Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo

Enfermos de debilidad

descarga_2_14.jpegSi a una persona de más de 18 años usted le dice que no le eche sal a las comidas y esa persona no le hace caso y cada vez que come vacía el salero en sus alimentos, llegará el día en que se hará hipertenso y hasta le podría dar un ataque al corazón, ¿no es cierto? Supongamos entonces que se salva, pero vivirá como un enfermo. Eso significará gastos y desgaste para la familia y gastos y desgaste para la sociedad, porque esa persona no tendrá recursos suficientes para luchar contra una larga enfermedad y el Estado tiene el deber de cuidarlo gastando el dinero de todos y con el desgaste de todos, porque sabemos que lo que tiene es una enfermedad y no se le podría abandonar a su suerte. Sería inhumano.

Pero no podemos negar que esa persona tiene mucha responsabilidad en eso de convertirse en un enfermo, ¿no es así?

Entonces creo que se merecen aunque sea un regaño y se merecen también que les exijamos más que se cuiden.
Pues eso mismo sucede, según mi modesta y molesta opinión, con los adictos a las drogas.
Amigos y amigas, yo no estoy en contra del consumo de drogas "recreativas"; es decir, que me importa un comino si alguien se vuela de vez en cuando con cualquier tipo de droga y controla no caer en la adicción.
Yo confieso -aunque sea difícil de creer por haber llevado una buena parte de mi vida en la bohemia-, que jamás he consumido otra droga que no sea el alcohol y la nicotina. Cuando me convencí de que el cigarro me hacía daño, lo dejé. Y, por suerte, siempre he controlado al alcohol para que no pase de ser un estimulante festivo (cosa difícil de lograr, porque te pasas por un trago y en vez de ser festivo te deprime). Y si no he probado nunca la marihuana, la pasta base, la cocaína, etc., es por lo mismo que no juego en casinos ni con máquinas tragamonedas, porque podría convertirme en un ludópata fácilmente. Soy un apasionado por personalidad y sé que si "pruebo" algo que no debería, caeré sin remedio en la adicción. Por eso me controlo. Soy una persona débil. Sí, soy débil, pero tengo la suerte de que me sé controlar. Por ello lo que me molesta es que los débiles como yo no se midan y se vuelvan viciosos; es decir, enfermos. Y la familia y la sociedad tenga que cargar con el problema, porque "como la adicción es una enfermedad hay que gastar y desgastarse en cuidarlo". Me jode la irresponsabilidad de ese débil que se arriesga tanto al drogarse.
¿Qué podemos hacer como sociedad? Supongo que efectivas campañas de prevención, para que el débil no caiga en el vicio. Una campaña con la información amenazante de que podrá convertirse en un guiñapo humano, en un solitario, en un impotente, en un inútil, en un antisocial, en un zombie, y qué sé yo qué otras desgracias buscando el lado que le duela y que eso sea más fuerte que la atracción que ve en las drogas; como esa de la oportunidad de evadirse de la realidad que le es tan adversa. Porque sabemos que muchos se dan lástima y les complace sentirse víctimas y se autoconvencen de que la única salida es no vivir la vida a consciencia y que es mejor vivirla en otra dimensión. Otros confiesan que se drogan porque perdieron el "idealismo" y "la sociedad actual es una porquería, injusta y cruel".
Yo no estoy de acuerdo con eso. Idealismo siempre hay, y del bueno. Existen causas suficientes para luchar con la mente clara: el humanismo, la solidaridad, etc. Así que veo más una justificación a su debilidad que otra cosa en esas posturas.
Sin mencionar aquí el daño que le produce a la sociedad los narcotraficantes (macros y micros) y esos adictos que necesitan robar y hasta matar para satisfacer sus vicios (cada día aumentan más), etc., etc.
Solo reflexiono aquí sobre los seres humanos débiles, los considerados como enfermos y que no podemos abandonar, obvio.
Pero sin dudas, el ideal es lograr prevenir "la enfermedad". Y abrirles los ojos para que se cuiden ellos mismos, darles más responsabilidad en sus vidas, en y con sus familias, en y con la sociedad. En otras palabras, capacitarlos para que consigan un mejor nivel de autoconocimiento, de autocrítica, para que descubran sus debilidades.
La vida es muy linda y hay que entregarse a ella con intensidad, pero evadiéndose con drogas no se logra esa calidad de vida.
Gracias.

 

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No. 142

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Por años me cagaron sin darme papel higiénico para limpiarme. 

Ahora me cagan para darme el papel higiénico bien caro (*)

 

(*) Por las preguntas que ya me han hecho, debo aclarar mi texto: La primera línea no la entienden bien algunos chilenos y la segunda línea no la comeprenden muchos cubanos. Había que vivir en Cuba y en Chile como yo para saberlo. Por eso para el resto de los pueblos del mundo el texto no se entiende, porque no saben que en Chile las grandes empresas que comercializan papel higiénico se coludieron para regular los precios ilegalmente. Y en Cuba, mientras viví allá, jamás usé papel higiénico (sólo diario Granma y Juventud Rebelde). En resumen, el chiste es una mierda y no tengo posibilidades en esta vida que me tocó de limpiarlo normalmente con papel higiénico, como hace la gente marcada por otros destinos.

 

 

Un colega habla de mí y le respondo (en buena, obvio)

descarga_1_5.jpegYo no soy rencoroso ni me duran mucho los enojos. Y la raíz de mi molestia era cierta y justa, porque puedo señalar varios hechos que lo demuestran. Poco después hasta me escribieron colegas de esos años que no se fueron de Cuba, pidiéndome hasta "mi verdadera historia de La Seña del Humor". Porque allá estaban ignorando y ninguneando cómo realmente sucedió ese fenómeno del humor cubano surgido en esa época.

Y a Eduardo del Llano le digo -y él menciona en su texto que nunca rompí con él, cosa que es cierta-, que a pesar de mi "encabronamiento", nunca dejé de ayudarlo en lo que podía, cuando me lo pedía, ya que una cosa no tiene nada que ver con la otra. Así que solo me alegro mucho de que haya escrito este texto. Uno se siente mejor así. Mil gracias.

Aquí reproduzco ahora ese artículo de él, pero pueden verlo, si lo desean, en EduardoDelLlano.com

 

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SEÑALIZADO. 27-10-2015

En 2010 me reencontré con Pepe Pelayo y Aramís Quintero en Santiago de Chile. Les mostré GNYO, el documental acerca de NOS-Y-OTROS que había terminado un año antes. Pelayo, sobre todo, reaccionó con suspicacia: según él, tendría que haber hablado mucho más de la Seña del Humor –en la película sólo se les menciona una vez– y más tarde insinuó en la red que aquello era parte de una campaña destinada a ignorar la trascendencia de La Seña en la cultura cubana. Le expliqué que no, que nadie me ordenó hacerlo, que era un documental sobre mi grupo, no sobre todo el movimiento humorístico de los 80, que me encantaría realizar otro acerca de La Seña, etcétera. No quedó convencido, aunque tampoco rompió conmigo. Aramís, en cambio, fue mucho más positivo, e incluso se prestó a oficiar de notario en una boda virtual que celebramos mi pareja de entonces y yo… pero esa es otra historia. Aunque les aseguro que había que verlo fungiendo de notario.

Lamenté mucho esa reacción inicial de Pelayo, porque para mí ellos eran dioses y La Seña el Olimpo: el mejor grupo humorístico, probablemente, que ha habido en la Cuba revolucionaria. Los más versátiles, los más creativos, y desde luego los más divertidos. Fundado en 1983, lo primero que leí de ellos fue un alucinante Menú que La Hiena Triste reprodujo del semanario matancero Yumurí. En ese menú aparecían platos como huevos cocidos, y debajo huevos zurcidos, huevos bordados… El epistolario entre Pelayo y Pible, por entonces director de La Leña de Santa Clara, era un prodigio de uso ingenioso del idioma; la Editorial Capiro lo publicó en 1994, bajo el título El cartero en llamas dos veces.

Pero era en escena donde los tipos no tenían rival. Hablo de la época de Sala-manca, un grupo formado por actores egresados del ISA, entre ellos Osvaldo Doimeadiós y Leonardo García; de La Leña, con Telo, Pible y Baudilio Espinosa; de NOS-Y-OTROS; de los Hepáticos con Omar Franco y Otto Ortiz, de Onondivepa con Ulises Toirac; en una palabra, de colectivos esenciales… y sin embargo la Seña, para mí, era el más completo de todos. Sólo el dúo formado por Pelayo (un tipo grande y expansivo) y Aramís (bajito, correcto, del porte intelectual que uno esperaría del poeta que es) en piezas como el Duólogo o Roberto Roberto lo hacía a uno retorcerse de risa, además de quedar pasmado ante la agudeza del texto. Y luego estaba el resto del grupo, con varios músicos de talento, personajes inolvidables como el anciano cantante Yunisexis López (Antonio Carbonell) y su interpretación de Para Elisa Crespo, números clásicos como la Controversia campesina, el coro de los Caballeros Templarios o el programa televisivo El hombre y su instrumento… musical. Sus puestas en escena, el uso del vestuario y la utilería, su sentido del espectáculo, no tenían, repito, competencia posible en nuestro medio. Recibieron, como todos nosotros, el tremendo impacto de Les Luthiers (que actuaron en La Habana en 1983 y 1984), pero procesaron esa y otras influencias en un estilo propio, como debe ser.
Los integrantes de La Seña eran famosos además por jodedores –y eso no es poco, créanme, en un contexto en que todos lo éramos–, y sus castings en provincia, por… originales. Llegaron a crear un festival en Matanzas, instaurar un premio (el Melocactus matanzanus) y hasta publicar una revista, Seña, de la cual salió un solo número (en 1988). En 1991, Pelayo emigra a Chile; la mayoría fue tras él a diversos destinos. A Rubén Aguiar –estupendo trovador, por cierto– me lo encontré en Madrid años más tarde, y por un tiempo nos vimos con frecuencia; cuatro minutos antes de comenzar el año 2000, los NOS-Y-OTROS, reunidos para celebrarlo, pusimos Siglo XX, un hermoso tema suyo que resumía la centuria que se iba. A Pelayo y Aramís, como queda dicho, los vi en Santiago en 2010; con Moisés el loco (integrante en la actualidad del dúo cómico Los Robertos, y que, de tan loco, es el único señero clásico que sigue en Cuba) tropiezo en la TV o en la calle a cada rato.

Aunque llevaron a escena un montón de espectáculos, escasean las grabaciones de La Seña. La TV cubana debe conservar algo todavía; por ahí andan videos de presentaciones de Aramís y Pelayo en La Habana, en un homenaje allá por 2002, con los pocos números que podían hacer como dúo (Duólogo, Roberto Roberto, El poeta primerizo, Los pescadores, este último escrito y estrenado previamente en Chile). JAPE, que prepara una serie documental sobre el movimiento humorístico iniciado en la década del 80, también debe tener sus tesoros escondidos. En cualquier caso, los que tuvimos la suerte de verlos en escena los recordamos y, diga lo que diga Pelayo –a quien espero a estas alturas se le haya pasado el berro– sabemos del lugar de honor que ocupan en la historia del humor cubano.

 

El daño de las redes sociales

descarga_3_13.jpegQue conste, en estas líneas trataré de ser lo más imparcial posible en los ejemplos que señalaré, porque mi objetivo es otro, el cual mencionaré al final.Deseo lanzar varias preguntas al aire sobre la situación actual chilena, sin dar mis respuestas:
-¿La Presidenta Bachelet ha hecho bien en demostrar ser más madre que Mandataria, ya que es un hecho que su hijo, como mínimo, es un personaje falta de ética y ella actúa como si no existiera ese problema y hasta dice que se enteró de ese lío por la prensa?

-¿Se entiende que políticos de derecha, como los de la UDI y RN, por ejemplo, se autoproclamen como de ”centroderecha”? ¿Será porque lo sienten así o para ocultar que no están ni cerca de posiciones liberales valóricas, ya que son de pensamiento muy conservador y saben que eso no es popular, porque también se sabe que solo defienden a los poderosos y no a los pobres, aunque rasguen vestiduras gritando lo contrario?

-¿No es extraño que esos políticos de izquierda, que vociferan a favor del “progresismo”, por “El hombre nuevo”, etc., para financiar sus campañas le piden dinero al yerno del dictador que los torturó, encarceló o asesinó a sus familiares y amigos?
-¿No es raro que en el gobierno de derecha anterior, elegido democráticamente, hubo Ministros que fueron estrechos colaboradores de Pinochet que impuso un gobierno antidemocrático?
-¿No es raro que en este gobierno, elegido democráticamente, haya Ministros que son comunistas, cuando esa corriente ideológica siempre ha sido antidemocrática en todos los países donde ha llegado al poder?
-¿Son hipócritas los políticos de derecha que aún dicen que no sabían de las violaciones de los derechos humanos en la dictadura militar, cuando lo que sucedía en Chile lo sabían hasta los ancianos esquimales y los niños de las tribus tutsis?
-¿Es necesario reelegir a los políticos que dan boletas falsas, a los que van a ver partidos de rugby en pleno desastre, a los que atropellan a gente con sus autos y no les pasa nada, etc., etc., etc.?
-¿Es lógico que para lograr que le suban el sueldo a unos se perjudique al resto de la sociedad?
-Sabemos que la educación es mala y que los estudiantes salieron a la calle a exigir que eso cambie. Obvio que hicieron lo correcto. ¿Pero en una democracia no es lógico que todos los actores se expresen y hasta crean que saben cómo resolver los problemas y se lo sugieran al gobierno y que éste con sus asesores recojan todas las propuestas, estudien y decidan qué es lo mejor y apliquen lo que crean conveniente. Y si se equivocan y siguen los problemas, democráticamente se les pasará la cuenta y no saldrá reelegidos nuevamente? ¿Entonces no es raro que todos los sectores le exijan al gobierno que por obligación acepten sus propuestas como si fueran las únicas que sirven?
-¿Es justo que unas minorías que piensan distinto a la mayoría se toman el derecho de hacer un revolución y con violencia imponer sus ideales? 
Y podría formular miles de preguntas más y no solo de problemas políticos y sociales. Son preguntas que provocan polémica, ya que las respuestas pueden venir de personas que piensan de modos muy diferente. Y lo más probable que las respuestas tengan parcialmente razón, porque no todo es blanco y negro en la vida.
Pero mi punto es:
-Estoy a favor de que todos tengamos opinión y todos podamos expresarlas, sin censura, sin descalificaciones, sin ofensas, y menos con violencia.
-Estoy a favor que para expresar nuestras opiniones se usen las redes sociales, como cualquier otro medio.
-Pero también deseo compartir mi idea de que, por favor, no acepten por verdadero, no den por cierto todo lo que lean o escuchen en las redes.
-Primero desarrollen el poder analítico que todos tenemos y sin pasión, reflexionen a favor de lo que les llegue y después hagan de abogados del diablo, y así buscar más información a favor y en contra y volver a reflexionar, para así formarse una opinión. Pero teniendo en cuenta de que casi nunca uno tiene toda la información necesaria y real. Así que hay que ser también cauteloso a la hora de afirmar algo o apoyar algo o contraatacar algo de forma categórica.
-Lo que digan las redes, como reflejo del supuesto pensamiento de las grandes masas no es sinónimo de que sea la verdad. Tal y como sabemos que sucede cuando algo sale en televisión, que todos creen que es bueno solo por eso. Cuestionen todo antes de incorporarse a las campañas de desprestigio, de descalificaciones, de humillaciones, etc.
-Ojo: no digo que siempre sea así o que nunca sea así. 
Mi objetivo en este texto es compartir lo que hago yo ante este nuevo fenómeno de la potencia de las redes sociales, porque Internet es uno de los mejores – si no el más grande-, invento de la Humanidad, pero también puede ser dañino si no lo sabemos controlar.
Es mi humilde opinión. Y le aconsejo que también dude de ella.

Gracias.

 

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¿La TV ha abaratado el humor?

descarga_2_2.jpegAparece en un diario de Navarra, España, una entrevista a Marcos Mundstock, miembro del grupo argentino Les Luthiers, declarando que la televisión había abaratado el humor. Yo, que he hecho humor televisivo en La Habana, Santiago de Chile, Buenos Aires, Miami y he sido invitado a entrevistas y paneles sobre el tema en canales de otros países latinoamericanos, reafirmo lo dicho por Mundstock. Y aseguro que desde la TV latina de E.U. hasta la Patagonia, la calidad del humor en la pantalla chica es pésima, salvo algún que otro programa por ahí que confirma la regla.

Ese tema es viejo y lo tengo asumido. Es otro el punto que me preocupa: el humor que se hace en las redes sociales.

Sabemos que no todos tenemos talento para hacer reír con un producto de buena calidad, ya sea escrito, dibujado, musical, audiovisual, etc., como no todos tenemos talento para hacer un buen mueble, cocinar un exquisito potaje o impartir una magnífica clase.

Pero como es masivo el acceso a las redes, los mediocres atrevidos -que son muchos-, como no tienen que dar la cara y se esconden detrás de su computador, se lanzan a crear "gracias" de poca calidad artística en su mayoría y muy cargada hacia la burla ácida, la humillación, la vulgaridad, la grosería y el mal gusto. Y como existen también otros mediocres que “avivan el fuego” y comparten esas “obras” con entusiasmo, nos ametrallan con ese humor de baja calidad cada vez que abrimos facebook, twitter, etc. Lamentablemente es así. Y no existe un mecanismo en el ciberespacio que controle la calidad, como es obvio.

Ojo, no hablo de la obra de aficionados ni de profesionales que hacen humor de baja, media y alta calidad, algo que debe existir en todo arte, porque hay que ser genios para mantener el nivel por los cielos. Y además, por ser algo subjetivo, todo depende de los gustos y la formación de cada cual. No, nos referimos, como ya señalamos, a la vulgaridad, el escarnio, el mal gusto, etc.

Así que si el buen humor perdió con la televisión, la estocada de las redes sociales va intentar matarlo.

Si siempre algunos seudointelectuales han (des)calificado al humor como género menor y a los humoristas profesionales como “payasos” (como si el arte del payaso fuera degradante), pienso que en estos tiempos cada vez será peor.

Entonces solo espero que la gente con buen gusto y "con dos dedos de frente" siga caminando sobre las piedras y no caiga en las aguas putrefactas de la porquería seudo graciosa con que vivimos a nuestro alrededor.

Y desde el punto de vista de nuestra responsabilidad como sociedad, hacer lo posible por mejorar la educación y la cultura de nuestros niños. La única esperanza futura de un cambio en ese sentido.

Y para los malpensados: a mí me gusta mucho reír de todo, desde lo más popular a lo más elitista, desde un tortazo a una fina ironía. Pero no confundir eso con reír con groserías, sarcasmos y con arte de pésimo gusto.

Muchas gracias.

 

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No. 127

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Otro Aniversario de la caída del Muro de Berlín.

Feliz porque estoy en contra de todos los muros.

Como el muro que quiso construir Trump.

Como el de palestina-Israel.

Los únicos creadores de muros que valoro son los muralistas.

El único muro que aguanto es el de Facebook...

Y no disimuro que soy terco como un muro.

 

PPP Noticias

descarga_3_12.jpeg"ESTÁ PASANDO Y LO ESTÁS VIENDO"... ¡PERO NO LO PUEDES CREER!

1 de octubre / 2015.

En Chile.
*A Schiappacasse, el déspota oftalmólogo de Viña, se merece un "ojo por ojo", porque "donde pone el ojo pone la mala".
*Se esperaba del Cardenal Errázuriz un mea culpa y hoy se mea en la culpa. Lo mismo que hizo ezzatimente el Arzobispo actual.
*El Partido Socialistas rechaza la corrupción "a carta Caval", por eso no quiere que se investigue más.

En E.U.
*Si siguen las armas por la libre, llegará el arma gedón, aunque hoy se ore en Ore gón.

En Siria.
Putin reza y enciende unos "sirios" con sus bombardeos, lo hace para tomar la jarra por el Assad en el asunto.

 

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¿Cómo me visto?

descarga_4_11.jpegMe gusta que el color de los zapatos “peguen” con el abrigo, la camisa o el pantalón. ¿Eso es malo o bueno? ¿Soy vanidoso por eso? Me gustan los colores enteros y algo coloridos en la ropa, aunque también el negro y el gris si están bien combinados.A otros no. A otros les gusta los colores oscuros, opacos, discretos. A otros les gusta la ropa colorinche y muy estampados. ¿y a quién le importa eso?¿No sigo la moda? Me da igual. ¿Para quién me visto? ¿Por qué me tengo que preocupar por “lucir bien”? En mi caso, lo hago por tres razones: para verme satisfecho en un espejo por cómo me combiné, también para que mi señora me vea “bonito” y por último para agradarle al mundo. ¿Es algo malo eso?

Reflexiono sobre este tan superficial asunto y veo que soy algo vanidoso al gustarme que combinen los zapatos con otra prenda y los colores enteros. Sin embargo, no creo que sea para tanto. No pienso que es un defecto.

No llego a gastar muchas neuronas ni tiempo en eso.Respeto alguna normas, pero no todas. Por ejemplo, voy a recepciones y bodas en traje, pero solo con chaqueta y pantalón, porque jamás me pondré corbata. No me gusta es aprenda (no critico al que la usa, ni lo veo como un símbolo “pequeñoburgués ni nada eso, solo que no me agrada”).No me pondría el jean roto, porque no me formé con ese gusto, pero me da igual que lo usen los jóvenes.Claro, no me gusta ver al que se viste estrafalario, sin gusto, sin “arte”, o vaya desaliñado por la vida, o sucio, manchado, sudado, etc. Y si veo a alguien así, trato de ignorarlo y alejarme si puedo (sin ser grosero ni antisocial, obvio).Pero por el otro extremo sabemos que hay gente que casi vive para vestirse. Les apasiona no lucir igual a nadie, o les preocupa demasiado estar siempre a la moda, o tienen una profunda necesidad por comprar zapatos o ropa de marca. Esa sí son gente presumida, bastante vanidosa o consumista, qué sé yo. ¿Pero me importa? En absoluto. Cada cuál con su mochila. Vive y deja vivir. Aunque, claro, si le doy la libertad a los demás de vestirse cómo le de la gana sin censurarlos, y comprar lo que le de la gana y presumir todo lo que quiera, entonces también me tomo el derecho a opinar y a decir lo que pienso: para mí es un defecto vivir mirándole el sello de la marca a la ropa de los demás y valorarlo como ser humano por eso. Conozco gente así.Y para qué meterme ahora en el mundo del diseño exclusivo, porque saber que alguien paga miles y miles de dólares por un pedazo de tela cortado de equis forma, me aturde, me descoloca.Si quisiera arte, miro la tela, los colores, la textura, la composición, compro un pedazo y lo cuelgo en un cuadro o lo guardo para contemplarlo de vez en cuando. Pero pagar una millonada, porque alguien me diga que me queda bien la chaqueta que cortó a la medida, me parece demasiado. Ojo, no digo que no le pague a un sastre normal por hacerme la chaqueta, porque evidentemente me va a quedar mejor. Me refiero a la industria que se ha armado detrás de eso. Y si me meto en el poco valor artístico que le veo a la profesión de modelo de pasarela, no tengo para cuándo acabar. Porque ser esquelética y caminar extraño, poniendo el talón de un pie delante de los dedos del otro y hacerlo bien erguida, sin mirar a nadie, no es para mí ser artista. Eso, cuando más es una habilidad que se adquirió, pero no le veola creatividad artística por ningún lado.Bueno, son muchas aristas las de este tema y me fui del asunto original, ¿soy vanidoso y presumido por dedicarle un minuto a vestirme cómo me gusta, escoger mi combinación favorita y verme como deseo?Quizás. Pero si lo soy, me da igual porque no voy a cambiar a esta altura de la vida. Incluso no cambiaría si me gustara ponerme una sábana con huecos y un cocodrilo en la cabeza. Y ahora recuerdo cómo disfruté Nueva York, entre otras cosas, por eso. A nadie le interesa allí cómo se viste nadie.

 

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No. 151

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En una reunión a puertas cerradas en el Palacio Quemado,

el Presidente comentó que quizás Chile

nunca le daría salida soberana al mar a Bolivia...

"¿Qué pasa, hermano?", le dijo el vicepresidente,

"¡no seas "evo de mar agüero!"

 

No. 47

"No gastes la vida entra risas y placeres,

porque al final ella te pasará la factura",

dice la gente responsable y seria.

Como yo también lo soy, añado:

"Olvídate de eso, porque al final te mueres,

te vas sin pagar y no pasa nada".

 

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