Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo

La Universidad Diego Portales. Homenaje

captura_de_pantalla_2022-12-03_a_las_18.14.39.pngLa Universidad Diego Portales rinde homenaje al autor Pepe Pelayo

El autor cubano-chileno y colaborador de MUNDIARIO, Pepe Pelayo, está muy emocionado con este próximo acto, organizado por el Académico Rafael Gumuncio, y que se realizará en la Facultad de Comunicación y Letras, Estudio de TV, para  reconocer su amplia labor creativa, y que coincide también con sus 70 años de vida.

Nacido en Matanzas, Cuba, en 1952, después de hacer una reconocida carrera en su país natal con el grupo de humor escénico “La Seña del Humor”, grupo que fundó y  dirigió, (se había graduado de ingeniero civil, pero eso no era lo suyo) , Pepe Pelayo llegó a Chile en 1991, junto a su compatriota Aramís Quintero, invitados por la Televisón Nacional , para escribir los últimos 60 guiones del programa infantil “Pin Pon”, del director Jorge Guerra. “Cuando terminamos, - explica Pelayo, que se ha nacionalizado chileno-  me quedé haciendo teatro, cine, radio y televisión hasta el 2000, donde renuncié a la Dirección de Humor del Área de Entretención de Televisión Nacional”.

Reflexionando sobre lo que haría, fue entonces cuando al estar de visita en casa de uno de sus grandes amigos, el escritor, músico y humorista argentino Luis Pescetti, fue quien lo convenció de que si en sus actuaciones teatrales siempre iban niños, “porque mi humor no es vulgar ni denso y si había escrito para el  público infantil en la Televisión, debía hacer literatura humorística para niños, ya que esa especialidad no abundaba en América Latina” –dice.

Pelayo decidió seguir el sabio consejo de su colega y se dedicó a escribir literatura infantil, consiguiendo una exitosa carrera con sus 46 libros para niños editados en Chile y en otros países de Iberoamérica. También ha participado en Ferias Internacionales del Libro  en Argentina, Uruguay, Colombia, Perú, Ecuador, Panamá, entre otros. Y ha presentado su Concierto Lector (espectáculo escénico-literario), para motivar a la lectura a través del humor, en centros educacionales de todo Chile y en varios países latinoamericanos. También ha publicado 25 libros para adultos. Luego ha  ampliado  su carrera con sus collages fotográficos humorísticos, logrando premios en Concursos Internacionales y participando en exposiciones colectivas en varias naciones y exposiciones individuales en Chile, Portugal y Estados Unidos.

Pero en ocasión de estos aniversarios, para los lectores de MUNDIARIO hemos decidido conversar con él, sobre su labor como escritor de literatura infantil, que tantas satisfacciones y alegrías les ha proporcionado, al recibir cartas de profesores, padres y niños que agradecen sus obras.

Pelayo reconoce  “que como era un niño asmático, mi madre me obligaba mucho a estar en casa y mi hermana (15 años mayor que yo y maestra normalista) era “mi guía intelectual” y me suministraba diversos  libros,  pendiente siempre de mi madurez y nivel de curiosidad.  También  comencé a leer historietas cómicas como la de Las Dos Urracas, Los Patos Donald y Lucas, La Pequeña Lulú, El pájaro loco, y otras, lo que además de satisfacer mi hambre lectora, desarrolló mi sentido del humor . Después pasé a las aventuras y llegaron a mí las novelas de JulioVerne, Emilio Salgari, R. L. Stevenson, y otros. Recuerdo cómo disfruté también esa etapa”.

“Mi primer libro publicado –dice- en Chile en el 2002 fue  “Pepito, el señor de los chistes”.  Y meses después me publicaron “Cuentos de Ada”, para niños de 8 años, al mismo tiempo que en Argentina editaban “El cuento de la Ñ”.  Y a partir de ahí no he parado de publicar. La saga de “Pepito” ya va por 26 más, porque tuvo tremenda acogida en los niños y es especial para motivar a los que no les agrada leer. Un personaje que se sabe muchos chistes y cuando no, los inventa. Incluso en 2006 y 2007 se creó un Concurso Nacional de Chistes, donde participaron miles de niños, tanto en Chile como en Uruguay”.

- ¿Qué títulos recuerdas con más cariño? ¿Por qué?

- Hay un grupo de libros, llamados libros-álbum, dirigidos a los primeros lectores y aún más chicos, que me encantan. Primero porque los he creado con mi hijo Alex. Él metiéndose en la ilustración y yo en la escritura, por eso los firmamos como “Pelayos”.

Es demasiado hermoso trabajar con un hijo. Más cuando se tiene la convicción de que tiene el mismo sentido del humor que uno (se crió jugando en escenarios cuando yo dirigía, escribía y actuaba en el grupo humorístico cubano “La Seña del Humor de Matanzas”). Y cuando se tiene la convicción también de que es más profesional, más artista completo que uno.

Ni te digo lo hermoso que es ver esos libros nuestros utilizados como primeras lecturas de los chicos que recién aprenden a leer y en actos, con sus padres emocionados y todo el universo escolar de público, cada uno lee una línea del libro. ¡Para morirse! Dos de esos libros fueron premiados. Uno en el 2008 (“Lucía Moñitos”), como el mejor libro infantil editado en Chile y el otro en 2009 (“Trinos de colores”), que obtuvo la Distinción White Ravens en Alemania.

Los otros son tres sagas. La del personaje Pepito, que ya te comenté, que es la más humorística, con muchos chistes: “Pepito y sus libruras”,”Sube el telón con Pepito”, “Los diálocos de Pepito”, la serie de cuatro libros de Pepito y las Matemáticas y la serie de 12 libros de chistes de Pepito” y otros”.

La saga de los personajes Ada y Yoyito, que son tres historias de aventuras de esos dos hermanos tan distintos y complementarios: “Cuentos de Ada”, “Ada, madrina y otros seres” y “Ada y su Varita”.

Y la saga de los personajes Ricky, Dante y el perro Shogún, domde mezclo el terror, el misterio y la fantasía con el humor: “El chupacabras de Pirque”, “En las garras de Los Mataperros” y “El hombre lobo de Quilicura”.

Y no quiero dejar de mencionar porque les tengo mucho cariño: “Ratata, un ratón de biblioteca” y “El enigma del huevo verde”. Me divertí mucho creándolos.

- Tus libros infantiles te han ayudado en la presentación de tus charlas para promover el  interés por la lectura en las escuelas, una labor muy importante y educativa, ¿cómo ha sido esa relación?

- Yo imparto charlas a profesores y bibliotecarios sobre “Pedagogía del Humor” y “motivación a la lectura a través del humor”. Las llamo “Charlas Chaplin”. Por supuesto, utilizo mis libros para ilustrar todos los ejemplos: el humor en el argumento, en las situaciones, en los diálogos, en el diseño de personajes, en la mezcla de géneros, en versificaciones, en la creación de parodias, ironías, sátiras, bromas, caricaturas, sarcasmos, etc. y, por supuesto, en la creación de chistes. Les doy consejos prácticos, entre ellos cómo buscar o crear juegos relacionados con el humor y a la vez relacionados con las historias de los libros, para aumentar los placeres (el placer estético, el lúdico y el humorístico son muy parecidos y hay que incrementarlos para conquitar a los niños sin hábito lector).

Por otra parte, creé lo que llamo “Conciertos Lectores”, que los realizo en las escuelas con los niños presentes,  donde exploto mi vena escénica y en esas presentaciones utilizo lecturas teatralizadas, cuento cuentos, hago chistes, desarrollo monólogos cómicos, uso canciones (sobre todo sus letras en parodias) y hasta bailo. Siempre con mis libros como protagonistas. Te aseguro que eso los motiva mucho a leer. En todas estas actividades he tenido el imprescindible apoyo de mi esposa chilena Mireya Silva, coordinadora de estos eventos, además de guitarra acompañante y voz.

Por esas razones, me encanta escribir para niños. No sabes la emoción que me provoca saber que mis libros están en repisas en sus dormitorios, velándoles el sueño, como lo hicieron conmigo “El Corario Negro”, “Viaje a la luna” o “La isla del Tesoro”. No sabes cómo me emociona que me digan “A mí me empezó a gustar la lectura leyendo sus libros” o como me sucedió una vez, que un joven se me acercó al stand en una Feria del Libro donde yo estaba firmando y me dijo “Por su libro "Cuentos de Ada" estoy estudiando Literatura en la Universidad.

Yo escribo para divertirme y para divertirlos a ellos. Nunca he creído ser un gran escritor. Para eso, además de tener un talento excepcional, hay que estar dedicado todo una vida a escribir y yo respeto mucho a la literatura. No es subvalorarme, es que considero que ante todo soy un humorista. Un humorista que aprendió un poco más que mínimamente el lenguaje literario para canalizar su humor.

Y no sabes la emoción que me provocan los comentarios de los niños “¡Con su libro lloré de la risa! ¡Siga escribiendo!

- ¿Cómo valoras en tu carrera como escritor y humorista estos 20 años como autor infantil?

Este 2022 es muy significativo para mí. ¿Qué te puedo decir? Soy un hombre feliz y realizado, y agradezco enormemente este homenaje de la Universidad Diego Portales, de Santiago de Chile, y de su Instituto de Estudios Humorísticos, que dirige el Académico Rafael Gumuncio.

En Cuba hice una carrera como humorista escénico. En Chile la amplié a humorista gráfico con mis fotomontajes, a articulista, a videista, a estudioso de la teoría del humor y de la aplicación del humor en la vida, y a crear y mantener el sitio especializado humorsapiens.com  que me ha dado (y me da) muchas satisfacciones. Además, internacionalicé todas esas modalidades en mi carrera. Pero lo que más valoro, lo que más llevo en mi corazoncito de artista, es haberme convertido en escritor de humor para niños.

Pepe Pelayo, 40 años de creatividad humorística

osvaldo.jpegPor Osvaldo Macedo de Sousa, historiador, escritor, curador, promotor y especialista en humor gráfico.

Si la cotidianidad es un equilibrio entre la comedia y la tragedia, en el que la tragicomedia también interfiere en ese equilibrio de la supervivencia humana, es una realidad que el drama acaba pesando más en las elecciones afectivas cotidianas, dando cabida al dramaturgo existencial.

Como animal dramático, el Hombre tiende a cultivar preferentemente los aspectos más oscuros de la existencia, enfatizándolos en la búsqueda de la compasión, el llanto, la complicidad depresiva... Pasar sin esfuerzo al lado oscuro de la visión.

Como contrapunto a este estado de derrota, también está el optimismo vivencial, la comedia filosófica... salvo que la sonrisa, la risa mental y física requieren trabajo, un esfuerzo constante por permanecer en la superficie. Son 48 músculos solo en la cara, los músculos que tenemos que poner en acción, además de todos los demás del resto del cuerpo, así como el despertar de miles de neuronas cómplices del humor. Sí, es más fácil ser trágico que optimista y humorístico, porque si la tragedia es dejar p

asar los dramas, experimentar la comedia humana, es una construcción constante, una lucha por la alegría de vivir, por la supervivencia del mejor lado de la humanidad.

Todo esto para decir lo difícil que es el humor, como filosofía existencial de ver la realidad con crudeza y optimismo, manteniendo vivo el humor en cada segundo de respiración viva. Difícil en la autoconstrucción diaria pero, mucho más, en ser también motor de sonrisas en la sociedad que le rodea. Así, celebrar cuarenta años de constante creatividad, de prolífica invención humorística, es un hito importante, no sólo para él, sino también para la sociedad.

Es el caso de Pepe Pelayo, un creativo que ha explorado como pocos el universo del humor, en multitud de estilos y géneros. Dirán que no es el único, sin embargo, tampoco muchos pueden presumir de ello, dentro de la excelencia y diversidad creativa a lo largo de cuatro décadas sorprendiéndonos siempre con su genialidad humorística.

Entonces, ¿quién es este comediante que, entre todos los demás, quiero resaltar aún más? Todos dirán: ¡Sí, es un excelente comediante, habiendo creado/dirigido uno de los grupos de comediantes más importantes surgidos en los años 80 del siglo XX en Latinoamérica…! Sí, ha explorado varios estilos y géneros, ¡todos con gran éxito en el escenario, en la pantalla...! Sí, ha logrado superar las barreras fronterizas geográficas y culturales, creando una obra universal…!!!! Agregaré que, no satisfecho con su creatividad multigénero, internacionalista e irreverente, es también un humilde promotor del arte que tanto ama.

Pepe Paleyo, ese ser inquieto, efervescente, proliferante, es un artista que tiene ese lado “Guiness”, es decir, es uno de los autores con más libros de humor publicados. En el campo de la literatura publicada, ya que los guiones televisivos, las dramaturgias, los chistes para humoristas se pierden en lo efímero de las tecnologías y los espectáculos, tiene una lista de títulos increíble. Así, impreso en papel editorial, Pepe Pelayo cuenta con más de setenta títulos, es decir, más de una decena de obras sobre teoría y prácticas del humor, más diez obras y media dirigidas a adultos y jóvenes y, finalmente, con más de medio centenar de libros infantiles, zona de edad donde pasa gran parte de su tiempo con talleres/charlas/clubes de lectura en la tierra donde vive, Chile.

No satisfecho con ser un gigante de la creatividad con sentido del humor con profundidad filosófica, pedagógica y crítica, se pone en la humilde posición de promover este arte, buscando también resaltar y promover el trabajo de otros, ya sea a través de entrevistas o en colusión. Creativo. Ante todo, es un humilde pedagogo que intenta enseñar sus creativos trucos humorísticos a todo aquel que quiera ser también un comediante o un verdadero pedagogo. Esto resalta su percepción de que, si queremos tener una sociedad democrática, una comunidad irreverentemente pacífica, una humanidad culta y sensible a su entorno, tenemos que enseñar a los niños dónde empieza la mala educación y termina lo cómico, dónde está la visión filosófica de la comedia como antídoto contra la tragedia y la bestialidad intrínseca del animal humano.

No satisfecho con las letras y las palabras, también acabó abrazándose a las artes gráficas (también premiada) con colaboraciones o desarrollando el arte de los fotomontajes humorísticos.

¿Y cómo ha ido haciendo todo esto Pepe Pelayo a lo largo de los años? Uno de sus referentes universales es, sin duda, la web HumorSapiens (que produce con la complicidad de su hijo Alex), donde no solo expone sus ideas humorísticas, sino que da espacio para que publiquen otros pensadores y creadores. Dentro de esta galaxia de internet no podemos dejar de mencionar su otro sitio, htpp:pepepelayo.com o twitter pelayaserias.

En definitiva, son cuarenta años de creatividad humorística, celebrados setenta años después de que José Pelayo Pérez viera, por primera vez, la luz de la sonrisa de sus padres. Todo comenzó en Matanzas/Cuba el 19 de diciembre de 1952, descubrió mundos y con la irreverencia de la adolescencia se embarcó en esta quijotesca búsqueda de esparcir sonrisas, cultivar pensamientos crítico-filosóficos. Cuarenta años de creación e inquietud por difundir el arte de saber detener, ante las cosas, los pensamientos y mirarlos con ojos para ver, deconstruyéndolos de hipocresías y falsedades, avanzando en el mundo con una sonrisa crítica, despierta y consciente.

Pepe Palayo es un gigante mundial del humor, porque como humanista se acerca a todas las ramas de este arte, como creador y teórico, como explorador de todos los universos y técnicas... siendo así un ser único en la historia del humor. Y si es valiosa esta obra palpable, más lo es la semilla que siembra a diario en los jóvenes que, a través de él, descubren el humor, descubren que hay más mundos más allá de la tragedia y que la vida, a pesar de todo, se puede vivir con una sonrisa.

Gracias Pepe por tu existencia, tu arte, tu sonrisa.

¡Mucho más que una seña!

sena_0.jpegEntrevista que me hizo el humorista literario, audiovisual y escénico cubano, Jorge A. Piñero, "Jape", sobre La Seña del Humor y que acaba de salir publicada en humorsapiens.com y en nuestro Boletín de diciembre...

¡Mucho más que una seña!

Pepe Pelayo, fundador, comediante, coguionista, codirector artístico y director general de 1984 a 1991 del legendario grupo humorístico matancero, comenta, desde su experiencia personal, sobre este suceso cultural cubano más allá de las tablas.

JAPE: ¿Qué necesidad, artística, personal, profesional, de diversión… los lleva a reunirse en un proyecto humorístico como Tubería de media, y posteriormente La Seña del Humor?

PP: Bueno, ante todo y para situar al lector que no me conoce, debo decir con orgullo que fui comediante, coguionista, codirector artístico y Director General desde 1984 cuando surgió, hasta 1991 del grupo La Seña del Humor de Matanzas.

Ahora te respondo. Soy amigo de Moisés Rodríguez desde la Enseñanza media y amigo de Aramís Quintero desde finales de los años 70. Ambos matanceros. Nos dimos cuenta que teníamos un sentido del humor muy similar. Y un día de 1982, divirtiéndonos y jugando, comenzamos a montar un número musical, sin intención de nada. Y de ese jueguito decidimos crear humor de verdad, más “en serio”, a ver qué pasaba. Y llamamos al arquitecto July, otro amigo que sabía dibujar y fundamos el grupo de humor gráfico y literario “Tubería de media pulgada” en enero de 1983. Publicamos casi un año una página completa semanal en el suplemento cultura Yumuri, del diario Girón de Matanzas.

Cuando cumplimos un año, en enero de 1984, lo celebramos con una exposición de humor en la Galería de Arte Provincial y con un acto en la Biblioteca Provincial, donde invitamos a Virulo, Carlos Ruiz de la Tejera, Zumbado, Zulema Cruz y Eduardo Rómulo, del Conjunto Nacional de Espectáculo. Ese día, junto a varios miembros del Teatro Mirón Cubano de Matanzas, del dramático de Radio 26 y del grupo de humor gráfico La Colmena, de madrugada y en mi casa, brindando con chiringuito, decidimos crear la Seña del Humor, parodiando la Peña del Humor que hacía Virulo y el Conjunto en la Sala Atril del Teatro Carlos Marx en La Habana, porque él nos había invitado esa noche a actuar allí cuando quisiéramos. Claro, antes de ir a ese lugar, debutamos en la Sala White (Casa de cultura de Matanzas), en el cine-teatro Atenas. A los pocos meses cada agrupación siguió su camino y nos quedamos 12 jóvenes recién graduados de distintas carreras universitarias como ingenierías, licenciaturas, pero ninguno graduado de teatro o actuación. Así que solo con nuestro humor y el descaro y la energía de la edad, nos lanzamos a la gran aventura que conocemos. Y así llegamos al Teatro Sauto.

JAPE: ¿Realmente creían que el humor era la tribuna y el lenguaje apropiado para lanzar sus opiniones, ideas, discursos éticos y estéticos?

PP: No, no teníamos ni idea de eso. Y hablo por mí, no por el grupo. Buscábamos el chiste, la gracia, pero de cualquier cosa que nos venía a la mente. No teníamos planes de abordar tal asunto o tal otro. Yo lo hacía todo para divertirme sin cálculos, ni ambiciones de ningún tipo. La apetencia y la pretensión vinieron mucho después.

JAPE: ¿Además del concebido sentido del humor, qué otro valor, sentimiento o afición unía a “los señeros”?

PP: Que recuerde, nos unía las ganas de pasarlo bien, de divertirnos, de tener una actividad donde refugiarnos de los problemas que nos afectaban en Cuba.

Con el pasar del tiempo, nos unió también la amistad que fuimos construyendo entre nosotros, nos unió una forma de pensar parecida, y nos unió también el deseo de superarnos. Por ejemplo, matriculamos y estudiamos casi todos en la Escuela Provincial de Música, en la Escuela de idiomas, o armábamos escuelitas enseñándonos entre nosotros mismos Historia del Arte, filosofía...

JAPE: ¿Pensaban revolucionar la cultura y el arte matancero y nacional?

PP: Para nada. Por lo menos yo, no pensaba en nada de eso. Es que era difícil pensarlo, porque éramos consciente de nuestras deficiencias, conscientes de que estábamos aprendiendo una profesión nueva. Profesionalmente, cuando empezamos, no éramos ni guionistas, ni actores, no directores artísticos, ni nada. ¿Cómo pensar en revolucionar algo sin dominarlo? Lo único que nos daba más seguridad era el tipo de humor que hacíamos, porque aún con nuestras limitaciones, hacíamos reír, y mucho, al público.

JAPE: ¿Qué vínculos reales existían, antes de la concreción del grupo, con el movimiento de jóvenes humoristas de La Habana y otras provincias, y con el Conjunto Nacional de Espectáculos comandado por Virulo?

PP: Cuando surgimos no existía ningún movimiento de jóvenes humoristas escénicos ni en La Habana ni en provincias. Cuando después se fue armando el Movimiento del Nuevo Humor Cubano, me enteré que haciendo humor literario existía Nos y Otros. Pero de humor escénico cuando nacimos nosotros, no. Conocíamos figuras del mundo del teatro y del espectáculo como Centurión, Bobby Carcassés, Mario Aguirre, Chaflán, entre otros pocos. Y, por supuesto, conocíamos de grandes comediantes que se presentaban en los pocos programas humorísticos de la Televisión y en un programa de radio. Pero a ninguno los conocíamos personalmente. Ahora, sí tuvimos vínculo con Virulo y los miembros del Conjunto Nacional de Espectáculo, que siempre nos apoyaron, incluso nos enviaron al actor chileno Jorge Guerra a que nos impartiera un breve curso de actuación. También tuve vínculo hasta de amistad con el gran Héctor Zumbado y también con humoristas gráficos como Manuel, Boligán, Ares, Abela y otros.

JAPE: ¿Cómo fue el encuentro o descubrimiento mutuo de la Seña con estos movimientos culturales y como lo valoran desde el punto de vista artístico, personal y profesional?

PP: Insisto, cuando nacimos no había ningún movimiento humorístico a nivel nacional. Sólo “descubrimos” al Conjunto Nacional de Espectáculos. Y enseguida de surgir, ahí sí comenzaron a crearse grupos en La Habana y en provincias, que dieron origen al Movimiento del Nuevo Humor Cubano. Aparecieron La Leña del Humor de Santa Clara, Nos y Otros, Salamanca, Onondivepa, La Piña del humor, Lenguaviva, Los Hepáticos, Cuchilla y muchos más.

Añado que entre todos siempre hubo una tremenda camaradería, incluso amistad, cero celos, cero envidias. Mucha cooperación. Fue muy lindo lo que se produjo.

JAPE: ¿Cuánto hechizo, sortilegio, magia, confidencia… existía y existe entre La Seña y su natal Matanzas y viceversa?

PP: Mira, Matanzas es cuna de muchos grandes humoristas cubanos: Carlos Ruiz de la Tejera, Eloísa y Guillermo Álvarez Guedes, Leopoldo Fernández (tres patines), Aurorita Basnuevo, Manuel, Carlucho (el caricaturista), Torriente (el de Liborio), Marcos Behemaras, Massaguer, Betán, Francisco Puñal, entre otros. Proporcionalmente, creo que es la provincia que más humoristas produce en La Isla. ¿Por qué? No tengo idea. Todos esos humoristas que mencioné han triunfado en Cuba, pero para eso han tenido que irse para La Habana, como es lógico. Así que influencia directa de humoristas en Matanzas, no tuvimos. Claro, tradición artística sí hubo siempre en Matanzas. No sé si ese ambiente influyó, no lo sé... Ah, bueno, algo mágico sí. El actuar en el Teatro Sauto, y más que actuar, ser nuestra Sede oficial, donde teníamos nuestra Oficina, nuestro vestuario, utilería, los instrumentos, nuestras salas de ensayo... Un lugar como ese con tanta historia artística, con tanto significado para Matanzas y para el país, eso sí acepto que fue mágico. Ojo, nuestro nombre es La Seña del Humor de Matanzas, como “Los Muñequitos de Matanzas”, o “La sonora matancera”, con esto quiero decir -guardando la distancia-, que sin proponérnoslo, llevamos a Matanzas con nosotros a toda Cuba. Pero además, hay otra cosa importantísima. Puedo asegurar que el mayor hechizo y complicidad la tuvimos con nuestro público matancero, que comenzó a formarse en el tipo de humor que hacíamos junto a nosotros, fueron evolucionando con nosotros y juro que público más fiel y entusiasta que nuestros seguidores matanceros no creo que exista en el mundo.

JAPE: ¿Qué fue para la Seña, arribar y proponer su arte en La Habana? ¿Superó expectativas? ¿Hubo un antes y un después?

PP: Primero participamos en el programa televisivo 9550. Supimos que gustó, porque todo el mundo en Matanzas, al otro día, nos felicitaban. Pero eso no tuvo mayor repercusión. Después debutamos en la Sala Atril del Teatro Carlos Marx en la Peña del Humor que dirigía Virulo. Fue linda esa experiencia, porque era la primera vez que nos presentábamos en vivo fuera de Matanzas. Al público ahí le gustó mucho. Repetimos esas actuaciones durante varios sábados, hasta que un día de 1985, Virulo nos propone que escribamos Aramís Quintero, Moisés Rodríguez y yo el guión de un espectáculo, el diseño de escenografía y vestuario lo haría nuestro compañero Carbonell y Virulo haría la música y él lo dirigiría todo. Claro, actuaríamos nosotros y figuras reconocidas invitadas, para hacer una temporada en el gran Teatro Carlos Marx. Era “la presentación en sociedad”, sabíamos que si gustábamos nos convertiríamos en artistas nacionales. Y lo hicimos. El espectáculo se llamó “Jaguar you Claudio”, jugando con la aventura “El jaguar” y la serie “Yo Claudio” que pasaban en esos momentos la televisión cubana. Actuaron junto a nosotros Virulo, Mario Aguirre, Jorge Cao, Carlos Otero, Daniel García “Juan Primito” y los ya fallecidos Frank González, Lina Ramírez y Jorge Guerra, más el grupo Danza América, con coreografía de Carmencita Castiñeira. Una constelación. La reacción del público y la crítica fue más que favorable. Y a pesar de tener tan poco tiempo de fundados, cuando aún estábamos aprendiendo el oficio, nos llegó la fama, los beneficios y también la exigencia y la responsabilidad de hacernos artistas nacionales. Y ahí llegaron con mayor frecuencia las invitaciones a la televisión a la radio, a películas, a realizar giras por el país, a participar en los Festivales Adolfo Guzmán, Festivales de la Canción de Varadero, Bienales del Humor en San Antonio, Encuentros Latinoamericanos de humor, espectáculos por el Día de la Cultura Cubana, otros espectáculos en el Karl Marx y mil cosas más.

JAPE: ¿Qué significó para ustedes el Festival y Premio “Melocactus Matanzanus”, creado e instituido por la Seña en la ciudad matancera?

PP: El Festival Nacional del Humor, creado y organizado por La Seña, se realizó tres veces. Dos veces en Matanzas en el año 1989 y 1990 y cuando no hubo más presupuesto en la provincia, en el 1991, lo hicimos en el Teatro Acapulco en La Habana. Dábamos premios al mejor guión, a la mejor puesta en escena, a la mejor actuación, al mejor novato, al mejor monólogo, pero también en humor gráfico y literatura humorística. Participaban casi todos (por no decir todos) los humoristas jóvenes del país, esos del llamado Movimiento del Nuevo Humor Cubano y figuras consagradas actuaban en las galas. Para nosotros fue otro éxito del grupo. Y nos sentimos muy orgullosos. Por eso cuando instauraron después los Premios Aquelarres, me sentí feliz de que hayamos sido los precursores. En fin, aquella era una etapa de ebullición de ideas, de proyectos. Recuerdo que hicimos una revista de humor gráfico y literario “Revista Seña” se llamaba, hicimos un paquete de programas de televisión para el canal Cubavisión, hicimos también un paquete de programas de radio en la emisora C.O.C.O. Y realizamos los Festivales Nacionales de la Seña y sus premios “Melacactus Matanzanos”. ¿Por qué ese premio? Porque no había financiamiento para premios y se nos ocurrió hablar con la asociación provincial de jardines (no recuerdo el nombre de esa entidad que nos acogió muy amablemente), y nos regalaron hijitos de esos cactus oriundos de nuestra provincia: El Melacactus Matanzanos. No premiábamos con dinero, pero el premio era valioso y precioso.

JAPE: ¿Consideras que hay un humor distintivo de la Seña?

PP: Mira, nosotros siempre decíamos que no sabíamos el humor que hacíamos, pero sí sabíamos el humor que no queríamos hacer.

Así que lo distintivo de La Seña, para mí, es haber continuado con la tradición del bufo, por ejemplo. Usábamos el mismo esquema del personaje muy popular, el jodedor cubano, con su picardía, su ritmo, su “sabrosura” y los personajes palas o contrafiguras. E hicimos con eso un humor contingente como el que siempre hizo el bufo cubano. Sustituyendo la crítica política que hacía el negrito, la mulata y el gallego por la crítica al mal gusto y a feas actitudes y conductas. Pero ampliamos el diapasón del humor. La Seña se reía de todo, era más rupturista, iba más allá del costumbrismo tradicional. Nos distinguía también el uso de referencias culturales. Otra cosa que nos distinguía era que no usábamos vulgaridades, groserías, obscenidades. Y nos distinguía también, y mucho, algo difícil de hacer: ante miles de espectadores de distintos niveles educacionales y culturales, todos salían riendo y satisfechos del teatro. ¿Por qué? Porque nuestras presentaciones tenían varias lecturas. Si había un chiste donde la referencia cultural podía ser algo elitista, paralelamente en escena hacíamos otro humor de factura más sencilla para un público menos exigente. Entonces podíamos decir que nuestro humor era para todos los gustos y niveles. Eso nos distinguió.

JAPE: Visto desde la distancia y el tiempo, ¿cómo valorarías el suceso cultural Seña del humor de Matanzas para Cuba, para las diferentes generaciones y para el mundo?

PP: La Seña del Humor fue un fenómeno algo singular por decirlo así. Salíamos poco por televisión, porque no queríamos quemar nuestro repertorio. Sin embargo, en el Teatro Sauto, en el Teatro Carlos Marx, en el Teatro Acapulco, la gente dormía afuera para comprar las entradas antes de los estrenos y rompían cristales y puertas para entrar. Y las presentaciones en provincia eran una locura, cadenas con policías para bajarnos de la guagua y caminar hasta el teatro, en serio, aquello era increíble. Nos tocaban, nos regalaban cositas. Cuando nos íbamos de regreso en nuestra bus, salían en caravanas de autos a despedirnos por varios kilómetros. Repito, fue un fenómeno muy extraño y sorpresivo todo para nosotros. Por supuesto, yo le echo la culpa mayormente, al humor que hacíamos. Lo catalogaban como humor inteligente. Yo le llamo así, pero solo al humor que hace que el espectador se sienta inteligente, porque lo tratamos con respeto, como alguien inteligente, alguien que descubre el chiste elaborado, honesto, no fácil ni masticado y sin vulgaridades. Y otro condimento era que se notaba que no éramos actores de academia, que éramos unos jodedores de la calle “haciendo de” tal personaje. Y sin poses de divos, ni nada de eso (en esa época era novedoso). Pero con el ingenio de los guiones y las puestas en escena, la buena factura de la música, de los diseños. En fin, se logró una joyita ahí, completica. También creo que todo eso influyó que a partir de nosotros comenzaran a surgir en la escena por toda Cuba, jóvenes con sentido del humor parecido, que se identificaran con ese tipo de humor y sin miedo a subirse a un escenario sin ser profesionales de teatro y de la actuación. Si lo hizo La Seña, ¿por qué no ellos? Creo que sin Virulo y el Conjunto Nacional de Espectáculo era casi imposible que se consolidara la Seña, por eso siempre estaremos agradecidísimos. Y pienso que La Seña, con sus características, hizo posible que surgiera el Movimiento del Nuevo Humor Cubano de los años 80. Ojo, Cuba ha sido y es tierra de humoristas. Pero aislados, en un escenario por allá, en un programa de TV o radio por acá, Pero en los 80 fue un boom como nunca antes en nuestra historia. Una explosión de humor de calidad. Reitero, de humor, del tipo de humor de calidad. Ese es el legado que dejó La Seña a las otras generaciones. En cuanto al mundo, lamentablemente, nunca pudimos presentarnos “afuera” como grupo. Quizás si eso se hubiera dado, todavía seguiría presentándose La Seña por toda Cuba. Pero afirmo que les gustaba a los extranjeros. Por ejemplo, a los argentinos Les Luthiers y Roberto Fontanarrosa, al uruguayo Leo Masliah, al venezolano Zapata y su gente, etc., sabemos que les encantó nuestro trabajo cuando nos vieron. Ya después me he presentado en Chile, Argentina, Canadá, Boston, Miami, etc., la mayoría de las veces yo solo, pero también con los señeros Aramís, Pedrito, Rubén y con Pible y puedo asegurar que el humor de La Seña funcionaba y funciona en cualquier lado. Era y es, universal.

JAPE: ¿Cuánto hay de la Seña, en todo lo que haces de humor…? ¡Que es muchísimo!

PP: Gracias por pensar que es muchísimo lo que he hecho. Pues te confieso que a La Seña fue mi cuna, mi escuela, la base para formarme como humorista. Cuando personalmente hago humor escénico, audiovisual o musical es obvio que ahí está La Seña más que presente. Y es el humor que hago, no me sale otro. Pero también, cuando hago humor literario o gráfico, ahí está La Seña. Y hasta cuando estudio la teoría del humor y su aplicación en la vida, imposible que no esté presente La Seña.

Muchos de mis compañeros señeros no continuaron haciendo humor, pero aun así, apuesto que cada uno dirá siempre: “a mí La Seña me marcó para toda la vida”, porque La Seña también fue una actitud ante la vida.

JAPE: ¿Crees que finalmente la Seña del humor de Matanzas se vinculó e imbricó como parte del patrimonio cultural cubano?

PP: Ese tipo de valoración es muy difícil que te la haga yo. Que lo digan los que saben y estudian el tema.

Pero sí te puedo decir, a la distancia de aquello tan extraordinario que viví, que no me extrañaría que La Seña del Humor de Matanzas pase a la historia del humor cubano, del teatro cómico cubano. Se lo he escuchado decir a colegas y especialistas de distintas generaciones, así que es difícil que se ignore, se ningunee, se olvide la obra de la Seña del Humor de Matanzas.

 

Me entrevistan en "Las 2 orillas", publicación colombiana

captura_de_pantalla_2022-11-28_a_las_23.46.52_0.pngHa pasado un decenio y medio y el cubano-chileno Pepe Pelayo (1952),  escritor humorístico, actor, promotor de la lectura, investigador del humor,  realizador de collages, y series de vídeos, recuerda con mucho cariño que formó parte de la  la delegación de Chile, (ese país fue el invitado de honor a la Fería Internacional del Libro de Bogotá, en el 2007) integrada  por su  Presidenta  Michelle Bachelet y su Ministra de Cultura Paulina Urrutia, y los autores invitados Alberto Fuguet, Elicura Chihuailaf, Manuel Silva Acevedo, Alejandra Costamagna, Hernán Rivera Letelier, Carla Guelfenbein, Pepe Pelayo, Mauricio Paredes, Pilar Sordo y Hugo Fazio Rigazzi.

Pelayo viaja en su mente al 2007 y recuerda: “el trato que me dieron en la Feria de Bogotá, en los medios y en las actividades, fue maravilloso. Los colombianos son gente muy cálida, muy sociables, muy amables, muy despiertos. En la Feria firmé mis obras “Cuentos de Ada”, “Pepito, el señor de los chistes”, “Ni un pelo de tonto”, “El secreto de la cueva negra” y “El chupacabras de Pirque”, en el stand de la Editorial Alfaguara infantil –expresa Pelayo.

“El encuentro con los niños asistentes a mi Concierto Lector en el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá y en las escuelas que visité, fue inolvidable. Como el humor que hago es universal, rieron y participaron con mucho entusiasmo. Me llevé una gratísima impresión de ellos –sigue recordando.

“Durante el evento,  -añade-  participé en  una actividad muy interesante y enriquecedora sobre literatura infantil: un mano a mano entre los escritores colombianos Yolanda Reyes y Francisco Montaña y los chilenos Mauricio Paredes y yo. También me invitaron a participar en un programa de RadioCity TV”.

“Hay que decir que en el año 2003, junto a mi hijo Alex como dúo Pelayos, ganamos Mención de Honor en el Concurso de Humor Gráfico colombiano, CartonRendon y la obra fue mostrada en la Exposición Principal y publicada en libro-catálogo” -añade.

A Pelayo, la Editorial Alfaguara infantil (ahora Editorial Loqueleo) de Colombia, le publicó el libro “Trinos de colores” en el 2013 (ese volumen había recibido recibió la Distinción White Ravens en Alemania, en 2009).

Desde el 2021, Pelayo participa como experto en el programa “Doble vía” de Caracol Televisión. Colombia, sobre temas como humor y delincuencia, humor y vulgaridad, entre otros.

Este escritor para sus investigaciones humorísticas ha entrevistado en distintas ocasiones a personajes colombianos como el periodista y guionista Daniel Samper Pizano y a los viñetistas gráficos Bedoya, Emers, Júcalo, Juan Felipe Salcedo, Gerineldo Campos, León, Ogil, Turcios y Nani. Con esta última ha colaborado en proyectos audiovisuales.

“Quiero destacar –dice Pelayo-  que cuando pude entrevistar, vía internet, a Samper Pizano aprendí algo muy interesante sobre el humor colombiano. Me dijo: “Colombia ha desarrollado un irónico y extendido sentido del humor (el denominado “mamagallismo”, como reacción frente a la cantidad de problemas que aquejan al país. El humor en las telenovelas, por ejemplo, es una marca colombiana, y tanto en radio como en cine el humor es un recurso frecuente. Donde menos humor se encuentra es en la prensa. Alguna vez hice un típico comentario mamagallista, y un mexicano que se hallaba en la reunión y que no estaba dotado para captar la ironía se marchó indignado dando un portazo. Entendí entonces que el mamagallismo plantea una capacidad de captar situaciones y papeles que no todo el mundo posee”.

En estos 15 años que han pasado, Pelayo ha crecido como escritor humorístico (en la actualidad ya ha publicado 46 libros de literatura infantil, y 25 para adultos), promotor de la lectura mediante el humor en sus numerosas visitas a escuelas en todo Chile, realizador de collages y series de vídeos. El espacio es pequeño para poder mencionar todo su trabajo desarrollado en Chile.

Uno de los trabajos  de investigación sobre el humor más relevantes  realizados por él, es  la serie “El bufón ilustrado” que consiste en 15 videos-documentales sobre la teoría y la aplicación del humor en las artes y en la vida, publicados desde junio del 2021, hasta enero del 2022. Es un proyecto original y precursor en el campo del humor teórico y aplicado. Único en Hispanoamérica.   

En esta serie participan 45 prestigiosos humoristas gráficos, literarios, escénicos, audiovisuales y estudiosos del humor, de 13 países, incluyendo Colombia.

Pelayo pertenece a la Sociedad Internacional de Estudios del Humor Luso-Hispano y a La Red de Investigaciones y Estudios del Humor en Chile. Fundador y editor del portal humorsapiens.com y editor, junto a su hijo Alex, del Boletin Mensual de dicho sitio que se publica desde el año 2013. 

La Universidad de Lisboa lo invitó a formar parte del Comité Científico Artístico del Congreso Interartes, que se celebró del 21 al 23 de junio del 2022.  

Pelayo ha querido rememorar su participación en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, en el 2007, porque le tiene un especial afecto, y más ahora que recibirá un merecido homenaje  por toda su labor creativa,  el próximo 6 de diciembre a las 11:30 horas, en la Facultad de Periodismo de la Universidad Diego Portales, de Santiago de Chile por sus 40 años de carrera artística, sus  71 libros publicados, Premio Nacional de Chile, con su libro "Lucía moñitos", su Distinición White Ravens por su libro “Trinos de colores” en Alemania y sus 20 años como escritor infantil.

“Lo que más valoro, -manifiesta emocionado Pelayo-  lo que más llevo en mi corazoncito de artista, es haberme convertido en escritor de humor para niños. Estos 20 años han sido maravillosos. No sabes la emoción que me provoca saber que mis libros están en repisas en sus dormitorios, velándoles el sueño, como lo hicieron conmigo “El Corario Negro”, “Viaje a la luna” o “La isla del Tesoro”. No sabes cómo me emociona que me digan “A mí me empezó a gustar la lectura leyendo sus libros”.

Pepe Pelayo  (Matanzas, Cuba, 1952) (Reside en Chile desde 1991, nacionalizado chileno)  

pepito@pepepelayo.com  

pepepelayo.com  

 

40 años como humorista y 20 como escritor infantil

tumulto.jpeg

El Instituto de Estudios Humorísticos de la Universidad Diego Portales de Chile, organiza un homenaje a mis 40 años como humorista y 20 como escritor infantil.
FECHA: DÍA 6 DE DICIEMBRE
HORA: 11:30 HRS.
LUGAR: CALLE VERGARA NO. 240. SANTIAGO CENTRO. ESCUELA DE PERIODISMO. UNIVERSIDAD DIEGO PORTALES. SANTIAGO DE CHILE.
Me encantaría que compartieran ese día conmigo.
Los homenajes en vida, son mejores que post mortem.
Reserven ese día y hora en sus agendas, si viven en Chile o andan por aquí.
Los quiero.

 

Reseña del libro: "El libro incompleto de los locos"

loco.jpeg

El extraordinario humorista español Enrique Gallud Jardiel acaba de publicar “El libro incompleto de los locos”.

¿Cuáles locos habrá escogido? Me pregunté al enterarme. Y cuando leí el libro vi que eran célebres reyes y reinas, religiosos, científicos, escritores, músicos, pintores, entre otros históricos personajes.

No podía ser de otra manera. El humor culterano de Gallud Jardiel de nuevo en acción.

Entonces la pregunta sería: ¿por qué seleccionó a Iván el Terrible, a Calígula, a Richard Wagner, a Torquemada, a Kafka, a Nietzsche, a Juana de Arco, y así hasta llegar a 21 personajes? ¿Todos son realmente locos?

Él lo explica en la introducción:

“Loco es el que mata por conseguir dinero que no se podrá llevar a la otra vida, o por irse a la guerra para atacar a un país vecino que no es ni mejor ni peor que el suyo, o el que viola a alguien en vez de buscarse un ligue normal (hay muchos esperando), o el que tortura y hace sufrir de cualquier manera a sus semejantes cuando hay tantas otras formas estupendas de divertirse y de pasar el rato. Todas esas son perversiones de la mente que denotan un majaretismo claro”.

Así, el lector entiende de qué se trata el libro y desde la primera a la última página comienza a carcajearse, a reírse y a sonreír sin parar, con el ingenio y la imaginación de este autor, que utiliza poemas, artículos, diálogos, sketch y otras formas para encauzar sus sátiras, sus parodias, sus exageraciones, sus asociaciones disparatadas; en resumen, su excelentísima literatura humorística.

Enrique Gallud Jardiel (Valencia, 1958), nieto del gran Enrique Jardiel Poncela, es autor de más de 250 libros.

Para mí, un humorista excepcional.

Y aunque parezca “autobombo”, me da igual. Pero cada vez que pueda lo repito: he tenido el honor y el orgullo de haber escrito con él el libro “La ridícula historia universal” y de haber colaborado en varios proyectos literarios y audiovisuales.

 

Dolorosa reflexión

miela.jpeg¿Es un perdedor el que pierde cosas? Lo digo porque soy consciente de que más de alguna vez he perdido la vergüenza, he perdido la paciencia, he perdido los estribos, he perdido una discusión, etcétera. Pero es lo de menos. En mi caso no da ni para arrepentirse. Tampoco me refiero a perder la cartera, los anteojos, las llaves, la tarjeta de crédito, dinero y esas cosas, incluso perder el avión, el tren, el turno al médico, etcétera, que aunque molesta mucho la pérdida, pasa (son recuperables).

La pérdida que me provoca esta reflexión es más… ¿cómo podría explicarlo? Es más íntima, privativa, propia, exclusiva, es parte esencial de uno mismo.

Por ejemplo, perder una muela, como me acaba de suceder recién.

Duele, no solo por el acto de sacarla, sino porque es algo que nació en mí, me acompañó tantos años, colaboró con mi alimentación, ¡mire usted lo cerca e importante que fue para mí!

Y ahí estaba yo, boquiabierto, contemplando cómo la dentista la extraía y sin mirarla, la lanzó, algo ensangrentada, a un recipiente metálico. Escuché el sonido triste cuando cayó. Y ahí quedó como un objeto inservible, vano y… adiós, jamás sabré de ella.

Me dio pena, lo confieso. No deseaba ser un frío oportunista deshumanizado. No sentía algo similar desde que me sacaron la vesícula. Y antes un quiste sebáceo, la apéndice y un orzuelo.

Entre paréntesis, no me sucede nunca cuando pierdo un pelo o una uña, y menos cuando pierdo mucosidad, sudor, cerilla, saliva, orina y esas cosas. Me duele, porque también son partes de uno que perdemos; sin embargo, no le damos mayor significación. Debe ser que con el tiempo nos ponemos más insensibles.

Resumiendo, sí, soy un perdedor, como el resto de la Humanidad.

Aunque me comprometo a hacer todo lo posible por no perder nada más, ni siquiera perder la vida.

(Perdón, me acabo de dar cuenta que no han pasado ni dos segundos y ya incumplí la promesa: con este texto acabo de perder el tiempo).

Mi autobiografía: YO SOBRE MÍ

adal2.jpgLe dicen Pepe Pelayo, pero la gente habla más de la cuenta. Se debe aclarar que no recuerda nada de su vida antes de nacer en 1952. Su infancia transcurrió… perdón, su infancia aún transcurre, la que pasó -con mucha calma- fue su niñez.
Una parte de su enseñanza básica la pasó en la ciudad de Matanzas, Cuba, viajando entre su casa, su escuela y sus guaridas en el barrio de Bachiche y sus baches, viviendo aventuras increíbles como un Marco Polo cualquiera. La otra parte la vivió también en Matanzas, pero castigado dentro del marco de su casa, como un Polo Opuesto. De ahí su personalidad bipolar; es decir, se ríe y lo hace muy en serio.
Sin embargo, fue en la enseñanza media donde realmente lo valoraron, distinguiéndose como "Pelayo, el payaso". Por ello, en la Universidad fue consecuente y puso de moda el término "pelayaserías". Terminó su carrera de Ingeniero Civil en 1979 en el Politécnico Superior José A. Echeverría, en La Habana, convencido de que la había terminado sí, ¡pero al fin y para siempre! Su carrera oficial la correría en otras pistas, con short, zapatillas… y sombrero de bufón.

Así que hace años luces… años audios, años cámaras, años libros, años música y años gráfica que se dedica a reírse él mismo, sin saber si ha logrado profesionalmente hacer reír a los cubanos desde 1984 y a los chilenos desde 1991 (tiene doble nacionalidad, otra razón para su bipolaridad) y también a los hispanolusoparlantes y a otros, porque se ha agrandado últimamente (ya no se anda con chicas… obvio, a esa edad…). Este año cumple 30 residiendo felizmente en Chile.
Lleva publicados 71 libros (unos sepetecientos, para mayor precisión), de humor para niños y niñas, jóvenes y jóvanas, y también algunos para mayores y mayoras. Además, lleva unos cuantos espectáculos a cuesta con el grupo La Seña del Humor de Matanzas, en Cuba, del cual fue fundador y director general de 1984 a 1991, más otros espectáculos actuando solamente él mismo (en unipersonales, solo autopresentándose y en calidad de solista).
En el siglo XXI se extiende hasta el humor gráfico (realizando caricaturas con su hijo Alex y fotomontajes humorísticos él solito), además de canciones y otros divinos disparates, como estudiar la teoría del humor, ser miembro de la Sociedad Internacional de Estudios del Humor Luso-Hispano, de RIEH (Red de Investigadores y Estudiosos del Humor en Chile) y ser Presidente de la Fundación Humor Sapiens, para así ir impartiendo sus Charlas Chaplin (cursos y talleres también), sobre Humor y Salud, Humor y Tercera Edad, Pedagogía del Humor, Motivación a la Lectura a través del Humor, Humor y Convivencia y Humor y Empresa, combatiendo la gravedad por esos lares y bares en este lado del mundo.
Por supuesto, tranquiliza pensar que existen otras personas peores que él en esta vida (los que han premiado y distinguido su obras literarias, escénicas y gráficas 31 veces, tanto adentro como afuera de su país. Lamentablemente, esos éxitos sólo han servido para elevar su ego y su espíritu.
Pero para muchos, su logro fundamental y transcendental ha sido autofinanciar su vida con la risa, muy a pesar de su extenso currículo como supuesto creador de humor. Por suerte, la risa lo mima, la alegría lo sobreprotege. Es que es un "consentido del humor". Y con sentido del humor suficiente como para ganarse la vida con una sonrisa feliz en la cara, aunque eso no le agrade a los que piensan que la comedia es un género menor, ni a los agelastos (los que no ríen con él, ni con nadie, ni con nada, ni siquiera con los políticos)...
Disculpe, estimador lector (o lectora), no sé por qué redacto este texto en tercera persona, si soy yo el que estoy escribiendo sobre mí... En fin, debo agregar que los datos importantes que faltan, en esta humilde síntesis biográfica (los únicos realmente importantes), los encontrará en www.pepepelayo.com (uno de los sitios web más atractivos, según su... mi molesta opinión). Y créame, pienso hacer humor hasta el día en que se me ocurra alguna idea original. Ese día, para pensarla bien, pondré la mente en blanco y moriré. Será el día menos pensado (ya comencé con la originalidad).

Páginas