Textos en serio

Pueblos, sociedades, fronteras, democracias...

sin_titulo-1.jpgHe observado algunos debates en los muros de amigos y me he dado cuenta de que hay gente que no piensa como yo –como es lógico-, y otros que no piensan y solo repiten lo que han escuchado por ahí, o simplemente no saben, pero no saben quedarse callados.
Por lo tanto decidí dar algunas definiciones abordadas en esos foros, que aunque parezcan perogrulladas, creo que se necesita dejar claro. Ojo, son sólo mis opiniones, lo que significa que nada más léanlas, duden, analícenlas y ojalá lleguen a formarse sus propios criterios, aunque sean diferentes a lo que leyeron aquí.
Por ejemplo, yo pensaría mejor antes de usar el vocablo “pueblo”. Los malos políticos lo usan constantemente para respaldar sus intereses, pero sabemos que es falso. Yo prefiero decir “pueblo” cuando me refiero al pueblo mapuche, pueblo judío, pueblo maya, pueblo esquimal, pueblo celta, pueblo persa, etc., ya que lo siento como algo cultural.

Monumento a la quema de libros en Berlín

dqkcfkawoaehd9w.jpgEl arte y la cultura en general siempre son fuentes de miedo para los dictadores, por lo que una vez instalados en el poder hacen lo posible por deshacerse de esa "amenaza". Una de los hechos más frecuentes en sus "cruzadas" son las quemas de los libros, por supuesto, los libros que los cuestionan a ellos y sus discursos, pero también los que hacen pensar en general. Pensar distinto en una dictadura es pecado mortal.
En la foto, el último monumento inaugurado en Berlín por la quema de libros de los nazis. Curioso es ver entre esos libros el nombre de Günter Grass, relacionado en su juventud con las SS y el nombre de un autor de "la otra punta", como podría ser Karl Marx. Pero esto no extraño, ya que las dictaduras de derecha y de izquierda son dictaduras igual. Los extremos se unen.

¿La mayoría de los periodistas actuales son mediocres?

42704347_10217640227900889_6847939124242939904_n.jpgNo podría asegurarlo. Redacté así el título para provocar, pero no sé en realidad si la mayoría de los periodistas son malos o es una errónea impresión, como supongo sea. ¿Pero por qué mucha gente los ve de esa manera? Por estas dos razones:

1-Muchos no ocultan sus ideologías y eso desagrada. Si dicen o escriben la noticia y después la comentan y ahí comparten sus pensamientos, perfecto. Incluso si coincido con ellos o no. En fin, uno es libre de seguirlos o no. Sin embargo, lo que hacen es mezclar sus opiniones con la noticia. Incluso falsean la noticia de lo tendenciosos que son. Por ejemplo. El periodista es simpatizante de “A” y no le agrada “B”. Entonces la noticia real es que “A” ataca a “B”, éste se defiende y cae herido “A”. Pero ellos colocan el título de la noticia así: “¡B hiere a A!” y solo en el tercer párrafo con letra chica cuentan que “A atacó a B” (si es que lo dicen). Obvio que lo hace para sembrar el rechazo hacia “B” en los lectores. Vergonzoso.

Niños fuera de la ley.

41679981_10217523528503477_634113627325988864_n.jpgEntre otras cosas, yo me dedico a escribir para niños, a motivarlos a leer, a formarlos en el fondo. Los quiero y me quieren. Por ello me duele mucho ver a menores de edad haciendo cosas indebidas, produciendo daño, infringiendo la ley, etc.. Pero aunque me duela, deseo que los castiguen y también que tratemos por todos los medios de rehabilitarlos. Entonces, pensando y pensando cómo resolver ese problema, además de mejorar la educación, la pobreza y los sistemas de rehabilitación (cosas obvias y sabidas de siempre), se me ocurre que los políticos hagan una ley para que cuando agarren a un menor de edad que sea antisocial, delincuente, violentista, terrorista, etc., además de mandarlo a un centro de rehabilitación, castiguen a sus padres con mucha cárcel y altas multas, para que aprendan a criar bien a sus hijos. 

La mediocridad que nos rodea.

40638533_10217424089457563_8816083694084161536_n.jpgMi tocayo José Ingenieros (1877-1925) fue –entre otras cosas-, un médico, psicólogo, sociólogo, filósofo, y escritor ítaloargentino. Aparentemente no tiene nada que ver conmigo ni con la época que me ha tocado vivir. Pero al echarle un vistazo a su obra “El hombre mediocre” (Madrid, 1913), uno lee cómo él ve a los hombres del título de ese libro. Por ejemplo:
* Tienen el hábito de renunciar a pensar.
* Llaman hereje a quienes buscan una verdad
* Sus ojos no saben distinguir la luz de la sombra
* La originalidad les produce escalofríos
* Pronuncian palabras insustanciales
* El esclavo o el siervo siguen existiendo por temperamento o por falta de carácter.

* No son propiedad de sus amos, pero buscan la tutela ajena.
* Incapaces de elevarse de la condición de animales de rebaño.

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