Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo
"Mientras más conozco al Hombre, más quiero a mi perro"
Esta tan utilizada frase achacada a Diógenes, a Carlo Magno, a Lord Byron y hasta a Hitler, la escogí para titular esta reflexión, no por identificarme con ella, aunque a veces…
Amigos, hay algunos seres humanos que afirman, muy convencidos, de que no existió el Holocausto. Otros aseguran, y hasta con “pruebas”, que La Tierra es plana. Y la lista es larga: los que a cada rato anuncian que tal día se acaba el mundo; los que creen que los aterrizajes en la Luna fueron simulados; los que defienden la teoría de que Beyoncé, Paul McCartney y Avril Lavigne fueron reemplazados por clones, los que piensan que hay contacto fluido con alienígenas, los que dicen que un grupo sombrío llamado Illuminati controla el mundo, etc., etc.
En política sucede lo mismo. Y surgen de todos los colores ideológicos. Por ejemplo, en Estados Unidos muchos demócratas creen que Bush derribó las Torres Gemelas y muchos republicanos creen que Obama falsificó su certificado de nacimiento.
En fin, “hay de todo como en botica” y “de todo hay en la Viña del Señor”, expresiones españolas surgidas en el siglo XVII, para seguir citando frases famosas.
Pero, ¿por qué necesitan los humanos inventar tantas teorías falsas y locas?
No soy psicólogo, pero me vienen a la mente algunas alternativas. Por ejemplo, muchas personas asumen que cuando algo sucede, sucede porque alguien o algo lo hizo por una razón; o si vemos algunas coincidencias en torno a un evento, es fácil hilvanar una teoría conspirativa, sobre todo si la simplifico definiendo "buenos" y "malos", siendo los “malos” responsables de todas las cosas que no nos gustan. Así me imagino que empieza todo en la mente de esos terrícolas. Satisfaciendo necesidades básicas.
El asunto es que estamos viviendo otra conspiración en estos días, la cual me jode bastante.
Desde el inicio de esta pandemia hemos sido testigos de gente que ha dicho, (como el sr. Miguel Bosé) o dice aún, que el virus no existe. Otros esgrimen complots como que el virus lo creó la izquierda internacional o lo creó la derecha internacional. Y otros “están en la onda” de que no es tan grave la pandemia, que las cifras se inflan para lucrar, que otros virus y enfermedades son más dañinos que el COVID-19, etc.. Amigos, ¿quién duda que algunos individuos traten de ganar dinero con esta desgracia? Pero de ahí a que sea eso una razón para ignorar esta tragedia que estamos viviendo y no cuidarse, es demasiado.
Todo esto me jode, repito, porque están jugando con nuestras vidas al no hacerles caso a las medidas necesarias para no contagiarse. Son gente inconscientes y algunos son asesinos involuntarios al ponernos en peligro a nosotros, los de mayor riesgo.
Y lo peor, vemos autoridades de izquierda y de derecha que no hacen nada, o sabotean las medidas de control, o esconden cifras de fallecidos, o liberan con facilidad las medidas restrictivas, ya sea por intereses económicos o por mantenerse en el poder. ¡Increíble!
En Chile, vemos como siguen organizándose fiestas clandestinas, o reuniones religiosas, o vemos grupos en marchas de protesta, o se repletan las ferias con personas sin mascarillas y sin respetar el distanciamiento social, o arrestan a cientos en la calle sin permiso en plena cuarentena o en toque de queda. Así, el coronavirus se instalará con nosotros, como esos parientes que vienen de visita por un fin de semana y se quedan por un año.
Y en el mundo pasan cosas parecidas. Ya comienzan los rebrotes en algunos sitios donde los gobiernos han “normalizados” temprano la vida.
En resumen, el que no se da cuenta de la dimensión de lo que está sucediendo, es muy inocente o es muy tarado. “No hay peor ciego que el que no quiera ver”, dicho popular dicen unos, o achacado a Jesús en el Nuevo Testamento.
Y termino como empecé, con otra frase, esta vez del filósofo Confucio (551 -478 a. C.), natural del país donde nació el mortal virus y que se la dedico a esos seres humanos insensatos: “Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, entonces estás peor que antes”.
Libro que recomiendo: "Mitología de mentirijillas"
Enrique Gallud Jardiel (Valencia, 1958), es un humorista excepcional. Lo definí en una entrevista como “La culturización del humor”. Quizás sea porque es Doctor en Filología Hispánica. El caso es que ha publicado ¡¡más de doscientos libros!! Y su producción humorística gira alrededor de la Historia, las Artes, la Filosofía, la Filología, etc..
No sé si sabes ustedes, amigos de esta parte del mundo, que es nieto del gran humorista español Enrique Jardiel Poncela, uno de mis ídolos.
Pues Enrique en esta ocasión ha lanzado el libro “Mitología de mentirijllas” con la editorial Glyphos.
Él sabes que soy su fiel admirador y seguidor, así que no es nuevo que confiese que río y disfruto extraordinariamente con su obra.
Con este libro me sucedió igual.
Por ejemplo, miren cómo cuenta Enrique el octavo trabajo de Hércules:
“Las Yeguas de Diomedes eran unos seres carnívoros y con más hambre que el perro de un ciego. Se supone que eran solamente de cuatro, pero Hércules aseguró que no bajaban de veinte, para que la hazaña de robarlas tuviera más mérito.
Como fuere, Diomedes tenía encadenadas a las yeguas y las alimentaba con carne de prisioneros políticos y de visitas inoportunas. Heracles se presentó allí un jueves por la mañana a primera hora, mató sin compasión a Diomedes y arrojó su cadáver a las yeguas, que lo devoraron enterito. Pero fuere porque Diomedes estuviera en malas condiciones o por cualquiera otra causa desconocida, el caso es que aquella comida le sentó tan mal aquellos pobres animalitos que se hicieron vegetarianos para los restos y nunca más volvieron a probar la carne humana ni ninguna otra carne. (Como las yeguas se volvieron mansas, al cabo de unos años y viviendo ya en el monte Olimpo, fueron otras fieras las que se las comieron a ellas. No se puede ser bueno en esta vida.)”
Le estoy muy agradecido a Enrique por enviarme su nuevo libro. Es un privilegio tenerlo de amigo.
Cada vez que hablo o escribo públicamente de él o de su obra, siempre menciono lo que hemos hecho juntos en el humor, porque para mí es un orgullo.
Escribimos juntos el libro “La Ridícula Historia Universal”, también fue el gestor de que la editorial madrileña Verbum me publicara mi “Breve diccionario del humor” y en su “Antología de la Poesía Humorística española”, tengo el honor de aparecer ahí (con mi yunta Rubencito). Y además, lo he entrevistado dos veces para Humor Sapiens.
En fin, que recomiendo este nuevo libro sin lugar a dudas. No diría que “a ojos cerrados”, porque hay que tenerlos bien abiertos para leerlo y disfrutar de las sutilezas y matices de su humor; pero sí diría que pocas veces usted gastará su dinerillo en algo tan provechoso, como en este caso.
Humor de vida o muerte II
Tres epigramas para reírnos de la vida y tres epitafios para reírnos de la muerte. Pero sin escarnio, sin sacrilegio.
EPIGRAMAS
1
Si sube el precio del agua y la luz,
cuidado, se acerca tu waterlú.
2
De un poderosísimo Bank me expulsaron
y tar-jeta non grata me declararon.
3
Tanto por las leyes del comercio
como las de la condensación,
por mucho que le suban su precio,
siempre el hielo está en liquidación.
EPITAFIOS
I
Aquí yace Juan Baeza.
Su carácter lo mató.
Le cortaron la cabeza
a la altura de los codos,
y él se indignó de tal modo
que se dio un tiro y se ahorcó.
II
Aquí yace Garmendía
que fumó y fumó hasta un día.
III
En este penoso panteón
descansa un muerto de hambre.
(Le hicieron una transfusión
y la pagó con su sangre).
La pata coja de los artistas
Escogiendo las fotos de la Barcelona de Gaudí que visitamos el año pasado para subirlas a mis redes, me vino a la mente algo que se convirtió en reflexión y deseo compartirla ahora con ustedes.
Disfrutando al gran Gaudí en su Parque Güell, en La Pedrera, en la Sagrada Familia, etc., me pregunté “¿Y si este gran arquitecto no hubiera conseguido financiación para hacer esas “orgías mentales” que son sus obras? Pues no podríamos gozar ahora esas maravillas.
Por lo tanto, no basta con ser un genio, con tener un enorme talento, para materializar las ideas, ¿no es cierto? No invento el agua tibio con esto. Pero que sea obvio el asunto no significa que no haya que pensar sobre ello.
Pues de ahí pasé a recordar la cantidad de pintores, escritores, actores, músicos, bailarines, escultores, guionistas, cómicos, y otros artistas, que se ha perdido La Humanidad por no contar ellos con esa otra parte que se necesita.
Pensé en la cantidad de actores y realizadores que han existido y existen en Latinoamérica, por ejemplo, que no han triunfado como se debe porque no nacieron cerca de Hollywood. Yo no tengo dudas de que muchos de ellos hubieran desplazado por su gran talento a unas cuantas “celebridades” que conocemos.
Conozco a genios en el campo de la composición musical que son desconocidos, o casi, porque nunca han encontrado un representante, un productor. Grandes cantantes e instrumentistas que terminan sus vidas en las discretas noches bohemias, o presentándose para élites nocturnas, en vez de estar sus nombres en marquesinas de grandes Salas, o sonando en la radio, saliendo en la TV, etc.
Conozco escritores que merecen tener un mayor reconocimiento que el que poseen muchos autores de best sellers y tienen que estar soltando el hígado con tal de publicar una de sus genialidades. Y cuando tienen la suerte de lograrlo, por mediocridades, o burocracias, o intereses malsanos, el libro queda dentro de una caja en una bodega, porque no se promociona o distribuye bien.
Conozco a varios excelentes humoristas en el mismo caso. Se consumen en lugares pequeños, o tiene que cambiar su ingenioso humor por el vulgar, o la agresiva burla con tal de tener un trabajo. Y cuando no, terminan sus vidas en otro oficio u ocupación. Y eso sucede mucho también en los que van a vivir a otro país. Yo he tenido mucha suerte, pero sé de colegas que por su calidad creativa han merecido un mejor trato. Y no olvidar a la buena cantidad de humoristas gráficos que no pueden publicar sus obras, porque no tienen un nombre conocido. Y lo loco es que para tener un nombre famoso tienes que publicar primero, ¿no?
Por otro lado, los artistas no sabemos vendernos, en su mayoría. Lo sabemos. Esa parte es producto de otro tipo de talento.
Y ojo, no estoy pensando en el artista mediocre, el populista, el populachero, que está bien que exista en su ámbito para cubrir otras necesidades sociales, quizás. Pero es injusto que esos malos creadores tengan más y mejores reconocimientos y los realmente buenos, no. (Quién define qué es bueno o malo en un campo tan subjetivo como es el del arte, es tema para otra reflexión).
En fin, para que un artista trascienda debe tener talento de sobra, sin duda alguna; pero sin alguien que le tienda la mano, en cuanto a promoción y financiación, etc., jamás podrá concretar sus increíbles y “locas” ideas, como hizo Gaudí.
Humor de vida o muerte I
Tres epigramas para reírnos de la vida y tres epitafios para reírnos de la muerte. Pero sin escarnio, sin sacrilegio.
EPIGRAMAS
1
Sembrar unos metros de trigo
no quiere decir que sabes trigonometría.
2
En este papado, las monjas avanzan
convento a favor.
3
Hay quien cree que puede humillar
con hunmillar de dólares.
EPITAFIOS
I
No sé por qué piensas tú
que te odio tanto yo.
Yo sólo pienso que tú
debes estar donde yo.
II
Lo peor de mi cuerpo yace aquí,
porque en vida di lo mejor de mí.
III
No pise el huésped
Efecto Dunning-Kruger
Si una persona ignorante es peligrosa, peor es la ignorante y creída.
Hoy estuve leyendo sobre el efecto Dunning-Kruger.
David Dunning y Justin Kruger ganaron en el año 2000 el Premio Nobel por sus investigaciones sobre esta parte de la psicología.
Ellos se dieron cuenta de cómo abundan las personas que creen saber más de algo, cuando en realidad saben menos. Gente que no están conscientes de la cantidad de cosas que no saben, ni en las que se equivocan.
Sus investigaciones se basaron en ámbitos muy relacionados entre sí, como la gramática, el razonamiento lógico y el humor. Precisamente por el humor es que llego a este estudio.
Por experiencia, me he fijado tanto en ciertos públicos, como en ciertos humoristas (o supuestos humoristas) que tienen este efecto (o defecto, más bien).
No sabe usted cómo me duele ver a esos colegas pararse ante un micrófono o ante una cámara a mostrarle al resto de la Humanidad que él sí sabe de lo que habla, que hay que seguirlo, que su destino en esta vida es abrirles los ojos a todo el mundo incauto que no están a su altura.
Sin dudas, estos supuestos humoristas “padecen” el efecto Dunning-Kruger. Porque están convencidos de que todo lo que saben es lo que realmente hay que saber.
Y lo que realmente hacen –lo respalda esta investigación científica-, es convertirse en personas con pensamientos muy cerrados, que rechazan nuevos conocimientos e imponen ideas erróneas. En otras palabras, se creen liberales y en el fondo son muy conservadores.
Por ejemplo, es muy fácil decir en público que tal político es pésimo y recibir la risa y el aplauso fácil, porque sabemos que eso casi siempre es cierto. Y es muy fácil también decir una solución burda, o tonta, naif o absurda para resolver un problema social que existe de verdad. Y el público reirá y aplaudirá apoyando esa aparente buena o ingeniosa idea.
Pero esos humoristas son incapaces de estudiar a fondo los reales problemas, que son mil veces más complejos que lo que aparentan ser. Sin embargo, a esos colegas no se les puede decir nada, porque se creen dioses omnisapientes y jamás admitirán su ignorancia.
Y con los distintos públicos sucede igual. Para la mayoría un chiste es malo porque no le dio gracia a ellos. Pero no se preguntan por qué el mismo chiste hace reír a otra gente. ¿No significa entonces que debemos dudar de nuestro sentido del humor? ¡NO, ATRÁS SATANÁS!!! Casi nadie es capaz de admitir que no tiene sentido del humor, ni que su sentido del humor no está tan desarrollado. Muchos creemos que el humor que me hace reír es el único humor que existe, o que es el único realmente bueno. Según esas personas, los otros tipos de humor no valen la pena, es para gente… y ahí comienzan las descalificaciones para los que no consumen el humor que les gusta a ellos.
La investigación de estos dos laureados científicos también dieron resultados palpables al estudiar a gente con este efecto y que poseía poca comprensión lectora. Otro punto que me interesó, porque todo está relacionado como dije. Gente que no entiende lo que lee y comienza a opinar sobre el escrito como si supiera más que cualquiera del asunto.
Son patéticos. ¡Y cómo abundan!, repito.
Para eso el único antídoto es la humildad, pero escasea demasiado.
Las personas deben de estar conscientes que todos cometemos errores y que eso no es algo negativo. Los errores nos sirven para que se conviertan en aprendizajes y así tener menos probabilidades de equivocarte y seguir en lo mismo.
Hay que estar conscientes del efecto Dunning-Kruger y dejar siempre un espacio para la duda y para dar lugar, a admitir y abrirse, a diferentes maneras de pensar y hacer las cosas. Asimismo, siempre respetar a los demás y aunque estés muy seguro de tu opinión, no debes de intentar imponerla.
¿Por qué es tan difícil practicar eso? Que mis amigos psicólogos opinen (también mis "amigos Dunning-Kruger" que pasen por aquí).
Videolectura de "Dos posibilidades"
A todos los profesores de enseñanza básica (sobre todo a los que están impartiendo teleclases); a las bibliotecarias también y sin dudas, a los padres y demás adultos que están en contacto con niños.
En este video leo uno de los cuentos que aparecen en el libro "Cuentos de Ada". Se me ocurrió hacerlo porque un buen número de profes me escriben por tener ese libro en los Planes Lectores en sus centros educacionales. Espero que les guste a ustedes, pero -por supuesto-, principalmente a sus chicuelos. Suerte, éxitos y a seguir cuidándose!!