es decir, responderles a esas personas es por gusto, porque detrás de esas opiniones supongo que hay algo más fuerte, algo oscuro escondido que nadie quiere ver. Las frases como la de "la retroescavadora" no es casual. Da miedo. Y yo si no soy asalariado de la CIA, ni armo supuestas campañas de terror porque me siento un liberal de izquierda y para mí la extrema derecha y el pinochetismo es igual de dañino. Y tampoco soy un inocente, ni un ignorante. Creo yo.

Además, con esos personeros no hay diálogo. Son personas antidemocráticas. Y no se dejen engañar, si esa gente puede llegar al poder, solos, sin coalición, lo primero que harían será prohibir los otros partidos políticos, suspender elecciones libres, disolver el parlamento, restringir al mínimo la libertad de expresión, etc., etc. Eso harían las Camila Vallejos, los Ballesteros, los Tellier, etc., porque repito, no son demócratas. Es lo que han hecho los comunistas siempre. Llegando al poder aplicarán los métodos conocidos enseñados por Fidel, Mao, Stalin, etc.

Lo anterior es un hecho, insisto, no es una interpretación. Es lo que ha sucedido en la Historia del s. XX. Y ojo, no digo que en Chile hay una democracia perfecta, ni digo que estoy de acuerdo con muchas acciones realizadas por los gobiernos de E. U., así como también afirmo que hay una enorme brecha entre ricos y pobres, la cual hay que combatir, que hay injusticias, que hay corrupción, que fue doloroso ver personeros de Pinochet como ministros y con altos cargos en el gobierno de Piñera, que aún no hay justicia y reparación y otros lamentables etcéteras.

Pero hablemos de esos feos temas, hablemos de luchar contra todo eso para mejorar. Sin embargo, no se quiere hablar, no se quiere dialogar. Se quiere imponer las cosas. Algo anda mal en Chile.

¿Qué hacer entonces en la práctica? No sé. Solo se me ocurre esperar cómo se enloda la democracia con esas personas tomando cada vez más poder, con la esperanza de que el pueblo en las urnas los castiguen la próxima vez. Y castiguen también a esos políticos y políticas de otros partidos que para ganar más poder, los acogen, a pesar de ser tan antidemocráticos. ¿Es una solución esperar? Tampoco sé. Quizás las masas sigan embobecidas con los cantos de sirena y voten aún más por ellos.

No obstante, mi espíritu optimista y positivista se va a imponer a esta lúgubre reflexión y me dará de nuevo ánimo para soportar lo que se viene para Chile si esto sigue así.

Es que ya que no deseo de nuevo hacer patria en otro lado.

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Mi opinión: Sale perdiendo otra vez el humor

descarga_5_0.jpegMe entero de que le pifiaron a un humorista durante su actuación en el último Festival de Viña del Mar, a tal punto que no lo dejaron actuar, creo.

No es la primera vez que lo comento. Pero me enojo tanto con estas cosas que de nuevo me dan ganas de “descargar” y mis lectores deben soportarme.

Lo primero para aclarar: no sé ni el nombre del humorista, porque no veo el Festival (ni siquiera veo televisión abierta, ni sigo esas noticias faranduleras, entre otras cosas porque no tengo tiempo).

Ahora entro a mi opinión con un ejemplo.

 

Uno ve a la entrada de un restaurante una lista del menú ejecutivo del día, donde hay aperitivo, plato de fondo, postre, gaseosa o jugo y café, y decide entrar. Entonces pide el menú y le traen el aperitivo y después el palto de fondo, y cuando ve el postre se pone a protestar, gritando, chiflando, etc. Lo hace porque quiere más del plato anterior, o porque ese postre no es nacional, o porque no le gusta el alimento que lo compone, o por lo que sea. ¿Tiene razón de protestar? ¿Es justo? Evidentemente, no. Él aceptó el menú al entrar, sabía qué tipo de alimentos le servirían. ¿¡Cómo puede pensar que tiene derecho a esa pataleta?! (Excepto que la comida esté en malas condiciones o algo así).

Pues algo parecido sucede en el Festival de Viña. El público entra y paga sabiendo con varios días de antelación cuál será el programa (el menú) que verá en escena. Sin embargo, de repente se enfurece, porque quería más del artista anterior, o porque escuchó en la presentación que el humorista es de argentina o de otro país y le salió el nacionalismo barato, o porque la rutina que presentó el artista no le gustó, porque le hace reír más los chistes picantes, etc. Y arma un escándalo vergonzoso que obliga a que retiren al pobre humorista.

Fíjense que no estamos evaluando aquí si el humorista es bueno o malo, porque nos meteríamos en otro rollo, ya que sabemos que humoristas buenísimos y malísimos han triunfado en ese escenario, así que la calidad del mismo no influye en la perreta mal educada de los espectadores.

Y a propósito de mal educada. El circo romano sediento de sangre que se arma en la Quinta Vergara y que los periodistas mediocres bautizaron una vez como “monstruo”, para vender más, está compuesto por gente ignorante, mal educada, simplona, de mala calaña, pero también de gente que estudió, que tiene educación profesional, que supuestamente es decente y educada. Pues casi todo ellos, al entrar allí, se convierten también en masa chusma y demuestran una cara muy fea del ser humano. Como si entrar a ese lugar te llevara al primitivismo.

Pero a los organizadores del Municipio, a los canales auspiciadores, a muchos periodistas de espectáculos y a mucha gente que consume esas noticias les agrada ver y comentar cómo aplastaron e hicieron talco al artista. Dicen que hasta en ocasiones buscan a un humorista que creen que saldrá “comido” por el “monstruo”, y simplemente lo programan detrás de un artista que saben que el público no va a querer que termine de cantar.

A mí me da vergüenza que suceda eso.

Y, repito, no estoy defendiendo al humorista, que quizás es bueno, pero quizás es pésimo; quizás es bueno y falló al escoger su rutina para ese escenario, pero quizás es malo, pero acertó con chistes subidos de tono, abiertamente groseros y vulgares como muchas veces ha demostrado que le gusta reír ese “monstruo” asqueroso.

¿Por qué escribo esto con tanta indignación? Porque el más perjudicado una vez más es el humor, da lo mismo si es porque el humorista triunfó con chiste del mal gusto, o el humorista no pudo presentarse por la mala educación de ese público. De igual manera sale perdiendo el humor. Y yo como humorista (humorista no es sólo el que cuenta chistes, sino es el que hace humor en cualquier manifestación artística o en cualquier campo del quehacer humano), una vez más tendré que enfrentarme ahora en mi carrera, a personas que al ver esto piensan que el humor es un género menor, de segunda y que no es importante. Porque lo increíble es que esas personas que piensan así, llegan a los cargos que deciden cosas importantes.

Y una vez más tendré que luchar por las banderas del humor y la risa, porque es todo lo contrario: el humor es demasiado importante.

Pero aunque ya esté acostumbrado a esa batalla, siempre jode, ¿no?

 

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No. 216

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El arte de robar el interior de un auto de alquiler,

dejando solo la carrocería intacta, se llama:

taxidermia.

 

Homenaje póstumo: Roberto Gómez Bolaños de México

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Se le considera como uno de los grandes maestros del humor Latinoamericano. Y ha dejado profunda huella en los pueblos de este Continente.

Escribía, dirigía y actuaba en televisión, pero también hizo cine, radio y se desempeñó como productor, dramaturgo y compositor.

Para muchos colegas, el humor de Bolaños era algo facilista, simplista. Y se basan en lo grotesco de, por ejemplo, adultos caracterizando niños, pero sobre todo señalan el humor astracán y naif que utilizaba, abusando de las

caídas, tortazos, golpes, etc., además de equívocos, demasiado evidentes y poco elaborados.

Sin embargo, nos dimos el tiempo de estudiar su obra y al analizar sus guiones nos impresionó la cantidad de juegos de palabras que usaba y lo ingenioso y gracioso de muchos de ellos, en medio de su humor infantil, blanco, lúdico.
 

Sí, era ídolo de las masas (ver las imágenes de sus giras por Latinoamérica para demostrar que era más popular que cualquier cantante de su época). Gustaba tanto que hasta fue doblado al chino.

Por todo ello su trayectoria es demasiado valiosa y opaca sin dudas toda crítica especializada adversa.

Humor Sapiens le rinde homenaje al humorista que llevó la alegría a tantos hogares del mundo.

Nuestros deseos de que donde quiera que esté Bolaños, en la vecindad que sea, continúe haciendo reír “sin querer queriendo”.

 

 

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