Textos en serio

¿Creer o no creer?

descarga_7_1.jpegLa gente se ha vuelto muy incrédula. En mi post anterior mencionaba que no creen en el Cambio Climático. Pero eso es algo menor comparado con otras cosas terribles sucedidas en el siglo XX, aún frescas, con montones de pruebas, con hechos indesmentibles, y así y todo la gente es incapaz de creer. Por ejemplo, muchos no creen (y otros ni saben) que el régimen comunista de Mao Tse Tung mató a 78 millones de seres humanos, que el régimen comunista de Stalin mató a 23 millones y que el régimen nacionalsocialista de Hitler mató a 17 millones. Son los tres gobiernos más criminales de la Historia de la Humanidad. Unos cuantos aseguran que el Holocausto no existió. ¿Pueden creerlo? ¡Cuando todavía viven víctimas de los campos de concentración!
Por otro lado, de pronto aparece un tipo en tal parte y dice que dios se comunica con él por celular y en cuestión de horas hay un grupo de personas que le creen y lo siguen ciegamente.

Cambio climático

images_3_1.jpegAluviones en Colombia, Perú y en Chile. No ha llegado el invierno y ya hay lluvias torrenciales y en otras oportunidades tremenda sequía. Atención entonces al cambio climático. No sé por qué hay gente que no cree que existe. Lo que digo es que los que sí creemos en el cambio climático, exijamos y presionemos a las autoridades a que prevengan y de verdad se ocupen de los damnificados. Claro, lo primero es evitar muertes, lo segundo lo material, pero también cosas aparentemente sin importancia, como la suspensión de dos conciertos lectores nuestros en centros educacionales en estos dos días. Parece algo ridículo ante las catástrofes, pero si estuvieran todas las condiciones adecuadas para enfrentarse al cambio climático, esos niños hubieran recibido una motivación a la lectura. Insisto, parece sin importancia, pero si esos niños crecen sin leer, menos estaremos preparados en el futuro para sobrevivir los embates de la furiosa naturaleza. Mírenlo de la forma más simplificada: si un niño no lee literatura infantil (lectura lúdica), no ampliará su vocabulario. Y como pensamos con palabras, cuando crezca no pensará mucho ni en profundidad.

Ya dejé de discutir de política

descarga_1.pngDejé hasta de conversar de política. ¿Por qué? Porque me he encontrado a muchos y muchas que cuando les demuestro con hechos que en un país hubo o hay una dictadura de izquierda o de derecha, o cuando les doy pruebas indiscutibles de que en tal país hubo o hay un gobernante populista de izquierda o de derecha, se apasionan y en vez de darme contraargumentos sólidos, reaccionan de esta manera: A) me comparan enseguida con otro caso donde sí aceptan que hay dictadura, por ejemplo, pero de signo contrario a su ideología, evitando analizar y aceptar las pruebas que expongo. B) a pesar de mis demostraciones inobjetables, mis pruebas fehacientes, me dicen que no es así como yo digo y me dan otros ejemplos que sólo ellos ven, porque no existen en la realidad.

Por dedicarle más tiempo a los noticieros

fl62bcyf.jpegAcabo de terminar mi último libro de humor para adultos y adelanté dos meses los artículos con los que colaboro en varias publicaciones por esos mundos. Por lo tanto, con más tiempo para mis cosas (visitar colegios, dar Conciertos Lectores, talleres para profesores, etc., además de leer, estudiar teoría del humor y en lo personal vivir lo bueno y lo malo de esta vida),  he podido ver más noticias de Chile y el mundo, en Internet , CNN, 24 horas de TVN, el noticiero Ahora Noticias del Mega y alguna que otra radio cuando voy en el auto. Y debo confesar con calma y sensatez que ¡NO PUEDO MÁS!!!!!

No sólo, por las noticias de asesinatos, asaltos, violencia, terrorismo, guerras, corrupción y otras malas yerbas, sino por el increíble bajo nivel de los cometarios y debates de periodistas, políticos, etc.. Es serio, me tengo que contener para no encauzar mal mi enojo e impotencia.

Desastre en Venezuela

images_10.jpegSi antes, la mayoría de los seres humanos del Planeta Tierra, pensábamos que el régimen chavista de Venezuela tenía una vocación antidemocrática, ahora con este evidente golpe de estado, al disolver el Parlamento, se convirtió en una dictadura de extrema izquierda (aunque todas las dictaduras son iguales, sin importar su color político).
Me imagino que de la minoría que antes defendía ese gobierno populista, sólo queden a su favor algunos ignorantes que les lavaron el cerebro y los oportunistas de siempre. No me cabe en la cabeza que una buena persona tenga un argumento para ahora estar del lado de Maduro y sus secuaces.
Pero bueno, mucho dolor y pena por el pueblo venezolano, porque es casi seguro que costará sangre sacar del poder a esos sociópatas despiadados.
Nuestras buenas vibras para el pueblo de ese precioso país en ruinas.

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