Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo
Mis lectores son los mejores
Una persona que participa en un reality show, lo más probable es que no sea artista; es decir, que no sea su fuerte el arte, el pensamiento, el espíritu. Pero tiene una cara bonita, marcados músculos si es hombre y grandes tetas si es mujer. Entonces, como su objetivo es ser famoso a toda costa, salir en la TV, etc., busca estar en noticias por una pelea, una traición amorosa u otro recurso tonto. Y aunque tengan todo el derecho de hacer eso con sus vidas, a mí me dan lástima y vergüenza ajena.
Lo mismo sucede con la o el político que en realidad no lo es, porque no tiene talento, nivel intelectual, cultura, ni verdadera vocación de servicio y solo está ahí por poder y/o por la misma razón del farandulero(a) anterior. Entonces, para poder salir en las noticias, dice una frase "políticamente incorrecta" y sus adversarios le responden (alargando más la noticia en los medios) y pasa un tiempito y la o el político se "arrepiente" públicamente de lo que dijo (se alarga más la noticia en los medios) y los adversarios replican que no le creen, etc. Al final, los mediocres periodistas -que no buscan reales noticias importantes-, les dan a todos estos personajes la "pantalla" que necesitan para satisfacer sus objetivos. Y así aprovechan para promocionar las asquerosidades y anormalidades que se dicen en las redes sociales "buscando rating".
Pues esos políticos también tienen todo el derecho de hacer lo que hacen, pero a mí me dan asco y repulsión.
Si el público quiere ver el reality show, que lo vea. Si en vez de ver un programa de creación artística desean ver esa porquería, que lo vean y disfruten. Si quieren seguir a sus ídolos vacíos e interesarse en sus peleas y traiciones amorosas, que lo hagan. Yo no voy a ver esos programas jamás. Sólo comento esto para que mis lectores se cuestionen lo que ven en TV.
Y si los electores escogen a esos políticos que en vez de estar preocupados por las necesidades de la gente: lucha contra la pobreza, mejora de la calidad de vida, etc., etc., gastan sus tiempos y esfuerzos en mentirse y desmentirse entre ellos, atacarse y defenderse entre ellos, como si esa fuese la razón por la que los eligieron; entonces si los electores lo desean, que los vuelvan a elegir. Yo no votaré por ellos jamás. Sólo comento esto para que mis lectores se cuestionen sus votos.
Mis lectores tienen derecho también a hacer lo que desean hacer, lo diga yo o no.
Por suerte mis lectores son los mejores.
Mis obras de Humor Gráfico expuestas en Santa Clara, Cuba
Expuestas en el Salón Internacional de Santa Clara 2019, convocado por la publicación humorística "Melaíto", se encuentran dos photochístesis de mi autoría.
Terror en Santiago
En Santiago un artefacto explosivo deja 5 heridos. El hecho se lo adjudica un grupo internacional que se autodefine como eco-terrorista. Dicen que son neo-nihilistas. Pero en realidad son psicópatas con tremendo odio en su interior, gente sin humanidad, que no le dan valor a la vida. Y convencidos -como muchos otros en todos los tiempos-, que tienen derecho a imponer su pensar a la fuerza, con violencia, matando a cualquiera y sembrando el terror. Esas minorías (sin importar el grado de razón o no de sus teorías), siempre han tratado de imponerse a la fuerza, digo, ya sea a través de golpes de estado, guerrillas, sectores anarquistas, encapuchados en las calles, policías abusadores. Y sabemos que en su ADN llevan la violencia, por lo que se entiende que esas manadas en el plano individual son los que asaltan y matan por robar un peso, o le pegan o asesinan a una mujer o a un niño en sus casas, etc.
Y algo detestable también: vemos a políticos, periodistas y otros opiniólogos decir "yo no estoy a favor de la violencia, pero..." y ahí dicen cualquier cosa que deja en el público la sensación de que de cierta forma lo que hacen los psicópatas está justificado. Esas personas a veces dicen esas barrabasadas sin darse cuenta, de manera inocente; pero la mayoría lo dicen sabiendo lo que expresan. Sin dudas, son tan antisociales, salvajes, criminales, trogloditas, monstruos, bestias, locos e HP como esos que ponen los artefactos explosivos.
Vía libre a las matanzas de ballenas
Japón acaba de decidir que se va de los pactos internacionales donde les prohibían cazar ballenas. Argumentan que tienen que matar ballenas (foto 1) porque es parte de su tradición, de sus costumbres, como también sucede en Noruega e Islandia. Y por supuesto, nos alarmamos e indignamos todos, ya que ahora veremos las matanzas indiscriminada de los cetáceos. Es algo horrible, que no se debería permitir, ¿no es cierto? Y lo más probable es que mucha gente se lance a las calles de todas las ciudades del mundo a protestar y comiencen a escribirse cartas públicas de reconocidas personalidades y la ONU, UE y otra siglas empiecen a amonestar a Japón y –quizás-, a sancionarlos. Ojalá que suceda todo eso.
Pero entonces me viene a la mente esta pregunta: ¿por qué me voy a alarmar, a indignar, con esta noticia sobre las ballenas y no me sucede lo mismo con otras “costumbres y tradiciones” peores?
Por ejemplo, conocemos países donde lapidan a las mujeres por pecar (foto 2), sabemos de países donde le aplican pena de muerte a los gays (foto 3), conocemos de países donde se castigan con cárcel y torturas a personas que piensan distinto a los gobiernos, tanto de izquierdas como de derechas (foto 4), y así un listado enorme de injusticias, de violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, no hacemos nada porque “no debemos meternos en tradiciones, en culturas de otros lugares, ni en políticas internas de otros países”. Eso sería intervención. Y suena lógico. Así que no debiéramos meternos tampoco con esas tradiciones japonesas, ¿no?
Pero además, ¿por qué voy a protestar para defender a las pobres ballenas si no lo hago por la defensa de esos pobres seres humanos que sufren en esos países que menciono? Y no me digan que sí se protesta, porque yo leo las noticias todos los días por años y jamás he sabido de una manifestación, una marcha, protestando porque padres casan a sus hijas de 6 ó 7 años con viejos que les pagan, por mencionar otro ejemplo (foto 5). Yo nunca he marchado protestando por eso ni me han invitado a apoyar esas causas. Sin dudas, tengo doble moral, ¿no es cierto?
Entonces, amigos, ¿tenemos que esperar que las ballenas marchen en protesta por los mares y algunas orcas encapuchadas les lancen caracoles por la cabeza a los guardacostas y destrocen muelles y boyas, defendiendo nuestros derechos?
Por favor, defendamos nosotros nuestros derechos a la vida, a la libertad. ¡Pero defendamos todos los derechos humanos, no sólo los que nos convengan! Seamos justos, y sin dejar de defender a las ballenas, obvio.
"La falta de ignorancia", como decía mi abuela
En Estados Unidos, solo el 66% de los adultos entre los 18 y los 24 años está convencido de que nuestro planeta es redondo, según un estudio publicado por la revista Forbes.
Poco más de la mitad (54 por ciento) de más de 53.000 personas entrevistadas en todo el mundo dijeron conocer el Holocausto judío cometido por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), según una encuesta reciente.
Con solo mencionar estos dos datos concretos, ya vemos que cualquier cosa es posible en este mundo. Ya no nos sorprenden las teorías de que el mundo se acaba en tal mes, de las afirmaciones de que la violencia y la revolución es la solución a los problemas sociales, o las fluctuantes “opiniones científicas” de que el huevo es bueno para la salud o malo para la salud, o de que alguien dice que habló con dios y de pronto lo siguen una pila de gente (secta), o de que está vivo un cantante muerto, etc., etc..
Sabemos que la causa de muchos de estos disparates es la mala intención de algunos, pero por supuesto, sin la fertilidad de la ignorancia lo anterior no fuera posible. Y el mayor y mejor “campo” con los nutrientes perfectos para cultivar la ignorancia y por ende esas teorías sin sentido, son las redes sociales.
Por favor, no crean todo lo que ahí vean. Cuestiónenselo todo. Si un tema les interesa investíguenlo, no acepten tan fácilmente lo que piensa otro.
Hagan lo mismo con este texto.
Migración, ¿un derecho humano?
Como no salí y terminé una serie en Netflix, y antes de saborear la lectura para dormir, me puse a pensar en un tema espinoso y muy de moda: la migración. Entonces se me ocurrió subir aquí mi breve reflexión, aunque sé que siendo sábado por la noche no la leerá ni los serenos, ni los murciélagos.
Resulta que leí en las redes sociales a un izquierdista afirmando que para la derecha la migración no es un derecho humano, porque no quieren admitir en su país a los pobres, ni siquiera porque se enamoró por Internet de una extranjera, ni porque tiene problemas en la piel y necesita vivir en un país frío, ni porque desea estudiar en el otro país, etc., etc., y por eso la izquierda, decía, defiende la migración como un derecho humano.
Y por último, leí un texto donde se plantea que en realidad la emigración sí es un derecho humano, pero que la inmigración no, ya que depende de las leyes del país al que va.
¿Quién tiene la razón?
En fin, hoy no leeré ni dormiré parece, a ver si logro entender las distintas posiciones.
Día del migrante
Fui emigrante, por lo tanto inmigrante; es decir, migrante… mi-gran-te-mor es que la gente no sepa qué significa migrar.
Emigré de Cuba e inmigré a Chile hace 29 años. Cuando era difícil para un cubano emigrar por el papeleo que te pedían. Fue difícil conseguir la visa de trabajo y después la temporaria. Fue difícil viajar a otros países como cubano. Por ejemplo, en esa época para ir a España, E. U., Paraguay, Panamá, Perú, México y me costó muchísimo. Incluso a Argentina si iba desde otro país que no fuera Chile.
En fin, que ser migrante no es agradable y ser emigrante cubano quizás un poco más (fue mi experiencia).
Ya en Chile, una vez estaba animando una fiesta en una salsoteca en medio de los bailadores, en los días en que actuaba en Sábado Gigante (se grababa en Chile y se mandaba el sketch a Miami) y dos tipos del Frente Patriótico me lanzaron dos patadas a mi espaldas y unos amigos se le tiraron encima y los sacaron del lugar (yo ni me enteré, pensé que eran tropezones de los bailadores) y todo porque para ellos era un gusano anticastrista.
Pero también recibí gestos discriminatorios en el barrio alto, incluso una señora me gritó “vete para tu país, gringo de mierda”. Lo de mierda no me importó, pero decirme gringo fue algo impactante. Y todo porque era un cubano castrista para ellos.
También he sentido discriminación como escritor, incluso me han negado premios en concursos (con el tiempo me he enterado). A mi hijo Alex también le pasó. Pero supongo que eso le sucede a todo inmigrante en cualquier país. Hay seres humanos xenófobos, racistas, clasistas, etc., en todas las sociedades. Pero son una minoría de estúpidos. Solo hay que no darles ala.
En estos 29 años me nacionalicé y he sido exitoso, me quieren mis lectores, han reconocido mi obra y tengo grandes amigos. Me siento chileno también.
En otras palabras, el inmigrante tiene que saber que durante unos años hay que joderse, “meter cabeza”, sacrificarse, trabajar duro y olvidarse de las mierdas de esos pocos estúpidos.
Digo esto porque jamás, en mis momentos difíciles en Chile, salí a la calle a exigirle algo al gobierno. Obvio, aquí hay libertad para hacerlo, solo digo que ni se me hubiera ocurrido. Pienso que nadie debe soportar humillaciones y si esa es su experiencia, debe emigrar a otro país. Pero también hay que saber adaptarse a las leyes, costumbres, cultura, idioma y modo de vida del país que te acoge. Y el estado de este país al que llegaste, no tiene que la obligación de darte a ti lo que no le da a los oriundos del lugar. Uno tiene que pagar los impuestos y recibir lo mismo que reciben los demás. ¡Deberes y derechos por igual! Claro, insisto, si te va muy mal, si te pasa algo malo, es humano ayudarte, pero no pienses que te mereces todo, querido migrante, solo por llegar, vengas de donde vengas. Te lo dice uno de tus filas.
Y, por favor, no dejes que te manipulen los ideólogos de pacotilla de cada país.
Pueblos, sociedades, fronteras, democracias...
He observado algunos debates en los muros de amigos y me he dado cuenta de que hay gente que no piensa como yo –como es lógico-, y otros que no piensan y solo repiten lo que han escuchado por ahí, o simplemente no saben, pero no saben quedarse callados.
Por lo tanto decidí dar algunas definiciones abordadas en esos foros, que aunque parezcan perogrulladas, creo que se necesita dejar claro. Ojo, son sólo mis opiniones, lo que significa que nada más léanlas, duden, analícenlas y ojalá lleguen a formarse sus propios criterios, aunque sean diferentes a lo que leyeron aquí.
Por ejemplo, yo pensaría mejor antes de usar el vocablo “pueblo”. Los malos políticos lo usan constantemente para respaldar sus intereses, pero sabemos que es falso. Yo prefiero decir “pueblo” cuando me refiero al pueblo mapuche, pueblo judío, pueblo maya, pueblo esquimal, pueblo celta, pueblo persa, etc., ya que lo siento como algo cultural.
Pero cuando digo pueblo de Chile, de Holanda, de Sri Lanka, etc., me refiero a países, que existen por unas fronteras inventadas por políticos y militares y que no existen en la naturaleza. O si no, veamos: un bebé nace en Bolivia, en una casa a 5 metros de la frontera con Chile. ¿Qué lo hace diferente de un bebé nacido en Chile del otro lado del limite. Nada. Sin embargo, ambos son del pueblo aymara, por ejemplo y quizás hasta sean primos hermanos. Pero al nacer del lado de allá, es boliviano y el otro es chileno.
Resumen, ¿no es mejor antes de hablar de pueblo chileno, egipcio, congolés, etc., hablar de sociedades? Vivimos en sociedades dentro de esas fronteras artificiales y ellas están conformadas, quizás, por varios pueblos o por uno.
Así que si vivimos en una sociedad, eso quiere decir que todos somos socios. Pues los socios se reúnen y un día escogen a políticos que los representará. También eligen a un presidente para lograr que alguien se encargue de hacernos vivir con normas o leyes sociales y guiarnos, porque de lo contrario sería el caos. Casi siempre a esos políticos y presidentes los escogen una mayoría de los socios (mitad más uno como mínimo en muchos lugares). Eso significa que por 4 ó 6 años –según las leyes aprobadas por los que elegimos como legisladores-, ese presidente y su gobierno intentará que la sociedad viva mejor en todo sentido. Ojo, las minorías que no eligieron al presidente, en este juego democrático tienen que aceptarlo como su presidente y aceptar a los políticos que los representan.
Pero ocurre que el presidente, como es humano, se puede equivocar (para no pensar mal y que tenía oculta el Mal de siempre, como casos que conocí) y los socios se dan cuenta de que el presidente va por un camino que no es el que dijo que seguiría cuando lo escogieron y aceptaron. Entonces los socios tienen derecho a salir a las calles, o por cualquier vía hacerle llegar al presidente que no están conformes con lo que está haciendo.
Claro, deben hacerlo de forma pacífica e inteligente. Si lo hacen de forma violenta, atentan contra las autoridades, contra inocentes y hasta contra ellos mismos. Y además, siembran miedo y odio en los demás socios. No se les puede permitir. Obvio, a ningún bando se les puede permitir violación de los derechos humanos. Porque la vida de un inocente, la de uno que protesta y la de un policía es sagrada. Por lo tanto, todos los socios debemos actuar en conjunto para controlar la violencia y el odio. Me refiero a los testigos pasivos, a los periodistas, a los destacados socios deportistas, artistas, científicos, profesores, etc. y más aún a políticos de todos los colores ideológicos. Nadie puede justificar la violencia. Porque esos personeros que en público dicen: “yo condeno la violencia, pero…” y ahí explican o justifican de cierta manera esos actos violentos, son cómplices de los antisocios, que con sus actos dañan la propiedad de los otros socios y la propiedad de la sociedad en su conjunto.
Se supone entonces que el presidente recoge el reclamo de los socios y cambie el rumbo. Pero puede que los asesores, los especialistas, le aconsejen que continúe y no le haga caso a los socios, porque los socios pueden estar equivocados, ya que no ven el universo completo, no son especialistas y no saben que quizás después saldrán mejor que si el presidente ahora cambiara de rumbo.
La pregunta es, ¿cómo se puede saber si los socios que protestan tienen razón, o son los peritos que asesoran al presidente los que la tienen? En el momento no hay cómo, amigos. Hay que esperar a que el presidente termine su período. Eso significa que al final del mandato los socios tienen la posibilidad de castigar al presidente, a sus especialistas y a sus compañeros de ideología, porque hicieron las cosas mal, a pesar de ser advertidos. O puede ser que el presidente demuestre que tuvo razón y entonces los socios lo elegirán a él otra vez, o a otros de su ideología (en muchos países los socios prohíben que sus presidentes repitan el plato, porque son humanos y fácilmente pueden caer en la corrupción y/o los totalitarismos, como casos vecinos que conocemos.
En fin, estos conceptos son elementos de la democracia, ¿sí o no? Si no es así, entonces le abrimos las puertas a los golpes de estado, a las guerrillas y a todas las minorías que se creen con derecho a llegar al poder a la fuerza, matando y violando derechos humanos.
¿Están de acuerdo conmigo en lo dicho hasta aquí? ¿No? Por favor, insisto, deben reflexionar, dudar y no aceptar ni mi opinión, ni la de los manipuladores políticos que usan las emociones para convencer a la gente.
Gracias.
Mi opinión: Amigos chilenos: un comentario sobre el humor de Kramer en la Teletón 2018
No vi la Teletón este año, nunca la veo. Me gusta el concepto de recaudar dinero para esa causa y hasta donamos, pero no me agrada ver las presentaciones artísticas, porque cuando hace años las vi, las encontré malas para mi gusto. Y cuando se hace algo excepcionalmente bueno o malo, después me muestran las grabaciones.
En esta ocasión varios amigos y familiares insistieron que en que viera el show de Kramer para que lo comentara. Lo acabo de ver.
Debo aclarar que considero a Kramer un imitador fuera de serie, a nivel internacional incluso.
Pero, ¿por dónde cojean la mayoría de las rutinas de este humorista? Por el guión. Carecen de buenos guiones. Lamentablemente, me cuesta disfrutar bien sus presentaciones. Gozo de sus casi perfectas imitaciones y sufro con lo que dice y hace (en muchos casos, repito).
Pues esta vez me pasó lo mismo. Nunca me reí, a pesar de admirar las imitaciones de Luis Miguel y de Piñera (no tanto la de Julián).
Tenía una fácil estructura de guión, porque parodió exactamente el programa “Pasapalabra”. Solo le faltaba llenar de chistes ese esqueleto. Pero no lo hizo. Despilfarró demasiado las oportunidades de hacer buenos chistes.
Miren, al ver ese show me dio la impresión de que Kramer odia visceralmente a Piñera, o es un humorista muy oportunista, o las dos cosas. ¿Por qué? Porque usó la burla directa y ácida, sin elaboración artística. En otras palabras, no hizo humor. Hay una burla que sí es humor y otra que no. Por ejemplo, poner en boca de Piñera en el sketch las palabras “tusunami” y “marepoto”, no es un chiste, ¡porque eso mismo lo dijo Piñera de verdad! Es difícil superar eso que pasó en la realidad. Para tú hacer un chiste con eso tendrías que subirle la palabra a la realidad, con elaboración artística, claro. Pero repetir como cacatúa lo mismo –ni más ni menos-, es pésimo humorísticamente hablando. Para mí fue evidente que quiso congraciarse con los enemigos de Piñera y/o calculando que el público, supuestamente tan dolido con Piñera -para él-, se reirían y lo aplaudirían. Y así, por el estilo, fue casi todo en su rutina..
Entonces, según mi humilde opinión, quedó muy mal como humorista.
Y en cuanto a la razón de ser de su burla con odio, digo que tampoco está bien. Amigos, para poner el parche antes de que salga el grano: no soy piñerista ni mucho menos, ¿quedó claro? Pero me siento un demócrata que respeta las leyes del juego democrático. Y reconozco que Piñera ganó la elecciones y es mi presidente, me guste o no. Y por otro lado, me duele ver cómo se le falta el respeto al cargo de Presidente. Si alguien le hubiera hecho bulling a la sra. Bachelet, muchos de los actuales opositores hubieran saltado para defenderla de esa falta de respeto. Y ahora, cuando se le falta el respeto al presidente contrincante político, nadie dice nada. Eso es hipocresía, doble moral y es una de las razones de por qué está tan desprestigiada la política. Pero no quiero salirme del tema.
En fin, tres consejos de alguien que le desea lo mejor a un colega, como lo es el talentoso Kramer: uno, gane usted un poco menos de dinero y gásteselo en contratar buenos guionistas. Dos, no caiga en el oportunismo para congraciarse con las fétidas redes sociales o con cierta gente –como muchos “standuperos”-, pensando que así gana popularidad y aceptación. Tres, puede hacer humor con burla, puede hacer sátira, pero no le falte el respeto a nadie con ese humor. Y cuatro, analice primero lo que hace para que no se equivoque haciendo algo que no es humor pensando que sí lo es.
Le doy mi palabra que ese humor que trató de hacer es pura moda y pronto pasará, o se limitará a fosilizarse en algunos rinconcitos de la ciudad. Y usted está para grandes cosas, maestro.
Boletín Humor Sapiens de diciembre
Recién salido del horno: Boletín Humor Sapiens de diciembre. Esta vez con... un artículo mío -quizás polémico-, sobre el humor, más efemérides, investigación científica, Salón de Humor de la Fama, Hitos de la Historia del Humor, Galería HS, video recomendado y mucho más. Y por supuesto, la posibilidad de suscribirse para recibir mensualmente el Boletín. Pueden disfrutarlo AQUÍ.
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