Guiones y cuentos

Cine qua non No. 1

aaaaa_0.jpegCarla Isaura y Buñuelo en... "BIENVENIDO MÍSTER MARSHAL"

 

-¡Buñuelo, ven a comer!

-Bien, porque tengo mucha hambre.

-Claro, si no te has levantado del ordenador en todo el día. ¡En qué estás trabajando?

-No me lo vas a creer, Carla Isaura, pero estoy trabajando en una idea para triunfar en este país de una vez y por todas.

-¡De qué se trata?

Fábula No. 13

a1a.jpegFábula del cerdo y el hortelano

Faenábase el maese verdulero en su huerta de él, como érase su costumbre, cuando un joven cerdo, ya entradito en lodo, dejose de engordar tras la cerca aledaña al hortelano, y dirigiose a éste:

-¡Hey , buen  vecino! ¿Puedo hacélore a su merced una consulta, por favor?

El cansadolo y sudorosolo cultivador, dejose de quitar las malas hierbas de alrededor de unos retoños de acelga, lo mirose y asiéntole con su cabeza de él.

-¿Sabiole usted por qué tengo queste hoyo debajo de mi colita? –quiso saber el cochino chancho, señalánsose el trasero.

Fábula No. 12

abaaa.jpegFábula de la mosca y el caballo

Íbase una mosca cabalgando ha toda brisa sobre las ancas de un brioso corcel, cuando de repente, comenzose a gritarle al equino a todo pulmón “¡Deteneos!” “¡Parad” “¡Parad!”.

Asustándose, la noble bestia giróse su cabeza de él, para preguntarle a la mosca: “¡Válgame dios! ¿Qué os sucedeis, histérica mosca?”

La mosca, con sus patas tapándose el rostro, respondióle: “¡Es que por mirar hacia delante, se me ha metido un mosquito en el ojo, maese caballo!”

 

Fábula No. 11

a2a.jpgFábula de la oveja, el perro y la flema

Leíase un diario un oveja inglesa de fina raza. Estábase sentada en la terraza de su distinguido Club. A sus pies della, su amigo della, un perro de caza, descansábase en aquesta brumosa tarde británica.

De repente, pasóse una gato ordinario corriéndose por delante de ambos ellos. Transcurridos cinco minutos exactos, el perro de caza incorpórase con cierta perézeza, levantose una pata delantera y otra trasera, dejándolo su lomo de él bien horizontal y formando una sola línea con la cabeza y la estirada cola de él.

Fábula No. 10

a3a.jpegFábula del pato, el cerdo y el campesino

Caminábase el señyor Alepriste, campesino de pura cepa, por la vereda del sol, lo que producíale una ejtrema traspiración. Veníase de alimentar a sus animalexos en sus corrales de él. Empero para comer desta noche toda su familia de él, Alepriste traíase un pato blanco de brillantes plumas baxo su brazo siniestro.

Y quando pasábase por la puerta de la hostería, escuchose em el lugar la voz de un parroquiano: “¡Hey! ¿Que ha dónde vais con dese cerdo?”. Emtonces, el señyor Aleprista virólose e y le contestólole: “Non, buen hombre, ¡questo es un pato!”. Y la misma voz respondiólole : “¡Callaos usted, que estoy hablándole al pato!

 

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