Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo

Homenaje póstumo: Albert Uberzo de Francia

aubergo.jpegAmigos y colegas:
Cuando el mal es de...
Sí, en el humor llueve sobre mojado...
Porque también falleció hoy Albert Uderzo, el gran humorista gráfico francés. Creador con su amigo Goscinny (1926-1977), de la popular serie "Asterix".
Me gusta tanto que colecciono casi todas sus historietas y he visto casi todas las películas, tanto las animadas como las actuadas por Christian Clavier y Gerard Depardieu.
Se nos fue otro grande.

Los dejo, a manera de mi humilde homenaje, con el texto que le dediqué en mi libro "Breve diccionario del humor".
Albert Uberzo.- Fismes, Francia, 1927. Humorista gráfico. Caricaturista e historietista. Su serie más célebre es Astérix, cuya primera edición fue creada en 1959 junto con el guionista René Goscinny. Su primera creación fue Jehan Pistolet. En 1958 comienzan su trabajo en Oumpah-pah (que duraría hasta 1962), así como algunas otras series. En 1959 ambos se convierten en editor y director artístico, respectivamente, de la nueva revista Pilote, dirigida a niños mayores. En el primer número aparecía por primera vez Astérix, siendo un inmediato éxito. En 1961 se publicó el primer álbum autónomo, Astérix el Galo. Para 1967, el cómic se había hecho tan popular que sus autores decidieron dedicarse en exclusiva a él, produciendo unos dos álbumes al año, más libros, películas, etc.. Le otorgaron la Distinción Caballero de la Legión de Honor, en 1985.
Amigos y colegas: El 24 de marzo de 2020 desde ahora será una fecha tristemente célebre para el Humor.
¡Duele ver llorar a Elpidio Valdés y a Asterix por la partida de sus creadores!
 

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Homenaje póstumo: Juan Padrón de Cuba

apadron1.jpegAcaba de fallecer uno de los mejores humoristas cubanos de todos los tiempos: Juan Padrón.
Me lo sentí en el alma. Porque además de ser un genio en el humor gráfico y audiovisual, era una persona decente. Alguien que realmente hay que clasificar como "buena gente".
Coincidí con él en pocas ocasiones y siempre lo encontré un tipo inteligente, amable y con gran sentido del humor.
El Humor y nuestra Matanzas, Cuba, Latinoamérica y el mundo está de luto.

Todos nosotros disfrutamos de las aventuras de su Elpidio Valdés, de Vampiros en la Habana, de sus Filminutos, de sus Verdugos, de los Quinospcopios. Había que quitarse el sombrero ante su talento.

La última vez que nos carteamos fue para una duda que tenía de su biografía, cuando lo incorporaba a mi Breve diccionario del humor. También tuve la suerte de entrevistarlo para humorsapiens.com. Esa entrevista la copio aquí.

Es mi modesto y humilde homenaje a un grande.
A usted, Maestro, con todo mi cariño, respeto y admiración.

PP: ¿Te gusta que te hagan entrevistas?
Juan Padrón: Si son con chispa, sí. Muchas veces me piden contestar planteamientos de alto vuelo intelectual, o boberías como eso de preguntarle a un visitante qué le parece Cuba.

PP: En este año 2015, ¿cómo ves el estado actual del humor en Cuba, en televisión, radio, teatro, literatura y gráfica?
Juan Padrón: En realidad no sigo el humor que se hace ahora, porque muy pocas veces me hace gracia. Antes, seguía a los maestros como Marcos Behemaras, Núñez Rodríguez, y Héctor Zumbado. No se han vuelto a dar gente como ellos, de nivel internacional, sobre todo como Zumbado. Eran muy criollos pero se notaba que su cultura era muy fuerte, y se reflejaba en sus trabajos.

PP: En varios países de América Latina se dice: "Mi país es un pueblo de humoristas", "en mi país, tú mueves una piedra y sale un humorista", etc. ¿En Cuba se dice lo mismo?
Juan Padrón: En muchos países latinoamericanos hay buen humor, producen piezas muy ocurrentes y de gran calidad. Coincido con Virulo en la teoría de que en Cuba hay un sentido del humor generalizado, pero de puro y duro choteo cubano. Mira publicaciones de humor, programas de televisión, radio, lo que quieras, y verás que si no eres cubano, o no comprendes el código del cubaneo, no entenderás ni papa, nananina. Quino me comentaba que era raro que hubiera tanto buen dibujante aquí, y sin embargo casi ninguno hacía humor para un público internacional. También muchos humoristas parecen no distinguir cuando hacen cosas de mal gusto y cuando no.

PP: ¿Es verdad la acuñada frase: "Es más fácil hacer llorar que hacer reír”?
Juan Padrón: Creo que sí. El humor es cosa seria y se necesita, aparte de una fuerte dramaturgia, un sentido del timing, y un toque especial, como en el chiste de los presos con los chistes numerados.

PP: ¿Cuándo decidiste hacerte humorista?
Juan Padrón: De niño dibujaba historietas, pero como no se me daba bien la figura humana, me pasé a las caricaturas. Leía muchas revistas de humor. Según mi familia, era un bofe, siempre haciendo chistes pesados, tratando de mostrar qué era simpático. Repetía dicharachos. Mi abuelo Horacio me dijo: Oye, la primera vez es chiste, la segunda, no. Eso lo vine a entender muchos años después.

PP: ¿El humorista nace o se hace?
Juan Padrón: Creo que nace. Cuando juegas de niño, y te pones a inclinar los carritos de juguete para que patinen de lado en las curvas, o los pones más lentos al saltar por los aires, o haces tus efectos de sonido, es que te fijas en esas cosas de las películas o los animados, las quieres imitar. Los niños que serán contables o burócratas, no mueven con onda los carritos, les da igual. No se ponen para eso. Lo mismo pasa con los humoristas, empiezan a imitar a otros humoristas, le van tomando el pulso a la cosa. Pero naces para eso, seguro.

PP: ¿Cuál ha sido el mejor y el peor momento de tu carrera hasta el día de hoy?
Juan Padrón: Muchos momentos, porque hay muchos iluminados que quiere censurar el humor. Debe ser porque no lo tienen. Y momentos buenos con el público.
Un momento malo: cuando me dijeron que Vampiros en La Habana estaba fustete, que no era lo que esperaban de mí, que no tendría conferencia de prensa ni estreno.
Uno bueno: cuando la misma película rompió record de taquilla en el primer mes de exhibición y se vendió en todo el mundo.

PP: Como profesional del humor, ¿te ríe fácil? ¿Con qué tipo de chistes?
Juan Padrón: Creo que me río bastante…. Sí, me ha gustado mucho Cuba.

PP: Alguna anécdota relacionada con tu profesión.
Juan Padrón: Una madrugada, en La Pelota, esperando la confronta, se me apareció un flaco muy flaco, patilludo, con gorra, y me dijo: Rey del Mundo, regálame un ssigarrito ahí, Rey del Mundo.
Años después, lo dibujé en Vampiros en La Habana.

PP: ¿Con cuáles colegas te identificas?
Juan Padrón: Me gustan los chistes de Manuel y Ares.

PP: ¿Qué me aconsejas a mí como humorista?
Juan Padrón: A mí me vino bien leer a Ramón Mesa, Miguel de Marcos, estudiar las revistas Karikatos, The New Yorker, Zig-Zag, El Pitirre… ir atrás, y ver qué hacían otros humoristas cubanos cuando uno era todavía una ñinguita en el hiberespacio, o cuando empezaba a garabatear. Coincido con Zumbado en que hay que estudiar la historia de tu oficio. Meter rigor, esto se cosa seria, tú.

 

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Nuevo libro para la cuarentena

a_6.jpgAl fin salió uno de mis libros favoritos: “El chiste”. Es el número 60 publicado (14 para adultos y 46 para niños).

Recuerdo cuando en la biblioteca de mi ciudad, hace millones de años, me encontré el libro “Iconografía del chiste”, cuyo autor era Noel Clarasó (1899-1985). Al leerlo me dieron muchas ganas de hacer algo parecido algún día. En esa época, con mi amigo y compañero de enseñanza media, Moisés Rodríguez, prometimos que “cuando fuéramos grandes” haríamos una antología completa de chistes. Nunca la hicimos, pero junto con Aramís Quintero fundamos “La Seña del Humor” varios años después.

Ya en Chile, estudiando la teoría del humor, descubrí el libro “El chiste y su relación con el inconsciente”, de Sigmund Freud (1856–1939) y más tarde “El chiste y la comunicación lúdica” de Ana María Vigara (1955-2012) y ahí sí decidí que yo tenía que publicar algo sobre el tema. Es que el chiste siempre fue algo importante para mí.
Hace un año que lo terminé y ahora me hace feliz publicarlo.
El texto de la contraportada dice:
“Un libro dedicado a reivindicar al chiste. ¿Cuál es su definición? ¿Sabe usted de las increíbles curiosidades que existen alrededor del chiste? ¿Le interesa saber quiénes inventan esos chistes que corren de boca en boca? ¿Se ha interesado en saber cómo se clasifican? ¿Desea aprender a crearlos y contarlos? ¿Ha estudiado el por qué de los chistes de tontos? ¿Por qué es importante que los niños lean chistes? Pues aquí encontrará todas esas respuestas. ¡Y además podrá disfrutar de más de 80 chistes creados por el autor!”.

Nota: Para adquirirlo, entrar aquí: https://www.amazon.es/l/B085DC4BL2

 

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Mi descarga sobre el coronavirus

acubre.jpgYo soy de los que más probabilidades tengo de morir si agarro el coronavirus. Por mi edad, mi asma, etc. Por tal motivo he reflexionado sobre esta pandemia que vivimos en estos días. Me estimuló una conversación que tuve con mi amigo Yin Pedraza Ginori, donde abordamos varios de los puntos que aquí toco.

Aclaro: no estoy contagiado.
Amigos, estamos viviendo un acontecimiento histórico. De esto se hablará para siempre. Pongo tres ejemplos:
1-Es primera pandemia con altos niveles de desarrollo comunicacional. En las anteriores pestes que azotaron la Humanidad era difícil enterarte de lo que ocurría, por ejemplo, en la vecina ciudad, para bien o para mal.

2-Es primera vez que se toman medidas como el toque de queda por un amenaza de infección. Hemos visto y veremos ciudades vacías, como imágenes de películas de ciencia ficción o de series como The walking dead.
3-Vamos a ser testigos de un record: se logrará la vacuna contra el virus en menos de 10 meses, según los cálculos científicos.
Lo anterior sirve para todos, vivan donde vivan.

Pero ahora me referiré a lo que he visto, sentido, o reflexionado en lo personal.
* Desde que comenzó esto, me han llegado toneladas de mensajes, memes, videos, etc. sobre el coronavirus y ya estoy saturado del tema. ¡Spamtado!
* He visto gente irresponsable que no cumple con las medidas de las autoridades, poniendo en riesgo la vida de los demás. Eso duele. Ver a seres humanos individualistas, egoístas, es triste y decepcionante. Y hay otros que no creen en nada y dicen que todo esto es mentira, aunque se les muestren los muertos.
* He visto autoridades de varios países (de los dos colores ideológicos) que no han hecho bien las cosas por ignorancia, por apostar mal, o también por irresponsables que priorizan otras cosas primero que la vida humana. Por ejemplo, no toman medidas severas para no dejar de ganar plata.
* He visto como políticos llenos de maldad y oportunismo hacen mucho daño. Por ejemplo, mintiendo de que existe una medicina que cura el virus, solo porque ese medicamento lo produce su bando ideológico, sin importarle que les dan falsas esperanzas a los moribundos, etc., pero insisten con su estrategia de que “miente y miente que algo queda”.
* He visto con desagrado cómo se multiplican las conjeturas de complot internacional. Unos dicen que fueron los chinos y los rusos que crearon el virus para debilitar el capitalismo. Otros dicen que el imperialismo norteamericano y sus aliados son los culpables, porque quieren destruir a sus enemigos. A mí me da vergüenza y asco ambas posturas. Sobre todo ver cómo gastan esfuerzos, neuronas y dinero en eso, en vez de concentrarse en cómo ayudar a controlar el contagio, etc.
* He visto con agrado cómo han disminuido hasta casi cero, los actos violentistas, ya que no pueden salir ahora a la calle esos energúmenos para seguir destruyendo el país.

Pero al mismo tiempo he leído cosas graciosas como:
* Un compadre en Vigo, España, salió de la cuarentena directo a un policía para que se lo llevaran preso, porque no podía seguir conviviendo con su madre 24 horas durante tanto tiempo.
* También leí que en la ciudad 0, Wuhan, ya salidos de la cuarentena, se han elevado extraordinariamente las solicitudes de divorcio. Es que estar tanto tiempo juntos parece que erosiona el amor.
* Y yo pronostico que en el mundo, dentro de 8, 9 o 10 meses aumentarán muchísimo los abortos y la natalidad infantil a causa de este forzado aislamiento.

Pero también, aunque me tilden de optimista, que…
* Todo esto nos puede convertir en gente más solidaria, más humana.
* Aumentarán bastante los teletrabajos a partir de estos meses y para siempre.
* Quizás se haga más conciencia en lo ecológico, porque la descontaminación que se ve en las ciudades con la cuarentena será un magnífico ejemplo de calidad de vida que se puede lograr, porque depende de nosotros mismo.
* Habrá más conciencia en cuidar a los abuelos, ¿por qué no? Al ver que somos tan débiles ante estas amenazas.

En fin, experiencias buenas y malas que han enriquecido o empobrecido nuestras vidas. Hasta este momento, en que yo que escribo esto y ustedes lo leen, tenemos que sentirnos privilegiados de estar vivos y de ser testigos de –repito-, un hecho histórico.

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Sitio del Ministerio de Educación con mis libros para niños

En este sitio del Ministerio de Educación de Chile, veo estos 12 libros míos para niños. No sé cuál fue el criterio de esa selección. Ahí faltan 35 más y varios muy solicitados en los Planes Lectores de las escuelas como "El hombre lobo de Quilicura", "El secreto de la cueva negra", "el cuento de la Ñ", "Trinos de colores", "Ada y su varita" y otros.

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Cuentos serios de bufones #14

abu_0.jpgÉrase una vez, hace poquísimo tiempo y en un lugar muy cercano, un bufón que tenía un hijo muy pequeño. Desde los 3 años la gente veía al niño hablando solo; es decir, contando chistes, realizando mimos, muecas y gracias, siempre jugando a ser él un bufón, como si estuviera haciendo reír a alguien.
El papá bufón se preocupó por la extraña conducta de su hijo y comenzó a investigar, descubriendo que el niño tenía un amigo imaginario.
Se sabe que muchos niños inventan amigos irreales para sociabilizar y jugar. Sin embargo, lo especial en este caso es que el amigo imaginario no era un niño de su edad, ni siquiera era un adolescente. ¡Su amigo era un adulto mayor! Y con él jugaba todo el tiempo haciéndolo reír en sus prácticas para ser un bufón profesional como su padre. Y también compartía su vida personal, claro está, confiándole todo.

Y así el muchacho fue creciendo y con él envejecía aún más su amigo imaginario.
Se convirtió entonces aquel niño en un simpático joven y tuvo que ponerse a buscar su repertorio y estilo propio de bufón, para sustituir a su padre, ya retirándose de su gratificante oficio.
Y el joven bufón decidió explotar su talento como ventrílocuo. Se sentaba en sus rodillas un muñeco de aspecto de anciano, el cual bautizó como Sigfrido, porque así se llama su viejo amigo imaginario. Y manipulando por detrás al muñeco y sin mover los labios, proyectando su voz desde el estómago, lograba hacer reír a su publico tanto en el Palacio como en la plaza de Villa.
Pero su mayor éxito fue cuando su amigo imaginario le propuso que al ser él una persona irreal; es decir, alguien que nadie más que el joven podía ver, aprovecharía eso y se pasearía entre los espectadores, escucharía lo que hablaban y todo lo que averiguara se lo transmitiría al oído al joven y así parecería que además de ventrílocuo, el bufón era adivino. Todo en clave de comicidad, por supuesto. Y el show del hijo del antiguo bufón fue un éxito total hasta en varios Reinos vecinos. Nadie podía creer todo lo que decía y sabía el gracioso muñeco Sigfrido.
Pero no todo fue risa, fama y complacencia en la principiante carrera de aquel bufón.
Al paso del tiempo el amigo imaginario, cada vez más viejo, se fue enfermando, se fue apagando, hasta que un fatal día falleció.
El nuevo bufón de Palacio sintió un gran dolor. ¡Una vida compartiendo con su amigo! Y ahora lo perdía para siempre, asumiendo por primera vez él solo su responsabilidad personal y profesional.
Pero el show debía continuar, como dice el dicho, y tuvo que presentarse ante el Rey y su Corte para hacerlos reír. Llegó al salón sin ánimo, sin deseos y sin chispa alguna. Sintió miedo porque su estado de ánimo lo podría llevar al fracaso y sabía que si no le sacaba una sonrisa al Rey su carrera podría peligrar.
Nervioso, colocó el muñeco sobre sus piernas y mientras pensaba y decidía rápidamente qué decir, su sorpresa fue enorme al ver a Sigfrido hablar solo, independiente, y sacándole carcajadas enseguida a la audiencia. Solamente tuvo que imitar que lo manipulaba.
Entonces, en un susurro salido de su estómago -que nadie del público escuchó-, el bufón le agradeció con todo su corazón a Sigfrido. Es que un amigo, real o imaginario, si es verdadero, nunca nos falla.

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Cuentos serios de bufones #13

88014045_10222189600072350_4396633140446101504_n.jpgÉrase una vez, hace poquísimos años y en un lugar muy cercano, el nieto del retirado bufón de Palacio salió acongojado a las calles de aquel villorio a causa de la impotencia de ver a su abuelo deprimido por no tener ya la habilidad de hacer reír.
Pasando por una estrecha calle encontró a un hombre vendiendo flores, frente a un local con un letrero en su puerta que decía: “Escuela de graciosos”. No lo podía creer.

Pero reaccionó y entró enseguida. Lo atendió un anciano de baja estatura con un sombrero extraño. “Quiero aprender a ser cómico”, soltó de inmediato. “Claro, para eso eres el nieto del antiguo Bufón de Palacio”, dijo el viejo. “¿Cómo lo sabe usted?”, quiso saber el muchacho. “Eso no importa, hijo”, le respondió el anfitrión, “lo importante es que te prepares ya para la primera clase”. Y le indicó al chico que se pusiera a hacer gracias a la gente que pasaba por la calle. El aprendiz de bufón comenzó a soltarse poco a poco y en un momento ya se reía de un comerciante que usaba peluquín, de un carbonero de enorme nariz, etcétera. De pronto fue llamado por el anciano, que lo regañó explicándole que no era bueno burlarse de los defectos físicos, ni de nada que podría dañar a las personas.
Entonces el pichón de bufón cambió su rutina y comenzó a contar chistes infantilones que recordaba; también a burlarse de feos actos que cometía la gente, como de un ladronzuelo, de un caballero que despreciaba a los demás a su paso, etcétera.
El anciano lo felicitó antes de irse de vuelta a su casa.
El chico no quiso contarle a nadie, ni a sus familiares, “hasta no graduarme de bufón”, se dijo, para darle la sorpresa a su abuelo.
Al otro día, bien temprano, regresó a la calle estrecha, reconoció al vendedor de flores, pero para su asombro, no existía el local con el letrero en su puerta. En su lugar estaba un puesto de frutas atendido por una mujer. No podía creerlo. Le preguntó varias veces al vendedor de flores y éste sólo se encogía de hombros. El aprendiz de bufón, con lágrimas en los ojos, dio media vuelta y se alejó alicaído. Pero al llegar a la esquina escuchó la voz del vendedor de flores que le gritaba: “¡Oye, niño, ayer me reí mucho con el chiste del perro y el gato!”. Al oír aquello el muchacho se volvió, pero de nuevo la sorpresa: el vendedor de flores no estaba por todo aquello.
El chico se demoró en entender. Pero al final sus ojitos brillaron y una sonrisa iluminó su rostro. Regresó a casa haciendo pataletas en el aire y pensando en su primera lección: “Ser bufón es mágico”.

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