Día 1.
10:00 – Me recibió un vecino de un conocido mío que conoce al Presidente Kurzai, el cual sólo gobierna en la capital y no porque sea muy capitalista que digamos.
Lo primero que hice fue empaparme en la historia de Afganistán y empaparme de sudor, por no haber ventilador en el hotel.
Aprendí entonces que este país limita hacia fuera con Turkmenistán, Uzbekistán, Tadjiskistán y Pakistán, y limita hacia adentro con otro stán, con Stan Laurel, por ser flacos casi todos sus habitantes.
11:00 – Di una vuelta. No sé por qué se disputan tanto estas tierras, cuando sólo la décima parte de la superficie es productiva. Y esa décima parte es árida y seca, pero produce trigo para el consumo interno, pasas y cannabis (no sé qué es) para exportar.
Y a pesar de lo anterior, Afganistán ha sido arrasada por los aqueménidos, por Alejandro Magno, por los mauryas, persas, griegos, indios, mongoles, ingleses, soviéticos, talibanes y algunos turistas japoneses. Por último, está la invasión de USA. Y hablando de eso, ¿por qué siguen ahí? “Invasión justa, necesaria y noble”, dijo Obama, al recibir ¡el Premio Nobel de la Paz!