Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo

Mi opinión: A 5 años de la partida de Daniel

unnamed_1.jpgDentro de dos días, el 21 de agosto, se conmemora un aniversario más de la partida de un grande del humor de todos los tiempos. Como sé que las redes se llenarán de homenajes, quiero hacerle el mío ahora, tranquilo, porque ese día será triste para mí, estoy seguro. Tuve la enorme suerte en mi vida de conocer en persona a uno de mis Ídolos en el humor, a uno de mis Maestros. Tuve la suerte de que viera mi trabajo. Pero tuve mucha más suerte de que llegara a ser uno de mis mejores amigos. De esos de verdad, de los que se cuentan lo bueno y lo malo de esta vida.
Imagínense lo que significó para mí ser íntimo amigo de un ídolo en mi carrera.
Ahora siento pena de nuevo.
Solo compartiré con ustedes, amigos míos, algo que me caló hondo y que sucedió hace 5 años y unos días.
Una mañana suena el teléfono y era él. Me dice que ya no puede seguir respondiéndome mis correos, que los últimos él se lo dictaba a su hija desde la cama para contestármelos y a continuación me cuenta cómo se resquebrajaba su salud. Me quedé congelado. Entendí que se estaba despidiendo. Fue muy fuerte. No lo podía creer. Como tengo por costumbre, evado los malos pensamientos para no sufrir antes de tiempo. Y aunque de vez en cuando me llegaban esas nubes oscuras a mi mente, no fue hasta el día 21 agosto del 2015 que se me produjo el total impacto emocional al enterarme de su muerte.
Estábamos en la Universidad de Córdova, en su querida Argentina precisamente, y acababa yo de exponer en un Seminario Internacional sobre Teoría del Humor en el que estaba invitado, cuando llegó la noticia. Interrumpí entonces la ponencia de una colega, les informé a los presentes de lo ocurrido y pedí un minuto de silencio. Pensé que era el mejor homenaje en ese instante, que se recordara su memoria, su legado, en el silencio de los estudiosos del humor, en el mismo campo donde él había pasado a la Historia.
Gracias, Daniel, por tu talento descomunal y tu extraordinario valor humano.
 
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Boletín Humor Sapiens de agosto / 2020

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Salió ya nuestro Boletín Humor Sapiens correspondiente al mes de agosto. Y además de Homenajes a humoristas, noticias, curiosidades, efemérides, hitos de la Historia del humor, etc., etc..  Pero eso no es todo. Hicimos lo mismo que pintar la casa, cambiar los muebles, comprar otros adornos y hasta ampliarla con nuevos espacios. Es decir, la remodelamos un poco. ¡Y pronto abriremos nuevas secciones!

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Pongo el grito en el cielo

ami_0.jpgPongo "el grito" en el cielo, porque me espantan, me horrorizan, me aterran, los seres humanos que ven que están repletas las terapias intensivas, que ven que muere la gente (da igual si son 100 o 1000) y sigan en su inconsciencia de no usar mascarillas, de no respetar las distancias sociales, no obedecer todas las medidas. A causa de esas irresponsabilidades y de las malas decisiones de ciertas autoridades, esta pandemia no termina. Ya se están viendo los rebrotes en varios lugares "normales".
No quisiera que esos irreflexivos e ignorantes muriesen ni mucho menos, pero sí que agarren el virus y pasen un susto.

 

Poesía humorística en habla hispana

ayo_0.jpgEn estos días se cumplen dos años del nacimiento del libro "Antología de la poesía humorística española", de la Editorial española Verbum. Entre los autores que ahí aparecen estamos mi gran amigo y colega Ruben Aguiar y yo con nuestro poema "Este cuento se acabó". Alguien que quiero mucho me dijo que, como marketing, pusiera al lado de la imagen del libro las fotos del Índice, con los nombres de los demás autores.

Me refiero a Arcipreste de Hita, Cervantes, Quevedo, Lope de Vega, Góngora, Campoamor, Valle-Inclán, Alberti, Jardiel Poncela, Machado, Samaniego y muchos más. No lo hago porque me da vergüenza, pero además, no se lo merecen. 

Amigos, yo estuve con ellos en una reunión y la mayoría me trató con miradas de envidia, así que ¡para mí están muertos!

Y sin pedirle permiso a Rubencito (sé que estará de acuerdo conmigo, porque él confía en mí, pero sobre todo porque ya lo hicimos una vez), les subo aquí nuestro poema, el mismo que se siente asustado entre las obras de esos monstruos de la poesía humorística en habla hispana.

ESTE CUENTO SE ACABÓ

Lo creas o no lo creas,
por oscuras o por claras
ocurren cosas muy raras
aunque tú nunca las veas.
No importa que no las leas,
da igual que nadie las cuente:
suceden... y de repente
el mundo, tan bien que iba,
se pone patas arriba
y ya todo es diferente.

Lo que te voy a contar
lo sé de primera mano.
Fue en un tiempo muy cercano
pero en remoto lugar.
Un pueblo sin ubicar
en ningún mapa o novela,
humilde como una abuela,
con un alcalde muy serio
y un parque y un cementerio
y una iglesia y una escuela.
Y justo en la escuela fue,
en un patio tan pequeño
que si te venía el sueño
tenias que dormir de pie.
Oh, eso es broma; pero sé
que lo que allí sucedió
fue tan tremendo que no
se volverá a repetir
y nunca lo vas a oír
si no te lo cuento yo.

Era un día que auguraban
rutinario hasta el mareo.
Dos chicas en el recreo
unas selfies se tomaban.
Ante su tablet posaban
burlonas y distraídas
Cuando de pronto, salidas
del artilugio, escucharon
unas risas que dejaron
a ambas chicas sorprendidas.

Y escucharon asombradas,
avanzando poco a poco
de un sonreír de sofoco
a risas descontroladas.
Reír de duendes y de hadas,
tan lejos y tan cercano,
puro reír, puro y sano,
perfección desconocida,
una risa no reída
jamás por un ser humano.

Fue entonces que, de repente,
las amigas no podían
parar de reír... Reían,
reían continuamente.
Sus amigos, simplemente,
al verlas reír, rieron
sin saber ni cuales fueron
las causas, sin qué decir,
sólo pudieron reír
de tanta risa que vieron.

Así, en menos de una hora
ya reía, contagiado
en pleno, el profesorado
y la grave directora.
Incluso la profesora
de Compostura Aplicada
debido a una carcajada
que no pudo controlar
se le enganchó en el collar
la punta de la papada.

Allí la risa fue tal
que en unos pocos instantes
supieron que nunca antes
lo habían pasado igual.
Ni tras el turno final
de clases enmudecieron.
Y cuando a casa volvieron
entre enormes risotadas
sus familias, contagiadas
toda la noche ¡RIERON!

Cuentan que, de tanta risa,
un pariente se orinó
y a otro se le cayó
la dentadura postiza.
Que alguien manchó su camisa
con lágrimas de los ojos.
De otros saltaban los piojos
por el reír sacudidos.
Hasta quedarse dormidos
todos con los dientes flojos.

Fue sólo mientras dormían
que se dejó de escuchar
la risa en aquel lugar.
Pero, aunque ya no reían,
dicen que todos tenían
la cara muy relajada
y poco disimulada
debajo de la nariz
una sonrisa feliz
dulcemente dibujada.

Cuando alumbró la mañana
el sol con su primer rayo
en vez de cantar, el gallo
se rió de buena gana.
Una alegría temprana
sobre el pueblo se expandió
cuando todo el que rió
ayer también hoy reía
y a todo aquel que lo oía
de risas contaminó.

Tal y como se desborda
un manso río crecido
inundó al pueblo el rugido
de una risa Grande y Gorda.
Pero no una risa sorda
o desfachatada, no
de carcajadas, sino
otra que ya se verá...
muy poco de ja ja ja
y nada de jo jo jo.

Daba igual la situación:
en la calle, en los mercados,
en chancletas, castigados
leyendo esta narración,
reían sin excepción
secretarias de oficina,
filósofos de cantina,
policías prisioneros,
sindicatos sin obreros,
superhéroes con inquina,
nuevos pobres, viejos ricos,
mafiosos insobornables
políticos y tachables,
bailarinas y musícos
(perdónenme los critícos
de la Academia Española
si la rima me obligola.)
Reían su mar de empeños
bajo una ola de sueños...
la risa sobre la ola.

Como la lluvia al caer
refresca fértil el monte,
transparenta el horizonte,
borra lo sucio de ayer,
la risa tiene el poder
de poner luz en lo oscuro,
hacer blando de lo duro,
combinar sal y dulzura,
es lluvia de olvido y cura
de insensatez el futuro.

Y por ello el pueblo entero
desde unas risas enormes
se olvidó de los informes,
las proclamas, el dinero,
de la palabra extranjero,
los proyectos malogrados,
de los malintencionados
discursos, las dictaduras,
las intenciones oscuras,
los concursos amañados,
los idiomas, sus barreras,
el temor a envejecer,
las miserias del poder,
las caricias traicioneras,
de las crisis financieras,
las promesas incumplidas,
las ilusiones perdidas,
los intereses mezquinos,
las riñas entre vecinos,
las familias divididas...

Y cambiaron muchas cosas...
Ya no le echaba el lechero
agua a la leche. El trampero
no hacía trampas maliciosas.
Ahora las viejas chismosas,
ya sin lenguas viperinas,
no cuchicheaban dañinas
en su diario cotorreo
sobre qué hacía Morfeo
abrazando a sus vecinas.

Ahora de reírme tán
se me traba la memó
trato de contar la histó
y sin querer me atragán
Tras la risa viene el llán
se dice, pero esta rí
cambia todo tan de prí
que en pequeños y mayó
en señoras y señó
la maldad se paralí…

De noche, cuando las brujas
y los fantasmas salían
a meter miedo, sentían
frustración, como burbujas
si las pinchas con agujas,
con las escobas dobladas,
las sábanas estrujadas
y ganas de reventar:
porque en lugar de asustar
provocaban carcajadas.

Todo rasgo de maldad,
todo gesto de egoísmo
desapareció, lo mismo
que el odio y la soledad.
La risa puso bondad
en las almas que reían.
Y ya nunca más serían
en el pueblo indiferentes
a las penas de otras gentes.
Los viejos tiempos morían.

Pero eso no fue el final.
Resulta que en ese instante
partía un circo ambulante
de gira a la Capital.
Y la risa partió igual
junto con la comitiva:
un payaso, una atractiva
bacteria, un tragacamiones,
un domador de melones,
un catador de saliva,
el perro del hortelano,
un escorpión buenagente
un murciélago vidente,
un escipión africano,
una vaca comepiano,
un detector de vejigas,
veinticuatromil hormigas,
un virus estomacal,
una verruga imperial
y un bicho con dos barrigas.

Llegaron de madrugada...
riendo… y sin descansar
decidieron levantar
la enorme carpa y la grada.
La pista quedó montada
ya a punto de anochecer.
Se aprestaban a ofrecer
¡una función nunca vista!
¡Todo vendido! ¡En la pista
no cabía un alfiler!!

Y aunque aquel circo no fuera
ni famoso ni gigante,
un circo es siempre elegante
y es noticia dondequiera.
Y la Capital entera
supo que, aún con lleno pleno,
esa noche en el terreno
de una circense función
no hubo modo ni ocasión
de concretar el estreno.

Se supo de un incidente
al momento de empezar:
Un León fue a presentar
la Gran Función a la gente...
Saludó... mas, de repente,
¡en vez de rugir, rió!
y el público, que escuchó
risas en vez de rugido,
¡se rió con tanto ruido
que la carpa se cayó!

Se cuenta que hubo un intento
de reparar lo ocurrido:
el público dio un soplido
hacia arriba... ¡y al momento
la carpa se abrió!.. (Yo cuento
lo que cuentan por ahí…
Ya ni sé si lo creí,
si fue cierto o lo inventé...
sólo supe y sólo sé
¡lo mucho que me reí!)

El público que asistía
no paraba de reír
y ávido de compartir
por Facebook Live transmitía.
Lo que en el circo ocurría
invadió la red social,
Instagram, cada Canal
de Youtube, Whatsapp completa...
De pronto en todo el Planeta
la Risa se hizo Viral.

Sabidos y sin saber,
con razones y sin ellas,
Internetllos e Internetllas
riendo a más no poder
se lanzaron a leer
el Twitter del Presidente:
“PARA TODO SER RIENTE
ALERTA ¡RISA MUNDIAL!
SUSCRÍBASE A MI CANAL
Y KUÍDESE KADA DIENTE”

Se creó una comisión
de Académicos y Sabios
Peritos Antirresabios
para estudiar la cuestión.
Fue pronta la conclusión
del Ilustre Tribunal:
“Ser or not Ser es igual
a Reír or not Reír:
¡Conseguimos descubrir
la Risa Filosofal!”

Y tanto convulsionaba
el Planeta con la risa
que hasta un ovni, que sin prisa
cerca de allí merodeaba,
se estremeció. No lograba
el piloto extraterrestre
comprender. Y la celeste
tripulación al partir
decidió “Habrá que abducir,
nos cueste lo que nos cueste”

Mientras esto sucedía,
abajo, dando traspiés,
con el sombrero al revés
un borracho se reía.
No escuchaba, no veía
y no se enteró siquiera
cuando bajó una manguera
del cielo y lo succionó
y al platillo lo subió
sin preguntar ni quién era.

Y sucedió que en la nave
al completar la abducción
la intrusa tripulación
se contagió con la grave,
natural, constante, suave
risa que aquel ciudadano
de aquel planeta lejano,
en aquel justo momento,
con aquel encantamiento
reía como un enano.
Tras el trance divertido
de acabar, en su pesquisa,
abducidos por la risa
de quien habían abducido,
rumbo a lo desconocido
del espacio sideral
partió la interestelar
nave de aliens fisgoneros
mutados en misioneros
hacia un destino especial.

Con diez antenas por banda,
risa en popa, a toda mecha,
un ovni como una flecha
por el firmamento anda.
Lleva un tesoro que agranda
el tesoro de vivir.
Y en risueño ir y venir
riega, derrama, propone
la risa al cosmos y pone
todo el cosmos a reír.

La risa inundó planetas,
galaxias y nebulosas,
estrellas voluminosas,
constelaciones, cometas,
agujeros negros, grietas
de tiempo, astros, meteoritos,
luceros, uranolitos,
satélites, planetoides,
soles, lunas, asteroides,
multiversos inauditos…

Cada habitante que en cada
planeta la recibía
entregado sucumbía
en mágica risotada.
La risa desparramada
todo el espacio inundó.
Toda enfermedad curó.
Puso paz donde había guerra...
Y entonces llegó a la Tierra
donde vivimos tú y yo.

La risa para llegar
no tuvo prisa ninguna.
Mirando desde la Luna
tramaba dónde brotar…
¿Dónde? Pues ponte a pensar…
¡Un pueblito de novela
humilde como una abuela,
con un alcalde muy serio
y un parque y un cementerio
y una iglesia y una escuela!

Justo la escuela eligió:
al ver dos chicas posando
y ante una tablet muequeando
la Risa misma rió.
Por la tablet se coló
su reír poco a poquito…
Y ya saben... del pueblito
al circo, a la capital,
al borracho, a la espacial
nave… y hasta el infinito.

Así como la serpiente
se muerde su propia cola,
retorna a la mar la ola
y vuelve el agua a la fuente,
ya la risa eternamente
retorna en ciclo a su gloria.
No es de un fallo en la memoria
ni es de reír sin parar
que no haya modo de hallar
dónde comenzó esta historia.

Risa es dúo, es amistad,
es yunta, pareja, manos,
es dos, es tres, es hermanos,
es el todo y la mitad,
es compañía, ciudad,
orillas, labios, soporte,
es tú y yo, nosotros, norte
y sur, controversia, pies,
es alas, espejo, y es
que te quieran y te importe.

Más, contarlo es otra cosa.
Aún más contarlo en un verso.
La Risa es un Universo
que en Universos retoza.
Se hizo este cuento sin prosa.
Único cuento que no
acaba ni comenzó
porque es de seguir riendo
pues no termina diciendo
“Este cuento se acabó”.

 

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No. 196

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Si a menudo pierdo el tiempo, pierdo los estribos, pierdo la paciencia,

pierdo las esperanzas y pierdo el interés,

¿soy un descuidado y distraído, o soy un perdedor?

 

Por la razón y no por la fuerza

unnamed_0.jpgHay cosas en el ser humano que no entiendo. O mejor dicho, que me asombran mucho. Por ejemplo, aunque sea fanático del Barcelona, si veo un partido donde el Real Madrid juega de forma excelente, ¿por qué no admitirlo? ¿Por qué no felicitar a ese equipo?
Donde más sucede eso es en política. Si soy de izquierda y veo algo bueno que hace la derecha, ¿por qué no reconocerlo? Y viceversa, claro.

Pues cada día veo aumentar esas posiciones radicales, fundamentalistas, fanáticas. Si “X” piensa distinto a mí, es mi enemigo a muerte. Y aunque ayude a pasar la calle a una ancianita, lo critico por algo, por lo que sea.
Si ese “X” dice algo, enseguida hay que salir a humillarlo, a demolerlo, a descalificarlo, y sin dejarlo que se defienda, por supuesto.
Insisto, lo veo en todos los colores políticos.
Y si “Y” es amigo de mi enemigo, entonces “Y” se convierte en lo peor de lo peor. Y si “Y” es enemigo de mi enemigo, entonces “Y” se convierte en mi amigo, aunque sea el ser humano más despreciable del mundo.
Es como si involucionáramos día a día. Ya no se debate, se ataca, se descalifica, se humilla.
Estas hordas político-ideológicas funcionan como extremistas religiosos, con una fe enfermiza. Con el eslogan “Con lo que pensamos, todo. Contra lo que pensamos, nada”. Frase que me da escalofríos al reconocerla.
Son pensamientos fascistas, sean de derecha o de izquierda.
Ah, y por favor, amigos, aléjense de las redes sociales donde se hable de estos temas. Ahí florece lo más repugnante del ser humano.
Y algo más doloroso: sigue creciendo la intolerancia, la ceguera, el fanatismo, sobre todo en los que aceptan la violencia como un medio que justifica el fin.
Y algo muy atemorizante: esos fanáticos se especializan en lavar cerebros, en manipular a los ignorantes, conformistas, indecisos y pasivos. Se especializan en el arte del discurso emotivo, en el canto de sirenas. Y de repente vemos hasta intelectuales (que descubrimos ahí que son seudos), esgrimiendo argumentos increíbles para apoyar a los irracionales.
Y en general, todos quieren imponerse a la fuerza y no por la razón.
No salgo del asombro, decía, porque no entiendo cómo hemos caído y seguimos cayendo tan bajo.
Ojo: no quiero que tomen lo que digo como una verdad absoluta. Cuestiónenme. Y con respeto, decencia y tolerancia debatan conmigo.
Y si están de acuerdo con esta reflexión, hagan que les llegue a su entorno, a ver si con este granito de arena comenzamos a ganar terreno antes de que sea tarde.

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"Mientras más conozco al Hombre, más quiero a mi perro"

aaaaaaa1.jpgEsta tan utilizada frase achacada a Diógenes, a Carlo Magno, a Lord Byron y hasta a Hitler, la escogí para titular esta reflexión, no por identificarme con ella, aunque a veces…
Amigos, hay algunos seres humanos que afirman, muy convencidos, de que no existió el Holocausto. Otros aseguran, y hasta con “pruebas”, que La Tierra es plana. Y la lista es larga: los que a cada rato anuncian que tal día se acaba el mundo; los que creen que los aterrizajes en la Luna fueron simulados; los que defienden la teoría de que Beyoncé, Paul McCartney y Avril Lavigne fueron reemplazados por clones, los que piensan que hay contacto fluido con alienígenas, los que dicen que un grupo sombrío llamado Illuminati controla el mundo, etc., etc.

En política sucede lo mismo. Y surgen de todos los colores ideológicos. Por ejemplo, en Estados Unidos muchos demócratas creen que Bush derribó las Torres Gemelas y muchos republicanos creen que Obama falsificó su certificado de nacimiento.
En fin, “hay de todo como en botica” y “de todo hay en la Viña del Señor”, expresiones españolas surgidas en el siglo XVII, para seguir citando frases famosas.
Pero, ¿por qué necesitan los humanos inventar tantas teorías falsas y locas?
No soy psicólogo, pero me vienen a la mente algunas alternativas. Por ejemplo, muchas personas asumen que cuando algo sucede, sucede porque alguien o algo lo hizo por una razón; o si vemos algunas coincidencias en torno a un evento, es fácil hilvanar una teoría conspirativa, sobre todo si la simplifico definiendo "buenos" y "malos", siendo los “malos” responsables de todas las cosas que no nos gustan. Así me imagino que empieza todo en la mente de esos terrícolas. Satisfaciendo necesidades básicas.
El asunto es que estamos viviendo otra conspiración en estos días, la cual me jode bastante.
Desde el inicio de esta pandemia hemos sido testigos de gente que ha dicho, (como el sr. Miguel Bosé) o dice aún, que el virus no existe. Otros esgrimen complots como que el virus lo creó la izquierda internacional o lo creó la derecha internacional. Y otros “están en la onda” de que no es tan grave la pandemia, que las cifras se inflan para lucrar, que otros virus y enfermedades son más dañinos que el COVID-19, etc.. Amigos, ¿quién duda que algunos individuos traten de ganar dinero con esta desgracia? Pero de ahí a que sea eso una razón para ignorar esta tragedia que estamos viviendo y no cuidarse, es demasiado.
Todo esto me jode, repito, porque están jugando con nuestras vidas al no hacerles caso a las medidas necesarias para no contagiarse. Son gente inconscientes y algunos son asesinos involuntarios al ponernos en peligro a nosotros, los de mayor riesgo.
Y lo peor, vemos autoridades de izquierda y de derecha que no hacen nada, o sabotean las medidas de control, o esconden cifras de fallecidos, o liberan con facilidad las medidas restrictivas, ya sea por intereses económicos o por mantenerse en el poder. ¡Increíble!
En Chile, vemos como siguen organizándose fiestas clandestinas, o reuniones religiosas, o vemos grupos en marchas de protesta, o se repletan las ferias con personas sin mascarillas y sin respetar el distanciamiento social, o arrestan a cientos en la calle sin permiso en plena cuarentena o en toque de queda. Así, el coronavirus se instalará con nosotros, como esos parientes que vienen de visita por un fin de semana y se quedan por un año.
Y en el mundo pasan cosas parecidas. Ya comienzan los rebrotes en algunos sitios donde los gobiernos han “normalizados” temprano la vida.
En resumen, el que no se da cuenta de la dimensión de lo que está sucediendo, es muy inocente o es muy tarado. “No hay peor ciego que el que no quiera ver”, dicho popular dicen unos, o achacado a Jesús en el Nuevo Testamento.
Y termino como empecé, con otra frase, esta vez del filósofo Confucio (551 -478 a. C.), natural del país donde nació el mortal virus y que se la dedico a esos seres humanos insensatos: “Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, entonces estás peor que antes”.

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Libro que recomiendo: "Mitología de mentirijillas"

aaaa1.jpgEnrique Gallud Jardiel (Valencia, 1958), es un humorista excepcional. Lo definí en una entrevista como “La culturización del humor”. Quizás sea porque es Doctor en Filología Hispánica. El caso es que ha publicado ¡¡más de doscientos libros!! Y su producción humorística gira alrededor de la Historia, las Artes, la Filosofía, la Filología, etc..
No sé si sabes ustedes, amigos de esta parte del mundo, que es nieto del gran humorista español Enrique Jardiel Poncela, uno de mis ídolos.
Pues Enrique en esta ocasión ha lanzado el libro “Mitología de mentirijllas” con la editorial Glyphos.
Él sabes que soy su fiel admirador y seguidor, así que no es nuevo que confiese que río y disfruto extraordinariamente con su obra.
Con este libro me sucedió igual.

Por ejemplo, miren cómo cuenta Enrique el octavo trabajo de Hércules:
“Las Yeguas de Diomedes eran unos seres carnívoros y con más hambre que el perro de un ciego. Se supone que eran solamente de cuatro, pero Hércules aseguró que no bajaban de veinte, para que la hazaña de robarlas tuviera más mérito.
Como fuere, Diomedes tenía encadenadas a las yeguas y las alimentaba con carne de prisioneros políticos y de visitas inoportunas. Heracles se presentó allí un jueves por la mañana a primera hora, mató sin compasión a Diomedes y arrojó su cadáver a las yeguas, que lo devoraron enterito. Pero fuere porque Diomedes estuviera en malas condiciones o por cualquiera otra causa desconocida, el caso es que aquella comida le sentó tan mal aquellos pobres animalitos que se hicieron vegetarianos para los restos y nunca más volvieron a probar la carne humana ni ninguna otra carne. (Como las yeguas se volvieron mansas, al cabo de unos años y viviendo ya en el monte Olimpo, fueron otras fieras las que se las comieron a ellas. No se puede ser bueno en esta vida.)”
Le estoy muy agradecido a Enrique por enviarme su nuevo libro. Es un privilegio tenerlo de amigo.
Cada vez que hablo o escribo públicamente de él o de su obra, siempre menciono lo que hemos hecho juntos en el humor, porque para mí es un orgullo.
Escribimos juntos el libro “La Ridícula Historia Universal”, también fue el gestor de que la editorial madrileña Verbum me publicara mi “Breve diccionario del humor” y en su “Antología de la Poesía Humorística española”, tengo el honor de aparecer ahí (con mi yunta Rubencito). Y además, lo he entrevistado dos veces para Humor Sapiens.
En fin, que recomiendo este nuevo libro sin lugar a dudas. No diría que “a ojos cerrados”, porque hay que tenerlos bien abiertos para leerlo y disfrutar de las sutilezas y matices de su humor; pero sí diría que pocas veces usted gastará su dinerillo en algo tan provechoso, como en este caso.

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