Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo

Yo creo que...

el-subjuntivo-para-opinar.jpgYo creo que la mayoría de los políticos, tanto de izquierda como de derecha NO son corruptos.
Yo creo que en Chile NO son culpables los acusados en el caso PENTA.
Yo creo que la presidenta chilena NO sabía ni sabe lo que hace su hijo.
Yo creo que en Chile NO se esté incubando el populismo.
Yo creo que los presidentes de Corea del Norte, Rusia, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Brasil, Irán, China, E.U., Angola, Argentina, Siria y Venezuela NO son malas personas.
Yo creo que los Pinochet y los Castros NO se les debe clasificar como dictadores.
Yo creo que Netanyahu y Hamas NO quieren que haya más guerra.

Yo creo que el surgimiento de grupos neonazis, stalinistas, populistas, ultraconservadores, nacionalistas etc. en Europa NO es malo para la democracia.
Yo creo que los extremistas islámicos NO son asesinos, ni bárbaros.
... Yo creo que... estoy hablando mucha mierda...

 

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No. 94

Cuando el hombre es muy testarudo, es imposible cambiarlo.

Por ejemplo, ayer se me metió entre ceja y ceja...

un tenedor que me lanzó mi mujer

y hasta que no me lo sacaron en urgencias del hospital no paré.

¡Así soy yo!

 

No. 147

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Conozco a una persona que se restriega tanto al asearse,

que ahora nada más tiene necesidades fricciológicas.

 

No. 146

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Gota a gota se llena la taza. Por eso la naturaleza es sabia:

cada día me caen más gotas por fuera de la taza de mi inodoro.

 

¿Por qué tanto ensañamiento contra Arjona?

a1_0.jpgMucha gente adora a Arjona y la mayoría de la crítica lo despedaza.

Analicemos. Una obra artística puede hacer daño, puede ser beneficiosa y puede que no pase nada con ella. ¿La obra de Arjona hace daño? No creo. Daño causaría si sus letras fueran vulgares, groseras, ofensivas o cosas así y no lo son. ¿Y si como dicen los críticos sus letras fueran cursis, pretensiosas, sin poesía, o algo así, haría daño Arjona? No sé, muchos dicen que si se le da a consumir al masivo público algo de bajo nivel artístico, forman mal su gusto y ya nunca serían capaz de disfrutar de algo verdaderamente artístico, que eleve el espíritu.

Yo creo en eso, pero hay límites y no es tan fácil decidirse al enjuiciar, porque las letras de la mayoría de los cantantes populares son más planas y vacías que las de Arjona mil veces.

Sabemos que más del 90% son manidas del tipo “te amo, te amo, te amo”, “no puedo vivir sin ti”, “lo eres todo para mí”, “te quiero, te quiero, te quiero”, etc. Y las canciones de Arjona casi todas son historias de amor, a veces con pretensiones seudo filosóficas, o con fondos supuestamente sociales, etc., pero siempre intenta salirse del promedio, eso no se puede negar. Quizás sea un mal poeta. De acuerdo. Sin embargo, creo que siendo malo es mejor que la mayoría de los letristas populares.

Así que me parece que esa campaña en contra de Arjona es desproporcionada. Quizás la comenzó alguien que le jode que llene estadios y que venda tantos discos y haga tantos recitales, etc. Esas cosas siempre pasa. Claro, que le guste a las masas populares no garantiza que sea un producto de calidad artística. Sabemos que el mal gusto y la mediocridad impera en este Planeta. Pero en este caso, yo afirmo que me hubiera gustado que esa energía gastada por los críticos cagándose a Arjona, la usaran para criticar al regueton, por ejemplo. El más digno representante en estos momentos de la peor vulgaridad y el peor mal gusto que se haya conocido en el mundo artístico. Y son pocos los que alegan de eso. Injusticia. Ese ritmo monótono y esas letras groseras huelen mal. Quizás también huelen mal mis reflexiones, por ejemplo (los hediondos no se huelen, dice el refrán), pero “para gusto se han hechos los olores”, dice otra máxima popular.

 

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El Humor (III). "Es... lo que me da la gana que sea"

pelayo.jpgLa definición de Humor que más abunda: “Humor es el que hago, digo o me gusta a mí, no el que hace, dice o le gusta a otro”.

Comienzo así esta reflexión, porque muchos “opinólogos y humoristas definen el humor de esa manera sin darse cuenta. Sobre todo los que defienden ese humor crítico, ácido, bien burlón, sarcástico, agresivo, ofensivo y hasta humillante. Y por supuesto, usando sus burlas con nombre y apellido.

Por ello necesito aclarar (y aclararme) algo en este punto.

¿Ese humor que acabo de describir es válido? Bueno, primero hay que saber si lo que se hace es realmente humor. Porque muchas veces se confunden los conceptos a causa de la risa y los aplausos, como ya he señalado en otros textos. Existen humoristas que hacen reír y no hacen humor.

Por ejemplo, decir la cruda verdad da risa, tocar temas tabúes en público da risa, hacer burla con escarnio (donde la víctima no se puede defender) da risa, etcétera, pero esto se hace o dice sin elaborar artísticamente para que se ajuste al real concepto de humor. Esas risas que producen entonces son fáciles, obvias y no son fruto del placer humorístico, ni el estético. Pero como las dice o hace un “humorista”, muchos piensan que es humor.

Una vez separado entonces ese concepto que enturbia todo, sigamos con la respuesta de si ese humor es válido.

Claro que sí, siendo realmente humor toda modalidad, todo tipo de humor, de cualquier forma y contenido es válido. Lo contrario sería violar lo sacralidad de la libertad de expresión.

Así que es válido, es aceptable todo tipo de humor: el blanco, el burlón, el negro, el absurdo, el verde, la ironía, el sarcasmo, la sátira, el que se hace solo para reír, el que se hace para reír y pensar, etcétera, incluyendo ese ofensivo, ácido y agresivo que mencioné. Y si alguien se siente ofendido por un chiste, que lo ignore o lo denuncie por los canales democráticos.

Pero esto mismo que estoy diciendo lo esgrimo como argumento contra los que definen el humor a su gusto y/o conveniencia. No es válido eso de que “humor es solo lo que hago, digo o me gusta a mí”.

Por suerte el humor es más que cada modalidad, tipo, forma o contenido. Entonces, por favor, si dicen públicamente que “el humor tiene que ser comprometido”, “para que el humor sea humor tiene que doler”, etcétera, sólo están diciendo una verdad a medias, porque humor es lo contrario también. Y solo consiguen confundir o malformarle el gusto a la gente.

Y en cuanto al humor que hacen los militantes de ese humor burlón, ácido, agresivo, les doy alguno datos:

Molière, en el prefacio de Tartufo, dijo: "El deber de la comedia es corregir a los hombres entreteniéndolos". Pero como el humor critica a la autoridad, pero a nadie en particular para que sea universal y haga pensar más, Moliere en “El enfermo imaginario”, esa comedie-ballet de tres actos, satiriza a la profesión médica, pero no a uno o varios doctores en específico, sino, no hubieran trascendido sus obras.

Otro ejemplo, Les Luthiers no critica ni nombra a tal o más cual político, pero hace la sátira “El himno nacional”, donde hace basura a las autoridades corruptas. A nadie se le olvidará ese mensaje si disfrutó este número alguna ve.

Ojo, en ambos casos, el humor está muy elaborado artísticamente y se enmarca en la verdadera definción de humor (ver diccionario humorsapiens.com).

¿Significa que es “malo” hacer humor contingente?, por supuesto que no. Las sociedades deben estar bajo el prisma del humor satírico para corregir en lo posible los errores y las malas prácticas. Por ejemplo, es importantísimo el trabjo de los humoristas gráficos editorialistas, por hacer pensar a la sociedad día tras día, abriéndole los ojos.

Los “standuperos” hacen también lo mismo. Algunos con ingenio, pero muchos para sacar la fácil carcajada como ya reflexioné anteriormente. No sé por qué. Siempre he pensado que ellos, al subirse al escenario y decir cosas “importantes”, se vuelven “dioses”, sienten que están sobre el Bien y el Mal y por lo tanto, su trabajos se hacen mediocre. Es muy fácil notar la diferencia con los que practican esa modalidad escénica con talento, inteligencia, profesionalismo y humildad.

En resumen, ese humor contingente, sobre la actualidad bien específica incluso, es importante –haciéndose bien, insisto-, PERO NO ES EL ÚNICO HUMOR QUE EXISTE.

El humor no es privativo de una ideología o una corriente política, ni de una corriente artística.

Yo hago un humor para hacer reír y un humor para hacer pensar riendo. Pero defiendo la existencia de todo tipo de humor, aunque no me guste.

Esto es entonces para algunos colegas y “opinólogos”: por favor, no sean tan soberbios y fundamentalistas al definir el humor. Todos los que hacemos humor somos humoristas, el payaso, los clásicos del humor del todos los tiempos, ustedes que hacen ese humor “tan trascendental” (este fue un desliz irónico, disculpen) y hasta este humilde obrero del chiste inocuo (de nuevo caí, disculpen).

 

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Para cubanos y chilenos

descarga_8_1.jpegSiempre me ha molestado cuando los cubanos hablan mal de la gente de los países donde han ido a parar en su exilio. En México DF, Madrid, Buenos Aires, Bogotá, Miami, entre otros lugares, he sido testigo de ese fenómeno. Siempre ponen de ejemplo en sus críticas, características “extraordinarias” que existen en Cuba y que no tienen esos pueblos. En Chile abundan mucho esas opiniones entre los cubanos: que los chilenos son aburridos, que son muy formales, que son taimados, que dicen que son amigos, pero te ponen limites enseguida, que tiene doble moral, etcétera.

Yo me armo de paciencia y explico que esas son características superficiales, que existe gente buena, mala y regular como en cualquier parte del mundo, que uno debe buscar a los que sean afines a nuestra forma de ser y actuar, etc. Pero no creo que sea algo especial contra los chilenos, porque, insisto, he oído quejas en todos los otros países donde me encontrado con cubanos. Es como que idealizan la “cubanidad”, en un estúpido nacionalismo.

Para ellos todo lo que hacen o hacían los cubanos en la Isla era perfecto. Y nadie se acuerda de las mierdas cotidianas que se vivían entre familias, amigos, vecinos, etc. Incluso, hasta se les olvida las razones por las que se exiliaron (si es que alguna vez tuvieron alguna otra que no fuera comer jamón y comprarse un blue jeans).

Digo lo anterior para practicar la Ley del Empate, porque soy cubano y chileno. Así que voy ahora para lo que me molesta de aquí. Por ejemplo, cuando en este país dicen despectivamente: “¡qué tropical eres!, ¡actuaron de forma muy tropical!, etcétera. Aquí el término “tropical” es sinónimo de informalidad, irresponsabilidad, impuntualidad, corrupción, ligereza, etc. y esas expresiones se las he escuchado a políticos, periodistas y a todo el que se la quiera dar de intelectual o moralista. Pues les aseguro a todos ellos que en los países tropicales, en todos los tiempos, han existido políticos, pensadores, periodistas, etc., más cultos que los de aquí (sin absolutizar, por supuesto). Y les digo también que los casos Penta, Dávalos, Polar, Colusión de farmacias y pollos, Cascadas, MOP, Ferrocarriles, Casas Copeva, lo que se sabe pero no se dice de las coimas a los jueces, más los teatros de no enjuiciar a Pinochet cuando se pudo, lo de las cárceles de lujo, de subirse los viáticos en el Congreso y un largo etcétera, hacen que Chile sea “tropical” también, ¿no es cierto? Además, aquí son tan impuntuales como cualquier pueblo latinoamericano, aquí te dicen “te llamo” y jamás lo hacen, aquí te dan su palabra de honor que te responderán sí o no a tu petición y jamás lo hacen, es deporte ningunearte. Entonces, ¿cómo pueden hablar con ese desprecio de los “tropicales”, cuando estamos cortados con la misma tijera.
De verdad que me jode mucho los nacionalismos y esas actitudes de superioridad. Por eso les digo a los cubanos y a los chilenos que “padecen de esos males”: ¡¿qué mierda les pasa?! Todos somos iguales, con virtudes y defectos. No he conocido a ningún ser humano que sea mejor o peor que otro, ni porque tenga más o menos dinero, o porque sea más o menos bonito, o porque sea más o menos inteligente, o porque hable más o menos alto, o porque sea más o menos formal o festivo, etcétera. Lo único que nos hace diferente de verdad es si somos buenas o malas personas, si tenemos buenos o malos valores humanos ¡Preocúpense de sólo eso, por favor!

 

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No. 195

"En esta época, la Humanidad se debate

entre El Bien y El Mall".

 

No. 143

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¿Es cierto que Maduro quiere que su pueblo

le lame la Venezuela de sus zapatos?

 

Reflexión ética: ¿Son enfermos los asesinos?

descarga_9_0.jpeg¿Los islamistas son gente enferma? Para mí, sí. Son psicópatas. Gente para los que la vida humana no vale nada. Gente que degüella, decapita y quema rehenes frente a una cámara, como si fuera un reality show. Que matan a mujeres solo por descubrir su cara, o porque fueron violadas. Y un largo etcétera. Sin dudas, son locos. Entonces, ¿hay que tratarlos como enfermos?
Yo estoy en contra de la pena de muerte, lo he dicho siempre. Prefiero la cadena perpetua efectiva. Por lo tanto, si tomara preso a un islamista, le hiciera un juicio justo y seguro que lo condenaría a cadena perpetua, como ya dije.

Entonces, ¿lo levaría a la cárcel de alta seguridad o a un manicomio porque es un psicópata, un enfermo mental?
Pero voy más allá. Si va para un manicomio, tendrá una habitación limpia, mínimamente acogedora,, con profesionales que lo atenderán, lo medicarán, lo sacarán a caminar por los jardines, lo llevarán al salón de recreación para que vea tele y juegue dominó con los otros enfermos.

O si los especialistas dicen que no es un enfermo, entonces lo llevarán a una cárcel, a una celda limpia, mínimamente “vivible”, quizás solo o quizás compartiéndola con otro. Entonces los especialistas decidirán si este islamista se puede rehabilitar o no. Si la evaluación es que sí, quizás lo pondrán a estudiar o a aprender un oficio y hasta un día podría salir libre. Pero si no, si deciden que no tiene posibilidad de rehabilitarse, lo dejarán en esa celda. Pero entonces quizás los defensores de los derechos –como es lógico-, podrán decir que a ese islamista deberían sacarlo a caminar y jugar fútbol en el patio, a que pase jugando dominó un par de horas al día, a que tenga tele y celular en su celda, a que tenga visita conyugal, etc., porque en el fondo ese criminal es un ser humano y merece que lo traten como se debe.
Mi pregunta es: ¿hasta dónde es éticamente posible soportar que un múltiple asesino, un salvaje y despiadado depredador como ese, viva tan bien o quizás mejor, que muchos pobres libres de este mundo y que lo haga gastando los impuestos de uno?
No sé. La frontera no la tengo clara. Obvio que no lo mataría, ni lo torturaría, pero de ahí a que esté de acuerdo con que la pase bien el resto de su vida, no sé.
Y pienso que es cierto que están enfermos. Y pienso que un asesino en serie también lo está. Y pienso que un pedófilo también está enfermo y lo está un drogadicto, porque tener una adicción es una enfermedad. Y el que esté adicto a matar también está enfermo. Por lo tanto, esos fanáticos terroristas criminales hay que tratarlos como enfermos. Lo sé.
Pero… ¿y si me hubieran matado un hijo? ¿Qué pensaría en ese caso? ¿Estaría tan frío analizando las posibilidades en esta reflexión?
No es fácil. La línea que divide una posición ética como ésta, es muy delgada.

 

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