Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo

Regresamos de la fiesta de cumpleaños de mi nieta Antonia. Llego a la casa y me quedo pensando en la caprichosa vida. Un día como hoy no solo nació mi nieta, sino que también nos dejó mi coterráneo (matancero como yo), el humorista, fotógrafo, escritor y sobre todo gran amigo Betán, con el cual escribimos los libros para niños y jovencitos: El chupacabras de Pirque; En las garras de Los Mataperros, El secreto de la Cueva Negra, El enigma del huevo verde y La maldición del Nariztócrata. ¡Cuántos más no hubiéramos creado si no se hubiera ido tan rápido, podría decir yo!

Sin embargo, hoy le dije a su viuda, también mi gran amiga y colega Miriam Alonso, que donde quiera que esté, estoy seguro de que Betán está disfrutando, feliz y satisfecho el éxito de sus libros. Porque en vez de lamentarme por no haber escrito más por su partida, debo ver el vaso medio lleno y celebrar así todos esos libros que logramos crear antes de que se fuera.

¡Los niños y niñas lectores en mi trabajo diario, todos preguntan por él, así que es imposible olvidarlo.
¡Te quiero siempre, hermano!

He escuchado muchas veces la frase “fulano(a) es (o fue) una persona muy consecuente. Y lo dicen como si fuera una virtud. No estoy muy seguro. Veamos.

Sor Teresa fue consecuente porque dedicó su vida a los pobres, como ella pensaba y sentía que debía hacer para llevar a cabo los objetivos que se propuso.

Hitler fue consecuente porque dedicó su vida a exterminar gente, como él pensaba y sentía que debía hacer para llevar a cabo los objetivos que se propuso.

Ambos fueron consecuentes. ¿Es una virtud entonces en los dos casos?

Las buenas personas, las que hacen el bien, pueden o no ser consecuentes. Los dictadores (de izquierda o de derecha), jefes de carteles de narcotráfico, o destripadores de Londres, etcétera, pueden o no ser consecuentes. Así que, hasta aquí, me parece que no es una virtud, ¿no es cierto?

Sin embargo, si alguien tiene un principio, un pensamiento firme sobre algo y no dice o hace algo al respecto, podríamos decir que no es consecuente y ahí, esa falta de consecuencia, podría ser un defecto.

O si alguien piensa y siente de cierta manera y dice y actúa de otra, es un inconsecuente y eso también es un defecto.

Por supuesto que uno puede cambiar de ideas. Si abre los ojos, si se da cuenta de que era un ignorante, un inocente, un manipulado o algo así y se pasa para otro bando, tenemos que aceptarlo (si no le hizo daño a nadie, claro). Pero para uno saberlo tiene que decir o actuar acorde con los nuevos pensamientos e ideas y ahí se convierte en consecuente. Pero no quiere decir, repito, que sea algo bueno, porque el cambio podría ser para algo malo, podría hacerle daño a otros.

Por ejemplo, si reflexiono en lo que está pasando en Chile. El peor ejemplo de inconsecuencia es el de los políticos de izquierda, que son capaces de pedirle dinero prestado al yerno de Pinochet para sus campañas. Porque si nos enteramos de que uno de extrema derecha, un pinochetista, hizo algo como eso, tan poco ético, no nos asombra. Tienen fama bien ganada. Pero que esos que se llenan la boca de tantas consignas y agitan tantas banderas de hombres nuevos, de igualdad, de derechos humanos, inclusión, etc., hacen eso -aunque lo han hecho muchas veces en la Historia de la Humanidad-, siempre lo encontramos imperdonable. Es que es repugnante ese defecto. ¡Porque le mendigaron plata a sus verdugos, señores! ¡Es algo inconcebible! Claro, también podríamos decir que son consecuentes (y no inconsecuentes), porque son oportunistas, corruptos, con faltas de moral y ética y bajo esos principios actúan, aunque sea a escondidas, hasta que los descubran. Así es.

Entonces, por mucho que le doy vueltas al asunto, veo que la consecuencia no es una virtud y la falta de ella puede ser un defecto, como lo es la inconsecuencia.

Si hay alguien de acuerdo que levante la mano.

Según mi modesta opinión, “patriota” es alguien que ama a su patria y se siente parte de ella, la defiende, etc. Y “patriotero” es alguien descarado y farsante y puede que ni sepa lo que es la patria y se hace el "comecandela", el que siente más, el que se sacrifica más y todo es mentira o por lo menos parcialmente. “Patriotero” es un término despectivo. Se le dice a alguien, por ejemplo, que grita que da la vida por la revolución, Fidel, la patria y por detrás lo que está es tratando de vivir de ese cuento. Puede ser una persona, pero también "un acto patriotero", es decir, algo que no era necesario hacer, que exageró esa persona o que captamos por sus actos que es un farsante.

Muchos (por no decir todos) los discursos de Fidel son patrioteros, porque en realidad lo que le interesa no es la patria sino estar en el poder nada más.

Patriotero son también los que mandan a la guerra a soldados por gusto, diciéndole que es para defender la patria y en realidad es para defender sus negocios (de petróleo, por ejemplo, como ya vivimos en una guerra que conocemos).

El patriota y el patriotero pueden ser de izquierda, de derecha, de centro o pensar en definitiva como les de la gana.

Yo no soy ni patriota ni patriotero. A mí la vida me enseñó que la patria es mi familia, mis amigos, mis seres queridos y que se puede vivir en el lugar que uno escoja. Me limpio con “mi tierra”, “mi bandera”, “mi himno”, “mi escudo”, etc.. Porque para mí la patria es un invento de los políticos y militares, para hacer lo que ellos quieren. Para mí es sinónimo de nacionalismo. No me gustan las fronteras.

Martí fue un patriota, Fidel un patriotero.

Y yo uno que no cree en la patria. Lo siento, pero defender mi patria (sea cual sea) y dar mi vida por ella como hizo Martí, es sacrificarme por asesinos, violadores, torturadores, traidores, pedófilos, narcos, chivatos y un largo etcétera, que son mis compatriotas también. ¿por qué daría mi vida por ellos? ¿Por qué daría mi vida por Cuba, cuando allá la mayoría vive sino contenta, por lo menos indiferente de vivir en una dictadura y ni se va del país ni lucha contra ella? Hay una minoría que no puede irse, que no puede luchar y otra minoría que aún cree en el idealismo del 59. Pero la gran mayoría ni siquiera se pregunta si vivir violándote los derechos humanos, tus libertades, con represión, censura, etc. es bueno o malo. Porque viven y aprendieron (les enseñaron) a sobrevivir. Y lo de ellos es “pan y circo” (algo para masticar hoy, veremos qué pasa mañana y bailar reguetón). Los Castros lo saben bien y eso es lo que le dan cada vez que pueden, cuando baja un poco “la moral”. Y hacen discursos patrioteros para despertarles la emoción patriótica a las masas, que se han creído durante 50 años que E.U. los va a invadir en cualquier momento y hay que defenderse del imperialismo y ahora, es tan obvio que se les acabó la teta de la URSS primero y de Venezuela después y para mantenerse en el poder se acercan al mismísimo enemigo de toda la vida (que no ha cambiado nunca) y ahora el discurso es que seamos amigos. A mí me da igual y ojalá todo se de bien para ambas partes, pero sacrificarme, repito, por esa mayoría que no se da cuenta de nada y si se da cuenta le da igual, y es manipulada. Sin contar, además, con agregarle esos seres “malos” (asesinos, chivatos, etc.) que ya nombré y que también son mis coterráneos. No, no puedo. Yo me quiero mucho.

Termino diciendo que todo eso que dije del pueblo cubano no es porque sean especiales, todos los pueblos del mundo son así, es parte del diseño humano.

Y el que no está de acuerdo conmigo, perfecto, no voy a discutir nada, todos tenemos derecho a pensar o a favor o en contra. Y mi interés no es convencer a nadie de que tengo la razón, ni quiero que nadie haga eso conmigo. Gracias mil.

Con tantas marchas,

ya nuestros estudiantes pueden decir

convencidos el viejo chistecito de

que estudiaron en la Universidad de la Calle.