Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo

Conociendo y compartiendo con reconocido caricaturista brasileño

whatsapp_image_2024-07-09_at_07.42.25.jpegMi amigo y colega brasileño Cival Einstein me escribe para informarme que visitará Santiago de Chile, su amigo y coterráneo, Brito Silva, reconocido caricaturista e ilustrador.
Días después nos contactamos y a fin coincidimos para conocernos y compartir un café. Tuvo la amabilidad de hacerme una caricatura y regalármela enmarcada y yo, más humildemente, le regalé solo uno de mis libros.
Fue un encuentro estupendo, placentero, enriquecedor. Espero que se decida -a pesar del frío que le ha tocado vivir-, a venir a vivir a Chile con su simpático hijo que también conocimos.
Gracias, Cival, por darme la oportunidad de conocer a ese gran ser humano y caricaturista que es Brito.

Reseña del libro "John y Deep", por Ricardo Guzmán Wolffer

portadajoyd.jpgDE TEATRO Y HUMOR

De pie, sobre la estepa horizontal y tozuda, almácigo vivo de tradición pensante, un roble preñado de acervo universal, Pepe Pelayo, erudito conocedor del humor, escribe la obra de teatro “John y Deep”, autoclasificada como historieta, donde dos personajes se dedican a divagar sobre los más diversos temas sin que se dé el conocido conflicto aristotélico teatral. Debido a la falta de trama anunciada, mientras hacen la mímica relativa a que caminan a tantos lugares como sketches desarrollan, los personajes se divierten con chistes fonéticos, chistes derivados de la cultura popular hispana, chistes literarios, chistes semióticos y cualquier cantidad de divertimentos para cautivar al espectador y evitar que deje esta obra de teatro, en apariencia escrita sólo para lectura. Aunque no faltarán los empresarios teatrales temerarios y menos los públicos mártires de la dramaturgia experimental o del teatro del absurdo, improbables casilleros para acomodar a estos dos personajes autoparódicos.

Si el recorrido de los cuasihéroes caminantes nos da ecos de “Bouvard y Pecuchet” de Flaubert, por el dúo central, la forma en que está presentado el conflicto ausente de la trama, conlleva una peculiar derivación de obras de teatro importantes como “Las tentaciones de San Antonio” del mismo Flaubert, donde se hacen anotaciones escenográficas imposibles de realizar en la época en que escribió por la cantidad de personajes que se supone aparecen ante el público y la complejidad en la presentación de las distintas bestias míticas convertidas en personajes con diálogos. Quizás Flaubert, grande entre los grandes, tuvo una premonición sobre esta obra de Pelayo y escribe en “Las tentaciones”: “Los que poseen las bellezas de las apariencias pueden seducir. ¿Pero cómo se puede creer en los otros, que son abyectos y terribles?”

Las complicaciones escénicas son resueltas por Pelayo al colocar una pantalla de fondo, en la que se proyecta lo suficiente para suponer que los personajes van caminando por el bosque, o por la selva tropical, o por la montaña, o en un caudaloso río y muchos otros lugares. Si la obra de Pepe está totalmente referenciada a las caricaturas donde todo puede suceder (hace 50 años no existía el concepto de lo políticamente correcto ni el de la integración), la posibilidad de proyectar hasta pensamientos de los personajes es viable, pues se usan como parte de la trama los globos que suelen insertarse en las viñetas.

En la divagación de los personajes, el cielo es el límite: abiertamente juegan con el concepto de estar en el escenario sin rumbo alguno. Con lo cual, ya lo había dicho, juegan con palabras y conceptos. No quieren ser encasillados en teatro Dadá, “dada esa valoración” se aclara que no hay relación con Idi Amín Dada o con los vocablos similares de otras lenguas y llegan hasta los hermanos Marx para emular más de una escena en sus películas donde los cómicos sacan de sus ropas objetos con la misma pronunciación. Las influencias de Pelayo van brotando por referencia directa o copia estilística. Menciona a Pirandello, pero hace un homenaje a Gilbert y Sullivan, los creadores de la opereta cómica inglesa, en la parte de “Los piratas de Penzance” donde un general rima a ritmo frenético palabras con igual terminación fonética, en un verdadero reto al intérprete en turno para jalar aire sin soltar la rima musical, pues Pepe pone a John a hilar palabras con terminación similar. O se pitorrea de Serrat y su himno transgeneracional “Caminante no hay camino” al decir que, en realidad, “se hace camino al hablar” y hace bien Pelayo, pues el andar puede llevarnos a los bordes de la tierra plana y redonda para caer al vacío, mientras que la palabra, ya lo dijo la Biblia, es el génesis de todo. Especialmente cuando es una palabra descacharrante y reflexiva, de la que, incluso, hay que tomar dictado porque así “dicta el sentido común”. O luego se ría de Iglesias al decir que “el hombre tropieza siempre con la misma piedra”, lo que también resulta en la puntilla contra Serrat y sus incondicionales. Por si algún despistado no lo hubiera identificado, menciona a Salinger con su “Guardian entre el centeno

No se piense que todo es certero ni que se insiste en lo positivo, pues también hay intentos humorísticos que merecen tarjeta roja vitalicia (¡Vivan Hugo Sánchez y Pelé!), para ejemplo está la afirmación de que “en parte sí y en Partenon” o el citar a varias actrices de nombre Pilar que cosechan para decir que son “Los pilares de la tierra” o que el arroyo se hace lago porque se “desarrolló” (dejó de ser arroyo) y otras similares que no menciono para evitar que de nuevo me sangren los ojos.

Lo central de esta obra no es la inconexa trama que la emparenta con el teatro del absurdo, sino el soltar planteamientos de fondo que pueden pasar desapercibidos para la cognición consciente del lector, pero que se anidan en la zona compleja cerebral para estallar en su momento. Cuando Depp establece la necesidad de decidir el rumbo de la obra, John se lamenta de ser un personaje secundario al que no le pasan cosas trascendentales.

En la avalancha contemporánea de información se presenta como correcto que se haga la equiparación de la opinión del ignorante con la del docto estudiado o el experimentado trabajador del área. Así, la percepción de lo trascendente va bajando porque todo parece tener el mismo peso en redes sociales. Incluso la muerte y los accidentes casi fatales se presentan como divertidos o entretenidos. Ni digamos de los fenómenos políticos locales y mundiales, apenas comprensibles para el lego. En tales circunstancias, es fácil suponer que, para el usuario promedio de tales herramientas informáticas, el concepto de lo trascendente es muy opinable. Es que se ha perdido el referente. Por eso los personajes de esta engañosa obra caminan y divagan, son seres perdidos en la era de los referentes conceptuales difusos y optan por el divertimento, con todo y los golpes de conejo boxístico que dejan caer cada tanto. Tales ganchos existenciales pueden verse en la disquisición paródica del alma y su contenedor.

“Parece que en el arte no somos tan libres” suelta graciosamente John, como si en ello no hubiera una afirmación que, con el espectador adecuado, podría llevar a la revolución creativa. De fijo se dice que el arte es la expresión libertaria por antonomasia, pero aquí está Pelayo con su necedad iconoclasta y luego suelta el mensaje contrario al decir que “Los artistas son dioses en el fondo”, pero en el fondo del río, cabe añadir, o en el fondo de la diversidad, explica después, para plantearse que quizás Dios es gay o discapacitado o negro o pertenece a una minoría de modo que ya cabría hacerle una campaña a Brahma, Isis, Wiracocha, Pachamamma o a otra deidad discriminada por el oficialismo mundial.

Al final, como establece el autor, puede decirse que nadie obliga al lector a comprar el libro o asistir a la función. Así que, si decide adentrarse en esta peculiar cuan entretenida cosa de teatro, será por un error cometido libremente. Ya percibida la falta cometida contra sí mismo, pierda su dinero o reclámelo, faltaba más.

Encuentre a Pepe Pelayo en su magnífica revista electrónica “Humor sapiens”, de acceso gratuito. Una compensación valiosa para quienes lean la obra de teatro. Una aportación para quienes sabemos que el humor es cosa seria.

Busque en Instagram @libros_de_ricardo

 

 Ricardo Guzmán Wolffer

Mexicano. Abogado, narrador, poeta y humorista literario.

Del libro "Doctor Tuga"

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Libro: "Doctor Tuga"

Autor: Pepe Pelayo

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Del libro "Divina gracia. Humor convenientemente impío"

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SUBE EL TELÓN. ESTÁ ENCENDIDO SÓLO UN ÁREA EN EL CENTRO DEL ESCENARIO. DOS HOMBRES ESTÁN SENTADOS DE FRENTE AL PÚBLICO. AMBOS VISTEN COMO CARDENALES DE LA CURIA ROMANA.

Cardenal 1: ...Pues a mí no. Yo prefiero el humor verde, el negro... ¡y el púrpura! Ja, ja, ja...

Cardenal 2: Dije humo blanco, Monseñor, no humor blanco. Dije que todos querían hoy el humo blanco.

Cardenal 1: ¡Ah!... Pues eso será difícil de conseguir en este Cónclave.

Cardenal 2: Es lo que yo digo. El Cardenal Mezzati y el Cardenal Edina están emparejados.

Cardenal 1: ¿Se comprometieron?

Cardenal 2: No, digo que en la votación van parejos.

Cardenal 1: ¡Ah!... ¿Entonces el que consiga un voto gana?

Cardenal 2: No, no se trata del 50% más uno. Se necesitan dos tercios.

Cardenal 1: No presumas de matemático, hijo mío. Sé un poco más humilde ante Dios y los hombres.

Cardenal 2: Es que no se requiere la mitad de la Curia, Monseñor, se necesita el 66,3% de los votos.

Cardenal 1: ¿Y cuál es el Cardenal cuyo voto vale 0,3%?

Cardenal 2: Todo tenemos un voto.

Cardenal 1: ¡Ah, no! ¡Yo tengo dos! El de pobreza y el de celibato.

Cardenal 2: ¿Sí?

Cardenal 1: ¿Lo dudas? Pues te diré que vendí mi limusina y me compré un simple Audi A3, ¿qué te parece?

Cardenal 2: Me quedó claro. Y mejor no le pregunto sobre su condición célibe.

Cardenal 1: ¿Te cuento?

Cardenal 2: ¡Dije que no, Monseñor!

Cardenal 1: Bueno, ¿qué estamos esperando?

Cardenal 2: Que ambos candidatos terminen su campaña.

Cardenal 1: ¿Y está permitido hacer campaña?

Cardenal 2: ¡Claro que no! Por eso lo hacen lo más discretamente posible.

Cardenal 1: ¡Ah!... Por eso sólo veo diez o doce gigantografías de cada uno pegadas a las paredes y a la bóveda.

Cardenal 2: Bueno, tampoco caben muchas más en la Capilla Sixtina, ¿no?

Cardenal 1: Así es, deberían ampliar la Capilla y llevarla a Diextina o Doxetina por lo menos.

Cardenal 2: Oiga, parece que en esta ocasión se han dedicado más a prometer regalos a cada miembro.

Cardenal 1: ¿Condones para cada miembro dices?

Cardenal 2: ¡A cada miembro de la Curia!

Cardenal 1: ¡Ah!... A mí no me han prometido ningún regalo. Voy a protestar...

Cardenal 2: Ya llegarán. Están avanzando hacia acá repartiendo sus volantes.

Cardenal 1: ¿Y qué regalan?

Cardenal 2: No sé... ¿mirra, incienso...?

Cardenal 1: ¿Son Cardenales o son los Reyes Magos? ¡Tienen que dar dinero o si no, no voto por ellos!

Cardenal 2: ¿Y si ambos le regalan la misma cantidad de dinero? ¿Por quién votaría?

Cardenal 1: Primero averiguo el origen de las platas. Quizás alguno sea producto de lavado de dinero...

Cardenal 2: ¿No le gusta el lavado de dinero?

Cardenal 1: Al contrario, me gusta el dinero que gano en el Instituto para las Obras de Religión.

Cardenal 2: Se siente bien con el Banco entonces, ¿no?

Cardenal 1: ¿La verdad? Está un poco duro. Deberíamos traer un cojincito aunque sea.

Cardenal 2: Me refería al Banco del Vaticano.

Cardenal 1: ¡Aaah! Pues no, ¿no sabías que el Mayordomo del Papa me robó a mí también parte de lo que yo tenía en el Banco.

Cardenal 2: Por suerte ya él no está.

Cardenal 1: Una vez me dijo que prefería trabajar con Batman en la Baticueva que no con el Papa en el Baticano.

Cardenal 2: ¿En serio?

Cardenal 1: Así es. Yo le dije que estaba en un error.

Cardenal 2: Le dijo que era un error pensar así de su labor de servicio, ¿no es cierto?

Cardenal 1: No, le dije que era un error escribir así esa palabra. Le expliqué que Baticano se escribe con “V” de Basílica.

Cardenal 2: Claro... sí... Bueno, sobre lo que hablábamos, ¿y si los dos Cardenales siguen empatados en todo? ¿Por quién votaría usted?

Cardenal 1: ¡Ah!... Para decidirme les pediría un palco vitalicio en el Bernabeu y otro en el Camp Nou.

Cardenal 2: ¿Y si los dos se lo dan?

Cardenal 1: ¡Pues voto por lo dos y ya!

Cardenal 2: Se darán cuenta enseguida que un Cardenal votó dos veces.

Cardenal 1: No importa. Convenzo a toda la Curia de que es mejor elegir a dos Papas. Se podrían llamar Juan Dos y Juan Dos punto Cero; o Compay Segundo y Camilo Sexto, ¡qué sé yo!. A los colegas les encantará la idea.

Cardenal 2: ¿Pero les gustaría compartir el Papado a los dos candidatos?

Cardenal 1: Deberían estar bien empapados de la nueva situación.

Cardenal 2: ¿Y si se odian?

Cardenal 1: Que disimulen.

Cardenal 2: ¿Y si se quieren?

Cardenal 1: Que se casen.

SE ESCUCHA UN SONIDO AGUDO Y ALARGADO, COMO SALIDO DE UNA GRAN SIRENA.

Cardenal 2: ¡Está sonando ya el pitazo!

Cardenal 1: ¿Hay fuego?

Cardenal 2: No. Es el aviso de que se nos acabó el tiempo.

Cardenal 1: ¡Nooo! ¡Oooh! ¡Nooo!

Cardenal 2: No se ponga así, Monseñor.

Cardenal 1: ¡Oooh! ¡Nooo! ¡Oooh!

Cardenal 2: ¡Cálmese!

Cardenal 1: ¡Oooh! ¡Nooo! ¡Oooh!

Cardenal 2: Bueno, siga no más.

Cardenal 1: No, ya no, con esa actitud suya no lo hago más.

Cardenal 2: Es que no se debe poner así, Monseñor. Mire, mañana cuando nos saquen al patio a caminar y tomar

sol otra vez, podemos continuar.

Cardenal 1: De acuerdo, pero lo retomamos en la parte en que están llegando con los regalos.

Cardenal 2: De acuerdo. Pero ahora vamos, dele...

Cardenal 1: Espera, debemos saludar al público.

Cardenal 2: No se preocupe, cuando salgamos mañana al patio ellos estarán ahí mismo en platea y en palcos.

Cardenal 1: ¿Están como nosotros?

Cardenal 2: Sí, presos de sus pecados.

Cardenal 1: ¡Oyeee! ¡Te mimetizaste con el personaje!

LOS HOMBRES SALUDAN AL PÚBLICO VARIAS VECES, PORQUE LOS BIS SE REPETÍAN POR DOQUIER. FINALMENTE HACEN MUTIS. AL PONERSE DE ESPALDAS EL PÚBLICO OBSERVA

QUE AMBAS TÚNICAS POR DETRÁS TIENEN PINTADAS LAS LISTAS NEGRAS DEL TÍPICO UNIFORME DE REOS. SE ESCUCHA UNA FUERTE EXCLAMACIÓN: “¡OOOOH!”.

TODO EL PÚBLICO ENTONCES SE PONE DE PIE, PERO ENSEGUIDA SE ACERCAN LOS GUARDIAS QUE ESTABAN DE GUARDIA Y SE LLEVAN AL PÚBLICO A SUS CELDAS CON

CIERTA PASIVA RESISTENCIA.

 

 

Del libro "La divina gracia (humor convenientemente impío)"

Autor: Pepe Pelayo

Ediciones Humor Sapiens, 2020.

238 páginas.

Aquí, para. los interesados...

En rigor humortis: "Inteligencia Artificial y Humor"

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Noticia…

La paleoantropóloga española, María Martinón, directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), considera que la Inteligencia Artificial (IA) no jugará un papel fundamental en nuestra evolución biológica como especie y defiende que no debemos de temerla pues es una creación humana. No va a desplazar a la inteligencia natural.

“Las decisiones, los sentimientos y las emociones, características que nos hacen humanos, continuarán definiendo quiénes somos, seguirán siendo el motor de la especie”, asegura.

Reflexión…

En el caso del humor, existen muchas dudas sobre este asunto entre mis colegas creadores.

Por lo que sé, aun falta para que la máquina tenga sentido del humor. Y tampoco pienso que pueda todavía desplazar a un humorista, aunque no dudo que ese momento llegue.

Entonces deseo hacer un ejercicio…

Si me siento ante esa máquina y le digo: “Escríbeme un cuento con esta historia cómica que se me ocurrió, con estos chistes, estos personajes, estas situaciones graciosas, etc.”, puedo afirmar que el cuento es mío, no de la máquina, ¿no es cierto? El humor creado es mío, no de ella. Así que continúa la creación humana como hasta ahora. Solo que la Inteligencia Artificial lo hizo rápido, lo que me hubiera costado mucho tiempo y esfuerzo.

Pero le digo además: “Lo quiero escrito en el estilo de Mark Twain”.

En ese caso, no soy original. Es válido escribir como Mark Twain si plagio también su estilo con máquina o sin la máquina. Y como no me agrada eso, le digo ahora: “Quiero un estilo mezclado entre Mark Twain, Chesterton, Zumbado y Fontanarrosa”. Ahí saldrá algo más original (si no se ven las diferencias de cada uno dentro del cuento, obvio).

Pero no estoy tan convencido del producto final y le agrego a mi pedido: “Haz las oraciones más cortas, usa menos adjetivos, después del tercer párrafo haz un flash back, usa un lenguaje menos formal, etc., etc.”

La pregunta es: ¿alguien puede asegurar que cualquier ser humano puede pedirle ese cuento a la máquina? Para mí, no. Porque yo creé -como ya dije-, la historia, el humor, los chistes, los personajes, las situaciones; pero también la forma, el estilo y demás. Por lo tanto, la Inteligencia Artificial solo me ayudó a hacerme más fácil la vida.

Un físico nuclear que también neurocirujano y ganador del Premio Nobel, o una persona analfabeta, no pueden hacer ese cuento, ¡porque no son ni humoristas ni escritores! ¿No es así?

Claro, estas personas podrían decirle a la máquina, por ejemplo: “Quiero que me escribas un cuento cómico sobre tal tema”. Y la máquina se lo escribirá. ¿Lo hará tan bueno y gracioso como el mío? Quizás, pero lo dudo.

Por lo tanto, ¿hay que tener miedo de que la AI nos desplace? Puede que sí, puedo que no.

Todos tienen argumentos válidos hasta ahora. Sobre todo, porque esto aun está en pañales y por lo que intuimos, deberíamos crear restricciones para evitar los plagios, que gente sin talento o sin escrúpulos, pero pretenciosa, maneje la máquina. O todo se eche a perder por la ignorancia abusiva del ser humano, como han hecho con la telefonía móvil, por poner un ejemplo.

Por ahora, mejor me quedo esperanzado con lo dicho por la paleoantropóloga española: “La Inteligencia Artificial no va a desplazar a la Inteligencia Natural”.

Un cuento de mi libro "Chanzas de Matanzas"

chanza_0.jpgEL FOTÓGRAFO

Llegó cargando su trípode al Parque de la Libertad, plaza cívica idéntica a la de cualquier pueblo, que fue modificándose al crecer la pequeña ciudad.
Buscó la sombra de uno de los pocos árboles que la daban, muy cerca de un banco de listones de madera pintados hacia tiempo de verde, bastante cagado de pájaros por lo demás.
Instaló la caja con la cámara antigua sobre el alto trípode y esperó.
Se sentía satisfecho de su nuevo emprendimiento.
Al rato, un hombre bien entrado en años y con sombrero de campesino, fue hasta él trayendo a un niño de la mano.
—Buenas, ¿le puede sacar una foto a mi nieto, por favor?
—Por supuesto. ¿De dónde son?
—De Hoyo Colorado. Bueno, yo soy de Ceiba Mocha, pero me casé en Hoyo Colorado y me fui a vivir para allá.
—¡Vaya! ¡Buen viajecito se metieron hoy entonces!

—Sí, si no es porque tuve que venir a ver al abuelo por parte de madre de éste, que está ingresado en el hospital de aquí, no vengo. Pero aproveché para que mi nieto conociera Matanzas —
dijo señalando al chiquillo, que se había sentado en el banco a engullirse un seco pan con croqueta comprado en la esquina.
—Muy bien. ¿Y con cuál fondo le gustaría que saliera la foto?¿Con el hotel París, con la Biblioteca, con el Ayuntamiento?
—¿Puede ser con el monumento ese de la mujer con las cadenas?
—Claro que sí... Preparémonos. Niño, termina de tragar. Eso... colócate ahí... un poco más a la izquierda... Mi amigo, ¿le puede meter un poco la camisita por dentro del pantalón para que salga mejor?... Perfecto... Niño, ahora mira para acá sonriendo, pero sin moverte, ¿de acuerdo?
El hombre comprobó una vez más la posición del chiquillo contra el fondo de la estatua, calculó si era buena la luz e introdujo la cabeza en la caja, estirando bien el paño negro que le cubría hasta la espalda. Subió el brazo derecho y con la mano le hizo al niño un gesto de que se mantuviera así y guardó su extremidad de inmediato debajo de la tela. Después, dentro de la caja, dirigió su teléfono celular hacia el falso lente de la cámara que apuntada al niño y tomó la foto.
Sacó la cabeza y el brazo de la caja, recogió la tela, cargó sobre sus hombros el trípode con la cámara y le dijo al abuelo que estaba listo, pero que lo esperara dos minutos para imprimirla.
Fue casi corriendo hasta la casa de su hermana, que vivía en la calle Santa Teresa casi esquina Manzano, a menos de una cuadra del Parque. Tocó varias veces hasta que le abrió su sobrino. Fue
directo al computador que había comprado su cuñado en un viaje al extranjero que le dieron como psicólogo de un equipo de boxeo, se sentó ante él y abrió un programa que conocía. Hizo una mueca porque la velocidad estaba lenta como siempre. Al
fin bajó la foto de su teléfono y la mandó a imprimir. La primera copia salió muy oscura y tuvo que hacer otra, ajustando mejor la impresora.
Con la hoja de papel ya impresa, sacó del bolsillo de su pantalón una tijera y la recortó lo mejor que pudo. Sonrió al ver que también en la imagen aparecía por detrás y a la derecha del monumento, el loquito flaco que siempre se ponía a cantar frente al Hotel Velasco, imitando al español Raphael.
Corrió de regreso.
Miró hacia todos lados y no vio ni al campesino ni a su nieto. Suspiró y con la foto del niño aún en la mano se dejó caer en el banco, aplastando una hilera de hormigas locas, las cuales llevaban a su madriguera una migaja de un añejo pan con
croqueta.

Autor: Pepe Pelayo
Del libro "Chanzas de Matanzas"
Ediciones Humor Sapiens, 2020.
En papel y en e-book aquí:
https://www.amazon.com/Chanzas-Matanzas-Spanish-Pepe-Pelayo-ebook/dp/B085RNCBZY?ref_=ast_author_dp&dib=eyJ2IjoiMSJ9.89IlT5hFbq1Jlxy27RZVDOetiBfu0y7eGWthKJpQIdxAHXTb8QdVW3tHkWc2-D4fclU-4zIs_8ezWTjaWc-88RvcSDb75lOiztZTQ2JSbmgffJMXoFv7KbSNuhoByHB6vgDdAKVzxG8q7WDIihC291fJFqkPRNzSvyDlvE1L3l1pO7Fj4oMTER3QsABioDtpNan2tjtQgPiwwBmvtqQV1YL-Q8YYgq52t_Ch4683xYc.jCG26N7_69MRuxzcr-STU29Zd-MfnjysEKX2nleiTXM&dib_tag=AUTHOR

 

Embrollos semánticos y "traducttore traditore" en el Humor Gráfico

—La “caricatura” se traduce al inglés como “cartoon”. Es que al inicio se dibujaban en cartón las caricaturas. Pero sabemos que la caricatura también se traduce como “dibujo animado”, algo que me parece muy confuso, ya que los verdaderos dibujos animados son los que vemos en obras audiovisuales (TV, cine, video), donde esas caricaturas se animan, se mueven. Ya sé que usa “dibujo animado” como sinónimo de dibujo divertido, pero no debería ser, por lo antes expuesto.

—Una “tira cómica” es una obra breve de pocas viñetas (una “viñeta” es una obra de un solo dibujo). Se le llamó “tira”, porque se publicaban varios dibujos en forma horizontal, como una tira. Después se hicieron verticales las tiras y hasta 2 encima y dos debajo, etc. Ok, pero, ¿puede una tira cómica no ser cómica? Pues sí. Y si es drama o tragedia, o poética o de ciencia ficción, etc., ¿por qué no llamarla “tira” sin el apellido cómica entonces?

acaptu.png—Se le llama “comic” en inglés, aunque sea una obra dramática o una tragedia (o sea, de argumento “serio”). Y se le llamó “comic”, porque en sus inicios eran historias cómicas nada más. Las historias “serias” nos robaron el término.

 

—En español se le llama “historieta” (o “tebeo”), lo mismo sea cómica, drama o tragedia. Debería llamarse entonces “historieta cómica”, si es humorística, pero no es así.

—Se clasifica como “historieta” (cómica o no), por su volumen; es decir, si es larga la historia. Pero nadie sabe cuán larga debe ser para que sea historieta. Debería ser toda obra más extensa que una tira cómica, ¿no es cierto? Sé que la suma de varias tiras cómicas forman una historieta. Pero, ¿cuántas tiras se necesitan entonces?

—Para colmo, se traduce al inglés “historieta” como “cartoon” (Ver la imagen que acompaña este texto). Se enreda más todo, porque ya vimos que “caricatura” también se traduce como “cartoon”, ¿en qué quedamos?

—El “humor gráfico” —para decirlo de manera sencilla—, es una obra visual en una superficie plana, ya sea un dibujo, un grabado, una foto, un fotomontaje, etc. Sin embargo, muchos concursos hacen sus convocatorias de humor gráfico y solo admiten caricaturas dibujadas, como si las otras modalidades no fueran humor gráfico. O convocan concursos de caricaturas y envías una caricatura personal y jamás ganas. Debes esperar a uno que convoque la modalidad de caricatura personal.

—¿La caricatura, la caricatura personal, la tira cómica y la historieta cómica son subconjuntos del amplio paraguas llamado humor gráfico? Creo que sí, pero hay quien piensa que no.

Resumen, esta reflexión la hice en vano, porque nada cambiará, todo ese embrollo de conceptos y esas traducciones inexactas continuarán igual.

Pero me da lo mismo perder el tiempo en estas cosas, porque amo el humor gráfico como sea y me entretengo mucho pensando hasta por gusto en este gran arte.

Minidebate sobre el humor cubano en los años 80

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Este texto lo publiqué hace tiempo, pero ahora registrando lo vuelvo a ver y como se cumple este año el 40 aniversario de la fundación de mi querido grupo La Seña del Humor de Matanzas, me pareció adecuado y conveniente recordarlo.

MINIDEBATE SOBRE EL HUMOR CUBANO DE LOS AÑOS 80

Mi amigo Enrisco (uno de los grandes humoristas cubanos), publicó en su blog y en FB un texto sobre el humor cubano y las variaciones de calidad que ha tenido desde el año 80 hacia nuestros días. Nos etiquetó a casi todos sus colegas para que lo leyéramos y comentáramos.

Así encuentro este primer comentario (sólo seleccioné algunos para que se pudiera entender mi participación):

LUIS CASACÓ II: Muy buen racconto... Somos de la generación que disfrutó el mejor humor hecho en la Isla luego de la llegada del castrismo... Pero creo que todo comenzó con la visita de Les Luthiers y el impacto que causó entre los universitarios de entonces...

Y también señaló aquí el comentario del amigo y colega Ulises:

ULISES TOIRAC: Todo comenzó con Virulo. Les Luthier lo llevó a la estratósfera, pero no olvidar.

Y antes de entrar yo en el debate, me interesa mostrar aquí una respuesta de Enrisco:

ENRIQUE DEL RISCO: Para mí Virulo era Dios cuando niño y en la primera peña que leí en publico fui invitado muy amablemente por él, pero el impacto y la huella de Les Luthiers fue mucho mayor. Sin el apoyo institucional del CNE poco se hubiera podido hacer, pero el tipo de humor que se hacía era muy distinto. Y Virulo muy generosamente lo entendió así: esa generación venía con un espíritu muy distinto.

Esto fue lo que comenté entonces.

PEPE PELAYO: No estoy de acuerdo con que la causa fundamental del surgimiento de aquel supuesto "movimiento" del nuevo humor cubano de los años 80 fuera la visita de Les Luthiers. Hay que agradecerle con el alma a Virulo, obvio, por el apoyo que nos dio a todos, pero mi visión de la razón del nacimiento de esa "belle epoque" del humor es otra.

ENRIQUE DEL RISCO: Explíquese, porque no recuerdo otro grupo cubano (La Seña del Humor, mi grupo) que se le acercara más a la propuesta tan compleja de los argentinos. Y no hablo de imitación sino comunidad de espíritu.

PEPE PELAYO: No me es fácil explicarme por varias razones. Una, el humor que hacía Virulo y el Conjunto Nacional de Espectáculo no era lesluthesiano. Los textos que hacía Carlos Ruiz eran más rupturistas, como los artículos de Zumbado, así como las obras de algunos colegas del Dedeté. Cuando en 1983 Aramís, Moisés y yo, a través del novio de Zulema Cruz que era primo de Moisés, le llevamos a las oficinas del CNE a Virulo una pieza llamada "El Madrino" (parodia de la película El padrino), escrita "lesluthesianamente", éste, al leerla, nos aconsejó que la montáramos nosotros, porque no era el perfil del CNE. Esa noche Zulema nos llevó a casa de un amigo de ella, que después se hizo amigo nuestro, un socio que le decían "El Muppets", en el Vedado, que tenía un casete de cinta pegada por varias partes con scotch tape y nos mostró por primera vez a Les Luthiers. Nunca lo habíamos visto o escuchado. Fue algo increíble porque ahí estaba lo máximo del tipo de humor que nos gustaba y que ni siquiera estábamos seguro de que se podría hacer profesionalmente. Fue un gran impacto. Y por otro lado, sentir la decepción de saber que jamás íbamos a convencer a nadie -incluso ahora, después de 35 años sé que no se va a creer-, de que creamos ese tipo de humor sin conocer a Les Luthiers. En ese momento Aramís, Moisés y yo formábamos parte del grupo "Tubería de 1/2 pulgada" y publicábamos una página dominical del suplemento cultural "Yumurí" del periódico "Girón" en Matanzas. Y en enero del 84, al cumplir un año y celebrarlo, invitamos y fueron a Matanzas Virulo, Zumbado (que nos publicó un artículo en Bohemia), más Zulema Cruz y el difunto Eduardo Rómulo. Nosotros casi actuamos (ahora vendría ser una presentación casi al estilo stand up comedy, pero leyendo). Y Virulo y Zumbado nos volvieron a insistir que actuáramos nuestros textos, incluyendo a "El Madrino". Ese día nació La Seña del Humor de Matanzas. Hasta ese momento en escena solo estaba el CNE de Virulo (ese año, en su gran espectáculo "La esclava Vs El Árabe" habían dos números escritos por nosotros), más algunas cosas críticas que se hacía en Teatro Estudio (con Trompoloco, etc.) y en Teatro Musical, más las cosas aisladas en TV y los cuentachistes en centros nocturnos. Entonces, ese año 1984 aparecimos esporádicamente en TV y en las peñas de la Sala Atril, etc., con nuestro humor "lesluthesiano" y en 1985, con el apoyo y la dirección de Virulo, se estrenó en el Karl Marx "Jaguar you Claudio", escrito totalmente por nosotros y donde fue "oficialmente" nuestra "presentación en sociedad". A partir de ahí -según nuestro criterio-, los muchachos comienzan a ver ese tipo de humor bien rupturista y hecho por jóvenes recién graduados de diferentes carreras universitarias, que no estudiaron actuación y actuaban, que no eran profesionales de la comedia y la hacían y que provocaban risas entonces con algo tan cercano, tan "humano" y que ellos vieron que podían hacerlo, ¿por qué no? Y comenzaron a surgir los grupos escénicos. Fíjate que no digo a imagen y semejanza de La Seña, porque ninguno otro grupo optó por el formato de Compañía completa de nosotros, donde los actores hacían la música, el guión, diseñaban y dirigían todo ellos mismos, con formato de espectáculo, no de recitales. Surgieron según sus condiciones, Nos y Otros apoyados en sus textos, porque eran buenos escritores, Sala Manca apoyados en sus actuaciones porque eran troncos de actores, La Leña escribiendo y actuando según sus características, etc, etc. Y digo que surgieron después de la "aficionada" Seña, porque -repito, el CNE eran artistas profesionales, lejos del mundo aficionado de esos estudiantes universitarios o recién graduados. Y Tampoco quiero decir aquí que el supuesto "Movimiento" que surgió después de La Seña, llegó de la nada. Para mí se estaba incubando a causa de varias cosas como el declive del humor escénico y televisivo, las ganas de decir cosas nuevas, los universitarios que estudiaron carreras que no les gustaban, el débil porvenir que veían en sus carreras como profesionales, más la llegada de Virulo con su gente (Zumbado, Carlos Ruiz, etc.) y su interés por ayudar a esos aficionados, así que todo lo anterior y la chispa de La Seña que sirvió de ejemplo, destapó la olla del surgimiento de grupos y solistas que hizo que esos años 80 fueran extraordinarios en el humor. Esa fue la Historia que viví yo y que vivimos en La Seña y otros colegas de varios grupos. Por todo lo anterior es que afirmo que la llegada a Cuba de Les Luthiers no fue lo fundamental para el nacimiento de lo que se produjo en los años 80. Disculpa, Enrisco, por la extensión.

ENRIQUE DEL RISCO: Muy bueno tu comentario. Me lo leí enterito, algo que me cuesta trabajo acá en FB. Incluso antes de saber quiénes eran Les Luthiers todos nos nutríamos de algo. Yo, por ejemplo, escribí en la Lenin parodias de “Galileo Galilei” de Bretch y cosas por el estilo y luego mandé algo al concurso Behmaras que no cogió nada y me acuerdo que mis referentes eran los hermanos Zucker (los de “¿Dónde está el piloto?”), Monthy Pyton, Zumbado, el propio Behmaras y claro que Virulo, pero de alguna manera todo eso nos empezaba a quedar chiquito. Sentíamos que había que hacer algo más y Les Luthiers (a quienes no vi cuando fueron a Cuba, como no vi ni “La esclava contra El Árabe”, ni “Jaguar you Claudio), ya eran un producto elaborado y completo que le abría caminos a muchas posibilidades. Y luego ver la Seña, Nos y Otros o La Leña, fue también tremendamente revelador. Pero por mucho que uno quiera agradecer a los precedentes, el movimiento del 80 era muy distinto a todo lo que se había hecho hasta entonces: en sentido escénico, en referencias, en la concepción del humor, en el sentido crítico, en una mayor libertad de todo tipo, etc..

PEPE PELAYO: Te dije que muchos no creen que hacíamos ese tipo de humor antes de conocer a Les Luthiers, pero es la verdad. Por eso mismo te creo que hacías lo mismo antes de conocerlos. Te diré más sobre eso: Daniel Rabinovich me dijo varias veces que les impactó mucho a ellos ver en Cuba a un grupito de provincia hacer un humor en su frecuencia. Fue cuando actuaron en la Sala Atril en una recepción que les brindó Virulo y que La Seña actuó después de ellos. Sobre estos temas hablamos mucho con Daniel y jamás me dijo que en tantas y tantas ciudades de América Latina y de España, donde ellos se han presentado, ha surgido una especie de "movimiento" o algo parecido como lo sucedido en Cuba. Por eso digo que pudo haber influido la visita de Les Luthiers, claro, pero no fue ni cerca lo más importante para que nacieran aquellos grupos en los 80. Ya dije lo que pienso al respecto.

Y se me olvida algo: en nuestra vida en el humor durante los años 80, tuvimos varios personajes en contra de lo que hacíamos y precisamente por el estilo "lesluthesiano" nuestro. Por ejemplo, el señor Enrique Nuñez Rodríguez cada vez que podía, se molestaba en decir en público que lo nuestro no servía porque no era "humor cubano". También nos criticó Silvio Rodríguez públicamente. Claro, esto último lo sentimos como un honor viniendo de ese señor. En cuanto Nuñez Rodríguez, fue presidente del jurado en el primer concurso de humor literario Juan Ángel Cardi (1990 ó 1991, no recuerdo) y el día de la premiación, en la Bienal de San Antonio, entregando los premios Armando Hart, Núñez Rodríguez iba abriendo los sobres y enterándose ahí mismo de los verdaderos nombres detrás de los seudónimos que él y los demás jurados premiaron y para su sorpresa, mención en cuento fue para la Seña (yo), mención en Poesía fue para la Seña (Pible), primer premio en artículo para la Seña (yo), compartido con otro artículo escrito por La Seña (Pible y yo), y primer premio en ensayo también para La Seña (Pible y yo). Con ver su cara premiando a los que criticaba por hacer humor "no cubano" me bastó para olvidarme del asunto.

ENRIQUE DEL RISCO: El fenómeno Les Luthiers (del que me entero un poco tarde) influiría menos a la hora de hacer humor que en la confianza que le daba a uno en lo que estaba haciendo. Saber que había gente que estaba haciendo algo parecido a un nivel muy alto, muy bien acabado y encima tenían éxito. Eso me paso luego también con varios grupos cubanos con los que me identifiqué de inmediato. es un poco como lo que paso con Oscar D'Leon. No le enseñó a nadie a tocar música, pero les dio más confianza en el camino a seguir. Porque la verdad es que con poquísimas excepciones a nivel estético estábamos muy solos. Y sin hacerse el intelectual. Mi parodia de Bretch se llamaba "Galileo y el masarreal".

ENRIQUE DEL RISCO: Y la verdad Pelayo, te agradezco muchísimo participar en este intercambio. Yo te veía haciendo de Roberto Roberto y me preguntaba "como puede?"

PEPE PELAYO: Estimado amigo, aún no tengo respuesta para ese punto de que si Les Luthiers se ha presentado en decenas y decenas de ciudades del mundo hispanoparlante y no ha provocado el surgimiento de tantos seguidores, ¿por qué sí sucedió en Cuba? Mi opinión sobre eso ya te la di, pero nadie está seguro de nada.

PEPE PELAYO: Y el agradecido soy yo, por propiciar tú estos espacios de intercambios de opiniones sobre el humor, algo tan fundamental para mí, como sabes. Y que conste que la admiración es mutua (sin ningún rastro de guataquería, como dices).

Mi fotomontaje en el Melaíto de junio

amela_0.jpegYa salió la edición del Melaíto, publicación humorística cubana, correspondiente al mes de JUNIO, donde aparece mi sección fija "La esquina de Pepe Pelayo", como siempre en la página 6.

Aclaro: mi fotomontaje está dentro del rectángulo en la parte superior derecha. El resto de la página son obras del equipo del Melaíto y otros colaboradores.

Gracias, a mi amigo Martirena por enviarme siempre la novedad.

Nuevo artículo donde me citan

acap.pngUn excelente artículo ha sido publicado hoy en "El Calafate", firmado por el escritor, articulista, conferencista y humorista literario, el argentino Alejandro Rojo Vivot.

En él, el autor me cita -muy generosamente-, con unos breves párrafos de mi libro "Teoría Humor Sapiens".

Se lo agradezco sinceramente y les recomiendo a mis seguidores su artículo sobre el gran humorista gráfico Quino y su obra.

https://ahoracalafate.com.ar/contenido/23782/apuntes-ciudadanos-cuanta-bondad

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