Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo
Ley criminal del sultán de Brunéi
"Lapidación a homosexuales y a los que cometen adulterio", es la nueva Ley del sultán de Brunéi.
Tengo tres dudas:
1-¿No emigrará casi toda la población? (Si no lo hacen es porque no tienen dinero, supongo).
2-¿Qué pasa con la gente de occidente y de oriente, del sur y del norte que no están bajo la Sharía? ¿No ayudarán a esa pobre gente? Porque ignorar es lo peor. No, perdón, peor es escuchar varias voces que apoyan esa ley por su odio a los homosexuales, por ejemplo.
3-¿No será que al sultán le pusieron los cuernos? ¿O no será que es gay y no quiere-puede salir del closet?
Mi exposición de Humor Gráfico en Centro "Art Emporium", Miami, 2019
Y la noche del día 8, a las 8 pm., fue la inauguración de mi exposición "Photochístesis" en Miami, en Art Emporium, sede del Museo Leopoldo Fernández, ícono del humor cubano de todos los tiempos. No pude quedar más complacido, satisfecho, contento, realizado. Repleto el lugar de amigos matanceros que no veía hacía 40, 30 y 20 años, compañeros míos de la Enseñanza Media, seguidores de La Seña del Humor y colegas que me hicieron el honor de asistir y compartir conmigo ese importante momento. Inolvidable velada. Gracias, de todo corazón.
Exposición en Miami Dade
Mi amigo y colega Mario Barros, conocido por Lenguaviva y últimamente por Obdulio, creó el Club H(umor) Proyect en el Miami Dade College. Y dentro de la actividades que organizan, nos invitaron a inaugurar la Exposición "Humor de doble sentido", con caricaturas de Carrillo y fotomontajes míos, el día 28 de febrero de este año 2019.
Mario y yo presentamos un sketch en la inauguración (Carrillo no pudo asistir). Feliz por la acogida que tuvo la exposición, la cual estuvo todo el mes de marzo al público.
Mi opinión: De nuevo sale perdiendo el humor en el Festival de Viña
De nuevo el humor sale perdiendo en Viña, ¡con lo bien que se había portado hasta ahora! No pensé gastar mi tiempo hoy haciendo esto, porque en pocas horas viajo a Miami a las inauguraciones de mis exposiciones, entre otras cosas, pero he recibido más mensajes de los que me imaginaba para preguntarme mi opinión sobre el humor de anoche en el Festival de Viña. Así que tuve que ver hoy la rutina y rapidito aquí la comento.
Esa señora pertenece al movimiento del stand up comedy de nuestro país, donde la mayoría de sus miembros –como ya he dicho varias veces-, hacen un humor supuestamente “distinto”. Anoche esa señora cayó en lo mismo de mostrarse por encima del Bien y el Mal, al criticar a su mismo programa de TV, donde trabaja, como para que intelectualmente no la confundan con esa “basura”; también clasificando a los invitados a ese programa como “sin neuronas”, etc., etc. Es decir, en pose de diosa en las alturas. También es pésimo que de un discurso serio en medio de una rutina humorística y , como siempre, apelar a la mala palabra; en fin, su trabajo es para esos bares de stand up comedy donde el público lo componen sus amigos y seguidores que les gusta la gracia “intelectualizada” y que son los mismos que “dan cátedra” teorizando que ese es el humor de esta época, que es el único humor, que lo demás es un humor viejo, etc.. y que, lamentablemente logran convencer a otros en las redes sociales, porque para colmo de desgracia, tienen bastante “pantalla”.
Pero hay que tener mucho más para ser un o una humorista de masas. Los buenos “standuperos” saben hacerlo, como varios extranjeros que he visto y el mismo Felipe Avello para no ir más lejos. Conclusión, ella estaba destinada al fracaso.
Y después vi sus declaraciones para analizar y justificar su descalabro y ha lucido peor. Está mal asesorada o sin asesoría y los nervios le hacen meter aún más las patas.
Sin embargo, eso no quiere decir que se merecía una rechifla, ese abucheo y que la cortaran antes de terminar. También lo he dicho varias veces. ¡Eso es una demostración de chusmería y mala educación! Si a la gente no le gusta lo que hace un artista, pues que se callen, o se levanten y salen al baño o comer algo, se ponen a chatear y al final no aplauden y ya. Con eso basta para demostrar su descontento con la propuesta del artista. Pero ese público de circo romano pagó para entrar y sabía perfectamente quiénes iban a actuar; por lo tanto, no fue una sorpresa, ni esta señora llegó borracha, o se le olvidó la rutina u ofendió al público, que son las únicas razones para un abucheo y rechifla. La señora Jani creó, ensayó y se esforzó y estaba en una programación sabida por todos. No se merecía lo que le sucedió. Ningún artista se lo merece.
En resumen, ese stand up comedy de bar y solo para los acólitos de sus figuras, aunque sea premiado por esos mismos fans en cualquier lado del mundo, deben quedarse en sus espacios y si algún comediante desea ser de gusto masivo, pues que cambie la forma y el contenido de su propuesta. Y a ese público que volvió a lucir tan mal anoche, para mí deja de ser “el respetable”, sin dudas.
No tengo dudas que los defensores de ella y los militantes de ese tipo de stand up comedy no estarán de acuerdo conmigo, pero tanto ellos como yo tenemos derecho a expresar nuestra opinión.
Bueno, ahora sí me voy y hasta nuevo aviso, por mis labores propias en Miami, aunque iré actualizando esto cada vez que pueda.
Gracias y saludos cariñosos a todos!!!
Mi opinión: Humorista Dino Gordillo en el Festival de Viña, 2019
Tomando desayuno vi la rutina del humorista Dino Gordillo que hizo anoche en el Festival. Estuvo como siempre. Para un buen cuentachiste lo principal -en síntesis-, es tener vis cómica, buen gusto, saber hacer énfasis, silencios y gestos, ubicar a sus personajes en el espacio o poner voces, hacer una especial selección de chistes para tener un buen repertorio y saber qué tipo de chistes cuenta para cada público, porque todos los públicos son distintos.
Chile siempre ha tenido magníficos contadores de chistes. Gordillo es uno de ellos.
Yo nunca he querido contar chistes a nivel profesional, porque como público me encanta escucharlos, pero como intérprete siempre quise algo distinto. Hace unos años, cuando trabajé en televisión, era moda que en cada programa tenían que aparecer dos o tres cuentachistes. Desde ahí me aburrieron un poco, lo confieso.
Con el tiempo llegó la moda del stand up comedy, donde aparecieron por miles los comediantes mediocres, apoyados en sus vulgaridades y burlas ácidas y ofensivas. Como en todo, los buenos "standuperos" son pocos, por eso me encantó ver a Felipe Avello el primer día del Festival. Es que ha sido tanta la bazofia en el humor últimamente que comencé a echar de menos a los cuentachistes que me habían aburrido antes. Quizás por eso ayer me reí con muchos chistes de Gordillo (aunque algunos los sabía). ¡Felicitaciones entonces! Hasta ahora se ha salvado el humor en el Festival.
Los que sacan sus voces para protestar contra el tipo de humor de Gordillo, tienen derecho a hacerlo, por supuesto, pero espero que mis colegas no les hagan caso. Porque los chistes que hizo Gordillo no denigran a nadie. Verlo de esa manera, para mí, es extremismo. Pero si ese pequeño sector de la sociedad se molesta con esos chistes, que apaguen el televisor o el computador, cambien el dial o no asistan a los teatros, etc.. Todos tienen derecho a expresarse. Y el que se ofenda mucho que demande a los humoristas, como se hace en democracia.
Creo que este será el último comentario que haga sobre el humor en Viña, porque no tendré tiempo ni de verlos ni de comentar después, ya que mañana vuelo a inaugurar (pasado mañana) la exposición de Carrillo y mía en Miami y el día 8 de marzo la mía. No podré ver a los demás colegas, incluyendo al amigo Boncó, el primer cubano humorista que se presenta en el Festival. Ojalá a que a todos les vaya bien.
Mi opinión: Humorista Felipe Avello en el Festival de Viña, 2019
Soy un hombre de costumbres. Por ello continué en mi vida la tradición de no ver el Festival de Viña, salvo que lea que se presenta un artista de nivel y que me guste su obra.
Pero con los humoristas también tengo una costumbre: veo el video de sus presentaciones al otro día y si me inspiran comentar, lo hago aquí y en mi página web.
Hoy hice eso con la rutina del humorista Felipe Avello. Nunca antes lo había visto. Debo confesar que me sorprendió. Es primera vez en los Festivales de Viña que me gusta alguien que hace stand up comedy.
Sin vulgaridades ni obscenidades injustificadas, sin humor ácido, agresivo, ofensivo, sin momentos dando discursos políticos o serios, y sin la pose de que es un dios que está por encima del Bien y el Mal. ¡Bravo, Felipe! ¡Felicitaciones! Ya tienes aquí otro seguidor. Me hizo sentir orgulloso de ser humorista, algo que no sentí nunca viendo los "standuperos" de los Festivales anteriores.
Mi opinión: El infeliz público que pifia al humor
A propósito de la actuación de Hugo Varela en el Festival de Talca, quiero hacer otra reflexión.
Esa noche parte del público le pifió. Y también sucedió lo mismo en mayor o menor medida con las rutinas de los otros humoristas que se presentaron. Pues deseo volver a expresar aquí lo que hace años vengo diciendo del Festival de Viña y me da lo mismo que se enoje el que quiera.
Para mí es una falta de respeto, de educación y de decencia que el público abuchee, pifie, a un humorista (lo hago extensivo a cantantes, obvio) en esos eventos. ¡Con qué derecho, por favor! Los humoristas que van ahí, crean, se esfuerzan, ensayan, prueban las rutinas y les ponen la mejor de las ganas para hacerlos reír. No merecen que sean tratados así. Y si se equivocan al escoger su repertorio, si algo les falló (incluso los nervios), el peor castigo es que haya poca o ninguna risa, poco o ningún aplauso. Con eso es suficiente.
Cuando alguien va a un festival de esos, sea pagando o gratis, sabe previamente quién se presentará y sabe el orden del espectáculo. Así que si decide entrar, está muy consciente de lo que verá. Si por alguna casualidad, no le gusta el humorista que le tocó ese día, puede ir al baño, salir a fumarse un habano bien largo, salir a comerse diez empanadas o simplemente puede levantarse y dar vueltecitas por ahí para dar tiempo. Y si se queda sentado, tiene derecho a no reírse, a mandar mensajitos con su celular, sin atender lo que sucede en escena y al final tiene derecho a no aplaudir, por supuesto. Pero no porque no le agrada el artista tiene derecho a protestar, insisto. Y menos armar un escándalo-pataleta porque deseaba seguir disfrutando al artista anterior, o deseaba que entrara rápido el próximo que esperaba.
Otra cosa es que le impongan un humorista que no estaba programado, o que el cómico le falte el respeto al público; por ejemplo, porque se presente borracho, o se le olvide la rutina, haga un acto inmoral, insulte a alguien o a todos, o algo parecido. Ahí sí hay derecho a gritar, a pifiar, a abuchear.
Por otro lado, me repugnan los carroñeros periodistas de espectáculos que incitan al público a que expresen esa mala educación para tener una noticia que contar después. Son los que inventan cosas como “El monstruo de Viña”, con la venia (y quizás algo más) de los organizadores o productores televisivos para provocar expectación en la sociedad: “¿pifiaran hoy a tal humorista?” “¿Se lo comerá el monstruo”?, etc.
Es rara la conducta social de mucha gente, que fuera del evento se comporta como una persona responsable, educada incluso. Pero al llegar allí y convertirse en uno más de esa manada, se pone en modo chusma y pierde la racionalidad y la ética, por decirlo de alguna manera.
Y termino con esto: en mi opinión, no seremos jamás un país desarrollado si no nos educamos más, si no valoramos más el arte, si no respetamos más a nuestros artistas y si no le damos la real importancia que tiene la cultura en general.
Basta de hacer de esos festivales un circo romano, donde el populacho chusma y cobarde vocifera y siente el placer primitivo de bajar el dedo pulgar para destruir inmerecidamente a un humorista y a veces hasta su carrera, sólo por el hecho de que a la jauría no le gustó.
Mi opinión: Bien por Hugo Varela. Mal por una parte del público de Talca, Chile.
Acabo de ver la presentación del humorista argentino Hugo Varela en el Festival de Talca 2019, Chile. Como siempre un exquisito humor blanco, musical, sin dejar de ser popular, pero sin una vulgaridad, sin una palabra obscena. Grande, Varela. Por supuesto, a parte del público no le agradó, porque ya tienen el gusto formado con los humoristas que usan y abusan de las groserías y el humor agresivo y humillante, y los opinólogos y periodistas que avalan ese tipo de humor, el cual catalogan como el mejor, el único. Por suerte a la otra parte de los presentes disfrutó del argentino y tuvo un alto rating televisivo. Gracias, Hugo Varela. ¡Y que viva el humor, blanco, sano y universal!
Después de ver el video, leí los comentarios de periodistas (de esos que viven siguiendo lo que dicen las pestilentes cloacas de las redes sociales para hacer noticia), que dice: "Más arte que humor lo de Hugo Varela". ¡Trágame tierra! ¿Como puede ser que esos ¿graduados universitarios? no sepan que el humor es arte y que por ende los humoristas son artistas? Quizás quisieron decir otra cosa. Pues si es así, ¡que aprendan a redactar bien! Claro, yo creo lo primero. Estoy seguro de que no saben que mientras más "arte" tenga el humor, mucho mejor será. Perdónalos señor, no saben lo que dicen.
Mi opinión: De nuevo el humor en medio de una polémica
En esta ocasión, la polémica es sobre una caricatura que le hicieron a la señora Cecilia Pérez, vocera del gobierno chileno y que el ex canciller Heraldo Muñoz la viralizó desde su Twitter. Como siempre, me siento obligado de “meter la cuchara” cuando se trata de mi profesión y pasión: el humor.
La primera pregunta que me hago es: ¿la caricatura, realizada por Gavor, ya estaba hecha mucho antes de que Heraldo Muñoz la subiera a su Twitter o el ex canciller se la mandó a hacer con la intención de publicarla?
Pero sin importar la respuesta a esas preguntas, el señor Gavor la hizo, a pedido o no, porque así piensa de la vocera.
Entonces la otra pregunta es: ¿no tienen derecho el caricaturista y el ex canciller de pensar de esa forma? Claro que sí.
Censurar totalmente una caricatura, o prohibir promoverla en algún espacio, es limitar la libertad de expresión. Sin dudas. Aunque la víctima piense o no igual que nosotros.
Desde que se hicieron las primeras caricaturas impresas, el ser humano ha caricaturizado a los políticos (y a cualquiera, pero estamos hablando de ellos), en todos los países del mundo. ¿Dónde no ha ocurrido así? En las dictaduras o regímenes totalitarios. Ahí está la Historia Antigua, Moderna y Contemporánea (muy cerquita, por cierto) para corroborar lo que digo.
No importa quién sea la víctima de esa modalidad de la parodia.
Y, por favor, a “les fanátiques” (y no es francés, sino ironía), no me digan que no se debe caricaturizar a una mujer, burlarse así de una mujer. Si queremos defender las injusticias de géneros, debemos aceptar deberes y derechos en esa igualdad. Así que no se trata de eso. Nadie se puede “salvar” de ser modelo para una caricatura.
¿Se trata entonces de un problema político-ideológico, donde la vocera dice –con todo su derecho- que la ex presidente Bachelet hizo mucha cosas negativas y el ex canciller dice –con todo su derecho-, que no es cierto eso y no le agrada que el gobierno lo exprese tantas veces? No hay dudas ninguna. Sólo en eso estriba el problema de ambos, el problema de la polémica.
Y sin importar si la caricatura es buena o mala artística y humorísticamente, sin importar los rasgos físicos o interiores que quiso ridiculizar y sin importar si uno está favor o en contra del contenido, del mensaje, de la idea, por favor, no le carguemos la mano a la caricatura, porque ella tiene derecho de existir, de salir a la luz pública y el que le guste que la disfrute y el que no, que arranque el papel donde está impresa, lo arrugue y haga otro uso de él. Y si está en pantalla que cambie de página, como puede hacer ahora con este sitio mío.
Reflexiono sobre un chiste
Un osito polar pequeño se acerca a su padre y le dice:
-Papá, ¿estás seguro que soy oso polar?
-Por supuesto, eres blanco como todos los osos polares.
-Pero, papá, ¿seguro, segurísimo, que soy oso polar?
-Claro, si yo soy oso polar, tú también lo eres.
-Papito, ¿pero de verdad soy oso polar?
-Pero, ¿por qué me lo preguntas?
-Es que tengo fríoooo…
Pues ese chiste, de apariencia infantil, dulce y tierna, deberían eliminarlo de las escuelas, de los libros, de Internet y multar o encarcelar a quien lo cuente, porque…
-Es racista, ya que es un cuento sólo sobre osos polares blancos, sin mencionar aunque sea a los negros, grises o de color café.
-Es machista, ya que sólo hablan los protagonistas hombres y no aparece la mamá ni ninguna otra fémina.
-Es homofóbico, ya que el padre sabe que su hijo es débil al tener frío y se queja en actitud feminoide, siendo ellos rudos y fieros osos polares.
-Es xenófobo, ya que esa situación podría pasarle también a un león, una hiena, un tigre, una serpiente, etc., y sin embargo, solo se desarrolla entre osos polares.
En fin, en pleno siglo XXI, no podemos permitir que el humor sea el mismo de hace 50 años. ¡Basta ya de ese humor blanco que nos denigra a todos!