Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo
Los escritores hablan sobre el humor (#6)
“Gracias al humorismo, el artista evita creer resolver problemas que son insolubles y que tal vez no problemas son, sino la vida mal planteada, defectos de la vida confinada en pequeños círculos. Gracias a ese recurso de elevación se pone en extremos de luz el margen en que estará el porvenir con respecto a muchas cosas y deja abierto el círculo en vez de cerrarlo de esa manera que ha vuelto insoportable muchas obras literarias por atosigación de su seriedad y de su calidad de género cerrado […].
Toda obra tiene que estar ya descalabrada por el humor, calada por el humor, con sospechas de humorística; y si no, está herida de muerte, de inercia, de disolución cancerosa.
Todo lo que no tenga humorismo se convierte en un cuento de miedo que no mete miedo a nadie.
Aún se defienden viejos géneros que no tienen humor, porque hay una convivencia entre retardados y críticos; pero el lector, que hasta a veces agota los lloros alabados, se divorcia, cada vez más, de la literatura por desengaño de su monotonía, de su autoinspección, llena de vanos conflictos sentimentales.
Los más grandes escritores son los humoristas; y téngase por los más grandes escritores, no los que se reputan como tales, sino los que son leídos, los que vibran en el presente, los que pueden vivir la inquietud de nuestros días, los que no están en los museos con sus grandes esqueletos, admirados por un público de los domingos, aquellos ante quien no se dice sólo: “¡Oh, sí!”, sino que se les puede alternar con todo lo moderno".
Ramón Gómez de la Serna
"Gravedad e importancia del humorismo".
Los escritores hablan sobre el humor (#5)
"He reivindicado, desde siempre, la importancia del sentido del humor. La necesidad de tenerlo presente en todos los aspectos de la vida, incluido el literario. Me aburren soberanamente los que prescinden de él por postureo, por el temor de que alguien pueda pensar que, escribiendo desde el humor, se le resta importancia a según qué temas. No es así, ni de lejos y ya andamos hasta arriba de dramones. Un poco de purpurina, por el amor de Dios.
El humor nos salva la vida, a veces literalmente. La risa genera endorfinas, serotonina, reduce el estrés, genera conexiones sociales, nos relaja, mejora el sistema inmunológico y, sobre todo, nos convierte en seres felices, que es todo lo que deberíamos querer ser".
Sol Aguirre.
Escritora. Es la creadora de «Las claves de Sol», uno de los blogs de humor para mujeres más leídos de España. Ha escrito varios guiones teatrales y ejerce como letrista ocasional.
Los escritores hablan sobre el humor (#4)
"Mis críticos piensan que no soy serio, sino sólo divertido, porque creen que divertido es lo contrario de serio. Pero divertido es lo contrario de aburrido y nada más. Que un hombre decida contar la verdad en frases largas o en chistes breves es análogo a que decida contar la verdad en francés o en alemán. Las dos cualidades de divertido y serio no tienen absolutamente nada que ver entre sí".
G.K. Chesterton
Escritor inglés 1874-1936.
"El hombre que fue jueves", "El Club de los Negocios Raros", "La Esfera y la Cruz" y la serie del Padre Brown, entre otros.
Este cuento se acabó. Poesía.
Este poema escrito por mi amigo y colega Rubén Aguiar y por mí, fue publicado en "Antología de poesía humorística española", libro de la Editorial Verbum en España. Nos enorgullece que fuera publicado junto a poemas humorísticos de grandes clásicos de la literatura española como Cervantes, Quevedo, Góngioa, Lope de Vega, Rafael Alberti, Eneique Jardiel Poncela, etc., etc. Gracias a los realizadores de la antología, Esmeralda Carroza y Enrique Gallud Jardiel por seleccionarnos.
ESTE CUENTO SE ACABÓ
Lo creas o no lo creas,
por oscuras o por claras
ocurren cosas muy raras
aunque tú nunca las veas.
No importa que no las leas,
da igual que nadie las cuente:
suceden... y de repente
el mundo, tan bien que iba,
se pone patas arriba
y ya todo es diferente.
Lo que te voy a contar
lo sé de primera mano.
Fue en un tiempo muy cercano
pero en remoto lugar.
Un pueblo sin ubicar
en ningún mapa o novela,
humilde como una abuela,
con un alcalde muy serio
y un parque y un cementerio
y una iglesia y una escuela.
Y justo en la escuela fue,
en un patio tan pequeño
que si te venía el sueño
tenias que dormir de pie.
Oh, eso es broma; pero sé
que lo que allí sucedió
fue tan tremendo que no
se volverá a repetir
y nunca lo vas a oír
si no te lo cuento yo.
Era un día que auguraban
rutinario hasta el mareo.
Dos chicas en el recreo
unas selfies se tomaban.
Ante su tablet posaban
burlonas y distraídas
Cuando de pronto, salidas
del artilugio, escucharon
unas risas que dejaron
a ambas chicas sorprendidas.
Y escucharon asombradas,
avanzando poco a poco
de un sonreír de sofoco
a risas descontroladas.
Reír de duendes y de hadas,
tan lejos y tan cercano,
puro reír, puro y sano,
perfección desconocida,
una risa no reída
jamás por un ser humano.
Fue entonces que, de repente,
las amigas no podían
parar de reír... Reían,
reían continuamente.
Sus amigos, simplemente,
al verlas reír, rieron
sin saber ni cuales fueron
las causas, sin qué decir,
sólo pudieron reír
de tanta risa que vieron.
Así, en menos de una hora
ya reía, contagiado
en pleno, el profesorado
y la grave directora.
Incluso la profesora
de Compostura Aplicada
debido a una carcajada
que no pudo controlar
se le enganchó en el collar
la punta de la papada.
Allí la risa fue tal
que en unos pocos instantes
supieron que nunca antes
lo habían pasado igual.
Ni tras el turno final
de clases enmudecieron.
Y cuando a casa volvieron
entre enormes risotadas
sus familias, contagiadas
toda la noche ¡RIERON!
Cuentan que, de tanta risa,
un pariente se orinó
y a otro se le cayó
la dentadura postiza.
Que alguien manchó su camisa
con lágrimas de los ojos.
De otros saltaban los piojos
por el reír sacudidos.
Hasta quedarse dormidos
todos con los dientes flojos.
Fue sólo mientras dormían
que se dejó de escuchar
la risa en aquel lugar.
Pero, aunque ya no reían,
dicen que todos tenían
la cara muy relajada
y poco disimulada
debajo de la nariz
una sonrisa feliz
dulcemente dibujada.
Cuando alumbró la mañana
el sol con su primer rayo
en vez de cantar, el gallo
se rió de buena gana.
Una alegría temprana
sobre el pueblo se expandió
cuando todo el que rió
ayer también hoy reía
y a todo aquel que lo oía
de risas contaminó.
Tal y como se desborda
un manso río crecido
inundó al pueblo el rugido
de una risa Grande y Gorda.
Pero no una risa sorda
o desfachatada, no
de carcajadas, sino
otra que ya se verá...
muy poco de ja ja ja
y nada de jo jo jo.
Daba igual la situación:
en la calle, en los mercados,
en chancletas, castigados
leyendo esta narración,
reían sin excepción
secretarias de oficina,
filósofos de cantina,
policías prisioneros,
sindicatos sin obreros,
superhéroes con inquina,
nuevos pobres, viejos ricos,
mafiosos insobornables
políticos y tachables,
bailarinas y musícos
(perdónenme los critícos
de la Academia Española
si la rima me obligola.)
Reían su mar de empeños
bajo una ola de sueños...
la risa sobre la ola.
Como la lluvia al caer
refresca fértil el monte,
transparenta el horizonte,
borra lo sucio de ayer,
la risa tiene el poder
de poner luz en lo oscuro,
hacer blando de lo duro,
combinar sal y dulzura,
es lluvia de olvido y cura
de insensatez el futuro.
Y por ello el pueblo entero
desde unas risas enormes
se olvidó de los informes,
las proclamas, el dinero,
de la palabra extranjero,
los proyectos malogrados,
de los malintencionados
discursos, las dictaduras,
las intenciones oscuras,
los concursos amañados,
los idiomas, sus barreras,
el temor a envejecer,
las miserias del poder,
las caricias traicioneras,
de las crisis financieras,
las promesas incumplidas,
las ilusiones perdidas,
los intereses mezquinos,
las riñas entre vecinos,
las familias divididas...
Y cambiaron muchas cosas...
Ya no le echaba el lechero
agua a la leche. El trampero
no hacía trampas maliciosas.
Ahora las viejas chismosas,
ya sin lenguas viperinas,
no cuchicheaban dañinas
en su diario cotorreo
sobre qué hacía Morfeo
abrazando a sus vecinas.
Ahora de reírme tán
se me traba la memó
trato de contar la histó
y sin querer me atragán
Tras la risa viene el llán
se dice, pero esta rí
cambia todo tan de prí
que en pequeños y mayó
en señoras y señó
la maldad se paralí…
De noche, cuando las brujas
y los fantasmas salían
a meter miedo, sentían
frustración, como burbujas
si las pinchas con agujas,
con las escobas dobladas,
las sábanas estrujadas
y ganas de reventar:
porque en lugar de asustar
provocaban carcajadas.
Todo rasgo de maldad,
todo gesto de egoísmo
desapareció, lo mismo
que el odio y la soledad.
La risa puso bondad
en las almas que reían.
Y ya nunca más serían
en el pueblo indiferentes
a las penas de otras gentes.
Los viejos tiempos morían.
Pero eso no fue el final.
Resulta que en ese instante
partía un circo ambulante
de gira a la Capital.
Y la risa partió igual
junto con la comitiva:
un payaso, una atractiva
bacteria, un tragacamiones,
un domador de melones,
un catador de saliva,
el perro del hortelano,
un escorpión buenagente
un murciélago vidente,
un escipión africano,
una vaca comepiano,
un detector de vejigas,
veinticuatromil hormigas,
un virus estomacal,
una verruga imperial
y un bicho con dos barrigas.
Llegaron de madrugada...
riendo… y sin descansar
decidieron levantar
la enorme carpa y la grada.
La pista quedó montada
ya a punto de anochecer.
Se aprestaban a ofrecer
¡una función nunca vista!
¡Todo vendido! ¡En la pista
no cabía un alfiler!!
Y aunque aquel circo no fuera
ni famoso ni gigante,
un circo es siempre elegante
y es noticia dondequiera.
Y la Capital entera
supo que, aún con lleno pleno,
esa noche en el terreno
de una circense función
no hubo modo ni ocasión
de concretar el estreno.
Se supo de un incidente
al momento de empezar:
Un León fue a presentar
la Gran Función a la gente...
Saludó... mas, de repente,
¡en vez de rugir, rió!
y el público, que escuchó
risas en vez de rugido,
¡se rió con tanto ruido
que la carpa se cayó!
Se cuenta que hubo un intento
de reparar lo ocurrido:
el público dio un soplido
hacia arriba... ¡y al momento
la carpa se abrió!.. (Yo cuento
lo que cuentan por ahí…
Ya ni sé si lo creí,
si fue cierto o lo inventé...
sólo supe y sólo sé
¡lo mucho que me reí!)
El público que asistía
no paraba de reír
y ávido de compartir
por Facebook Live transmitía.
Lo que en el circo ocurría
invadió la red social,
Instagram, cada Canal
de Youtube, Whatsapp completa...
De pronto en todo el Planeta
la Risa se hizo Viral.
Sabidos y sin saber,
con razones y sin ellas,
Internetllos e Internetllas
riendo a más no poder
se lanzaron a leer
el Twitter del Presidente:
“PARA TODO SER RIENTE
ALERTA ¡RISA MUNDIAL!
SUSCRÍBASE A MI CANAL
Y KUÍDESE KADA DIENTE”
Se creó una comisión
de Académicos y Sabios
Peritos Antirresabios
para estudiar la cuestión.
Fue pronta la conclusión
del Ilustre Tribunal:
“Ser or not Ser es igual
a Reír or not Reír:
¡Conseguimos descubrir
la Risa Filosofal!”
Y tanto convulsionaba
el Planeta con la risa
que hasta un ovni, que sin prisa
cerca de allí merodeaba,
se estremeció. No lograba
el piloto extraterrestre
comprender. Y la celeste
tripulación al partir
decidió “Habrá que abducir,
nos cueste lo que nos cueste”
Mientras esto sucedía,
abajo, dando traspiés,
con el sombrero al revés
un borracho se reía.
No escuchaba, no veía
y no se enteró siquiera
cuando bajó una manguera
del cielo y lo succionó
y al platillo lo subió
sin preguntar ni quién era.
Y sucedió que en la nave
al completar la abducción
la intrusa tripulación
se contagió con la grave,
natural, constante, suave
risa que aquel ciudadano
de aquel planeta lejano,
en aquel justo momento,
con aquel encantamiento
reía como un enano.
Tras el trance divertido
de acabar, en su pesquisa,
abducidos por la risa
de quien habían abducido,
rumbo a lo desconocido
del espacio sideral
partió la interestelar
nave de aliens fisgoneros
mutados en misioneros
hacia un destino especial.
Con diez antenas por banda,
risa en popa, a toda mecha,
un ovni como una flecha
por el firmamento anda.
Lleva un tesoro que agranda
el tesoro de vivir.
Y en risueño ir y venir
riega, derrama, propone
la risa al cosmos y pone
todo el cosmos a reír.
La risa inundó planetas,
galaxias y nebulosas,
estrellas voluminosas,
constelaciones, cometas,
agujeros negros, grietas
de tiempo, astros, meteoritos,
luceros, uranolitos,
satélites, planetoides,
soles, lunas, asteroides,
multiversos inauditos…
Cada habitante que en cada
planeta la recibía
entregado sucumbía
en mágica risotada.
La risa desparramada
todo el espacio inundó.
Toda enfermedad curó.
Puso paz donde había guerra...
Y entonces llegó a la Tierra
donde vivimos tú y yo.
La risa para llegar
no tuvo prisa ninguna.
Mirando desde la Luna
tramaba dónde brotar…
¿Dónde? Pues ponte a pensar…
¡Un pueblito de novela
humilde como una abuela,
con un alcalde muy serio
y un parque y un cementerio
y una iglesia y una escuela!
Justo la escuela eligió:
al ver dos chicas posando
y ante una tablet muequeando
la Risa misma rió.
Por la tablet se coló
su reír poco a poquito…
Y ya saben... del pueblito
al circo, a la capital,
al borracho, a la espacial
nave… y hasta el infinito.
Así como la serpiente
se muerde su propia cola,
retorna a la mar la ola
y vuelve el agua a la fuente,
ya la risa eternamente
retorna en ciclo a su gloria.
No es de un fallo en la memoria
ni es de reír sin parar
que no haya modo de hallar
dónde comenzó esta historia.
Risa es dúo, es amistad,
es yunta, pareja, manos,
es dos, es tres, es hermanos,
es el todo y la mitad,
es compañía, ciudad,
orillas, labios, soporte,
es tú y yo, nosotros, norte
y sur, controversia, pies,
es alas, espejo, y es
que te quieran y te importe.
Más, contarlo es otra cosa.
Aún más contarlo en un verso.
La Risa es un Universo
que en Universos retoza.
Se hizo este cuento sin prosa.
Único cuento que no
acaba ni comenzó
porque es de seguir riendo
pues no termina diciendo
“Este cuento se acabó”.
Reflexiono sobre la relación Les Luthiers- Seña del Humor (mi grupo)
Recuerdo que un día, estando nosotros de visita en el Teatro Karl Marx en La Habana, para “relacionarnos” con Virulo y el Conjunto Nacional de Espectáculo”, la gran humorista, nuestra querida Zulema Cruz, nos invitó a Aramís, a Moisés y a mí a casa de un amigo de ella, que después se hizo muy amigo nuestro (le llamaban “El Muppets” por su parecido a esos títeres) y allí él nos puso un cassette de audio muy usado, con la cinta pegada en varias partes, en una reproductora bastante vieja, por lo que se escuchaba pésimo. Pero así y todo podemos decir “oficialmente” que esa noche conocimos por primera vez a Les Luthiers (esto fue en 1984).
Nos quedamos fríos, de una pieza. Por dos razones, estábamos ante unos monstruos del humor y nos costaba creer que aquello fuera real. Pero también nos dolía que el tipo de humor que La Seña hacía (o quería hacer) ya contara con clásicos del género y que estuviéramos tan ignorantes de lo que sucedía en el mundo. También pensamos que ahora no seríamos originales, porque un reconocidísimo grupo argentino desde hacía años practicaba el humor que hacíamos. ¿Quién se iba a creer que no conocíamos a Les Luthiers y que no les plagiamos su estilo? Obvio, era más fácil afirmar que les copiamos. Aún así, al final decidimos continuar en la misma línea, también por dos razones: no nos íbamos a sentir mal porque nos comparasen con los mejores y por otra parte, considerábamos ese tipo de humor como lo máximo y el único que realmente nos inspiraba.
Aclaración: me refiero al tipo de humor. Porque en nada más nos podían comparar con Les Luthiers. Nosotros éramos unos aficionados aprendiendo el oficio y ellos unos consagrados y geniales maestros en esta profesión.
Pues pasó un tiempo y de pronto Les Luthiers visita Cuba y Virulo nos invitó a la Sala Atril, donde se hacían las Peñas del humor en el Teatro Karl Marx, para un homenaje que les haría el Conjunto Nacional de Espectáculos a esos grandes humoristas argentinos. Esa noche, después de la función de ellos (a la que también fuimos invitados), se reunieron más de cien personas (casi cien personalidades y los colados de siempre) en aquella Sala Atril. Recuerdo que Les Luthiers hizo varios números y tenerlos ahí, actuando a unos metros, fue muy emocionante. Y así, en medio del cóctel, se nos acercó Virulo para decirnos que subiéramos al escenario e hiciéramos algo. ¡Por pocos nos infartamos! Era tanto el miedo, que decidimos probar con una nota dirigida a Les Luthiers, escrita e improvisada por nosotros ahí mismo, y leída públicamente por el actor chileno Jorge Guerra. Decidimos que si veíamos a los argentinos reír con la lectura de la nota, actuaríamos, de lo contrario nos negaríamos irrevocablemente. Cuando las carcajadas de los presentes, incluidas las de ellos, resonó en el salón, no tuvimos más remedio que subir a escena. Escogimos uno de los números más representativos de nuestro repertorio: El Coro de Cámaras. Yo me sentía en las nubes por la emoción. Tanto, que nunca me di cuenta de si la gente reía o no, si aplaudía o no. Sólo sé que cuando nos tocó bajar del escenario nos esperaban Daniel, Ernesto y Marcos ¡tres de ellos! recibiéndonos con abrazos y felicitaciones. No tengo ningún problema en confesar que en ese momento se me hizo un nudo en la garganta. Por supuesto, pienso que no nos felicitaban por la calidad en la puesta en escena que vieron. Creo que lo hacían por el tipo de humor, el cual estaba exactamente en la misma frecuencia que el de ellos. Y encontrarse un grupo de jóvenes así en Cuba, más aún de provincia, los impactó, algo que después mi amigo y miembro de ese grupo, Daniel Rabinovich, me comentó al recordar el incidente.
Por último, debo señalar que al irme a vivir a Chile tuve la oportunidad de contactar con ellos después de sus presentaciones en Santiago y fui testigo de que varios (con los que hablé) se acordaban perfectamente de La Seña y recordaban aquella noche.
De ahí surgió mi amistad personal con el fallecido Daniel Rabinovich, que aún hasta el día de hoy me llena de orgullo. Y siempre que mencionábamos a La Seña del Humor, me repetía “¡qué buen humor hacían!”.
No sé para los demás, pero para mí es un honor ver a la distancia todo esto que acabo de recordar.
(En la primera foto el grupo argentino y en la otra Daniel y yo en mi casa).