Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo
Disturbios en Chile (V)
El Presidente habló hace dos días planteando tres puntos fundamentales para resolver los problemas y que todos deberíamos unirnos en un debate constructivo para salir de este momento oscuro.
Lo primero, dijo, es el orden público, la paz, el cese de la violencia. El segundo es resolver los problemas sociales que exige la gente y el tercero la Constitución.
Pues nuestros políticos –de izquierda y de derecha-, “inteligentes, probos y pensando siempre en el bien de Chile”, comenzaron a reunirse y a tratar de negociar, ¡pero empezaron por el tercer punto! No priorizaron ni las demandas sociales ni la destrucción de la ciudad por los terroristas.
Yo no sé mucho de esas cosas. Incluso me leí unas tres páginas de la Constitución y no continué, porque decidí que para entenderla bien debía asesorarme mejor.
Pues resulta que nuestros “brillantes” políticos –de derecha y de izquierda, desde los más jóvenes a los más veteranos-, se llenan la boca para decir que: “el pueblo quiere una nueva Constitución ahora”. ¡Y es una mentira, amigos! Porque el 90% del pueblo (siendo bien optimista), jamás se ha leído la Constitución. Y le han metido en la cabeza a nuestros coterráneos que lo de subir el sueldo, lo de mejor pensión, el costo del transporte, etc., etc., aparece en la Constitución. Por tal motivo los papagayos repiten esas frases con que nos bombardean.
No, amigos, esas cosas importantes por las que protestamos se resuelven con las malas leyes que aprueban los políticos o en las leyes que no dictan.
Ojo, yo estoy de acuerdo en lo de la Constitución, ¡pero eso no es la prioridad ahora! Eso le interesa más a los políticos que al pueblo, por eso están debatiendo en estos momentos. Y el Gobierno se presta para ese juego y así se siguen postergando las verdaderas medidas reales que necesita ese pueblo que tanto mencionan.
La izquierda trasnochada y la Democracia Cristiana oportunista están luchando por la Asamblea Constituyente, porque se sabe que es la mejor manera que tienen para colocar sus activistas y manipularlo todo a su antojo y llegar a controlar el poder. Y la derecha recalcitrante y la derecha insípida tratando de ser “políticamente correcta” han cedido a debatir hasta lo que no les gusta, con tal de aparentar que son consciente de “lo que dice el pueblo”, pero la realidad es que están luchando para que no gane la Asamblea Constituyente, porque saben que lo perderán todo.
Y en eso están ahora, mientras los comunistas y parte del Frente Amplio los miran con un sonrisa sardónica, porque saben que en ese debate ellos saldrán ganando, ya sea con la Asamblea Constituyente (tipo Chávez, Evo, etc.) o un invento improvisado de la derecha para no perder el poder.
Y mientras tanto los activistas políticos, con sus hordas de orcos compuestos por anarquistas, narcotraficantes, delincuentes y jóvenes que no comprenden lo que leen y tienen su gen de violencia en precario equilibrio, siguen quemando, saqueando y destruyendo nuestro Chile.
Y mientras tanto los chilenos que poseen menos continúan pagando el plato, porque no llegan las medidas económicas para aliviarles la vida. Al contrario, cada día se les pone cuesta arriba todo, porque los actos terroristas han provocado miles de desempleados al cerrar muchos negocios, el transporte está mucho peor por los destrozos, la economía va en picada y el listado es largo.
¿Qué dirá la Constitución sobre esta pobre gente que sufre tanto en estos momentos? Por supuesto que nada.
Insisto, el debate de la Constitución en estos momentos es solo para beneficio de los políticos, porque unos buscan la Asamblea Constituyente para llegar al poder y los otros pelean en contra para no perderlo.
Chile necesita una buena Constitución para que se beneficie el pueblo, pero ahora el único beneficio es que haya paz y que mejore su calidad de vida. Eso es lo más importante. Aunque los políticos nos digan lo contrario.
Hermanos chilenos, no nos engañemos, los políticos siguen metiéndonos el dedo con que cuentan sus billetes en el ano y los terroristas siguen metiéndonos sus molotov por el mismo lugar. ¡Por favor, no dejemos que nos manipulen ni nos destruyan!
Y por favor, si quieren comentar lo que no están de acuerdo conmigo, háganlo con respeto y sin vulgaridades. Si se sienten tan molestos porque lo acaban de leer y tienen ganas de insultarme o vomitar groserías, bloquéense ustedes mismos. No me hagan perder el tiempo haciéndolo yo.
NOTA: En estos momentos me avisan que los "honorables" llegaron a un acuerdo. me da igual ese acuerdo, lo importante es que dejen ya de perder el tiempo en sus intereses y comiencen de verdad a unirse para resolver esta crisis.

Disturbios en Chile (IV)
De la tristeza a la impotencia y el enojo.
Los terroristas son cada vez más. Comenzaron los activistas políticos organizados encendiendo la mecha y arrastrando consigo a los anarquistas, a los narcotraficantes, a los delincuentes y finalmente a los jóvenes perdidos, los fácilmente manipulables y esto sigue, porque se mezclan con los manifestantes indignados, en marchas y concentraciones que ya no son pacíficas. Pero la buena gente sigue sin darse cuenta de que los están usando.
Y por un lado la impunidad, porque el gobierno no hace nada para impedir la destrucción del país. Por otro lado los políticos oportunistas que tibiamente dicen estar en contra de la violencia, pero sabemos que la apoyan, porque el objetivo es la caída no solo del gobierno, sino del sistema. Y por otro lado los periodistas y personalidades públicas que por ignorancia, por maldad, o porque también son activistas políticos, fomentan directa o indirectamente la violencia. Todos creando cortinas de humor con otros temas, para que la violencia terrorista no sea el foco central y sigan destruyendo el país. Y con eso, de camino, van buscando la fama.
Amigos, el país se está destruyendo. Hoy aumentaron los actos criminales y parece que seguirán.
Los encapuchados se están adueñando del país. Cuando de verdad el noble pueblo chileno despierte y se de cuenta de que fuimos pasivos y les entregamos el país a esos criminales, vamos a estar muchísimo pero que hace 20 o 30 años, porque la reconstrucción será cara y abundante y por ende será muy difícil conseguir la calidad de vida que con justa razón estamos exigiendo en estos días.
Lo digo con conocimiento de causa. Si siguen los terroristas, los que llegarán al poder serán peores que los políticos desprestigiados que tenemos, porque vamos hacia una dictadura. No lo duden.
Por favor, aún estamos tiempo. Son muchas cosas las que pedimos en nuestras marchas, pero de lejos lo principal y primero es detener a los violentistas-terroristas. Después dialogar y si no logramos lo que exigimos, volver a marchar pacíficamente con firmeza. Pero este desastre hay que pararlo. Están golpeando a nuestro Chile y con malas intenciones. ¡Abramos los ojos y las mentes, por favor!

Con La Seña del Humor en la TV cubana
Video de nuestro grupo de humor escénico cubano "La Seña del Humor", en los años 80 allá en La Isla. Lo pasaron por la TV cubana hace poco. Recuerdo el mano a mano entre el Coro de la Princesa Ana y el Coro de los Maestros Templarios que grabamos detrás de la Ermita de Monserrat en la ciudad de Matanzas, como parte de un paquete de programas televisivos, cuyo título fue "Señavisión". Este programa de ambos Coros (interpretado por los mismos miembros de La Seña) se llamó "Hábitos Corales". El director de los dos coros fue el difunto actor chileno Jorge Guerra, como artista invitado. Pero también aparecen fragmentos de otros dos capítulos de "Señavisión", uno dedicado a los deportes y otro a la música culta y popular.
¡Estoy feliz de volver a ver esos materiales! De verdad que es contra el olvido, sobre todo para los que no conocieron a La Seña del Humor y aquellos años dorados del humor cubano.¡Qué lindo es volver a vivir!

Mi vida sísmica en Chile
A propósito del sismo de ayer de 6,3 grados y para mis amigos que no viven en Chile, mi país de adopción desde 1991.
Los 10 terremotos más fuertes de la Historia (desde que se miden, claro), son:
1-CHILE, 1960 de 9,5 grados
2-Indonesia, 2004 de 9,3 grados
3-E.E.U.U., 1964 de 9,2 grados
4-Rusia, 1952 de 9 grados
5-Japón, 2011 de 9 grados
6-Perú, 1868 de 9 grados
7-Indonesia, 1833 de 8,8 - 9,2 grados
8-CHILE, 2010 de 8,8 grados
9-Ecuador-Colombia de 8,8 grados
10-E.E.U.U.-Canadá de 8,7 grados.
Como ven, Chile aparece con el primero y el octavo.
Y ESE OCTAVO ME AGARRÓ EN EL PISO SÉPTIMO DE UN EDIFICIO EN SANTIAGO!!!!
Dicen que fue más de 8,8, porque E.U. dijo que fue mayor de 9, pero que el Gobierno chileno dijo 8,8 porque si llega a 9 no paga el seguro. No sé si es cierto o no.
Pero da igual. El que haya sido fue algo increíble. Y duró casi tres minutos.
Eran como las 3 y media de la madrugada del 27 de febrero, verano y vacaciones. Yo había visto el Festival de Viña hasta muy tarde y ahí me puse a ver una película. De pronto vino el remezón con un ruido espantoso como saliendo de abajo de la tierra. Todo se movía con violencia. Cuando pasó el primer minutos ya pensaba que toda la ciudad estaba destruida (tenía las cortinas cerradas y no veía para afuera). Trastabillando desenchufé todos los equipos eléctricos, cerré la llave del gas y agarré en mis manos mi laptop (mi vida). En el segundo minuto sólo pensé confusamente dónde podíamos situarnos. Para el comienzo del tercer minuto desperté a mi mujer que dormía plácidamente. En ese momento me pasaron por la cabeza muchas cosas de mi vida y no es chiste. Me despedí en mi mente de mis hijos y decidimos acurrucarnos entre la cama y la cómoda, en ese espacio triangular que dicen que es el mejor. Se detuvo el temblor. Revisamos la casa y no se cayó ni un cuadro, ni un adorno. Sólo muebles movidos de sus sitios. Algo increíble. Abrí las cortinas y Santiago estaba ahí, igualito.
Bajamos a la placita de frente a nuestro edificio, para esperar la réplica. Se demoró mucho y nos aburrimos. Subimos y nos agarró. Creo que fue de 7 y tanto grados. Pero ya no asustó a nadie.
En los miles de edificios de la ciudad, creo que uno solo desalojaron por peligro de derrumbe. Y en regiones algunos edificios cayeron y sobre todo casas viejas, o débiles,más caídas de puentes, desprendimientos de rocas, etc., etc. pero lo peor en cuanto a pérdidas de vidas y de todo tipo, fue el tsunami que afectó el centro sur del país.
Después he vivido decenas de temblores, más los terremotos de 8, 2 en 2014 y 8,4 en el 2005 (este último algo más alejado de Santiago) y ninguno me ha dado miedo. Parece que el susto de aquel en 2010 me curó de espanto. Palabra de honor que ya no me asustan los sismos.
A mis amigos que viven en el Caribe, sé que ustedes prefieren los huracanes a los sismos. Pues les digo que los chilenos prefieren los terremotos a los huracanes. Es un problema de costumbre. Sí, el huracán avisa varios días antes, pero si tu casa no está preparada para esos vientos, es un peligro. Pues lo mismo sucede aquí, las casas tienen que estar preparadas (técnicas antisísmicas) y de esa manera no hay tanto peligro. A lo que sí le tengo miedo es al agua. Con los huracanes las inundaciones y con los sismos, los maremotos. El agua sí arrasa aunque uno esté preparado.
Bueno, también le tengo miedo a la violencia de todo tipo en las calles, a cualquier tipo de guerra y a que me falte Internet.

Cuentos serios de bufones #4
Érase una vez, hace poquísimos años y en un lugar muy cercano, que comenzó a suceder algo increíble. ¡Se había desatado una ola de robos a bufones!
Se conoció el fenómeno como “Trata de Risas”. Consistía en robarle la sonrisa, o la risa, o la carcajada a un bufón y venderla en Reinos donde muchas personas nacen sin ese don o lo perdieron en sus vidas, por lo que tratan de comprarla en el mercado negro.
Los risotraficantes, lamentablemente, proliferaron. Incluso se formaron Carteles de la Risa, como les llamaron, donde los capos recibían el botín y tomaban los “Ja, Ja, Ja”, los “Je, Je, Je” y los “Ji, Ji, Ji” (por suerte nunca pudieron robarle el “Jo, Jo, Jo” a Santa Claus), y los dividían en pequeños y solitarios “Ja” o en “Je” o en “Ji” y los distribuían entre los microtraficantes, los cuales les vendían esa mercancía a los desesperados agelastos (gente que no ríe). Mientras más franca y espontánea era la risa (con menos impurezas, como decían), más cara se vendía.
Y era casi imposible eliminar ese flagelo, porque muchos nobles, caballeros, guerreros y otras autoridades corruptas estaban involucradas en el negocio.
Era doloroso ver a los pobres bufones. Era triste contemplar sus caras sin risas. No sólo porque la alegría es su razón de ser, sino porque se veían ahora imposibilitados de contagiar a sus prójimos.
Y lo más penoso era que si esos compradores de risas lo pensaban bien, no tenían necesidad de llegar a tal extremo. Con seguridad, si los agelastos se los pidieran, los bufones compartirían felices sus risas con ellos.

Disturbios en Chile (III)
Subo esto hoy viernes, porque sé que mañana sábado pocos leen estas cosas. Además, estoy aún excitado por lo que acaba de suceder.
Pues bien, termino el tercer capítulo de mi opinión sobre los tristes hechos que hemos vivido en mi país de adopción, escritos con el objetivo de satisfacer la curiosidad de muchísimos amigos que, muy preocupados, me han preguntado.
De nuevo también aclaro que no pretendo que lo expresado aquí sea la absoluta verdad, ya que no soy especialista en ningún campo relacionado con estos fenómenos sociales. Y también aclaro que lo hago convencido de que muchos no estarán de acuerdo conmigo. Pero me arriesgo a pesar de lo peligroso que podría ser eso en estos tiempos de intransigencias y fanatismos, porque a mi edad sería inmoral no decir lo que pienso.
Dividí mis reflexiones en tres: “los indignados”, “los violentistas” y “los saqueadores”. Ya publiqué mi pensar sobre los dos primeros, dejando explicado y clarificado que soy un indignado más y soy un férreo anti violentista. Ahora voy para el tercer grupo.
3) Los saqueadores.
Entre la “fina” labor de los violentistas estuvo abrir a la fuerza los supermercados y mostrarles a los espectadores que podían saquearlos. A ellos no les interesaba entrar a llevarse un producto, porque sus objetivos eran solo destruir y hacer cómplices a los ciudadanos. Y menciono supermercados porque fueron los más atacados, pero también hubo otros negocios como farmacias, bencineras (gasolineras), hoteles y hasta humildes kioskos. Yo apuesto a que pensaban que “los pobres indignados por no tener dinero para pagar el Metro, se lanzarán a vaciar de alimentos esos supermercados”. “La imagen del exitoso Chile se desplomará ante el mundo que verá cómo pasan hambre sus habitantes”, ese sería el titular preparado.
Pero, ¡oh!, desilusión para ellos: no fue así. Los saqueadores solo robaban equipos electrodomésticos, ropas, etc., pero nunca alimentos. No dudo de que por esa frustración decidieran no sólo abrir los supermercados a la fuerza para que los saquearan, sino también incendiarlos (por si no saben mis amigos de fuera de Chile, un buen número de los muertos en estos desmanes fueron o violentistas o saqueadores que quedaron atrapados en las llamas por no tener tiempo a escapar (esa información me llegó por los periodistas de TV).
Entonces, ya viendo la función de los violentistas-terroristas, los dejo ahí (ver mi segunda reflexión) y me enfoco en los saqueadores.
Yo divido a los saqueadores en dos grupos: los delincuentes profesionales y los circunstanciales.
Los profesionales los conocemos. Roban (con violencia o no) para lucrar con sus botines, ya sea para drogarse o presumir entre sus pares, ya que las neuronas no les da para otra cosa.
Les digo circunstanciales a los delincuentes que en la vida cotidiana no lo son, pero estando en el momento y en el lugar de la tentación, de pronto les invade el diablillo y se lanzan a saquear. No podemos tomarles lástima a este grupo, porque no están robando por necesidad. Lo hacen por el placer morboso de que les llega fácil y gratis algo que aprecian demasiado como un televisor plasma y otros electrodomésticos. Para ellos, en ese momento de excitación no están haciendo algo malo. Se justifican y se convencen diciéndose, por ejemplo, que los dueños de los supermercados son millonarios y eso pequeños “hurtos” no les hará daño, o que si no se lo roban ellos se lo robarán otros, etc.. Bueno, se vio que muchos iban a robar en autos que cuestan miles de dólares, lo que nos dice que esos delincuentes circunstanciales no son muy pobres que digamos.
¿Y qué hacen después del saqueo? Me imagino que si se les rompió el televisor o el que tiene es más antiguo, usan el botín en beneficio propio. Pero también pueden hacer lo mismo que los profesionales que se aparecen al otro día a venderlos en las ferias populares, etc., y convertirlos en dinero sonante para sus placeres individuales.
¿Pero qué sucede exactamente en sus cerebros, como para justificar sus actos delictuales, cuando no es habitual que lo hagan? No lo sé bien, deberían estudiar ese fenómeno con mayor profundidad.
Pero me imagino algunos elementos a tener en cuenta. Por ejemplo, el consumismo.
En nuestras sociedades se exacerba el consumismo, la gente vale más porque tiene más. Y eso se convierte en una enfermedad. “Tenemos que cambiar el auto porque la gente está viendo que se ha hecho viejo”, “hay que comprarse un celular de tal marca porque dicen que es el mejor y todo el mundo lo está adquiriendo”, “hay que cambiar los muebles del living porque son del año pasado”, “me compré esta tenida porque es de tal marca y tengo que lucirla en la fiesta de mañana”, “en vez de arreglar el piso y las paredes que se están cayendo, mejor gastamos el dinero en comprar un buen televisor y un equipo de audio” y así, mil frases más que reflejan esa enfermedad, porque se endeudan hasta el cogote para alcanzar esas metas estúpidas.
A eso le añadimos el exitismo que nos inculcan de niño. La competitividad. Nos forman para que siempre estemos compitiendo y para ganarles a todos. Ya a los colegios no les interesa la formación integral de sus estudiantes, sólo les importa que saquen buenas notas en la prueba de actitud (para entrar a la universidad) y así conseguir más padres que quieran matricular a sus hijos ahí. Es mejor estudiar carreras donde después se gana mucho dinero, sin importar si existe vocación o no. Y la educación pública por el subsuelo.
Nos forman para que seamos clasistas. Para que discriminemos. Sin que desarrollemos la solidaridad, la empatía, la sensibilidad social, etc.; es decir, puro y duro individualismo.
Les enseñamos a los niños evadir impuestos, a evadir pagos del transporte, a comprar productos piratas, etc., etc. y después los regañamos porque dicen mentiras.
Para mí, todo lo dicho hasta aquí, y más, es la base del por qué ha bajado tan fácilmente el nivel ético en estos tiempos, ese mismo nivel ético que hace que se produzcan los saqueaos sin cargos de conciencia.
Entonces, enlazo esto con la primera parte cuando hablé de “Los indignados”. Muchos estamos muy molestos por las injusticas sociales, obvio, pues debemos tener claro que estos antivalores ayudan bastante a ese malestar por como se está viviendo.
Seguro estoy de que estas deformaciones están en la lista de pedido y exigencias en estas protestas. Por lo menos están en las mías y en la de una pila de gente que conozco.
Por lo tanto, la solución es cambiar de verdad, eliminando todas esos lastres. Pero una medida para mejorar es que suban los sueldos, claro, y esa y otras medidas similares deben aplicarse con urgencia. Pero otras medidas para curar, para cambiar la sociedad, serán a mediano y a largo plazo. Porque para ello se necesita un vuelco muy positivo en la educación, por ejemplo. Esa es la base, invertir en educación y no sólo dinero.
Sólo así podemos pensar que un día veremos abiertos y sin guardias los supermercados y no los saquearemos, si no tenemos extrema y real necesidad.
Sólo así podemos luchar contra los violentistas, porque les costará más trabajo manipularnos, lavarnos el cerebro.
Sólo así votaremos por políticos decentes e íntegros. No pienso que se logre el 100%, del pedido, pero hay que ser optimista. Claro, si las autoridades y los poderosos siguen actuando como hasta ahora y no cambian su mentalidad, seguiremos al debe con la calidad de vida y entonces tampoco la educación sería la solución completa, aunque se mejoraría mucho, sin dudas.
Y por favor, recuerde que cuando digo educación, no me refiero a instrucción.
Conclusión de los tres capítulos:
* Muchos indignados en protestas pacíficas y eso es fantástico, excelente. Apoyemos todo ese clamor social.
* Pocos violentistas-terroristas, pero astutos, organizados y eficientes. Buscar cómo acabar con ellos, porque son dañinos, muy dañinos. Gente mala.
* Más saqueadores de los que hubiésemos querido. Son producto de carencias valóricas, de cómo estamos viviendo y formando a nuestros hijos.
* Hay que cambiar el rumbo y perfeccionar nuestra democracia, nuestra sociedad, para lograr que todos tengamos la mayor calidad de vida posible.
* Con medidas a corto, mediano y largo plazo podemos triunfar. Y no olvidar lo bastante que hemos logrado como país (porque mucha gente en estos momentos ve todo malo y no es así. Hemos conseguido cosas importantes. No partimos de cero).
* Cuidado con los populismos. Vendrán políticos de izquierda y de derecha diciéndonos que tiene la solución mágica para resolver los problemas en pocos días. Falso. Solo quieren llegar al poder engañándonos, porque ninguna solución es de corto plazo. Sólo se necesita que nunca se dejen de tomar medidas y no quitar el pie del acelerador de dichas medidas.
* No reelegir a políticos que hayan demostrado incompetencia, que hayan cometido corrupción, que se hayan alejado de la ciudadanía. No más, por favor. Y menos elegir a los de extrema derecha o de extrema izquierda.
* Es fundamental que nos escuchemos entre todos, que nos liberemos del odio, que nos unamos, que haya paz y respeto, que seamos tolerantes e inclusivos, que recuperemos la confianza entre nosotros, entre las instituciones.
* Que valoremos la democracia. Jamás a las dictaduras de derecha o de izquierda.
Dije al inicio que aún estaba excitado. Sí, porque fui testigo de la marcha más grande en la Historia de Chile. Hoy 25 de octubre de 2019, más de un millón y medio de personas. Viejos, mujeres, niños, jóvenes, todos unidos, cantando, bailando, caminando pacíficamente. Primera vez en mi vida que veo una movilización espontánea tan grande. Palabra de honor que me emocioné. Fue la mejor respuesta que pudo dar el pueblo de Chile. Con esa gigantesca marcha, golpeamos a los violentistas que pensaban que podía acabar con la democracia. Golpeamos a los políticos corruptos e ineficientes. Golpeamos a los abusivos poderosos. Porque los violentistas-terroristas antisistémicos, los políticos desprestigiados y los poderosos hijos de p., ahora tendrán miedo. ¿Sucede una colusión? A la calle de nuevo. Salen libres los delincuentes de la calle y los de cuello y corbata? A la calle de nuevo. ¿Roban los corruptos? A la calle de nuevo. ¿Destruyen el Instituto Nacional los terroristas? A la calle de nuevo. ¿Se violan los derechos humanos impunemente? A la calle de nuevo. ¿Tráfico de influencias? A la calle de nuevo. ¿No crean leyes para mejorar la calidad de vida de todos? A la calle de nuevo. Chile ya tiene cómo defenderse. Fue muy esperanzador ver esa masa humana desfilar tan pacíficamente y ver los pocos y débiles disturbios que provocaron los violentistas. Esa imagen espero que recorra todo el mundo. Estoy orgulloso de ser chileno. Espero no defraudarme.
Porque ahora hay que ser fuerte para rechazar a los políticos que se van a querer subir al carro del triunfo. Y muchos dirán que ellos fueron los que hicieron “despertar” a los chilenos.
Y esos cerebro tenebrosos en las sombras tratarán de que sigan las movilizaciones, pero dirigidas a satisfacer sus objetivos políticos.
No es fácil, pero hay que decirles a esos políticos que la Gran Marcha Pacífica del 25 de octubre no defendía ningún color político. Ojalá nos mantengamos firmes.
Esta ha sido mi humilde opinión sobre los disturbios en Chile. Espero que mis amigos en el exterior hayan entendido aunque sea un poco, porque sabemos que los medios (TV y redes sociales sobre todo), desinforman bastante.
Como digo siempre, no significa que yo tenga la verdad ni mucho menos. Si alguien aporta y me convence de otra cosa, o me hace ver desde otro ángulo o me enseña otra manera de analizar todo esto, yo feliz de cambiar mi opinión.
Y recuerdo lo siguiente otra vez: si no estás de acuerdo conmigo y me lo quieres decir, hazlo. Sólo pido que comentes con respeto, sin descalificar, sin vulgaridades y menos con violencia.







