Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo

El libro número 68 del escritor, actor y colaborador de MUNDIARIO, el cubano-chileno, Pepe Pelayo, es muy especial, pues a sus textos  se une el excelso trabajo del multimpremiado  caricaturista cubano -mexicano Ángel Boligán, para ofrecernos con “Historias de bufones”, un volumen  que aborda la mayor cantidad de asuntos posibles del  mundo del humor y la risa.

Ambos autores se conocían desde los años 80 en  Cuba, cuando Boligán era ya un joven  destacado en la Isla y a nivel internacional como humorista gráfico, y Pelayo trabajaba como director general, actuando y escribiendo en el grupo escénico “La Seña del Humor”.

En los años 90, Pelayo emigró a Chile y Boligán a México, donde han continuado su labor creativa, ambos se admiran mutuamente  y ahora cumplen el deseo muchas veces expresado de unir sus talentos , y asi ha surgido  el libro “Historias de bufones”, que está a la venta en Amazon.

“Nos decidimos –expresa Pelayo- por el tema de los bufones, ya que practicamos esa profesión (aunque sin la necesidad de hacer reír obligatoriamente a ningún rey).  Y tampoco quisimos que fueran historias humorísticas, sino que abordaran la mayor cantidad de aristas posibles en este mundo del Humor y la Risa, que tantas satisfacciones nos da, pero que también nos duele la desvalorización  y la censura de algunos hacia esta profesión en todo sentido, paradójicamente siendo de una importancia extraordinaria por sus beneficios”.

"Boligán realizó entonces –añade- caricaturas originales e independientes sobre el tema (quisimos que no fueran ilustraciones, para contar historias diferentes entre los dos). Y se completó la obra con el diseño de Alex, mi hijo, también amigo de Boligán y admirador de su obra”.

“El proceso creativo –subraya Pelayo- ha sido exquisito. Trabajar así es impagable, por la buena vibra, por la compenetración, la confianza, respeto y admiración que nos tenemos”.

Por su parte, Boligán expresa:  “Los dibujos del libro no ilustran los cuentos, tienen un discurso propio y como hacemos siempre que abordamos un tema tratamos de verlo desde todos los ángulos, intentando llegar tan lejos y tan cerca como podamos, soltando la imaginación y trayéndolos a contextos actuales, como por ejemplo, los tiempos del Covid, las nuevas tecnologías o imaginando situaciones absurdas que pudieran generar una sonrisa y hasta una reflexion”.

“El Bufón  - recalca Boligán- es un símbolo de humor, más aún, de la importancia del humor, que está siempre presente, en especial en las altas esferas donde se toman decisiones importantes. El Humor es un condimento que da sabor a la vida como la sal a los alimentos,  un hueso importante de nuestro esqueleto que nos ayuda a no perder el equilibrio”.

Le pregunto si, ¿son los caricaturistas actuales bufones contemporáneos?

“Somos un derivado de aquellos bufones, no se si en aquella época existió algún bufón que hiciera humor gráfico o caricaturas,  pero la importancia del humor en nuestra sociedad actual llevó a algunos bufones disidentes a emigrar de los castillos a los periódicos, galerías y ahora las redes sociales, desde donde seguimos haciendo reír y reflexionar, con la única diferencia que ahora la mayoria de las veces hacemos enojar al rey”.

El investigador, curador, escritor y promotor del humor, el portugués Osvaldo Macedo de Sousa opina sobre esta obra: “Son  historias que nos obligan a pensar en las vivencias cotidianas, no solo como una forma de lectura teórica sino también como una forma de divertirnos porque nos vemos en el espejo y a toda la sociedad del otro lado del reflejo. Para mí este libro  resume toda una vida dedicada al estudio en demanda del humor internacional, y  es un hito en la bibliografía de la investigación sobre los artificios de este arte y un hito en la bufonería”.

SOBRE LOS AUTORES

Ángel Boligán. San Antonio de los Baños, Cuba, 1965. Reside en México desde 1992. Caricaturista e ilustrador para diversos medios nacionales e internacionales. Ha obtenido numerosos premios y distinciones por su obra. Fundador de la agencia CARTÓNCLUB.

Pepe Pelayo. Matanzas, Cuba, 1952. Chileno desde 1991. Humorista literario, escénico, gráfico, audiovisual y estudioso del humor. Por su obra ha recibido diversos premios y distinciones. Fundador del grupo cubano "La Seña del Humor" y de humorsapiens.com. 

El programa "Doble vía" de caracol Televisión de Colombia, me entrevista en calidad de experto, sobre quejas de telespectadores que rechazan chistes vulgares realziados pro un humorista en un programa Matinal en esa cadena televisiva.

1.¿Para usted, en qué momento se puede calificar que el humor pasa la raya hacia lo vulgar?

Para mí, el humor se hace vulgar cuando no es justificado ni dramatúrgicamente, ni artísticamente en general. Decir una obscenidad, una grosería o hacer un gesto de mal gusto, etc., si está justificado, el consumidor no se va a sentir incómodo, lo aceptará perfectamente bien. La frontera, el límite, es muy delgado, entonces todo dependerá de la inteligencia, del talento, de la cultura, del tacto, de la educación, de la ética del humorista.

Pero no todo es culpa del humorista, si la persona que lo contrata sabe que ese es el humor que hace el humorista, tiene responsabilidad al darle espacio público donde no debe. Y el otro factor es el público, que puede ser fanático de los principios, de la ética, o de su religiosidad y ve frecuentemente cómo el humorista se pasa de la raya, cuando en realidad no es tan así. En fin, es un tema muy subjetivo. No hay reglas, normas ni leyes que digan esto es vulgar y esto no. Es a interpretación. Por ejemplo, podemos decir pene y vagina en público, porque no son palabras obscenas en sí, pero las podemos convertir en vulgares con la intención, con la entonación, con la repetición. Y la verdad es: ¿vale la pena hacer eso para sacar una risita, habiendo tantos temas para hacer humor? ¿No es mejor dejar ese humor para otro espacio, para otro horario?

Para intentar elevar un poco el nivel en la calidad del humor que consumimos. Porque con demasiada frecuencia vemos a humoristas haciendo un humor de doble sentido vulgar Y  saben que eso es risa segura.

Veamos el por qué darisa muy por encima: nuestra educación nos obliga desde niños a no decir malas palabras y las convierte en tabú, por otro lado la educación sexual es pésima, y además, quién no ha tenido problemas para ir al baño o poco o muy seguido, o quien no ha hecho bien el amor, o no lo ha hecho, a quien no le ha pasado algo malo o feo en nuestros organos reproductores, y así, etc., etc, entonces es un alivio reírse de eso. Nos da placer después de sufrir. Y sobre todo, nos reímos cuando le pasa a otro como en los chistes. Conclusión, sin ser beato ni estando a favor de prohibir ese humor, porque como humnao también lo disfruto, sólo pido dos cosas: 1) Que no se abuse tanto de ese humor, que lo justifiquen bien para usarlo. 2) Que hayan espacios especiales para consumirlo y horarios convenientes.

3.Usted cree que los humoristas en televisión nacional deben tener en cuenta que pueden estar niños viendo la tele… ¿cómo manejar esa responsabilidad o límites?

Todo artista, todo comunicador, tiene una responsabilidad social. En el caso de tener a niños en el público consumiendo nuestro humor, más aún. Cuando nos ven en TV nos convertimos en algo importante para ellos, en modelos a seguir; por lo tanto, no puede ser que  nos vean en conductas indecentes, indecorosas, o utilizando un lenguaje obsceno. Sabemos que son esponjas. Y todo lo incorporan a sus vida y se van deformando integralmente. Ejemplo, vemos la cantidad de jóvenes que usan 300 palabras nada más en su vocabulario, porque es “cool” decir malas palabras y repetirlas para dar la imagen de que son mayores. Eso significa que piensan poco, porque uno piensa con palabras. Y a poco vocabulario, pocos pensamientos y pocos profundos. Sin contar que su desarrollo intelectual y espiritual serían nulos. Y su conducta social peligrosa por decir lo menos. Por lo tanto, parece algo sin importancia decir una grosería en TV con niños mirando, pero nadie sabe bien el daño que les pudiera causar.

4.¿El doble sentido debe ir más hacia la inteligencia y no hacia lo vulgar?

Reflexionemos para entender… cuando el cavernícola se convirtió en homo sapiens; es decir, cuando se inventó el lenguaje, hubo una revolución, incluso en el humor. Se pasó de hacer chistes físicos, a un humor de ideas Claro, al inicio, por tener poco vocabulario y pocas ideas, siguieron riéndose de las ss fecales, de hacer mal el amor, de caídas, de los gases estomacales, y cosas del bajo vientre en genral. Pero el ser humano siguió evolucionando y su intelecto se desarrolló y empezó a reírse de cosas más “inteligentes”, desarrolló su intelecto y elevó su nivel espiritual. Pues, lamentablemente, en la actualidad muchos seguimos en aquella época primitiva de la simpleza, de la ignorancia y solo nos reímos de lo sexual, de lo escatologico (excremento, orines, etc.), de las vulgaridades y otros seguimos haciendo un humor más “inteligente”. Inteligente significa que el público, el consumidor, cuando descifra ese humor, se siente inteligente porque lo entendió a pesar de lo elaborado. Porque el humor del amante metiéndose en el ropero cuando llega el marido, o el humor de la caca y las flatulencias lo entiende cualquiera, ¿no es cierto?