Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo

Publicado en el Dedeté, Cuba

captura_de_pantalla_2023-03-10_a_las_18.13.14.pngEl sitio humorístico cubano, "Dedeté", publicó mi artículo "Soy un perdedor". Cariños para Adán, el director y su tropa, encabezados por Jape, Laz y Falcó. Este es el lin...

http://dedete.cu/la-columna/2023-03-09/soy-un-perdedor/?fbclid=IwAR3qaYUoqZJhxztCbnxx9t9_Ez8H2dZ45zrblMo9V81BZzmV9bwEnHQ4hyA

Mi respuesta a "¿El humor está en peligro?

El Instituto Quevedo de las Artes del Humor de España, junto al conocido portal elplural.com, publicaron este video con las respuestas resumidas de varios humoristas y estudiosos del humor de Iberoamérica, a la pregunta "¿El humor está en peligro?". Como aparezco yo ahí, lo subo aquí. 
 
 

Recomiendo este libro

tapa_0.jpgEsto dice el texto de la contraportada de mi último libro titulado "(Pre)textos breves supuestamente graciosillos".

 

Estimados lectores:
Pretexto significa “motivo inventado con el que alguien justifica el hacer o dejar de hacer algo”. Aparece este término en el título por ese motivo: fue una justificación mía para recopilar muchos cuentos, fábulas, chistes, cartas, artículos, guiones de teatro, de televisión, de radio e historietas, escritas, pero solo para leer, que vieron la luz en este Siglo XXI, en diferentes publicaciones físicas y virtuales y así armar este libro.
Si disfrutan los juegos de palabras, el humor blanco, el humor negro, las ironías, las sátiras, las exageraciones, los absurdos, las parodias, pueden leerlo. Y si no, también pueden leerlo, ya que quizás no les de gracia. Uno nunca sabe.
El autor

 

Para verlo, haga click en este link:

https://www.amazon.com/Pepe-Pelayo/dp/B0BW2KS9CN?ref_=ast_author_dp

La seña del humor de Matanzas por Dr. Addiel Mansito

seeeee.jpegLa seña del humor de Matanzas y Pepe Pelayo como director general transformaron el humor cubano para siempre. Después de más de cien años de teatro costumbrista, a finales de los setenta comenzaron a retirarse los grandes humoristas que aún quedaban de aquella época. El humor cubano entró en una especie de período de transición con el conjunto nacional de espectáculos y Virulo con sus peñas ya en los años ochenta. El humor entonces entró en una crisis identitaria, no tenía rumbo ni dirección. En el momento idóneo apareció la seña del humor y con ese acontecimiento fundacional cambió para siempre el humor cubano. Antes de la seña, más de 100 años de costumbrismos con grandes como Covarrubias en el siglo XIX o Villoch en el Alhambra. Leopoldo Fernández, Arredondo, todo fue costumbrismo de alguna manera. La seña del humor puso fin a ese ciclo glorioso y comenzó el nuevo humor cubano que llega hasta hoy. Parece que puede permanecer también durante cien años como su predecesor. Felicidades a ese extraordinario grupo de nuestra tierra matancera.

Homenaje a La Seña del humor. Por Jape. (Juventud Rebelde, Cuba)

captura_de_pantalla_2023-02-19_a_las_10.30.23.pngDescubrí al grupo La seña del humor de Matanzas una tarde de domingo de finales de los 80 en un espectáculo en el teatro Karl Marx. Había oído hablar de ellos con muy buenas críticas, pero como dice el viejo refrán, nada hay como ver, para creer.

Quedé atrapado en su novedosa forma de hacer humor, sin negar nuestro costumbrismo y el vernáculo de siempre. Poco tiempo después me hice miembro del grupo literario y teatral Nos y otros y esa acción, además de convertirse en uno de los puntos de giros más importantes de mi vida, me llevó a formar parte del Movimiento de Jóvenes Humoristas y por carambola conocer de cerca a los integrantes del afamado grupo de marras. Pero aquella tarde, en que los vi por primera vez, no podría imaginar que en el futuro me uniría una gran amistad con muchos de ellos.

¿Quién me iba a decir a mí, que sería amigo, o más, como un hermano, de ese «tipo loco» que arrastraba la marímbola de un lado a otro del escenario, en aquel popular y antológico número musical de la Seña? Hablo de Moisés Rodríguez, fundador, junto al siempre director del grupo José Pelayo Pérez. Pepe Pelayo, colega que admiro por su extensa y profunda obra y con quien hablo, vía internet, varias veces a la semana compartiendo diversas reflexiones, artículos, noticias, chismes… todo relacionado con el humor.

Otro de los que dieron origen a tan importante proyecto fue Aramís Quintero. Un hombre serio, aparentemente hermético… Un gran escritor y poeta que supo como ingeniárselas para ser la «pala», la contrapartida de Pelayo en la escena, y yo creo que también en la vida. Son como el Yin y el Yang desde que se conocieron allá por los años 70 del pasado siglo. Otro señero con el cual mantengo una fraterna amistad es Adrián Morales, con sus ojos saltones al estilo del legendario guionista y director estadounidense de cine mudo cómico Buster Keaton. A Adrián lo propuse para un personaje en una pasada serie de humor en la TV cubana nombrada Punto G, y no me defraudó. Todos lo recuerdan como el Yeti: «¡Lo digo y lo repito, y no es matraca mía!».

Quiero decir que no trato de vanagloriarme por tales compañías, que sí podría hacerlo, pero ese no es el caso. La chispa inicial que me ha llevado a estas «confesiones de grandes», al estilo del espacio creado por Aurelio Prieto Alemán, es que, a más de 30 años de aquella tarde, formo parte de un panel homenaje al grupo La seña del humor de Matanzas y descubro que no soy el único: ¡todos los matanceros aún aman a su grupo humorístico insigne!

Se lo «mastico», para que me entiendan

Hoy en la tarde, con el espectáculo Sinfonía con de nada, de Kike Quiñones y la Orquesta Sinfónica de Matanzas, en el teatro Sauto, concluye una hermosa jornada cultural auspiciada por la Oficina del Humor, el Centro Promotor del Humor y el Consejo Provincial de las Artes Escénicas, que ha tenido como nombre genérico Melocactus Matanzanus (después les explico por qué se llama así). Este evento fue particularmente dedicado a la obra del crítico de cine y realizador audiovisual Enrique Colina y al grupo protagonista de estas líneas. En tal razón, la pasada tarde de viernes fue el esperado panel de homenaje a los «señeros», que devino en una inmensa muestra de amor, respeto, admiración, orgullo del pueblo matancero hacia ese inolvidable proyecto de humor todoterreno que marcó pauta en la cultura y las artes escénicas de nuestro país.

Me llamó mucho la atención ese recuerdo imperecedero que inunda a los pobladores de la Atenas de Cuba, que mucho tiempo después añoran la presencia de aquellos muchachones que renovaron de manera osada las maneras de provocar la risa. En reciente entrevista que realicé a José (Pepe) Pelayo, con vistas a un próximo documental, le pregunté qué significaba para ellos la ciudad de Matanzas. Sin pensarlo dos veces y con evidente emoción respondió:

«Matanzas es cuna de muchos grandes humoristas cubanos: Carlos Ruiz de la Tejera, Eloísa y Guillermo Álvarez Guedes, Leopoldo Fernández (Tres patines), Aurora Basnuevo, Manuel, Carlucho (el caricaturista), Torriente (el de Liborio), Marcos Behemaras, Massaguer, Betán, Francisco Puñal, Orlandito… Proporcionalmente, creo que es la provincia que más humoristas produce la Isla. ¿Por qué? No tengo idea. Todos esos humoristas que mencioné han triunfado en Cuba, pero para eso han tenido que irse para La Habana, como es lógico. Así que influencia directa de humoristas en Matanzas, no tuvimos. Claro, tradición artística sí ha habido siempre en esa ciudad. No sé si ese ambiente influyó, no lo sé... Algo mágico sí. Actuar en el Teatro Sauto, y más que actuar, que fuera nuestra sede oficial, donde teníamos nuestra oficina, nuestro vestuario, utilería, los instrumentos, nuestras salas de ensayo... Un lugar como ese con tanta historia artística, con tanto significado para Matanzas y para el país, eso sí acepto que fue mágico. Ojo, nuestro nombre es La seña del humor de Matanzas, como Los Muñequitos de Matanzas, o La sonora matancera, con esto quiero decir que, sin proponérnoslo, llevamos a Matanzas con nosotros a toda Cuba. Hay otra cosa importantísima: puedo asegurar que el mayor hechizo y complicidad la tuvimos con nuestro público matancero, que comenzó a formarse en el tipo de humor que hacíamos, fueron evolucionando con nosotros y juro que público más fiel y entusiasta no creo que exista en el mundo».

Han sido días de mucha intensidad cultural, de amigos y de pueblo colmando los espacios. Matanzas sigue siendo una sede de lujo para todos los artistas, cubanos y del mundo. Agradecemos a las autoridades y al pueblo matancero por tanta buena vibra, por tanta amistad, por tanta pasión por el arte. A los integrantes de este legendario grupo que nos llevó de una simple seña, a toda una vida plena de humor, estén donde estén, ¡mil gracias!... y no crean que he olvidado decirles por qué el evento se llamó Melocactus Matanzanus. Aquí se los dejo dicho por uno de los principales culpables, Pepe Pelayo:

«Fue el nombre que identificó al Festival Nacional del Humor, creado y organizado por La seña. Se realizó tres veces. Dos en Matanzas, en los años 1989 y 1990, y cuando no hubo más presupuesto en la provincia, en 1991, lo hicimos en el Teatro Acapulco, en La Habana. Dábamos premios al mejor guion, a la mejor puesta en escena, a la mejor actuación, al mejor novato, al mejor monólogo, pero también en humor gráfico y literatura humorística. Participaban casi todos (por no decir todos) los humoristas jóvenes del país, y las figuras consagradas actuaban en las galas. Para nosotros fue otro éxito del grupo. Y nos sentimos muy orgullosos. ¿Por qué Melocactus Matanzanus? Porque no había financiamiento para premios. Se nos ocurrió hablar con la asociación provincial de jardines y nos regalaron hijitos de esos cactus oriundos de nuestra provincia, sembrados en lindos maceteros. No premiábamos con dinero, pero el premio era valioso y precioso».

Jorge A. Piñera "Jape".

Sobre el homenaje a nuestra Seña del Humor de Matanzas

3_36.jpgPara mis amigos que no se enteraron: el viernes 17 de febrero de este mes de febrero, se realizó un evento donde se le rindió homenaje a nuestro grupo "La Seña del Humor", organizado por La Oficina del Humor, con el auspicio del Teatro Sauto, la Casa de la Memoria Escénica, la Universidad de Matanzas y el CPAE  de la ciudad de Matanzas.

Para mis amigos que no conocen esa historia, el grupo "La Seña del Humor de Matanzas" surgió en 1984 y Aramís Quintero, Moisés Rodríguez y yo fuimos los cabecillas de esa aventura.

Para mis amigos que no saben, les cuento que nuestro grupo -según muchos-, hizo historia en el teatro humorístico cubano. Y según otros muchos, fue el motor impulsor del llamado Movimiento del Nuevo Humor Cubano en los años 80.

Quizás muchos amigos desconozcan que fui director general de ese grupo, desde su fundación hasta 1991. Y que con Aramís Quintero fui co-director artístico, co-guionista y co-mediante (un jueguito de palabras malo, pero no lo pude evitar) en esos años.

Entonces, los que conozcan o no conozcan esa parte de mi vida (que valoro tanto, porque fue la cuna, la escuela, de mi carrera como humorista), saben que no pude estar presente en ese homenaje a nuestro grupo.

Pero estuvo Moisés Rodríguez, que recibió merecidamente el Melocactus Matanzanos (el mismo premio que dábamos cuando La Seña organizaba los Festivales Nacionales de Humor).

No estuve físicamente, y sin evitar el clisé, digo que estuve espiritualmente. Pero me sorprendieron los organizadores: aparecí en un video actuando y hablando, realizado por el amigo y colega Jape. Así que tomé varias fotos que me enviaron los amigos que sí estuvieron allí (Ulises, Jape, Lourdes y Adán), donde aparezco en ese video.

De más está decir que me hizo muy feliz verme, porque como ya dije, todo lo relacionado con La Seña me llega al corazoncito. Además, saber que después de 31 años aún me recuerdan por allá, es muy lindo.

Gracias, mil gracias a todos.

 

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