Los superserios nos censuran, nos prohiben, nos limitan.
Los superserios son violentistas o apoyan la violencia.
Los superserios no son libres ni desean que el resto sea libre.
Los superserios son radicales, fanáticos, extremistas.
Los superserios no se ríen de sí mismo.
Los superserios no se ríen.
¡Los superserios no!
Pero eso sí, son los mejores para convencer incautos, para lavar cerebros, para convertir en superserios a inocentes e ignorantes.
Por favor, la manera más eficiente y eficaz de luchar contra el daño que producen los superserios es pensar, es cuestionárselo todo, es educarse, porque las pruebas de lo mal que les va al final a los superserios están ahí a la vista, a nuestro alrededor o mirando la historia.
Claro, es fundamental reír, desarrollar y estimular el sentido del humor para alegrar el corazón y llenar de dopaminas el cerebro.