Titulo así este punto, porque me gusta hacer versificaciones lúdicas, humorísticas, infantilonas. No soy poeta, ni pretendo serlo, pero confieso que me hace feliz rimar, versificar. Y sé que a los niños les puede encantar también y si lo combinamos con humor, el producto se hace muy placentero, sobre todo para motivar a leer.
“La poesía infantil es experiencia, encuentro, participación, alegría, y las fábulas, los poemas del absurdo o humorísticos, también constituyen un capítulo importante y atractivo para las apetencias infantiles”, asegura Sylvia Puentes de Oyenard, la reconocida escritora infantil uruguaya.
Existen formas donde tradicionalmente se vincula el humor con la poesía. Está el Limericks, que son historietas en verso. Un ejemplo inédito: