Artículos articulados

Mi autobiografía: YO SOBRE MÍ

adal2.jpgLe dicen Pepe Pelayo, pero la gente habla más de la cuenta. Se debe aclarar que no recuerda nada de su vida antes de nacer en 1952. Su infancia transcurrió… perdón, su infancia aún transcurre, la que pasó -con mucha calma- fue su niñez.
Una parte de su enseñanza básica la pasó en la ciudad de Matanzas, Cuba, viajando entre su casa, su escuela y sus guaridas en el barrio de Bachiche y sus baches, viviendo aventuras increíbles como un Marco Polo cualquiera. La otra parte la vivió también en Matanzas, pero castigado dentro del marco de su casa, como un Polo Opuesto. De ahí su personalidad bipolar; es decir, se ríe y lo hace muy en serio.
Sin embargo, fue en la enseñanza media donde realmente lo valoraron, distinguiéndose como "Pelayo, el payaso". Por ello, en la Universidad fue consecuente y puso de moda el término "pelayaserías". Terminó su carrera de Ingeniero Civil en 1979 en el Politécnico Superior José A. Echeverría, en La Habana, convencido de que la había terminado sí, ¡pero al fin y para siempre! Su carrera oficial la correría en otras pistas, con short, zapatillas… y sombrero de bufón.

#quedateleyendoencasa

leo.jpg¡¡Atención!! ¡Se agudiza la crisis en el mundo debido al confinamiento!
* Desde que se anunció la cuarentena, miles y miles de personas se lanzaron a las librerías y bibliotecas para abastecerse de libros. Por tal motivo el gobierno tuvo que tomar medidas con los acaparadores, racionado las compras o préstamos a solo 5 libros por personas.

En tren, ¡viaje sobre rieles!

t.jpgLos quebrantos y las preeminencias de este medio de transporte.

 

En mi calidad de viajero frecuente, deseo compartir estas breves líneas férreas, quizás innecesarias, pero sí importantes si es usted un turista en ciernes: viajar en tren. Como estas moles metálicas son tan distintas y tan iguales, es bueno conocerlas mejor.

Ante todo, aclaro que un tren están compuesto por locomotora y vagones. Entonces nos topamos con la primera curiosidad. Miren, estoy en contra del mal uso del lenguaje y jamás utilizaré los giros “todos y todas”, “vocero y vocereza”, etcétera, que están de moda. Pero acepto que es incongruente que se llame “locomotora” a esa máquina. Debería nombrase “locamotora” o “locomotor”, ¿no? Lo de los vagones se entiende, porque son grandes entes que no hacen nada y dejan que los arras-tren. Propongo entonces la creación de un tren que salga de los Parlamentos de cada país, por la cantidad de vagones con que se nu-tren esas entidades, pero temo que el proyecto lo frus-tren ellos mismos.

Sri Lanka: belleza natural, espiritualidad y curry

s.jpgDe una experiencia ayurvédica a una vivencia gástroentérica.

 

Llegué casi a la medianoche al aeropuerto de Peter Falk, conocido como Colombo. Al otro día partí hacia la ciudad de Kandy. Mi meta: conocer el famoso Templo del Diente de Buda. Lo malo: un calor de mil demonios (si esos demonios estuvieran bien calientes, obvio). Lo bueno: la gente, que saluda sin conocerte con tremendas ganas, amables, risueños y serviciales.

Existen 14 mil 247 perros callejeros, sólo superados en número por los “tuk tuk”.

Singapur: una Isla rodeada de costas y costes.

2018061413210312510.jpgUn país ideal para juntarse a conversar. Un lugar para Un y Trump.

Ya estaba casualmente en Singapur como turista, cuando me entero de que los presidentes escogieron esta Isla para reunirse. Esperando ese día histórico me puse a aprender norcoreano del norte. Por ejemplo, supe que Kim Jung-Un se llama así, porque “Jong” significa “uno” y “Un” significa “dos”, entonces él es “dos + uno”; es decir, el tercero de la dinastía. Su padre era Kim Jong-Il. Entonces tenemos que “jong” significa “uno”, como ya dije, e “Il” significa “uno” también (quizás en números primos o romanos, no sé). Por lo tanto, era “uno + uno”, por ello era el segundo, obvio. Y por último tenemos al abuelo Kim Il-sung, donde “Il” ya vimos que es “uno” y “sung” no es un número; es lo que en inglés se denomina “zoom” y en este casi es zoom in, porque es para agigantar que él era el número “uno”, el primero de la nepocracia norcoreana. Fue difícil el aprendizaje, pero improductivo. Por otro lado, también aprendí que Trump se llama Donald, pero no por el Pato Donald, como muchos creen, sino por el pariente de éste, Tío Rico Mc Pato. Otro dato intrascendente si se quiere, pero no por ello trivial.

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