Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo

Yo soy amable y Hernán Cortés

descarga_27.jpegRespondo aquí, públicamente, lo que alguien me preguntó en un correo electrónico que recibí esta semana.
Esa persona quiere saber por qué no hago un programa de televisión y/o radio para niños y motivarlos así a leer a través del humor como hago “en vivo”. Hasta ahí la pregunta me pareció lógica y les confieso que no me desagrada la idea, pero lo veo muy difícil de concretar, ya que hasta ahora lo que me han propuesto es demasiado “comercial” para mi gusto y si no me dan garantías de que yo decida artísticamente, no acepto nada. A esta edad y con el abundante y lindo trabajo que tengo sólo hago cosas para disfrutar, no para amargarme la vida, ¿no es cierto?

Pero la siguiente sugerencia que me escribió en su correo sí la encontré “extraña”, por decirlo de alguna manera. Dicha persona me dice que yo debía estar en el mundo de la farándula, para darle más nivel al producto televisivo. 
Le respondo que no sé qué significa “dar nivel” en ese campo, pero sí sé qué significa estar “metido” en la farándula y eso jamás me lo permitiré. 
Y respaldo mi respuesta con algo que siempre es odioso, según dicen, pero necesario: las comparaciones. La diferencia entre mi vida y la de los “ricos y famosos” es abismal. Miren bien estos pocos ejemplos y comparen entre ellos y yo: 
-Cuando trabajaba como ingeniero, yo visitaba edificios … y Julio Iglesias. 
-Después, para ganar dólares en Cuba me hice artesano haciendo escudos… Y Antonio Banderas.
-Mi profesión ha sido una batalla… y la de Juan Luis Guerra
-Mi auto es un Nissan… y el de Harrinson Ford. 
-Mientras yo descanso solo horas… Cameron Díaz.
-Yo vivo de mis derechos de autor… y Oscar de la Renta. 
-En fin, yo soy pobrie… y Lionel Richie.
Conclusión, nunca podré pertenecer a la farándula.
Los que no están de acuerdo conmigo envíenle este mensaje a diez amigos en menos de 1 horas, para que les llegue de sorpresa abundante dinero.
Muchas gracias.

 

 

Pedagogía del humor (12). Educar pasándola bien

images_3_0.jpeg¿Pedagogía y humor? Sí. ¿Por qué? Porque el ser humano nace con cierta predisposición hacia la diversión, la alegría de vivir, el juego, la curiosidad, la exploración y la flexibilidad y con ese espíritu transcurre nuestra infancia. Sin embargo, nuestros centros educacionales se empeñan cada vez más en acabar con todo eso. Si logramos impartir clases amenas, si resolvemos los conflictos con ingenio, gracia, si logramos un grupo cohesionado y orgulloso de pertenecer a él, si hacemos que los niños sean más creativos, más imaginativos, y todo con el tono lúdico y risueño que caracteriza la infancia, entonces podemos lograrlo. Esa es la base de la Pedagogía del humor.

En clase, se ha comprobado que el humor anula los sentimientos de vulnerabilidad, los miedos, el estrés, que son los que bloquean la memorización y el aprendizaje.

Las investigaciones y estadísticas demuestran que la mayoría de los niños y adolescentes con problemas de inadaptabilidad social, inestabilidad emocional, rebeldía, apatía, arrogancia, egocentrismo, se deben a una infancia llena de privaciones y anhelan el juego, la diversión, la risa y el amor. Y si se les enseñara a reír de sí mismos, verían entonces la realidad de un modo menos egoísta y dramático, así como también el humor ayudaría a reavivar su viveza mental, tan inhibida o confusa debido a esa infancia.

Por desgracia, muchos centros educacionales tratan de inculcarles a sus niños respeto a la autoridad y al orden establecido a través de un modo excesivamente rígido y serio. Pero los niños prefieren amar el orden establecido antes que respetarlo. Prefieren compañeros de juego y risa antes que padres sustitutos o entidades paternales.

Por eso, los educadores deben tener sentido del humor y alejarse de la hiperseriedad. Lamentablemente, en la actualidad la mayoría de los centros educacionales preparan a los niños y adolescentes para que tengan confianza en sí mismos, pero enseñándoles a ser hiperserios, competitivos y agresivos. Enfatizan el valor del individuo y su culto a la autoimportancia.

Por otro lado, muchos estudiantes se encuentran en una situación crítica al ver su incapacidad para afrontar los primeros fracasos o presiones emocionales. Es que están siendo educados en un ambiente de hiperseriedad en que los problemas son dramatizados, donde el fracaso adquiere proporciones catastróficas. Mediante el sentido del humor uno acepta el fracaso con sano espíritu deportivo.

En la vida existen las recompensas extrínsecas y las intrínsecas. Las extrínsecas son el dinero, la fama, el estatus social. Las recompensas intrínsecas incluyen la satisfacción, el alivio, la celebración. Pues la sana diversión proporciona su propia recompensa intrínseca. Por tanto, cuando al fin consigamos hacer un aprendizaje realmente divertido, nos aseguramos de que por primera vez en la Historia, el niño se levantará feliz de asistir a clases.

Desarrollar el sentido del humor es tan importante y curricular como la casi totalidad de los objetivos pedagógicos.

 

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Pedagogía del humor (11). ¿Cómo deben desarrollar su sentido del humor los profesores?

descarga_4_1.jpeg¿Cómo hacer para desarrollar el sentido del humor? Fácil, haga ejericicios para estimularlo y desarrollarlo. Como toda disciplina, lleva esfuerzo, constancia y dedicación, pero como es placentero todo, no se dará cuenta de ese esfuerzo.

Pero ante los ejericicios, unos consejos:

Adopte una actitud de alegría. Eso no significa que deba comportarse como un tonto o un loco. Mantenga su mente abierta y tenga pensamientos sin censura, traviesos, hilarantes.

Vea el lado humorístico de cada situación y ría. Pero ría se de lo que hacen los otros, no de lo que son.

Por otro lado, ríase de usted mismo, sin despreciarse y aceptando sus fallas. Claro, sin dejar de ser serio y responsable con usted y con los demás, pero sin exagerar, ¿de acuerdo? Y no se olvide de esto: al no tomar las cosas con tanta gravedad echará por la borda las tensiones.

Haga reír a los demás. Experimentará un placer especial. Gozo que solo brinda un sentido del humor agudo y generoso.

El humor es más que risa. Es más gratificante que el mero entretenimiento.

Pero, ¡ojo!, tener un buen sentido del humor implica desarrollar un mecanismo mediante el cual se obtenga una perspectiva emocional o mental, consciente o inconsciente, que permita un escape temporario.

 

Y ahora sí, aquí van los ejericicios. Por supuesto, los ejercicios creativos y lúdicos que compartiremos ahora, sirven para desarrollar “los músculos” del sentido del humor, pero también para estimular la imaginación y la expresión verbal y corporal, así como para desinhibir. Después de hacerlos verá cómo mejora también su estado de ánimo: se forma un estupendo círculo virtuoso.

1) Reúna a varios familiares o amigos y trate de hacerlos reír. Pueden incluso escoger un tema y usted tendrá que improvisar chistes, muecas, gestos, observaciones, comentarios, etcétera. Cualquier recurso gestual o verbal será válido, excepto tocar al otro. Ideal cambiar de roles.

2) Sitúese ante sus familiares, amigos o compañeros de trabajo e interprete una canción por medio de gestos, en concordancia con la letra. Debe escogerse una canción cuya letra sea muy gráfica. La persona debe interpretar, si es posible, cada palabra, o cada idea. No debe cesar de hacer gestos. Las partes neutras, o que no sepa graficar, puede pasarlas imitando los gestos del lenguaje de los sordomudos. Este ejercicio admite variantes: a) Todos escuchan la canción. b) Sólo la escucha, con audífonos, el que la interpreta (puede prescindir de los audífonos si se la sabe de memoria). También es conveniente comenzar con canciones lentas, e ir tomando después canciones más rápidas, que obligan a una mayor agilidad en la improvisación y la expresión.

3) Un amigo o familiar prepara una situación que resulte incómoda para usted. Cuando le plantee la situación, usted deberá encontrar una salida más o menos ingeniosa, ocurrente, imaginativa. Si es posible humorística. De ningún modo puede evadirse, ni emplear violencia física o verbal. Tiene que actuar, pero sólo con el ingenio. Por ejemplo: él se acerca a usted junto a un supuesto policía y lo acusa de algo bastante truculento. ¿Cómo se defendería usted? Invente, improvise y termina el ejercicio cuando convenza al otro o lo haga reír.

4) Invente dos elementos o conceptos, uno de carácter concreto, y el otro abstracto. Por ejemplo: “Foca celosa”. Usted tendrá que interpretarle a uno o varios familiares o amigos la idea, empleando sólo su cuerpo, sus gestos y movimientos. No podrá hablar ni emitir sonido alguno. Sus observadores, para adivinar, podrán hacer preguntas para orientarse, pero cerradas, de modo que usted sólo podrá responder negando o afirmando con la cabeza. Representar el elemento concreto —la foca— es más fácil, pero el abstracto —los celos— es más difícil, por supuesto. Este ejercicios o lo hace usted varias veces seguidas con diferentes conceptos, o arma un juego con los presentes, dividiéndose en bandos y dándose puntajes.

5) Este ejercicio se llama “Frankestein”. Usted sabe que ese monstruo fue creado a retazos, y las costuras se le ven. Del mismo modo, entre sus familiares o amigos se puede armar un “Frankestein” —una breve telenovela, o cuento— a partir de una propuesta o capítulo inicial que usted prepara o improvisa. Entonces lo cuenta, y los demás, por turno, aportan su capítulo correspondiente, cada uno siguiendo al anterior. Cuando le llegue a usted inventa el capítulo final, o si son pocos los participantes, se hacen más rondas.

6) Consiga de alguien una o varias preguntas disparatas, absurdas y usted, por escrito, debe responderla de la manera más graciosa posible. Por ejemplo, un amigo le dice o le envía por escrito la siguiente pregunta: “Entra a un baño público. De pronto ve un ángel orinando a su lado; y le dice que hay un problema en el cielo: se está discutiendo sobre si enviar o no otro diluvio a la Tierra, y aún no se logra decidir nada. ¿Qué le dirías al ángel, antes que acaben de orinar, para contribuir a una decisión?”. Vaya probando su respuesta entre sus familiares y amigos, lo que posibilita que usted la siga enriqueciendo hasta quedar satisfecho.

7) Usted buscará fotografías sugerentes (de amigos, familiares, en revistas, en la prensa, en Internet) y concebirá un pie de foto o globo humorístico que le cuadre a cada una. Después se lo muestra a sus allegados o compañeros de trabajo, teniendo así también la posibilidad de enriquecer su creación.

8) Seleccione un chiste que le haya dado mucha gracia, que sepa que usted lo puede contar sin esfuerzo y apréndaselo bien. Piense cómo lo contaría; es decir, cómo mover las manos en cada frase o palabra importante, qué expresión poner donde haga falta, dónde y de qué dimensión serán los silencios necesarios para ayudar al efecto chistoso, si lo hará con una sola voz o con varias por ser varios los personajes del chiste, o resolverá eso ubicando en el espacio a su alrededor a los personajes y dirigiéndose a ellos, si al interpretar a un personaje hace falta mostrar un gesto característico, una inflexión de voz, etc. Y cuando lo tenga ya totalmente montado busca el público adecuado (uno que no se vaya nunca a ofender o disgustar con su chiste y ¡cuéntelo! Si no se rieron, o lo hicieron poco, o le criticaron algo, o usted se dio cuenta que podía mejorarlo, entonces no lo cuente más y de nuevo estudie su montaje. Cuando esté satisfecho de cómo lo cuenta y ya vea que es eficaz, monte otro y así sucesivamente hasta tener un repertorio. No es para convertirse en humorista profesional, es solo para que sienta el placerde hacer reír a los demás y para ejercitar su poder de comunicador, porque esa misma experiencia le servirá para, ante cualquier auditorio, contar anécdotas, leer en voz alta, dar opiniones y comentarios simpáticos y muchas más cosas.

9) Escoge a un familiar, amigo o colega que quiera ser cómplice en esto. De repente se acerca a él, lo observa como reconociéndolo de otra época, y de pronto le dice “¡Amigo(a)!”, y lo abraza efusivo, diciéndole: “¡Oye, cuánto tiempo!”. Luego lo mira y le dice: “¿Te acuerdas de la fiesta de Fulanito(a)?”, y comienza a reírse como si el recuerdo fuera muy cómico. Se mantiene tocando y abrazando al otro y riéndose sin poder contenerse hasta que el otro esté riéndose también. Conversen un poco inventando recuerdos y se despiden.

10) En complicidad con un familiar, amigo o colega, invente un diálogo telefónico. Por ejemplo, usted lo llama y le dice: “Bueno, cuéntame, ¿viste lo de allá?” Él le puede responder: “No, yo vi lo de acá. ¿Tú también?” y usted contesta: “No, yo no, ¡pero qué risa me dio! Y se ríe. La conversación puede durar lo que usted quiera.

Conclusión: si practica estos ejercicios, más los ejecicios para reír más y mejor y asimila las recomendaciones para estar de forma permanente con buen estado de ánimo (ambos aparecen en esta misma página), está sin dudas absolutamente capacitado para aplicar la Pedagogía del humor y lo que es más importante: para ser una persona más feliz, disfrutando de una gran calidad de vida.

 

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Pedagogía del humor (10). Los profesores necesitan reír, ¿pero cómo hacer?

descarga_3_1.jpegMuchos profesores dudan de si pueden aplicar la Pedagogía del humor, porque dicen que ríen poco o no están acostumbrados a hacerlo.

Pero todo tiene remedio, más para algo tan importante. Existen ejericios para reír más y mejor. Algo que los profesores deben entender por su enorme importancia y por ende deberían hacer un hábito de su práctica, porque es evidente que mejora su imagen y a la vez mejora su visión de la vida, su estado de ánimo y por consiguiente su calidad de vida. Y sólo por el simple hecho de reír, algo con lo que uno nace, algo que no lleva trabajo, esfuerzo y es gratis, ¿no?

Estos ejericicios son muy necesarios para los que nunca ríen; para los que ríen de forma tímida; para los que desde chico los deformaron, enseñándoles que “la risa abunda en boca de tontos” y para los que desean mostrar una risa más sincera, espontánea, cálida, cristalina.

Pero recuerde que no basta con tener deseos o con hacer los ejercicios de vez en cuando. Nada funciona si uno no tiene la fuerza de voluntad o la entrega necesaria. Lo mismo sucede con ir al gimnasio o practicar de yoga, por mencionar un par de actividades donde también puede suceder.

A partir de aquí, anote y practique…

1) Póngase en cuclillas y abrácese sus rodillas, mientras chilla entre quejas y lamentos, fingiendo pesar o dolor. Entonces, estírese progresivamente al máximo, hasta formar un aspa con los brazos y las piernas, añadiendo una enorme carcajada cuando esté completamente estirado. Puede hacer diferentes grados de expresión corporal. La risa será de gran expresividad, de logro total, por eso el gesto escandaloso y festivo. Así, alterne los encogimientos y estiramientos, con expresiones intensas de alaridos y carcajadas. Diez minutos en cada tanda.

2) Eleve las cejas, estire las comisuras de los labios sin abrir la boca (como una mueca de risa en la que la línea de la boca se extiende lo más posible), levante los hombros y entorne ligeramente los ojos. Tras permanecer en esa posición durante un minuto, recupere la posición inicial y permanezca así durante un minuto, transcurrido el cual hay que repetir la mueca. Realice estas alternancias mueca-no mueca durante diez minutos.

3) Imite el rugido de una fiera, todo lo exageradamente que pueda, como si quisiera asustar a alguien. Vaya tanteando con diversas formas de respiración y posición de la garganta. Practique durante cinco minutos. Con la misma intensidad, haga ahora lo mismo, pero emitiendo las sílabas “ja”, primero, después “je”, “ji”, etc.. Terminando con una risa de varias “ja” o “je” repetidas veces.

4) Reúna a varios familiares o amigos (mientras más, mejor), póngase frente a ellos y comience a reír a carcajadas, como si hubiera escuchado el chistemás cómico del mundo. Pero no pare nunca hasta ver cómo los presenten comenzarán a reír tanto como usted y nadie entendiendo por qué. A esa altura no es necesario preguntárselo. Ya verá.

5) Cada mañana, al levantarte, siéntese cómodamente con la espalda recta, pero sin rigidez (para poder respirar bien, no presionar el diafragma y modular y proyectar bien su voz), y dedicarse a reír sin ningún motivo especial durante un par de minutos.

6) Consiga a un familiar o amigo, póngase frente a esa persona y sonríale sin sonido. Después exíjale que comente lo que vio y le diga si su sonrisa es falsa o sincera, hipócrita, infantil, etcétera. Si son varios los presentes, que los comentarios se los hagan en su oído para que repita la sonrisa frente a los demás y obtenga otros comentarios. Después analice sin son diferentes y piense por qué; pregúntese qué debe mejorar, o por qué para tal persona es distinta su sonrisa, etcétera. Acto seguido, haga todo de nuevo, pero ahora riendo fuerte o inmoderadamente. Así conseguirá un buen material de estudio.

7) Al menos una vez al día, póngase frente a un espejo y cambie la expresión de su rostro. Haga muecas. Sonría. Otra variante es pararse frente a a un niño y usted es el espejo. Imite entonces todas las muecas y sonrisas del niño.

8) Usted, sumergido en las labores diarias de la casa, con los miembros de la familia también haciendo sus cosas, de repente suelte una estruendosa carcajada, aparentemente sin sentido, durante quince segundos y también de súbito cambie a la normalidad de lo que hacía. Ojalá involucrar a los familiares y logre que cuando escuchen la carcajada todos lo imiten.

9) Quizás en algún momento usted estará bajo estrés, con amargura, o con cualquiera emoción negativa que le inhiba reír o sonreír. El ejercicio es el siguiente: párese firme, con las piernas algo separadas para buscar mejor apoyo; relaje los hombros (encójase de hombros y suelte los brazos varias veces); relaje los músculos de la cara; ponga una sonrisa en su boca (aunque la note muy falsa); cierre los ojos, recuerde alguna situación simpática, graciosa o cómica donde usted haya estado presente. Así, comience a respirar tomando aire profundamente y soltándolo de manera entrecortada. Enseguida cambie y al soltar el aire, hágalo emitiendo la sílaba “ja”, cada vez que expulse. Después cambie y haga lo mismo, pero con “je”, con “ji”, etcétera. Verá cómo comenzará a sentir un nuevo estado de ánimo y la risa ya no la sentirá falsa, al contrario. La razón de ser del ejercicio, es el estudio de las emociones que realizó la psicofisióloga chilena Susana Bloch, que vio que la única forma de “medir” las emociones era a través de la respiración que caracteriza a cada una de ellas. Lo opuesto a reír es llorar y uno en esa situación toma el aire entrecortadamente y lo expulsa de una vez, al revés de la risa, como se señaló en el ejercicio. Por tanto, el proceso que buscamos es el contrario; es decir, lo normal es sentirse triste y logramos respirar como tal; con el ejercicio nos ponemos a respirar como si estuviéramos alegres y logramos estarlo.

10) Si asiste a una terapia de risa, o busca en internet, encontrará otros ejercicios, sobre todo para realizarlos en grupos.

Y comience a mostrarles esa frecuente y natural risa a sus alumnos. Ellos enseguida se darán cuenta de que tienen en su usted a un líder confiable, agradable, seguro, humano. No se arrepentirá.

 

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Teatrocidades No. 4

descarga_30.jpegEL ENGAÑADO

(TEATRO PARA LEER)

PRIMER ACTO

 

Se oscurece la sala y se abre el telón. Se escuchan las notas de una marcha militar (pero separadas, una a una cada tres segundos. El público, que se la sabe, intenta cantarla pero no puede. Se encienden las luces del escenario. Escenografía de estilo realista. Tres paredes de bloques de hormigón y un techo de planchas de fibrocemento hacen las veces de Jefatura en campaña. Dentro, una larga mesa de cedro. Alrededor de ésta, los actores aparecen sentados en sendas sillas de estilo vienés, representando a Sotolongo, Coronel del Ejército cubano, a  Musuto, sub-teniente angolano y demás oficiales y sub-oficiales de la Compañía de Zapadores.

Son actores de raza blanca y negra, ya sean cubanos o angolanos indistintamente. Los blancos pintados con corcho quemado por orden del Alto Mando del ejército cubano en La Habana, con el objetivo de ganarse a los africanos. Vestuario: uniformes militares también de color negro. Es de noche sin estrellas, solo la de las que exhiben los militares por sus rangos. Tampoco hay luna. Se va música. Todos los textos se dicen en dialecto karabalí. Sotolongo al hablar, arrastra la “s”. Musuto , al hablar, arrastra la “k” y los espectadores arrastran una condena.

Sotolongo: (CON FIRMEZA)... Entoncesss, mañana avanzaremosss unosss treinta kilómetrosss, arrastrándonosss a travésss de losss riscosss de la cosssta. (ORGULLOSO) ¡Mañana el mundo entero sssabrá del éxito de losss mejoresss zapadoresss de todosss losss tiemposss formadosss por nuessstro Comandante en jefe!

Musuto: Yo tengo una duda grande, en cuanto a ese avance, Coronel. Me parece absurdo que tengamos que arrastrarnos así, varios kkkilómetros, en esas condiciones y usando el uniforme de ceremonias que recién se les entregó a las tropas.

Sotolongo: No me importa. ¡Mejor! Así nosss mezclaremosss con el pueblo que vissste andrajosssamente, y no nosss dessscubrirán.

Musuto: Lo siento, mi Coronel, pero usted no puede sacrificar la elegancia y gallardía del ejército cubano, ni por una cuestión de seguridad Nacional.

Sotolongo: (PENSATIVO) Hum... esss verdad, tiene usssted razón... (ENERGICO) Atiendan todosss: cambio de planesss. Usssaremosss la variante "Aguila". Mañana avanzaremosss losss treinta kilómetrosss en auto-ssstop... (MALEVOLO) Je, je, losss de la UNITA, pagadosss por la CIA, no esssperarán esssa maniobra...

Musuto: Yo tengo una duda grande, en cuanto a este avance. Me parece absurdo que tengamos que trasladarnos así, en esas condiciones, sin una seguridad, una prueba fehaciente de nuestra contrainteligencia, que nos permita salir airosos en nuestros objetivos.

Sotolongo: ¡Pero sssi tenemosss esssa prueba! Hoy misssmo recibí un fax directamente de la Oficina del Comandante en Jefe, dónde ssse me comunica que, sssegún el Departamento de Inteligencia Militar del Essstado Mayor, podemosss avanzar confiadosss hacia la victoria final. ¡Y lo firma nada menosss que el invicto y genial Comandante en Jefe!

Musuto: Perdone, pero entonces ¿por qué sale hoy publicado en la primera página de todos los diarios de África que las tropas de nuestro enemigo Savimbi están entrando triunfantes en nuestra capital?

Sotolongo:   (CONSTERNADO) ¡Oh, no!... (CONSTIPADO) ¡Achisss!... ¡No le puedo creer! ¡No!... ¡Por dios!

El director de la obra: (EN OFF) ¡Arrastra la "s"!

Sotolongo:   (OBEDECIENDO ¡Por diosssssss!

El director de la obra:    (EN OFF) ¡Son tres "s" nada más! ¡Por diosss!

Sotolongo:   (AL DIRECTOR EN SUSURRO) ¡No me fastidies más que me desconcentras! (EN VOZ ALTA) ¡Me han engañado!... (SE CONGELA LA ESCENA Y LOS ACTORES COMIENZAN A TIRITAR).

Los actores saludan al público. El actor que hace de Sotolongo hace mutis por derecha, hacia el fondo del Teatro. Cruza por frente a los camerinos, atraviesa el pasillo de las oficinas, saluda al sereno, abre la puerta de servicio del Teatro y sale al exterior. Pero, en vez de la calle, se encuentra en una ciénaga. Al centro del gran lodazal, se eleva una plataforma iluminada por miles de fuegos fatuos, donde tocan son unos jóvenes que se hacen llamar Buenavista Social Club... Entonces, se escucha en los alrededores del Teatro, el desesperante grito de Sotolongo: ¡¡ME HAN ENGAÑADO!!...

SEGUNDO ACTO

Se encienden las luces del escenario. Entra música militar pero casi imperceptible. Escenografía: Baños del campamento. Un insoportable mal olor invade el escenario, la platea, el vestíbulo y la acera del Teatro. Los vecinos que viven en la cuadra protestan. El dueño de la cafetería de al lado del Teatro demanda judicialmente al administrador del mismo. Sotolongo dice algo, pero el público no lo oye bien. Tiene que desplazarse cuatro metros, hasta donde está un micrófono colgado para hablar.

Sotolongo: ¡Sssé que estásss ahí, mi querido Josssé Ramón!

José Ramón: (DESDE DENTRO DEL BAÑO) ¿Y por qué lo supiste?

Sotolongo: Tu olor esss inconfundible. Pero, ¿por qué me huyesss? ¡Hace diez minutosss que te busssco por todosss losss rinconesss del campamento! ¿Qué te he hecho ahora, hijo mío?

José Ramón: ¡Espérate Sotolongo! (SE OYEN SONIDOS DE PAPELES RASGADOS Y ESTRUJADOS. AL RATO APARECE UN ACTOR NEGRO, TAMBIÉN EN UNIFORME NEGRO)... ¡Dime, Sotolongo!

Sotolongo: (SUFRIDO) Ahora, cuando másss te necesssito, ¡te pierdesss!

José Ramón: No digas eso. Lo que pasa es que como ya estamos a punto de perder la guerra, no hace falta que esté todo el tiempo contigo.

Sotolongo: ¿Ah, sssí? ¿Entoncesss somosss familia sssólo en losss buenosss momentosss?

José Ramón: Mira, Sotolongo, tengo que hablar contigo. Debo hacerte una importante confesión.

Sotolongo: (PREOCUPADO) ¿De qué ssse trata?

José Ramón: ¡Yo no soy José Ramón!

Sotolongo: (SORPRENDIDO) ¡Qué!

José Ramón: Sí, mira, en verdad yo toda mi vida me he llamado María Eulalia, porque soy mujer, Sotolongo. ¡Soy tu hija!

Sotolongo: ¿Y mi hijo dónde essstá?

José Ramón: No está, porque él es ella y soy yo.

Sotolongo:   ¿Y desssde cuándo eresss mi hija?

José Ramón: Desde que nací. Cuando te fuiste a África como guerrillero con el Che la primera vez, mi madre quedó embarazada y como sabía que tú eres un machista empedernido y que te encanta las armas, matar y esas cosas, querías tener un hombre para enseñarle eso. Así que ella me crió como varón para complacerte. Pero ya no puedo más permanecer así.

Sotolongo: (DE REPENTE MAS AFECTADO) ¡No te puedo creer!...  (COMPLETAMENTE APLASTADO) ¡Me han engañado!... (SE CONGELA LA ESCENA Y LE REPARTEN ABRIGOS NEGROS A LOS ACTORES).

Aplausos. Algunas toses por un resfrío que contagia la ciudad. La acomodadora reparte jarabe y paños calientes para que se froten el pecho. Apagón.

TERCER ACTO.

Se encienden las luces del escenario. Se presenta un corto circuito en la pizarra de luces. Comienzan algunos cables a producir chispas. Se funden tres diablas y dos rasantes. Un cable se zafa y uno de sus extremos cae sobre un espectador sentado al lado del bafle. Recibe una descarga eléctrica que lo mantiene casi dos minutos convulsionando. Apagón total. Media hora después, los empleados de la Compañía de Electricidad logran establecer el fluido. Se encienden las pocas luces del entablado. Escenografía: cámara negra. Han levantado unas cuantas tablas del piso del escenario para dar la impresión de trincheras. De platea sólo se ve la cabeza del actor negro, que interpreta a un soldado de guardia. Con la poca luz, la cámara negra, los actores y los uniformes también negros, se hace difícil la visibilidad por lo que el director de escena ordena improvisadamente a los actores que para hablar, prendan fósforos. Entra Sotolongo en la trinchera por izquierda de público. Llega hasta un soldado que monta guardia. Los dos actores hablan, pero esta vez tampoco se les escucha. Resuelven llevando el micrófono en la mano; por lo que se complican un poco con la maniobra del encendido del fósforo.

Sotolongo: (DESEPCIONADO) Cabo, estamos a punto de que nos manden de regreso a Cuba. Quería decirle que estoy orgulloso de usted y de todos mis soldados que tan valerosamente han luchado en esta misión internacionalista luchando contra el imperialismo yanqui y sus títeres pagados por la CIA

Cabo: Lo siento, mi Coronel, pero en realidad perdimos esta guerra y perdimos muchos hombres por gusto. Y sabemos que los angolanos nunca nos quisieron aquí y que pronto serán capitalistas, a no ser que vuelva otro dictador como Agostino Neto.

Sotolongo: (SORPRENDIDO Y ENOJADO UNA VEZ MÁS)  ¡¡¡Qué!!!

Cabo: Lo que oyó, mi Coronel.

Sotolongo: ¡Por dios!

Director de la Obra:  (EN OFF) ¡¿Otra vez sin repetir la "s"?! Ah, ya esto es mierda...

Sotolongo: Perdón… ¡Por diosss!... Entonces todos ellos (SEÑALANDO PARA LOS ESPECTADORES DEL TEATRO) han peleados en vano por esta causa.

Cabo: Perdón, mi Coronel, pero ellos no son soldados. Quizás usted siempre los ha visto así, pero ellos son solo público.

Sotolongo: ¡Oooh!... ¡Me han engañado! (SE CONGELA DE NUEVO LA ESCENA Y HAY QUE ENCENDER LA CALEFACCIÓN DEL TEATRO).

Entra música. La acomodadora aparece acostada bocarriba en el pasillo de platea. Llegan los paramédicos. Ella se levanta de pronto y dice que se acostó ahí por broma. En el escenario los actores aplauden serios y sombríos. El público se pone de pie, se toman las manos y las levantan. También saludan inclinando sus cabezas y torsos  El público sale del teatro con rapidez y los actores en escena se mantienen aplaudiendo. El público regresa a sus asientos y vuelven a saludar inclinándose. Estas acciones se repiten varias veces, hasta que se les hincha las manos a los actores y baja el telón.

 

Fin

 

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Teatrocidades No. 3

b_0.jpegCASA DE MUÑECOS

(Basada en la mortal sobra de Ibsen)

(TEATRO PARA LEER)

 

Personajes:

Torvaldo (hombre de pelo teñido de rubio, de unos treinta años que nunca confiesa).

 Nora (esposa de Torvaldo, unos años más que él)

Escenografía:

Sala-comedor (con muebles de esos que venden en las grandes tiendas y que están en la mayoría de las casas de clase media y media alta).

 

Acto I (y único)

 

Nora: (LLEGANDO DE LA CALLE Y ACERCÁNDOSE A SU MARIDO, QUE ESTÁ ACOSTADO EN EL SOFÁ) Hola, mi amor...

Torvaldo: (SENTÁNDOSE Y ESQUIVÁNDOLE EL BESO. COMIENZA A PASEARSE POR EL ESCENARIO) ¿Estas son horas de llegar a casa? Si parece que ya no tengo esposa...

Nora: Hace como un año te las puse para hacer el amor, ¿recuerdas?, así que si quieres cómprate otras.

Torvaldo: ¡Esposas, no! ¡Me refiero a que no tengo señora, no tengo marida! ¡¿Entiendes?!

Nora: (LO MIRA, SE SIENTA EN EL SOFÁ, SE SACA LOS ZAPATOS Y COMIENZA A FRICCIONARSE LA ZONA ENTRE LOS DEDOS DEL PIE DERECHO) ¿Y ahora qué pasó, Torvaldo?

Torvaldo: (EN SU RECORRIDO LLEGA HASTA EL FONDO A LA IZQUIERDA DEL ESCENARIO Y SE DETIENE, GIRA HACIA ELLA Y LE CONTESTA) ¿Y todavía tienes el valor de preguntarme? (EFECTO DE LUCES… NO, NO FUE UN EFECTO, FUE UN FOCO CENITAL QUE SE FUNDIÓ)… Me levanto temprano (COMO HABLA A OSCURAS, EL JEFE DE ESCENA, TRAS EL AFORO, LE SUSURRA AL ACTOR QUE HACE DE TORVALDO QUE SE DESPLACE A DONDE HAY LUZ. ÉL LO HACE)… Te decía que me levanto temprano, hago el desayuno, preparo a los niños para el colegio, voy a trabajar, tengo que aguantarle a la jefa sus insinuaciones y manoseos; regreso, voy al supermercado, ordeno la casa, limpio, lavo y ayudo a los niños a hacer las tareas, ¿y dónde está mi esposa? ¿Eh? ¡¿Dónde está mi esposa?! (EFECTO MUSICAL… SÍ, AHORA SÍ HAY UN EFECTO).

Nora: (SE PONE LAS DOS MANOS DELANTE DE SU ROSTRO SERIO, OCULTÁNDOLO DE LA VISTA DE ÉL Y DE INMEDIATO LAS QUITA, DESCUBRIENDO SU CARA, AHORA CON UNA SONRISA) ¡Está aquí!... ¿Dónde está tu esposa? (REPITE EL MOVIMIENTO ANTERIOR) ¡Está aquí!... ¿Dónde está…?

Torvaldo: ¡Basta! ¡Esto no es chacota, Nora!

Nora: (LEVANTÁNDOSE Y SIGUIÉNDOLO EN SU RECORRIDO)… Pero mi amor, si yo te voy a explicar, mira, después de la reunión era el cumpleaños de María, la subgerente de finanzas, y tuvimos que comprarle la torta, brindar...

Torvaldo: (DETENIÉNDOSE Y PROVOCANDO CON ELLO QUE NORA CHOQUE CON ÉL POR DETRÁS. ÉL NI SE DA VUELTA, SIGUE CAMINANDO Y ELLA LO SIGUE DE NUEVO, PERO AHORA BIEN PEGADA A SU ESPALDA. PARECEN UN SOLO CUERPO QUE SE TRASLADA POR EL ESCENARIO)… ¡Sí, claro! ¡Tú con tus amigotas por ahí, mientras este imbécil tiene que esperarte con la comida caliente! Si siempre mi madre me lo decía: "¡no te cases con esa mujer!". ¡Y era verdad! Si yo para ti soy un objeto, Nora.. (SE SIENTA DE REPENTE EN UNA BUTACA Y LO HACE SOBRE ELLA QUE NO SE PUDO QUITAR A TIEMPO) ¡Pero hasta aquí llegamos! (EFECTO MUSICAL… NO, FUE LA BUTACA QUE SONÓ LA MADERA POR EL PESO Y QUEDÓ A PUNTO DE RAJARSE Y CAER. AMBOS SE LEVANTAN CON RAPIDEZ).

Nora: No digas eso, mi amor...

Torvaldo: Lo siento, Nora. Díselo a … (EFECTO MUSICAL… SÍ… EFECTO MUSICAL, PERO LOS ACTORES SE SORPRENDEN PORQUE EN ESTE PUNTO DEL LIBRETO NO IBA TAL EFECTO. AMBOS MIRAN HACIA LA CABINA DE AUDIO. EL JEFE DE ESCENA LES SUSURRA, DETRÁS DEL TELÓN DE BOCA, QUE CONTINÚEN)… Díselo a los niños. Yo mañana vengo a buscar mis cosas. Me voy a casa de mi mamá. ¡Adiós! (CAMINANDO HACIA LA PUERTA). !Ah!, y ahí te dejo el control de la tele (LO LANZA, NORA SE AGACHA Y EL APARATO VUELA HACIA OFF, DONDE LE PEGA EN LA FRENTE AL JEFE DE ESCENA QUE REVISABA LOS PRÓXIMOS DIÁLOGOS DEL LIBRETO)… ¡Al fin, sólo para ti, como siempre has querido! (ENTRA MÚSICA ASQUEROSAMNTE DRAMÁTICA… NO…SÍ, ENTRA UN REGUETÓN).

Nora: ¡Pero, mi amor, mi cielo, mi vida, te juro que...!

(PERO TORVALDO, SIN ESCUCHARLA, VA HACIA LA PUERTA Y LA ABRE. SALE Y DA UN PORTAZO SIMBÓLICO, EXAGERADO, DESCOMUNAL).

 

FIN… NO… NO SÉ… LA ESCENOGRAFÍA COMIENZA A TAMBALEAR. SE DESPRENDE UN CUADRO. LA SUPUESTA PARED DE FONDO CAE ESTREPITOSAMENTE SOBRE LA ACTRIZ QUE HACÍA DE NORA. UN JARRÓN GOLPEA SOBRE LA PANTALLA DEL TELEVISOR. SE ARMA UN CORTO CIRCUITO. SE CORTA LA MÚSICA. APAGÓN TOTAL. SE PRECIPITA EL TELÓN ARRASTRANDO DOS FOCOS EN LA CAÍDA. COMIENZAN LAS CHISPAS. EL PÚBLICO ENTRA EN PÁNICO Y CORRE HACIA LAS SALIDAS. ES ATROPELLADO UN ANCIANO. UNA EMBARAZADA ES LLEVADA CON URGENCIA A MATERNIDAD Y, TRÁGICAMENTE, UN JOVEN EXTRAVÍA SU TARJETA DE CRÉDITO...

(SE SUSPENDE LA OBRA HASTA NUEVO AVISO).

 

FIN… SÍ, AHORA SÍ… ¡AL FIN!

 

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Pedagogía del humor (9). Educación parvularia

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Muchos me preguntan si las educadoras de párvulos también pueden aplicar la Pedagogía del Humor. ¡Por supuesto!

Veamos algunas recomendaciones para ellas:

1) Que se informen bien de la importancia del humor en los niños y niñas, en sus propias vidas y en qué consiste la Pedagogía del humor. Deben leer, estudiar y asimilar lo que en esta página señalamos, porque les sirve igual todo lo que hemos desarrollado en otros artículos sobre este tema. Claro, también deben informarse por otras vías como Internet, otros libros especializados, o por donde sea.

2) Que las educadoras logren llegar habitualmente a un estado de buen humor (ánimo), como se ha descrito en esta página.

3) Que investiguen cómo evoluciona la risa en las diferentes edades en los niños y niñas en general, pero también cuáles son las cosas que más hacen reír a sus pequeñines en particular. Ver si hay diferencias entre niñas y niños. Todo para diseñar y programar ejercicios y juegos, para que rían más y mejor.

4) Que les transmitan a sus niños y niñas valores positivos a través del humor, con lecturas humorísticas, videos, con títeres, narraciones orales, escenificaciones en vivo, canciones, juegos y cualquier otro recurso conveniente.

5) Que logren que sus niños y niñas rían mucho y fuerte, desinhibidos, sueltos, sin timidez, ni trancas ni complejos. Para lograr eso, hacerles ejericios (como los descrito aquí en la página) si fuera necesario.

6) Que investiguen específicamente qué tipo de chistes hacen reír más a sus niños y comenzar a recopilar (coleccionar) los mismos. Armar competencias y festivales de esos chistes, o “la hora de los chistes”, u otras similares iniciativas. Muchas veces los niños y niñas se aprenden de memoria un chiste, que hizo un adulto, y lo repiten sin entenderlo porque vio que hace reír, pero ese puede ser un mal chiste para él. Hay ahí un trabajo de desaprender y otro de que se aprendan chistes para su edad y lo repitan.

7) Que el ambiente físico del Jardín Infantil (local) esté lleno de elementos humorísticos como letreros, objetos, sorpresas, absurdos, etcétera, y que también se escuche mucha música estimulante, que predomine la luz y el color.

8) Que realicen muchos ejercicios y juegos de lenguaje relacionados con el humor, como trabalenguas, adivinanzas, rimas, canciones.

9) Que hagan que los niños consuman el humor a través de todas las manifestaciones artísticas sin discriminación ni positiva ni negativa. Ejemplos: “La hora del humor gráfico”, “La hora del humor visual”, “La hora del humorliterario”, “La hora del humor escénico”, “La hora del humor musical”, “La hora del humor danzario” y otras inicitaivas.

10) Que les apliquen a sus niños y niñas ejercicios de expresividad, socialización, desinhibición, creatividad. Todo a través del humor, por supuesto. Sugiero que comiencen a practicar con los ejercicios que señalo en esta página.

11) Que, como seguro les enseñaron, hagan jugar mucho a sus niños y niñas. La particularidad es que recopilen juegos relacionados con el humor, como los de descoordinación que producen mucha risa. 

12) Que, también como seguro les enseñaron, realicen muchas actividades divertidas como la de disfraces de animales, jugar con barro, con burbujas de jabón, y sobre todo ir cambiando, por lo que deben ser muy creativas y sorprenderlos siempre.

13) Que las educadoras involucren a los padres y apoderados en todas las actividades de humor en el Jardín lo más posible, explicarles qué es la Pedagogía del humor, cómo lo aplicarán y que los sensibilicen como fundamentales para complementar este método y tener éxito. Por lo tanto, deben informarles periódicamente sobre las actividades que los niños y niñas deben hacer en familia e ir monitoreándolas. Mandar hacer tareas creativas y graciosas para la casa.

Si logran que sus niños y niñas rían más y mejor, no solo los convirtieron en seres más felices, sino que le formaron la base en sus personalidades para que sigan creciendo intelectual, emocional y espiritualmete como personas libres y sanas.

¡Qué responabilidad la de las educadoras de párvulos!

 

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Pedagogía del humor (8). ¿Qué es y por qué se debe aplicar?

portada-gracias-por-ensenar.jpg“La Pedagogía del humor es aquella disciplina que, teniendo por objeto la educación, incorpora el humor como clave metodológica de sus intervenciones”, así lo define muy bien Jesús Damián Fernández, en Idígoras ed., 2002.

El humor en educación es un modelo de trabajo, marca un estilo de relación educativa, de enseñanza, de aprendizaje.

En otras palabras, lo que trata de lograr la Pedagogía del humor es reírsejuntos el educador y el educando; es decir, pasarla bien mientras uno enseña y el otro aprende.

Quedando lo anterior más claro, aún algunos se preguntan: ¿por qué tengo que aplicarla? ¿La necesito en mi caso? Aquí van mis respuestas:

Nacemos con cierta predisposición hacia la diversión, la alegría de vivir, la curiosidad, la exploración y la flexibilidad y con ese espíritu transcurre nuestra infancia. Sin embargo, nuestros centros educacionales se empeñan cada vez más en acabar con todo eso.

Es histórico que los niños rechazan la vida escolar por tanta presión, expectativa, hiperseriedad. Entonces, ¿por qué no hacer de nuestro centro educacional un foco de placer y atracción para el niño? Si logramos impartir clases amenas, agradables, si resolvemos los conflictos con ingenio, gracia, si logramos un grupo cohesionado y orgulloso de pertenecer a él, si hacemos que los niños sean más creativos, más imaginativos, y todo con el tono lúdicoque caracteriza la infancia, entonces podemos lograrlo. Y esa es la base de la Pedagogía del humor.

También se han comprobado científicamente los beneficios del humor para: el aprovechamiento de la jornada escolar, la tensión ante una evaluación, la imagen del docente, y un largo etcétera.

Además, se sabe que la risa y el humor son la mejor medicina para combatir el alto estrés que produce el magisterio y los miedos y tensiones de los niños.

Cuando nacemos la risa está integrada a nuestro funcionamiento natural; sin embargo después, al crecer, el miedo, la frustración, la tristeza, la ira, las preocupaciones, las obligaciones, el cansancio, el estrés, nos va invadiendo y la aguja del sentido del humor va inclinándose a cero.

 

Está demostrado que por sentimientos de vulnerabilidad o por los miedos, estrés, no puede existir ni memorización ni aprendizaje. Por lo tanto, el sentido del humor, al ridiculizar todo eso, lo anula y así se convierte en una importantísima herramienta para memorizar y aprender.

Ojo, los padres, docentes y los adultos en general que rodean al niño, deben darse cuenta de que ellos esperan encontrar en nosotros calidez, familiaridad, intimidad, confianza, seguridad y delicadeza. Todo lo anterior lo podemos brindar si tenemos un sentido del humor estimulado y desarrollado.

Las investigaciones y estadísticas demuestran que la mayoría de los niños y adolescentes con problemas de inadaptabilidad social, inestabilidad emocional, rebeldía, apatía, arrogancia, egocentrismo y otras malas yerbas parecidas, se deben a una infancia llena de privaciones y anhelan el juego, la diversión, la risa y el amor. Pero si se les enseñara a reír de sí mismos, verían entonces la realidad de un modo menos egoísta y dramático.

El humor ayudaría también a reavivar su viveza mental, tan inhibida o confusa debido a su infancia. El sentido del humor les desarrolla el sentido de la crítica y de la autocrítica, así como el sentido común, la imaginación y la creatividad. 

Los centros educacionales tratan de inculcarles a sus niños respeto a la autoridad y al orden establecido a través de un modo excesivamente rígido y serio. Pero los niños prefieren amar el orden establecido antes que respetarlo. Prefieren compañeros de juego y risa antes que padres sustitutos o entidades paternales. Por eso, los educadores deben tener sentido del humor y alejarse de la hiperseriedad. En la actualidad la mayoría de los centros educacionales preparan a los niños y adolescentes para que tengan confianza en sí mismos, para que sean hiperserios, competitivos y agresivos. Enfatizan el valor del individuo y su culto a la autoimportancia.

Muchos estudiantes se encuentran en una situación lamentable, al ver su incapacidad para afrontar los primeros fracasos o presiones emocionales. Es que están siendo educados en un ambiente de hiperseriedad en que los problemas son dramatizados, donde el fracaso adquiere proporciones catastróficas.

Entonces solo mediante el sentido del humor puede transformarse la rigidez de la hiperseriedad en la flexibilidad de la seriedad, la soledad en solidaridad y la competición en cooperación. Mediante el sentido del humor uno acepta el fracaso con sano espíritu deportivo.

En la vida existen las recompensas extrínsecas y las intrínsecas. Las extrínsecas son el dinero, la fama, el estatus social. Las recompensas intrínsecas incluyen la satisfacción, el alivio, la celebración. Pues la diversiónproporciona su propia recompensa intrínseca. Por esa razón, cuando al fin consigamos hacer un aprendizaje realmente divertido, le aseguro que tendrá que llamar a la policía para sacar a los estudiantes de las clases.

Estoy convencido de que desarrollar un sano sentido del humor es tan importante y curricular que la casi totalidad de los objetivos pedagógicos.

Por todo lo anterior es más que necesario aplicar la Pedagogía del humor.

 

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Pedagogía del humor (7). ¿Cómo un docente puede estar siempre de buen humor? Segunda parte

descarga_1_3.jpegPara que no hayan dudas, repito la introducción de la Primera Parte:

Ante todo, véase como un todo; es decir, usted en el plano personal, en el familiar, en el social y en el laboral.

Entonces, en todos esos planos usted debe sentirse con un sólido y permanente estado de ánimo positivo, de buen talatnte, de buena disposición, lo que aquí llamaremos  “estar de buen humor”.

Así, para aplicar con excelencia la Pedagogía del humor, es priorizado enfrentarse a su trabajo de educador estando del mejor “buen humor” posible.

Para ello aquí van otras recomendaciones que se suman a las 32 anteriores, tanto para lo personal, lo familiar, lo social y lo laboral:

33) Use el juego de “la buena y mala noticia” cada vez que le suceda algo negativo y dígaselo a todos. Por ejemplo: “la mala noticia es que se me está cayendo el pelo. La buena noticia es que cada vez me tengo que peinar menos”.

34) Sonría ante un espejo de su casa y si no lo logra bien, póngase una máscara de cartón con la “carita feliz dibujada”, mírese cada vez que pueda y siga haciendo su rutina diaria. Llegará el momento que eso lo divierta y lo haga sonreír.

35) Invente algo para cuando esté peleando con su pareja, sus hijos, sus amigos, sus colegas. Algo como apoyarse en las manos del otro y cada uno empujar hasta reír. Después cuando pase el enojo se habla del tema a discutir.

36) Si un problema le agobia demasiado, reúna a familiares y/o amigos y cuéntelo (quizás como si le ocurriera a otro), para que todos digan soluciones. Vale hacerlo con colegas si es un problema del ámbito laboral. El juego es mejor si se sugieren soluciones tontas, absurdas o ridículas. Mientras más exageradas, mejor. Reglas: las propuestas deben pensarlas y decirlas con rapidez, casi sin pensar. Los demás no pueden  cuestionar ninguna. Van aplaudiendo a medida que van saliendo las ideas.

37) Cuando esté triste o con alguna emoción negativa, camine por las calles sin rumbo fijo. No es necesario buscar nada, pensar en nada. Solo mire a los niños jugar, las parejas que se dan la mano, hasta que se tope con algo único, extraordinario, algo que le provoque una sonrisa a pesar de su estado de ánimo. Deténgase ahí, observe qué le hizo sonreír. Disfrute, relacione y asocie ideas con su vida, guarde ese momento en memoria y mire ahora así, con esa nueva actitud, el problema que le motivó a caminar.

38) Ejercite el montaje de chistes. Hágase un repertorio y memorícelo para emplearlo en fiestas, reuniones de amigos o colegas.

39) Acostumbre jugar en familia y proponga jugar en reuniones de amigos o colegas. Hágase un repertorio de juegos bien divertidos.

40) Hable y actúe con sus familiares, amigos, compañeros de trabajo, para las cosas diarias, de manera suave, amable, sonriente ―aunque de momento no encuentre reciprocidad.

41) Durante los tiempos muertos de traslados o esperas, trate de establecer mentalmente alguna relación entre chistes que conozca y personas, situaciones o incidentes de su entorno ocasional. Imagine la profesión, oficio, actividades, problemas, carácter, etcétera, de quienes estén en ese entorno.

42) Durante su labor profesional anote las anécdotas del día y los chistes que contará de sobremesa con su familia. En la noche prepare una lista de chistes nuevos para contarlos al día siguiente en el desayuno y el trabajo.

43) Entrene la observación consciente de su entorno: la luz, los colores de las cosas, los árboles, la hierba, las flores, las formas de las nubes, los tonos del cielo, los rasgos de la gente, los animales.

44) Tenga siempre a mano en la casa una lectura grata (poesía, cuento, novela, historia). Haga el hábito de leer un poco antes de dormir.

45) Escuche música que le sea grata.

46) Escriba correos humorísticos y envíeselos a toda su base de datos.

47) Inscríbase en las páginas web que envían chistes.

48) Busque espectáculos y vídeos humorísticos en Internet y compártalos con todos.

49) No discuta ningún problema a la mesa, ni al momento de acostarse a dormir. Establezca esa regla en la casa. Ni toques temas desagradables o de trabajo en los almuerzos con sus colegas.

50) Desconcierte a los demás usando jerigonzas inesperadas al hablarles.

51) Procure que en su casa se escuche música, haya luz, predominen los colores alegres, y que se vean o escuchen programas humorísticos o amenos, que todos disfruten.

52) Acostumbre salir en familia o con amigos, aunque sólo sea a caminar, o a pasar un rato en un parque, donde se podrá también compartir chistes y juegos.

53) Entrene la actitud de alerta para captar el humor involuntario que pueda surgir en cualquier ocasión: conversaciones y expresiones ajenas, incidentes de la calle.

54) A la noche, asegúrese de tener preparado todo lo necesario para la primera hora del día siguiente (cosas del trabajo, del colegio, de los niños), de modo que el nuevo día no comience con ninguna contrariedad o apresuramiento que cause irritación o estrés.

55) Tanto en el universo escolar y más aún en la sala de clase, acostumbre poner letreros, fotos y grafitis de carácter humorístico en pasillos, puertas, murales.

56) También acostumbre a elaborar y enviar memos, correos, postales y regalos cómicos.

57) Confeccione un boletín informativo con referencias a personas, situaciones y sucesos internos del trabajo, de carácter humorístico (chistes, anécdotas, bromas, incidentes, errores, ocurrencias).

58) Acostumbre a colocar juguetes, adornos, maniquíes, etcétera, bien simpáticos, en lugares  “serios” del trabajo.

59) Seleccione periódicamente el chiste o el chisme del día, o de la semana; cuéntelos en reuniones relámpago convocadas para ello, o póngalos en el mural, o envíeselos a todos por correo.

60) Organice en el trabajo, de cuando en cuando bailes, competencias de chistes, juegos, homenajes humorísticos bajo cualquier pretexto, fuera del horario laboral.

61) Si quiere mejorar una comunicación difícil entre familiares, amigos o colegas, tómese el tiempo necesario y prepare, con paciencia y constancia, el camino para una buena conversación. Sin aludir siquiera a los puntos de fricción, utilice poco a poco el humor para disminuir los sentimientos negativos que pueda haber (desconfianza, aversión, temor). El humor, poco a poco, irá debilitando esos sentimientos. Pero, por supuesto, hay que tener tacto y medida, para no ser obvio en el propósito. (Por ejemplo, si es posible dirija sus acciones también a otras personas, no sólo a la que es su objetivo).

62) En una discusión, si la otra persona se altera y usted siente que podría alterarse también, recurra mentalmente a “quitar el sonido”: concentre su atención en los movimientos y expresiones faciales de la persona, y no en sus palabras. (Es como mirar a otros bailando sin escuchar uno la música). Puede ayudarse poniéndose a describir mentalmente a la persona: “Ya está colorado...  Ese gesto se repite... La voz se le pone ronca (o aguda)... Se le mueve el pelo... No le queda bien esa ropa...” (o puede ponerse a pensar en cualquier otra cosa). Cuando la persona termine, usted no podrá replicarle nada, pues no ha escuchado lo que decía; se limitará a adoptar un aire reflexivo, como si el otro hubiera dicho cosas muy aceptables, y luego -suavemente, y con alguna excusa creíble-, propondrá continuar la “conversación” en otro momento. Con esto habrá evitado que el encuentro empeore las cosas, y podrá dejar en la otra persona la sensación de que usted es receptivo y no está “envenenado” contra ella. Usted deberá continuar con la misma táctica de humor y buen ánimo, y el próximo encuentro será probablemente más productivo.  Como se puede ver, la clave de los recursos descritos depende de estos factores:

a) Un fuerte deseo e interés en mejorar la comunicación u obtener determinado objetivo.

b) Una buena preparación mental.

c) Llegado el momento, un buen dominio de su mente y sus emociones.

63) Los ejercicios de relajación son en extremo útiles para combatir el estrés habitual o enfrentar situaciones críticas, para mantener o recuperar el equilibrio psicosomático, para lograr un descanso real y profundo de los esfuerzos físicos y psíquicos. Pero esa utilidad depende de un factor esencial: el hábito de realizarlos con una cierta regularidad. Porque su acción sobre el cuerpo y la mente se basa en la creación de reflejos condicionados, y estos no se crean con una práctica eventual o aleatoria, sino regular y sistemática. En este caso me refiero a un ejercicio muy breve. Pero debe: disponer de unos cinco a diez minutos; lograr aislamiento o privacidad suficiente para evitar interrupciones; conseguir un relativo silencio y tranquilidad ambiental; estar en un lugar con la temperatura idónea. (Cuando el hábito del ejercicio está creado, esos requerimientos van siendo menos necesarios). El ejercicio se debe realizar, al comienzo, no menos de tres veces por día. La última sería antes de dormir. Puede adoptarse una de estas tres posturas: de pie, sentado, o acostado bocarriba. Los pasos a seguir son cuatro:

a) Observación de la postura.

b) Observación de los puntos de tensión principales.

c) Observación de la respiración.

d) Reactivación. Entonces, después de controlar los dos primeros puntos, comience regulando su respiración, después imagínese que va con el aire hacia dentro de su cuerpo, observa sus órganos y le sonríe a todos. En ese momento también pude iniciar una visualización agradable, sensorial y terminarla de manera graciosa. Por último, la reactivación.

 

Por último, si debido a su personalidad, carácter, o circunstancia no desea o no puede hacer todas las recomendaciones, no se haga problemas y solo lleve a la práctica las que usted cree que les serán beneficiosas.

Y recuerde complementar lo anterior con los ejericios para reír más y mejor y para estimular y desarrollar el sentido del humor, descritos en esta página.

 

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Pedagogía del humor. (6). ¿Cómo un docente puede estar siempre de buen humor? Primera parte

descarga_2_0.jpegAnte todo, véase como un todo; es decir, usted en el plano personal, en el familiar, en el social y en el laboral.

Entonces, en todos esos planos usted debe sentirse con un sólido y permanente estado de ánimo positivo, de buen talatnte, de buena disposición, lo que aquí llamaremos  “estar de buen humor”.

Así, para aplicar con excelencia la Pedagogía del humor, es priorizado enfrentarse a su trabajo de educador estando del mejor “buen humor” posible.

Para ello aquí van estas recomendaciones, tanto para lo personal, lo familiar, lo social y lo laboral:

1) Escriba en un cuaderno, las anécdotas del presente o del pasado, especialmente en aquellas en que se haya sentido mal, tratar de verlas con perspectiva cómica, hasta conseguir reírse de usted mismo.

2) Comprométase a cumplir tres caprichos a la semana como mínimo. Para eso haga una lista de las cosas que le gusten muchísimo. Por ejemplo, que le den masajes, probar distintos tipos de chocolate, nadar, tirarse en sofá a leer un buen libro, trabajar en el jardín, ver comedias musicales, etcétera. Recuerde cuánto hace que no se da esos gustos y verá que es mucho tiempo. Entonces, como una dieta que le manda su nutricionista, o una tanda diaria de ejercicios que le aplica su fisiatra, usted debe hacer esas tareas de forma religiosa, aunque esté cómo esté de complicado(a), sin tiempo o así de cansado(a).

3) Hacer de cada comida en familia, cada reunión de amigos, un evento festivo. Puede crear invitaciones, disfrazarse y sin gastar más recursos de los que tenía pensado hacer.

4) En vez de ordenar a los hijos, sobrinos o a la familia en general que no hagan tanta bulla, aúlle como lobo, gruña como ogro. Ellos enseguida “entrarán en frecuencia” con sus intenciones.

5) Organice típicos juicios en familia, porque un hijo, sobrino, primo o nieto sacó menos nota, perdió un juguete, o lo que sea. Y altérnense los roles de abogado defensor, juez, fiscal.

6) Ver en familia películas por televisión es la oportunidad para armar un cine con oscuridad, linterna, cobro de entrada y otras iniciativas.

7) Invente “sorpresas” en la vida cotidiana familiar, con absurdos como: guardar un zapato en el refrigerador, colgar una escoba como lámpara y mil disparates más.

8) Las cosas alegres y que hacen que se ría y se sienta bien están ahí, frente a usted, pero no le presta atención. Por lo tanto, hay que desarrollar el poder de observación. Hay que detectar lo que de alegre, gozoso y encantador hay en nuestra vida con el objetivo de repetir con frecuencia la experiencia. Anote esos momentos: bromas, celebraciones, anécdotas humorísticas, sucesos cómicos. No es necesario que sea el protagonista directo.

9) Aprenda a vivir sintiendo, contemplando, sin razonar. Simplemente disfrute. Salga a la calle y disfrute con cosas sencillas: cómo le roza el aire, el olor a lluvia, el color de las plantas, el sabor de la comida, las texturas del suelo que pisa.

10) No se deje atrapar por la rutina. Sorpréndase en el diario vivir. Pregúntese “¿qué puedo pensar o hacer hoy que no haya pensado o hecho antes?” Así se mantendrá como una persona fresca, abierta, agradecida.

11) ¿Recuerda cuándo fue la última vez que hizo algo excéntrico, no planificado? Pues hay que hacer eso por lo menos una vez a la semana. Ejemplos: grabe algo fuera de lo común en el contestador del teléfono, póngale una música divertida al timbre del celular, vístase con un toque extraño como un zapato de un color y otro de otro. En fin, rompa su rutina.

12) Resérvese una hora al día. Alimente día a día su sentido de la diversión y el disfrute. Esa hora es solo para hacerse un cariñito. Reserve esa hora para ir a espectáculos humorísticos, ver un video o filme cómico, leer un libro gracioso, o simplemente juegue. Pero que esa hora se cumpla religiosamente.

13) No se junte con gente amargada, de esas que sólo ven el lado oscuro de las cosas (sólo cuando usted está con un firme estado de ánimo positivo, puede juntarse con esas personas con el objetivo de ayudarlas). Y tampoco esconda su alegría solo para usted. Compártela y disfrute como el ser social que es.

14) Haga un trabajo de investigación minucioso con su memoria, su álbum de fotos, entreviste a sus familiares y amigos de la infancia, con el objetivo de recordar lo más posible los buenos momentos de su niñez y además de pasar un buen rato rememorándolos, comprenderá lo que ha perdido y quizás hasta pueda reproducir ahora esos recuerdos.

15) Busque en su casa, o en la de algún familiar o amigo, un video, una foto, una cinta de audio, donde usted aparezca riendo o con actitud alegre, en cualquier época de su vida. Distánciese de lo primero que sienta. Póngale atención al sonido, al gesto, a la expresión. Analice ese momento y trate de entender qué hay detrás de todo eso. ¿Se ve que realmente gozaba? ¿Era sincero? ¿No se adaptaba a las circunstancias? Obsérvese como si fuera un extraño. Después saque conclusiones cuando junte cada respuesta que se dio para cada momento que investigó. ¿Hace falta que cambie? ¿Debe mejorar algo su vida para obtener más momentos de alegría y felicidad?

16) Primero, fíjese cuál es su perfil humorístico. Escúchese y véase a sí mismo durante unos días y observe qué es lo que le hace reír, lanzar una carcajada. Sea honesto(a) consigo mismo; no pretenda que le encanta una sofisticada farsa, cuando lo que le gusta es otra cosa menos prestigiosa. Ya teniendo el resultado, multiplique por mil eso que descubrió.

17) Utilice su anterior perfil cómico descubierto para construir una biblioteca humorística, un museo del humor, una videoteca, una ludoteca, una discoteca. Si es posible reserve un espacio en su dormitorio o lugar de trabajo y bautícelo como “El rincón del humor”, o algo así. Luego, cuando tenga que atender visitas, o entretener a sus familiares, pero sobre todo cuando la vida lo trate mal, no dude en hacerle una visita.

18) Pídale una ovación a sus familiares, amigos, o colegas en el trabajo, cada vez que se le queme la comida, se le pierda la llave, se le pasó la película que daban, borró lo escrito en el computador, o protagonice otra desgracia como las anteriores.

19) Invente malas palabras y grítelas cuando se golpee un dedo, se queme el paladar, y demás accidentes y malos momentos. Usted piense en el significado, pero dice un disparate. A su alrededor la gente reirá. Usted con ellos.

20) Haga todo distinto a la rutina de siempre: salga de la cama por los pies, camine hacia atrás por la acera…

21) Invente canciones y cante a todo pulmón, -ojalá lírico- contando sus problemas, o pidiendo un favor, o lo que sea que desee comunicar o “desahogar”.

22) Haga “apartes” cómicos. Si su hijo, sobrino o nieto, derrama leche en la alfombra nueva, mire en otra dirección y diga cosas como: "¿Lo quieren por esta semana con ustedes o se lo quieren llevar para siempre?", "¿Por eso mi tía se habrá quedado soltera?". Esto funciona también para las tontas discusiones.

23) ¿Su esposa o esposo, madre, tío, hijo, o abuela, es una persona obsesiva con la cocina y repite frases como: “el plato de hoy me puede salir mal”. Entonces usted dirá: “Si es eso así, nos vamos a comer afuera”. Lo aconsejable es que la familia se vista para salir y se sienten de esa manera a la mesa. Esa persona, así, verá mejor su problema.

24) Cuando se escuche repitiendo un problema, intente decir una frase disparate o un verso de canción después de decir el problema. Por ejemplo, cada vez que diga: “¡Mira esto, hijo, dejas toda la ropa regada, biriri bariri bú!”

25) Cumpla con las cosas literalmente: “Vengo a cobrar el agua”, le dice el empleado y usted va y le paga con una jarra de dos litros de agua. Otro ejemplo: “¿Desea algo más?, le puede preguntar un camarero. “Sí, una casa nueva, un jaguar, un yate”. O alguien le pregunta: “¿Recuerda cuál fue su peor momento en este trabajo?” “Sí, lo recuerdo”, solo le responderá usted.

26) Las cosas mejoran por sí solas. Instituya un día a la semana para resolver los problemas no urgentes ni graves de la familia, o entre los colegas de trabajo. Haga que todos en la casa o en el salón de profesores escriban en un cuaderno el problema para leerlo ese día fijado y resolverlo. La mayoría ya estará resuelto u olvidado cuando toque leerlo.

27) Mírese al espejo y observe un rasgo físico que no le guste e invente algo cómico y dígalo ese día. Después un rasgo de su personalidad que no le agrade e invente la gracia y riéguelo. A cada rato haga eso.

28) Reemplace los objetos que le depriman en su casa o lugar de trabajo y ponga otros que lo alegren, que lo inspiren. Por ejemplo, en la casa no cuelgue retratos de antepasados, héroes, santos, o cosas así, sino fotos de sus hijos riendo, de animales o de usted haciendo mueca.

29) Tenga mascotas y háblele como a niños chicos. Lo mismo puede hacer con plantas, con el computador y con lo que quiera.

30) Vea televisión, inventando asociaciones y cosas cómicas en los comerciales, en las teleseries, en los filmes. Es muy fácil burlarse ahí con sentido crítico.

31) Haga bromas como: el marido le reprocha que siempre le hace la misma comida. Pues al otro día cuando llega del trabajo, que se encuentre la mesa servida y en su puesto un plato con un coco y un martillo.

32) Imagínese al colega, al jefe de departamento, al vecino, al del banco, con peinados ridículos, como si fueran animales, extraterrestres, seres fantásticos.

Continúa en la Segunda Parte...

 

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