Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo
Actuando en programa de TV "Departamento de soltero" de Sábado Gigante, 1994. No. 1
Me encontré otro video de los años 90, de cuando mi personaje Silvio, actuaba en el elenco estable del segmento "Departamento de soltero" del programa Sábado Gigante de Don Francisco.
De cómo viajé al Vaticano con mi nieto y de lo que no nos acaeció.
Relato poco espiritualista de un tour por la Santa Sede, abortado por un súbito terror.
Mi nieto Benjamín hizo de todo a su alcance para que lo llevara al Vaticano. No entendí esa repentina motivación espiritual, pero como típico abuelo condescendiente, lo complací.
Soy agnóstico, pero siempre me ha llamado la atención la vida de Jesucristo, porque sea una historia real o no, fue abnegada sin dudas. Como una novela de sacrificción, diría yo. Eso se lo explicaba a mi nieto en medio de la Plaza de San Pedro, bajo tremendo aguacero, esperando ahí hasta empaparnos; es decir, hasta ver al Papa.
- ¿Sabes que este país es el más pequeño del mundo? –le comenté-. Es sólo esta minúscula urbanización que ves.
- ¿En serio? ¿Y no hay montañas, ríos, carreteras, campos, rascacielos y esas cosas?
- No –le respondí suspirando-, pero hay recursos suficientes para comprar todas esas cosas, si no lo hacen es porque aquí todos hicieron el voto de pobreza.
- ¡Pero esto es demasiado chico!
- Así es. Imagínate que la Basílica de San Pedro y esta Plaza ocupan el 20% del país.
- ¡Increíble!... Tata, ¿y dónde está la Capilla Sixtina?
- En aquel Palacio –le contesté señalándolo-. ¿Tú sabes que el techo de esa Capilla la pintó Miguel Ángel?
- No, no sabía que las Tortugas Ninjas pintaran –respondió sin compunción alguna, para enseguida preguntar-: ¿y quién fue el primer Papa?
Le expliqué entonces que según muchos teólogos, el primero fue Pedro, un humilde pescador que apostó tanto por Jesús, apostó tanto por esta religión, y apostó tanto por su dios, que llegó a ser Apóstol, y de ahí enseguida a Papa.
- Han mejorado, ¿no es cierto? –dijo-. De una casucha de pescador mira dónde viven ahora.
- Es que no es lo mismo vivir en un barco hambriento, que un banco hambrosiano, aunque las tripas suenen y la h no.
- No entendí, Tata.
- Yo nunca lo he hecho, pero olvídate y disfruta el lugar.
- ¡De verdad que esto es muy grande! –suspiró admirado-. ¿Cuántos empleados de limpieza trabajarán en esta Basílica?”
- No lo sé, mi niño -dije-. De ese tema sólo supe hace poco que el antiguo Mayordomo renunció. Quizás tenía mucho trabajo.
- Ahora trabajará con Batman me imagino -dijo mi nieto.
- ¿Por qué?
- Porque la Baticueva es menor que el Baticano -respondió obviando aquello de labial/labidental.
Quise que nos alejáramos por arreciar la lluvia.
- Benja, vamos, estamos anegados.
- Esperemos, Tata, recuerda que Pedro anegó tres veces a Jesús.
No sé de dónde sacó eso, pero era evidente que la figura del Papa lo atraía mucho, por lo menos de ayer para acá. Entonces se me ocurrió hablar mal de ellos para testear el alcance de su fervor.
- Hay papas que pueden provocar un ingesto, como el gesto de Pío XI, que no dijo ni pío para condenar al impío de Mussolini -dije haciendo historia con aire trapío.
- ¡Mira unas monjas corriendo hacia aquel convento!” -gritó, señalándome a un grupo de hermanas, sin interesarle mi comentario.
- Sí, en este papado, las monjas navegan convento a favor -admití.
- ¿Y cómo se relaciona el Papa con las monjas y las mujeres en general?
- Bueno, mira a tu alrededor, aquí hay varias creyentes que obedecen ciegamente al Papa, por eso más de una vendrá a esta Plaza a escuchar sumisa.
- No entiendo otra vez.
- No importa, mi niño -le contesté-, lo que debemos hacer es irnos porque no escampa.
- ¡No! –saltó-. Yo no me voy hasta que el Papa reciba a Miley Cyrus.
- ¿Qué? –exclamé, entendiéndolo todo de inmediato-. ¿Por eso tanto interés de venir a ver al Papa?
- Claro, Tata, es mi oportunidad de verla –dijo.
- Pero aquí no la verás, porque el Papa recibe a sus visitas en su despacho, y no me mires con despecho, porque ahí sí no podemos entrar.
- Yo podría infiltrarme. Así la ve Francisco Primero y yo después.
- Olvídate, vamos…
- Déjame ir Tata, dale… -me pidió, con la amenaza de comenzar una ola de pataletas.
- Lo siento, Benja. No te dejaré.
- ¿Cree que me podría agarrar el estrangulador de Boston?
- No, pero quizás sí el arzobispo de Boston.
- ¿Ese arzobispo es también un criminal?
- ¡Tanto como el australiano cardenal!...¡Uf! ¡Vamos, niño!
- ¿Qué le pasa, Tata?
- ¡Siento un súbito terror!
Actuando en programa de TV "Departamento de soltero" de Sábado Gigante, 1994. No. 2
De 1994 a 1995 tuve el honor de actuar de forma estable en Sábado Gigante, en el segmento humorístico "Departamento de Soltera", junto a los excelentes comediantes chilenos Pato Torres, Fernando Alarcón, la fallecida Rebeca Ghigliotto y la uruguaya-chilena Liliana García. Se grababa en el canal 13 aquí y se mandaba para Miami después. Fue una rica experiencia.
No. 36
Por favor, no envidiemos la inteligencia de los que ganan premios Nobel, ni la de los que pueden recitar de memoria la Biblia. Porque la mejor inteligencia es la de la persona que sabe tomar buenas decisiones, disfrutar la vida, tener un sentido del humor desarrollado, respetarse tanto a sí mismo como a los demás y tener la capacidad de ser feliz a pesar de las circunstancias.
Libro que recomiendo: "Escritos birriosos"
Recuerdo esos años en mi ciudad natal de Matanzas, Cuba, cuando cursaba la Enseñanza Media, preuniversitaria, en que se ponían de moda ciertos autores entre varios de mis compañeros y nos sumergíamos en La Biblioteca Provincial a bucear entre aquellos enormes estantes para encontrar el libro de turno e intercambiarlo después por otro. Muchos escritores pasaron por esas “modas”, como Williams Somerset Maughan, Stefan Zweing, Charles Dickens, etcétera. Pero hubo uno en especial que me impactó mucho: Enrique Jardiel Poncela. Tan es así que me “acusan” con frecuencia de que mi forma de escribir recuerda bastante a la de ese humorista literario español. Por supuesto, tomo siempre esos comentarios como elogios.
Pues a partir del descubrimiento del primer libro de Jardiel Poncela (que fue “Espérame en Siberia, vida mía”) , en esa época juvenil, cada vez que encontraba una nueva obra de él, era una fiesta para mí y mis amigos.
Pues por increíble que parezca, a casi 50 años de aquello, vuelvo a vivir y sentir lo mismo. Pero ahora me sucede con su nieto el amigo Enrique Gallud Jardiel.
La diferencia es que mi vida se ha convertido en una frecuente celebración, porque el nieto es un máquina de crear y no para de publicar exquisitos libros de humor.
Esta vez se trata de “Escritos birriosos” y con una bajada de título: “Géneros literarios del tres al cuarto” (ver foto abajo).
Ya Gallud Jardiel tiene un sello propio. Lo comprobé escribiendo con él, a dos manos, el libro "La Ridícula Historia Universal" y leyendo ya unos cuantos de su producción.
Y lo afirmo, porque cualquier tema o argumento que él elija lo trata con el fino humor, la agridulce ironía, el juego de palabras, la sorpresiva asociación de ideas, la exageración, el leve absurdo, la agraciada parodia, el latigazo festivo de la sátira y todo enmarcado en la excelente forma de aire culto, a veces hasta de erudición, reflejando de verdad su cultura y su amor al buen arte, pero sabiendo siempre “despertarte” y “sacarte” de ese mundo con una palmadita chistosa.
Ya lo hemos visto desplegar su talento en campos como el cine, la historia, la filosofía, así que era obvio que abordando la literatura dentro de la literatura, una vez más nos regalaría este lujo de hacernos reír y pensar, algo que no todos pueden, como sabemos.
Gracias, Enrique Gallud Jardiel, por revivirme algunos lindos pasajes de mi historia personal.
Y gracias al que sea, o a lo que sea, por haber conocido y disfrutado tanto a estos dos grandes Jardieles.
Noticias de Chile
Para los que desconocen la noticia, un bus recorrerá Chile como parte de una campaña contra la diversidad de género y esas cosas. Obvio que es una iniciativa religiosa. Dicha noticia ha levantando roncha en otro sector de la sociedad e innumerables personas han hecho púbico su descontento en las redes sociales. Y hasta algunos se organizan ya para evitar el recorrido de alguna manera.
Yo, como libre pensador, estoy en total desacuerdo con el mensaje de ese bus. Yo apoyo la diversidad sexual, apoyo el derecho de los homosexuales, de los transexuales y de todas esas minorías.
Sin embargo, creo que en democracia los que opinan diferente a mí tienen derecho a expresarse también. Mientras no haya una incitación a la violencia o la provocación a dañar al ser humano, hay que respetar la libertad de expresión.
Cuando censuraron la película sobre Cristo en este país, he leído que mucha gente protestó, pero como estaban en dictadura, sin libertades, los chilenos se quedaron sin verla. Un crimen. Pues no se puede pagar con la misma moneda. No se combate las ideas con censura, se combate con mejores ideas, con sólidos argumentos.
Si alguien se ofende con este tipo de iniciativas, lo lógico es ir por los canales legales y demandar. Y si no consigue nada, use la votación para escoger otros políticos que hagan otras leyes. Claro, si los políticos elegidos crean muchas leyes que censuran, limitan y amordazan la libertad, hemos caído en el totalitarismo, en la dictadura y hay que volver a conseguir de nuevo vivir en democracia y que se creen las leyes óptimas.
En fin, si inventan otro bus que diga lo contrario de éste, hasta yo me subiría en él a vocear el mensaje. Pero me opongo tajantemente a que prohiban al bus religioso en cuestión y menos que lo hagan víctima de cualquier tipo de violencia.
Demostremos más inteligencia, mejores razones, tolerancia, buena convivencia y sobre todo aprendamos a vivir en democracia. Recuerden que los extremos políticos e ideológicos no les interesa lo anterior, sino cumplir sus metas sin importarles nada. Esto último lo digo porque se acercan elecciones.
Serie de TV "Doctor Tuga"
Primer Capítulo: NO ME SIENTO BIEN.
Guión literario.-
Estirándose su bata blanca y acomodando el estetoscopio en su bolsillo, ya que por su escasísimo cuello no podia colgárselo, el Doctor Héctor Tuga entra a su consultorio caminando muy lentamente, se sienta detrás de la mesa de atención al paciente, prende el computador y con sus dedos de piel medio verdosa teclea su código para entrar al sistema.
Mira a su alrededor, vuelve a revisar la blancura de su bata, suspira satisfecho y con un eterno movimiento aprieta el intercomunicador. (El ritmo debe ser lento como una antigua y aburrida película soviética, o nórdica, como una de Ingmar Bergman).
-Yésica.
-¡Sí, mi amor!
-Te dije que en el trabajo me dijeras Doctor Tuga. Aquí eres mi secretaria, no mi pareja.
-Verdad que sí. Lo siento, mi amor. Perdón, mi Doctor…
-¿Qué?
-Tuga. Doctor Tuga.
-Bien, llama a mi primer paciente, al señor Otto Angulo.
-¿Otto Angulo? ¿Cara de…?
-¡Cuidado! ¡Nada de broma que te pueden oír!
-No se preocupe, Doctor Tuga. Tengo todo bajo control.
-Gracias.
Se escucha entonces la voz de Yésica por los altoparlantes.
-¡Señor Otto Angulo! ¡Señor Otto Angulo! ¡Diríjase a la consulta del Doctor Tuga con disimulo!
El Doctor Tuga levanta la cejas al escucharla y reubica de nuevo todos los objetos sobre su escritorio con pausados movimientos.
Un hombre de unos cuarenta años y de muy baja estatura, empuja la puerta del consultorio y entra.
-Buenas –lo saluda el Doctor con una media sonrisa-. Como debe saber, esta es una consulta integral, para atenderle el cuerpo y la mente. Así que usted dirá.
-Ante todo –habla el señor con el dedo índice levantado-, ¡no tengo ninguna Cara de…!
-¿Cómo? –lo interrumpe el Doctor-. ¿Escuchó lo que hablamos con mi secretaria?
-¡Supongo que su pareja dejó abierto el microfono, porque todos en el salón de espera oímos su chiste de mal gusto!
-Perdón, señor Otto. Le prometo que no volverá a suceder-. Siéntese, por favor.
El cuarentón bajito mueve la silla colocándola de frente al médico y se sienta. No fue de su agrado la posición y se acomoda mejor.
-Bien –trata de ser bien amabla Tuga, midiendo sus palabras-. Dígame, ¿cómo se siente?
-Me siento mal, Doctor.
-¿Le traigo otra silla? –quiso saber el médico mirando hacia la piernas colgadas del hombre.
-No ésta está bien, la silla no tiene nada, soy yo el que se siente mal.
-¿Me puede decir cómo se siente con más detalles?
El pequeño cuarentón comienza a señalar e ilustrar con sus manos cada cosa que dice.
-Se lo explico. Coloco mis glúteos sobre la silla, doblo los pies por las rodillas y los dejo colgar…
-No, por favor, no me refería a eso. Vino porque se siente mal, ¿no es cierto?
-Bueno, en todo caso vine después de escuchar el chiste malo de su pareja-secretaria. Después me senté mal, pero rectifiqué y me acomodé mejor. Así que ya estoy bien sentado, le dije. ¿Por qué tanta insistencia con eso, Doctor?
-Mire, cuando usted quiera me dice qué se siente.
-Pues se siente uno mal, le diré con franqueza. Porque es inaudito que a usted sólo le preocupe cómo me siento en su silla. Dígame una cosa, ¿invirtió usted en construir una línea de siila así para dedicarse a comercializarlas?
-Señor…
-No, porque si es eso le diré que hizo una buena inversión. La silla es magnífica. Uno se siente bien.
-Ah, entonces si se siente bien, no tiene por qué estar aquí… ¡Fue ra de mi con sul ta!
Malasia: una macerada, pero desazonada experiencia.
Tribulaciones de un viaje para entrevistar a dos sospechosas de la muerte de un hermano de Un.
Cuando me enteré del atentado al pariente del gordito loco de Corea del Norte en Malasia, tomé el primer vuelo a ese país para entrevistar a las protagonistas. Pero el único pasaje era para la ciudad turística de Malaca. Lo tomé igual. Al bajarme del avión pensé que había llegado a “Malacaibo”, por el calor, la humedad. Era trópico de tomo y lomo.
Esta es la tierra de las palmas. Campos y campos de ese cultivo. Este país debería llamarse Palmasia en vez de Malasia. Por supuesto, le sacan el jugo, porque producen Azúcar de Palma, Miel de Palma, Aceite de Palma, Tablas de Palma y hasta Palmatorias, Palmacristi.
Para el que no lo sepa, la ciudad de Malaca es Patrimonio Cultural de la Humanidad. Fue invadida y colonizada por chinos, portugueses, holandeses, británicos, japoneses y por todo aquel gentilicio que haya estado de paso por esta zona. Incluso, hace unos años los Mc Donals, los Starbucks, los Burguer King, etc., también la han invadido, incluyendo los centros comerciales. Ya el número de mall se acerca al número de palmas.
Otra cosa que abunda son los museos. Brotan silvestres como las palmas y los mall. Menciono algunos: Museo marítimo, Museo del Islam, Museo del Pueblo, Museo de la Cultura, Museo Histórico, Museo Natural, y si no hay Museo de Arte Precolombino y Museo de la Revolución, es porque a Colón y a Fidel no les dio tiempo pasar por ahí.
Viendo en exhibición una goleta rescatada y restaurada, uno se siente Emilio Salgari.
Pero la mayor atracción de la ciudad es pasear por Junker Street, una calle muy estrecha de cinco o seis cuadras de largo, con comercios y restaurantes en ambas veredas y muchos puestos improvisados en las aceras donde se vende lo mismo una lavadora, una artesanía, que un pescado frito.
Imagínense millones de personas caminando para allá y para acá en esa callecita, donde también pasan algunos autos y todo a casi 40 grados celsius. Lo más fácil para los comerciantes es vender platos de pato a la naranja, pato pequinés, etc., porque usan unas redes encima de sus puestos ambulantes para recoger los patos que caen asados ya.
La multitud es tal que no puedes detenerte a ver nada de lo que muestran en las aceras o locales, el tumulto te lleva, te arrastra casi sin tocar el piso. Los quitasoles de las mujeres –de menor estatura casi todas- son peligrosísimas porque te sacan un ojo si te descuidas.
Entonces pegados unos con otros nos vamos deslizando por la calle, mientras litros de sudor recorren tu cuerpo. Recuerdo que se me nubló la vista y de repente me vi sobre la mar de cabezas y quitasoles. Así que, como recital de rock duro, me pasearon acostado bocarriba en brazos por encima de sus cabezas y me abandonaron al lado de un fogón encendido. Traté de salir de ahí, pero un chino bien gordo se subió en mis pies. Por el peinado se me pareció a Kim Jong-un al verlo desaparecer en el tumulto. Fue terrible. Yo tengo el metatarso caído, pues alguien lo recogió y trató de ponérmelo en su lugar a la fuerza, sin éxito. Entonces otro, presionó tanto mi talón de Aquiles que obligó a éste a salir del closet y casarse con Héctor. Yo tengo los pies planos. Bueno, los tenía, porque me hizo un enorme arco. Pero un arco al revés, convexo, para afuera. Me di cuenta al ponerme de pie, ya que al pararme firme fui meciéndome para cualquier lado sin caerme. Haciéndome rodar como balón de gas de 15 kg. un amable malayo me llevó hasta el hotel.
Al otro día, con miedo y pensando que el régimen de norcorea me perseguía, partí a Kuala Lumpur, donde fue el atentado, pero esa es otra historia. Lo que sí puedo asegurar es que a pesar de la fama de tigres y jaguares de la economía, los malayos son amables, nobles y muy queribles seres humanos. Malasia debería llamarse Buenasia.
República Árabe de Egipto: una faraónica, pero jeroglífica experiencia
Hosni Mubarak, el llamado “Faraón”, el expresivo expresidente expresidiario, anda suelto y no se tiene la más mínima pista respecto a su paradero.
Cuando me enteré de que Hosni Mubarak fue puesto en libertad, después de seis años recluido tras su supuesta complicidad en la muerte de 239 manifestantes, durante las protestas que lo derrocaron en 2011, volé lo más rápido que pude a Egipto para tratar de entrevistarlo. Quería hacerle una sola pregunta, porque con sus 88 años (y como los oficios de presidente y presidiario desgastan), quizás no me daba tiempo para una segunda.
¿Pero por qué tanto interés en él?, se preguntará usted. Y yo no le responderé hasta que me pregunte a mí. Si lo hace, entonces le contesto que ese febrero del 2011 yo fui testigo presencial de lo ocurrido en ese país. (En esos momentos me encontraba entrevistando a un antropólogo que comprobaba en terreno su hipótesis de que las pirámides fueron construidas al lado de las canteras y después las trasladaron hasta sus posiciones actuales.)
Recuerdo estar en La Plaza Tahrir viendo a más de 300 000 egipcios protestando contra Mubarak y cientos de egiptólogos estudiando el fenómeno. Lo curioso es que la muchedumbre colocaba sus cuerpos completamente de frente, hacia la parte oeste de La Plaza, pero sus manos, pies, caras, senos, etc., los ponían de perfil, dirigiéndolos hacia el sur. No sé si era para estar listos para correr, o porque eran gente muy consecuente con el estilo figurativo de su arte antiguo.
Recuerdo también que veía cómo llegaban los tanques del ejército y de pronto se vaciaba La Plaza, pero al retirarse los militares, se llenaba de nuevo el lugar. Eso lo repitieron tantas veces, que al final parecía que los militares marchaban y los manifestantes los reprimían.
Pero veamos quién es este renombrado egipcio Hosni Mubarak. Y digo así, porque sinuhé el egipcio él, ¿quién podría serlo?
Para muchos fue un dictador y no sólo porque le dictaba muchas cartas a su secretaria. Sin embargo, para otros fue dictador y también corrupto. Claro, no se puede desconocer que creó leyes para el enriquecimiento de su pueblo. Por ejemplo, tenemos aquella donde destinó cuantiosos fondos a su cuenta personal, con el objetivo de entregarles ese dinero él mismo, como indemnización, a los familiares directos de los esclavos fallecidos al construir las pirámides. Si no los entregó antes de caer preso fue, obviamente, por el lento trámite de la certificación de los ADN.
Sin embargo, los egipcios no le creyeron y salieron a la calle pacíficamente, tomándose las calles y parte del Nilo (debido al calor asfixiante en esos días).
Yo fui testigo de cómo se expresaban: “Nilo pienses, Mubarak, tienes que irte”, vociferaban en egipcio los de El Cairo. “¡Tirano ya renuncia, autócrata dimite!”, gritaban en alejandrinos los de Alejandría. “¡Y te bas! ¡Te bas! ¡Te bas!”, cantaban en gazapos los de Tebas.
Recuerdo que en esos momentos, “El Faraón” dijo por televisión que a pesar de su nefritis, o nefertitis (no recuerdo bien el nombre de su enfermedad), no abandonaría al poder. “Y si me Cairo, me levanto”, afirmó en esa oportunidad (o por lo menos eso entendí en mi mal árabe). “¡Y si muero, Gamal Abdel!” aseguró (que traducido quiere decir: ¡Y si muero vuelvo a Nasser!), y finalizó con varias palabras soeces, peores de las que se dicen de él en El Canal de Soez.
Después lo detuvieron y otros llegaron al gobierno. Sin embargo, nadie se ha atrevido a extirpar el tutmosis de la corrupción y la ambición que produce el poder en esa piramidal nación.
No he logrado ubicar a Mubarak. Y cada vez tengo menos esperanzas de entrevistarlo. Sobre todo después de que varios ufólogos egipcios me informaron de un avistamiento en el Valle del Nilo. Dicen que vieron atravesar el cielo un “Hosni” en dirección desconocida.
¡Otro producto del Dr. Tuga! (No. 5).
Batería de Test: “Conózcase usted mismo o misma",
diseñado en el Centro de Psicosomatización Integral “Dr. Héctor Tuga”
Test No. 4
¿ES UD. UN(A) PERSONO(A) DEMÓCRATO(A)?
Marque en la casilla correspondiente, según su respuesta.
(Marque -García, Gabriel-, con una pluma de ganso realizando un arabesco o viñeta en la casilla correspondiente si piensa que tiene buen gusto; o con una pluma de pollo de granja avícola garabatenado una “x” si cree que tiene mal gusto).
A) ¿Disfruta todo el día su radio a todo volumen escuchando reguetón?
SI ___ NO ___ ¡QUÉ SÉ YO! ___ QUIZÁS ___
B) ¿Le gusta echar mucho ket chup a todo lo que come, mientras oye reguetón?
SI ___ NO ___ ¡QUÉ SÉ YO! ___ QUIZÁS ___
C) ¿Chopan o Daddy Yankee?
SI ___ NO ___ ¡QUÉ SÉ YO! ___ QUIZÁS ___
D) ¿Se identifica más con las imagines poéticas de Don César Vallejo o con las de Don Omar?
SI ___ NO ___ ¡QUÉ SÉ YO! ___ QUIZÁS ___
E) ¿Usa Ud. pulseras, cadenas, anillos, etc. de 92 kilates y al mismo tiempo?
SI ___ NO ___ ¡QUÉ SÉ YO! ___ QUIZÁS ___
PARA SABER SI USTED TIENE BUEN GUSTO(A):
1- Por cada cada respuesta afirmativa, escriba 100 veces la palabra “muevetucu”.
2- Si solo respondió de manera positiva la A, la B y la E, lo felicitamos, Ud. está de moda.
3- Si marcó solo a César Vallejo y a Chopan, Ud. está mal, porque a nadie se le ocurre responder en serio este test. Debe atenderse eso, porque es típico de la gente que dice tener tan buen gusto que no desarrollan su sentido del humor. Y no se dan cuenta que una cosa no tiene nada que ver con la otra (Nota del Dr. Tuga).
Ojo: Si en una fiesta, a las 12 de la noche, con cuatro tragos encima, no baila un reguetón, quizás tenga Ud. buen gusto, sí, pero Ud. es más aburrido que comida de hospital. (Otra nota del Dr. Tuga).