Estudiando el humor

El Chiste (No. 8) " ¿Por qué pueden ser importantes los libros de chistes infantiles, ya sean escritos o dibujados?

13685025304_db867e4608_z.jpgLos especialistas separan los libros infantiles en dos categorías: “libros de literatura” y “libros para niños”. Los libros de chistes, evidentemente caen en la segunda clasificación.

Unos adultos podrían pensar: “es mejor darle a un niño un libro de literatura, porque si lee poco, que por lo menos lea algo importante”. Y unos padres o docentes hiperserios dirían: “el niño está para cosas más trascendentales y serias, y no para simples chistecitos”. Es real que así piensan muchos. He sido testigo de esas opiniones cuando firmo en las Ferias de Libros o visito centros educacionales.

¡Cuántas veces he visto y escuchado situaciones “antihumor” y “antichiste” relacionada con los libros! Adultos hojeando mis libros de chistes, leyendo uno por encimita y desechándolos “porque no tienen gracia”, o “porque son chistes que no los va a entender su niño”. Cuando es evidente que fue a él al que no le dio risa, debido a que su espíritu infantil es casi nulo. Como sabemos, muchos adultos se creen que lo saben todo y es muy fácil que midan el gusto de los niños a partir de los suyos propios, desconociendo u olvidando por completo el universo de la mente infantil.

El Chiste (No. 7) "El plagio en su creación"

descarga.pngEl humorista argentino-español Darío Adanti, acaba de publicar un artículo muy interesante y simpático. Aquí un par de fragmentos de ese texto:

“Quiero denunciar aquí que el señor Joaquín Salvador Lavado, alias Quino, me ha estado robando mis mejores chistes durante décadas. Y no hablo de su célebre Mafalda, no, hablo de sus chistes recopilados en cualquiera de sus veinte libros publicados de humor gráfico.

Cada vez que se me ocurre un chiste soberbio, aquel que convertirá toda mi obra anterior en meros errores, busco en sus 20 libros de humor gráfico y descubro que dicho chiste ya fue hecho, y de forma mucho más fina y certera, por el mentado señor Quino. Así que aquí dejo asentada esta denuncia. Quizá mañana la justicia tome en cuenta los postulados de la física cuántica y el hecho de que el tal Quino los haya hecho en tiempos anteriores no le sirva como coartada para librarse de ser condenado por plagiar lo mejor de mi obra jamás realizada”.

El Chiste (No. 6) "Los de tontos"

tontos.jpgLos tontos en los chistes cambian de nombres, pero en el fondo y en la superficie son los mismos personajes. ¿Sabía usted que los tontos...?

-Para muchos latinoamericanos son los gallegos.

-Para los españoles son los leperos (de Lepe, un Municipio de Andalucía).

-Para los colombianos son los pastusos (de Pasto, un Municipio del Departamento de Nariño).

-Para los costarricenses son los nicaragüenses.

-Para los estadounidenses son los polacos, italianos y portugueses.

-Para los cubanos son los pinareños (de Pinar del Río, la provincia más occidental de Cuba).

-Para los canadienses son los newfies (de la provincia de Terranova).

El Chiste (No. 5) "Cómo contarlos mejor"

chiste_1.jpgAnte todo, si usted tiene intención de convertirse en un contador de chistes, en un chistoso o chistosa (a partir de aquí, para ahorrar tiempo y espacio, sólo usaré el masculino para representar ambos géneros), ya sea aficionado o profesional, el primer consejo que le doy es básico, fundamental: ¡consuma muchos chistes! Es decir, lea lo más que pueda libros de este género, o pase horas y horas en Internet buscándolos y disfrutándolos. Mire o escuche hasta el cansancio a los chistosos profesionales en discos, radio y televisión, y también en videos en Internet, como ya dije.

Después, le aconsejo analizarse bien. Es decir, conocerse mejor: si es muy extrovertido, si es histriónico para hablar, si habla rápido, si tiene algún problema de dicción, o si es tímido, si le da pánico escénico, si la gente se ríeo no con sus ocurrencias en la vida cotidiana, etcétera. A partir de ahí, ver qué mejorar, qué subrayar, que eliminar, qué superar…

El Chiste (No. 4) "¿Quién inventa los chistes?"

creador-chiste.jpgMe refiero en esta reflexión a los tradiciones chistes orales, escritos, que cuentan una breve historia o situación.

Comencemos a descubrir ciertas teorías entonces. Por ejemplo, algunas mentes brillantes han intentado desentrañar el enigma de quién inventa los chistes populares, anónimos, como es el caso del escritor ruso de ciencia ficción Isaac Asimov, quien en el cuento “El chistoso” atribuye la autoría de estas bromas a una potencia extraterrestre.

Otra tesis la propuso la revista humorística española “El Jueves” , sugiriendo que los inventaba una sociedad secreta.

El mencionado ya Sigmund Freud, dijo al respecto: “se los inventa la gente”, así de sencillo y sorprendente, ya que uno esperaba una genialidad más complicada de ese señor.

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