A los niños menores de seis años, es bueno estimularlos a conocer su entorno, de lo lejano, lo imaginario, a través de cuentos ilustrados, historietas fantásticas, leídas en voz alta.
Consumir los libros con historias muy breves, de poco texto -o ninguno a veces- y abundantes ilustraciones siempre, es fundamental para que los niños vayan decodificando la vida.
Dentro de ese tipo de libros está la historia ilustrada, donde el dibujante recrea lo descrito por el autor. Pero hay otro donde el autor relata la historia y el ilustrador cuenta paralelamente la misma historia a través de imágenes, y ambas narraciones se complementan. Por ello y por otras razones más, a esta variante se le llama libro-álbum. Este joven género hace un buen aporte a la motivación lectora, pero sólo si después se va guiando al lector hacia los libros de literatura infantil, porque el álbum ilustrado no es literatura.