Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo

Día del Libro y también del Derecho de Autor

images_6_1.jpeg“Cuando pagas por la obra de un artista, estás pagando cientos de horas de fracasos y experimentos, tiempo de frustraciones y gozos. Estás pagando por un pedazo de corazón, del alma, de ese artista”.
Este texto es casi literal al que leí en el muro de facebook de mi amigo Yovani Bauta. Yo lo resumí y le hice una breve variación para que abarcara todas las manifestaciones artísticas.
Es muy probable que todos estén de acuerdo con esa idea; sin embargo, son muchos los que no la practican, porque pagan por imitaciones, copias, versiones mediocres, vendidas sin pagar el derecho de autor.

Debido a que el Día 23 de este mes de abril celebramos el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, quiero reflexionar sobre, específicamente, el derecho de autor del escritor, porque lo conozco más. Es que con demasiada frecuencia los insensibles mercaderes “piratas” toman casi todos mis libros y los fotocopian o les hacen una versión en papel barato, sin pegar bien el libro, saltándose páginas, trocando el orden, las ilustraciones como manchas, etc.. Y encima de vender ese bodrio, es algo ilegal y me roban el derecho de autor que me corresponde.

Pero claro, “tanta culpa tiene el que mata el animal como el que le sostiene la pata”, como dice esa máxima popular, porque esos delincuentes hacen eso por existir personas que compran esa bazofia por ser barata.
Y aquí quiero dejar bien claro estos puntos:
-Ningún niño adquirirá el hábito lector con libros piratas, porque jamás amará un objeto tan burdo que no le provocará atracción alguna.
-Lo barato sale caro, porque ese libro “pirata” enseguida se deshace, se rompe, se le caen las hojas, etc.
-Si encuentra que los libros originales son caros o no tiene dinero para pagarlos, vaya a las bibliotecas que son gratis.
-Si compra un libro “pirata”, le está enseñando a su hijo que se pueden hacer cosas ilegales impunemente en nuestra sociedad y lo que es peor, le está diciendo que él se merece esa basura.
Y aclaro bien, no digo esto porque busco como sea el dinero. Confieso que a pesar de que me “piratean” casi todos mis libros, yo vivo del derecho de autor y nunca me haré rico, pero vivo sin apuros económicos.
Incluso, yo promociono en mis numerosos encuentros con los niños que si no tienen dinero para comprar mis libros, vayan a la biblioteca y lean mis libros gratis.
Y lo hago por tres razones: una, para que los niños lean libros originales como se lo merecen y así lograr que los atrape la lectura; dos, que los delincuentes que “piratean” mis libros o los fotocopian o lo suben a Internet para que lo bajen gratis, dejen de lucrar a mi costa, o dejen de hacerse “los buenos de la película” a costa mía. Y tres, porque sé que si los niños comienzan a asistir a las bibliotecas con frecuencia buscando los libros gratis, eso significa que se convertirán en lectores y así me leerán más después, por lo que salgo “ganando” también, porque mis objetivos al escribir es que los niños comiencen a leer y que disfruten mis libros.
Y respondan ustedes estas preguntas: ¿les gustaría que ustedes tuvieran una opinión sobre algo que sucede y alguien se la escucha y después la repita como si fuera de él? ,¿les gustaría que un informe que hacen ustedes se los roben y alguien lo entregue a su nombre?, ¿les gustaría ahorrar dinero para comprarse algo que siempre soñaron con tener como un reloj, un vestido, unos zapatos, un auto o lo que sea y después que lo compren se dan cuenta de que es falso, que los estafaron?, ¿les gustaría que usted como cocinero(a) preparara un plato que le encanta a todos y que haya otro que lo prepare peor y lo venda diciendo que lo hizo usted?, etcétera, etcétera.
Y si alguien argumenta que el arte es caro y no lo pueden consumir los pobres, entonces es el Estado el que debe pagarle al artista para que esos pobres tengan derecho a consumirlo. Porque insisto, si nadie le paga al artista no existirá la obra, porque no podrá dedicarse al arte para poder él subsistir, así de simple.
Amigos y amigas que me leen en estos momentos, si compran libros originales están ayudando a que el autor gane (un por ciento mínimo de esa compra, porque el resto se lo llevan las editoriales, los distribuidores y los libreros) y eso se traduce en que el autor no tiene que hacer otro trabajo distinto para ganarse la vida y así podrá tener más tiempo para escribir.
Por tal motivo es que esas palabras del inicio son tan importantes para mí. Porque cada vez que compran un libro mío se llevan para sus casas una parte de mi vida y eso me hace sentir muy feliz. Entonces no dejen que nadie se interponga y lucre con ese contrato íntimo que hacemos usted y yo. O en mi caso, la mayoría de las veces, entre los niños y yo.

 

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Sube el telón. No.14

1er ACTO:

Una res corriendo por una estrecha calle.

2do. ACTO:

Varias personas persiguiendo a la res por esa calle.

3er. ACTO:

Cientos de personas persiguiendo a la res por esa calle.

 

¿Cómo se llama la Obra?

"FIESTA DE SAN FERMÍN EN LA HABANA"

 

 

Comparaciones. No. 1

Me siento más ineficiente, inepto y frustrado

que el logopeda oficial de Evo Morales.

 

 

 
 
 
 
 

Amigos en las buenas y en las malas

images_7_0.jpegAnoche escuché a un político decir: “los empresarios que están presos son mis amigos y yo se los dije en una carta y lo reafirmo aquí públicamente, aunque también dije que si cometieron alguna irregularidad deben pagar por ello. Pero los amigos tienen que serlo y demostrarlo en las buenas y en las malas”.
Al margen de un juicio político que no haré, lo que me interesa aquí es hacer una reflexión valórica.
¿Qué sucede con la frase “con los amigos en las buenas y en las malas”? Aparentemente es algo tan fuerte y hasta obvio dirían algunos que no hay por qué cuestionarla. Pero me quedé pensando y tengo bastantes dudas.
 
Por ejemplo, si un amigo estafa a un desconocido, o evade impuestos, o roba algo, etc., y a nosotros no nos perjudica directamente, al contrario, ese amigo se ha portado de maravillas hasta ayudándonos en los malos momentos, estoy seguro de que aunque consideremos que actuó mal éticamente, lo perdonamos, lo apoyamos y seguimos siendo amigos y ahí sí cabe “en las buenas y en las malas”.
¿Pero qué pasa si ese amigo mata, desfalca, delata, traiciona o le hace algo grave, a otro amigo nuestro, aunque no de él, o no tanto de él? ¿Yo podría seguir confiando en ese amigo? ¿Si viola a la joven hija de ese otro amigo, para seguir en el ejemplo? ¿O practica la pedofilia con el hijo de ese otro amigo? ¿O lo estafa y lo lleva  la quiebra a ese otro amigo? ¿Seguirá siendo amigo nuestro “en las buenas y en las malas? Insisto, no digo que nos haga algo malo a nosotros porque ahí es obvio que se rompe la amistad porque la traicionó. Me refiero al caso del amigo que se porta muy bien con nosotros hasta en las malas, que es una intachable persona conmigo y los míos, hace grandes favores, etc, pero es una malísima persona para con otros, incluyendo a gente que uno quiere por ser tan amigos como él. ¿Seguiríamos amigos en las buenas y en las malas? ¿Podemos ser amigos “en las buenas y en las malas” de asesinos confesos, de torturadores, violadores, verdugos, dictadores, etc.? No es fácil la respuesta, porque para enjuiciar y castigar la conducta de alguien que nos quiere y nos ayuda siempre, hay que vencer algo muy fuerte que sentimos. ¿Hasta dónde llegan las emociones y la fidelidad por alguien como para dejar de apreciar y cumplir con los valores humanos y éticos que tenemos como principios?
Así, sin profundizar mucho, me inclino por declarar que no es tan cierta esa frase de “amigos en las buenas y en las malas”, y eso no significa que no crea en el gran valor de la amistad y la fidelidad. 
¿Y ustedes?
 
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Insultos contra las madres

descarga_2.pngMe gustaría de una vez y por todas, dejar bien claro que no estoy de acuerdo con la expresión “hijo de puta”. Todos sabemos que practicar la prostitución no es sinónimo de ser mala persona. Se sabe que, como en cualquier otro segmento de la población, como los médicos, peluqueros, los futbolistas, los estudiantes, los ministros, etc., existen entre ellos buenas y malas personas sin que esa condición tenga que ver con sus oficios o profesiones. Las prostitutas tienen hijos y la mayoría de ellas son tan buenas madres como cualquiera y esos hijos son buenos y malos como cualquiera.

Por lo tanto, ese estigma de que ser hijo de puta es sinónimo de mala persona debemos eliminarlo.

Pongo otra expresión en la misma silla de los acusados: “esa persona es mala leche”. Como si la leche que le diera a mamar la madre tuviera culpa de que esa persona fuera un hijo de puta… perdón, fuera un ser detestable.

Popularmente se conoce que una persona “con mala leche” es alguien con permanente mal humor; mal intencionado y avieso; de mala índole.

Amigos, que poco favor le estamos haciendo a nuestras madres con esas expresiones.

Pero hay más.

Decir coño o concha de su madre, es la misma insistencia con la pobre progenitora. Creo que es un abuso con la reputación de nuestras mamás. Y me da igual que me digan mamón, por defenderlas tanto.

Pero de verdad, debemos intentar sustituir esos insultos por otros más razonables y menos injustos.

Termino con algo que de alguna manera me atañe. En su “Cancionero”  (1496), el poeta del Prerrenacimiento español Juan del Encina, encontramos la siguiente estrofa:

Yo te juro a San Pelayo

que cualquiera te deseche,

que nunca de buena leche

has mamado sólo un rayo.

En fin, que yo podría ser un hijo de puta criado con mala leche o un Santo… Conociendo a mi madre, que en paz descanse, lo primero lo descarté. Y conociéndome, lo de Santo no va conmigo. Saber entonces que no soy ni tan bueno ni tan malo; es decir, que soy un ser humano normal, me hace sentir realizado en esta vida.

 

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El Humor (IV). ¿Se puede enseñar?

ensenar-humor.jpgEn el Primer Congreso Chileno de Humor participé en la Mesa “Humor y Educación”. En un momento, el moderador (Profesor Andrés Mendiburo), lanzó el tema de si se podía enseñar el humor. Amén de lo allí respondido por mis colegas y por mí, aquello me interesó mucho y después con más calma, el tema provocó esta reflexión.

Creo que lo primero es dejar en claro qué es para mí el humor (ver la respuesta en esta página humorsapiens.com más in extenso): “El humor es la expresión de lo cómico”.

Para decirlo en breves palabras, pero algo más aclaratorias, uno experimenta en su cerebro el proceso cómico y si tiene intención de que otra persona (o millones) sientan el mismo placer cómico, envía el mensaje. Ese acto de comunicación humana con la intención mencionada, es el humor. Repito: humor es tratar de comunicar, expresar, lo cómico que uno internamente sintió.

Pero resulta que también se le llama “humor” a un estado de ánimo positivo. Incluso fue su primera acepción cuando los griegos le llamaron así a los cuatro estados del organismo. ¿Su definición? “Propensión, más o menos duradera, a mostrarse alegre y complaciente”.

Así que son dos significados distintos para una misma palabra (y no voy a mencionar a que también se le llama humorismo a un género artístico (en la literatura, en la gráfica, etc.), otro elemento que tiende a confundirlo todo cuando se desea definir el humor desde ese campo, específicamente desde la intención con que se hace, desde el contenido mismo de la obra de arte).

¿Se puede enseñar el humor como estado de ánimo? No es muy preciso el concepto de “enseñar” en este caso, mejor sería orientar, recomendar, aconsejar, guiar o algo así para adquirir y mantener el humor como talante, como disposición ante la vida y los beneficios que ofrece, etcétera. Para ello están los métodos de humorterapia y risoterapia.

Pero sabemos que la pregunta estaba dirigida a la primera acepción de humorque mencionamos: el humor como expresión de lo cómico.

¿Eso sí se puede enseñar? Veamos.

Primero respondamos la pregunta ¿el humor es un arte? Como la definición de arte cambia en cada época, pensamiento y circunstancia social, no podría afirmar 100% que lo fuera. Sin embargo, me gustaría pensar que sí lo es. ¿Por qué? Digamos que porque tiene un lenguaje propio, tiene técnicas, reglas, etcétera. Y porque soy creador de humor y me considero artista (aunque no es un buen argumento; ¿no?).

Pero por otro lado tenemos que el humor solo se expresa dentro de otro arte. Es decir, el humorista tiene dos grandes trabajos entonces: aprender el lenguaje del humor y el de otro arte (me aparto un poco, pero esto tiene que ver con la típica pregunta de si hacer reír es más difícil que hacer llorar, ¿no es cierto?).

Entonces es evidente que el humor, como expresión de lo cómico, se puede enseñar.

Uno puede aprender ese lenguaje, esas técnicas, esas reglas. Pero es algo muy limitado, lamentablemente. Porque si los alumnos no tienen capacidad de imaginación, no poseen el don de la creatividad, si no tienen estimulado y desarrollado el sentido del humor, ¿para qué les sirve aprender ese lenguaje? Y esas carencias no se enseñan, por supuesto. Aunque sí podemos hacerle la consciencia a los educandos de lo necesario y fundamental que es desarrollar todo eso. Y que con ese lenguaje aprendido se pongan a crear con el nivel de creatividad que tengan, con sus niveles de imaginación, etcétera, pero siempre tratando de superarse.

¿Entonces hace falta ir a la universidad para crear humor? Por supuesto que no, porque la base de la mayoría de esas carencias mencionadas es de índole cultural. Se puede desarrollar todo con lecturas, por ejemplo; con querer saber, con curiosear, con cuestionarlo todo, con viajar, aprender más de cada arte y consumirlo más, con ponerle más atención a los que se ve, se escucha y sucede en la vida, etcétera, etcétera.

Mientras más vocabulario posean, mientras más “esquemas” en el cerebro tengan (como dicen los psicólogos integristas), más fácil y con mayor frecuencia se producirá el proceso cómico en sus cabezas, que es la base de la creación humorística. Por supuesto, con el añadido de vivir lo más posible en un estado de ánimo positivo, alegre, ya que de lo contrario no “nacerán” los deseos de experimentar el proceso cómico y menos tener deseos de expresarlo (el humor), ya que ambos conceptos de humor forman un círculo virtuoso.

En resumen, pienso que se puede enseñar el lenguaje del humor, pero que se hagan humoristas los alumnos solo por aprenderlo, no lo creo.

Además, no olvidar que si alguien quiere ser humorista escénico, debe aprender también el lenguaje teatral, actoral y tener consciencia de si posee o no vis cómica; porque ya sabemos la cantidad de mediocres que se suben a los escenarios haciéndose los graciosos y despreciando esos lenguajes artísticos. Lo mismo para el que quiere ser caricaturista, porque para ello debe aprender el lenguaje de las artes visuales, de lo contrario vemos lo que sucede en el humor gráfico, donde alguien sin saber dibujar bien le pone texto a par de “globitos” de una imagen y ya se cree caricaturista. Y así con la música, el cine, etcétera.

En fin, se puede uno matricular en un curso para aprender humor. Tengo amigos que lo imparten. Incluso hasta utilizan algunos materiales de humorsapiens.com, algo que me enorgullece. Y les deseo el mayor de los éxitos a todos los alumnos que pasan por ahí.

Pero por favor, recuerden: recibir el diploma que lo acredita a usted que pasó esos cursos, no significa que ya es un creador de humor. Mejor dicho, no necesariamente significa que con esos conocimientos ya pueda ponerse a crear humor. Si quiere ser buen humorista, es en ese momento que comienza el verdadero curso, donde todo depende de sus deseos de desarrollarse, de superarse, de su tenacidad, del autoconocimiento de sus limitaciones y de su consciencia de la importancia de lo que hace.

Y finalizo con una exhortación. Por favor, es muy importante que se imparta humor (sobre todo como estado de ánimo y su aplicación para mejorar la calidad de vida) en las universidades e Institutos técnicos y profesionales. Así que no solamente pido cursos para formar humoristas, sino para que nuestros futuros profesionales salgan mejor preparados y formados para la vida. Y donde más me interesa que se crean esos cursos es en las Escuelas de Pedagogía, Psicología y Medicina, ya que trabajan directamente con personas, muchos de ellos con niños y muchos de ellos con emociones negativas.

Claro está, también abogo, por supuesto, por enseñar humor en las Escuelas de Arte. Para que nuestros artistas sean mejores cada día en la creación humorísticas y no se sientan ellos de segunda, como históricamente nos han calificado los agelastos, geliofóbicos, hiperserios y tontos graves.

 

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Vocación política

images_6_0.jpegEsto tengo que decirlo, aunque algunas personas se molesten.

En Chile hemos sido testigo últimamente de un considerable aumento de chistes contra los políticos de parte de los humoristas. Algo así como haciendo leña del árbol caído, dicen algunos.

Lo siento, pero como humorista me veo en la obligación de dejar bien en claro mi opinión sobre ese tema. Y es este:

Quizás hayan políticos de todas las ideologías que gobiernan pésimo, de acuerdo.

Quizás los haya de todas las ideologías que hacen leyes desastrosas, si es que las hacen, por supuesto.

Quizás un buen número de ellos –de todas las ideologías-, son corruptos, es cierto.

Pero no debemos olvidar que también existe un grupo de políticos, de todas las ideología, con sana vocación de servicio público… o de servicio sanitario público, no estoy muy seguro.

 

 

 

No. 140

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Un equipo de espiritistas, santeros, mentalistas y mediums en general,

acaban de hacer contacto con los hermanos Kouachi, ejecutados en París.

Y al contactarlos, los terroristas contaron que llegaron al paraíso prometido

y enseguida llegó Alá y les preguntó: "¿Ustedes fueron los que mataron

a los humoristas de Charlie Hebdó?".

"¡Síí" -gritaron con orgullo los yijadistas. Entonces, Alá, que es grande de verdad

pero con sentido del humor, les mostró las 72 vírgenes prometidas...

y los castró a los dos.

 

Yo creo que...

el-subjuntivo-para-opinar.jpgYo creo que la mayoría de los políticos, tanto de izquierda como de derecha NO son corruptos.
Yo creo que en Chile NO son culpables los acusados en el caso PENTA.
Yo creo que la presidenta chilena NO sabía ni sabe lo que hace su hijo.
Yo creo que en Chile NO se esté incubando el populismo.
Yo creo que los presidentes de Corea del Norte, Rusia, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Brasil, Irán, China, E.U., Angola, Argentina, Siria y Venezuela NO son malas personas.
Yo creo que los Pinochet y los Castros NO se les debe clasificar como dictadores.
Yo creo que Netanyahu y Hamas NO quieren que haya más guerra.

Yo creo que el surgimiento de grupos neonazis, stalinistas, populistas, ultraconservadores, nacionalistas etc. en Europa NO es malo para la democracia.
Yo creo que los extremistas islámicos NO son asesinos, ni bárbaros.
... Yo creo que... estoy hablando mucha mierda...

 

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No. 94

Cuando el hombre es muy testarudo, es imposible cambiarlo.

Por ejemplo, ayer se me metió entre ceja y ceja...

un tenedor que me lanzó mi mujer

y hasta que no me lo sacaron en urgencias del hospital no paré.

¡Así soy yo!

 

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