Ante todo, si usted tiene intención de convertirse en un contador de chistes, en un chistoso o chistosa (a partir de aquí, para ahorrar tiempo y espacio, sólo usaré el masculino para representar ambos géneros), ya sea aficionado o profesional, el primer consejo que le doy es básico, fundamental: ¡consuma muchos chistes! Es decir, lea lo más que pueda libros de este género, o pase horas y horas en Internet buscándolos y disfrutándolos. Mire o escuche hasta el cansancio a los chistosos profesionales en discos, radio y televisión, y también en videos en Internet, como ya dije.
Después, le aconsejo analizarse bien. Es decir, conocerse mejor: si es muy extrovertido, si es histriónico para hablar, si habla rápido, si tiene algún problema de dicción, o si es tímido, si le da pánico escénico, si la gente se ríeo no con sus ocurrencias en la vida cotidiana, etcétera. A partir de ahí, ver qué mejorar, qué subrayar, que eliminar, qué superar…