Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo

Entre vista y oído No. 2

 
PP LAYO: Tengo el honor de entrevistar a una figura muy importante dentro de la Historia del Literatura Infantil. Me refiero a la conocidísima Caperucita Roja. La primera pregunta es sobre una gran duda que tengo. ¿Fue en realidad un lobo lo que se encontró usted en el bosque? Porque, la verdad Caperucita, es difícil creerse el cuento de que un lobo hable. ¿No habrá sido un loro?
 
CAPERUCITA: Mira, hace tanto tiempo de eso y como el bosque es tan oscuro, quizás pudo ser un loro en vez de un lobo. Pero por una letrita no vamos a cambiar la Historia de la Literatura, ni vamos a perder la amistad por eso, ¿no es cierto?
 
PP LAYO: Claro que no. Pero insisto, por muy oscuro que estuviera el bosque, usted hubiera reconocido enseguida a un loro, porque éstos tienen colores brillantes…
 
CAPERUCITA: Pues este parece que era un loro inco-loro.
 
PP LAYO: Bueno, hay otra pregunta que siempre me hago, ¿por qué usted es Caperucita Roja y no Verde o Azul? ¿O es su apellido?
 
CAPERUCITA: No, me dicen así porque en el cuento corrí, corrí, corrí tanto que me puse roja. Después, marché, marché, marché tanto que me puse roja como Camila Vallejo. Y cuando me di cuenta de eso me puse roja de verguenza y quizás todo eso ayudó a que se me quedara el sobrenombre de Roja.
 
PP LAYO: Bueno, Caperucita, para ir terminando la entrevista: ¿a qué se dedica en la actualidad?
 
CAPERUCITA: Mira, unos días después de lo del cuento que todo el mundo conoce, me hice amante del lobo, y al mismo tiempo mi abuela me obligó a casarme con el leñador. Nueve meses después de aquello nació mi hijo: un hombrelobo que ocupa todo mi tiempo.  
 
PP LAYO: Por suerte se encontró con un lobo en aquel bosque, porque si hubiera sido una araña, ahora fuera la madre de Spider-Man.
 
CAPERUCITA: ¿La verdad? Hubiera preferido tener un hijo centauro.
 
PP LAYO: Bueno, Caperucita, ¿cuáles son sus planes futuros?
 
CAPERUCITA: Ahora que terminé con el lobo, quiero divorciarme del leñador.
 
PP LAYO: ¿Y quedarse sola y perdida otra vez como en el bosque, Caperucita Roja?
 
CAPERUCITA: Sí, y después casarme con un Príncipe Azul y tener hijos violetas.

 

 
 
 

Entre vista y oído No. 1

 
PP LAYO: Sr. Pinocho, lo primero es que me diga, ¿por qué se llama así
PINOCHO: Mi nombre es producto del tipo de madera que usó Geppetto para hacerme. Fue pino que reservó por ocho años.
 
PP LAYO: ¿No sería que Geppetto era bueno para el trago y tomaba vino reserva de ocho años?
PINOCHO: No, porque entonces me hubiera llamado “Vinocho”.
 
PP LAYO: Perdón que insista, ¿pero el nombre “Pinocho” no tiene relación con un militar?
PINOCHO: No, mi padre era un viejo italiano que no estaba a ugusto viviendo sin hijos, pero al contrario de otros, decidió producir vida con sus manos.
 
PP LAYO: ¿Y cómo es posible que un trozo de palo pueda hablar y tener vida como Ud.?
PINOCHO: No tengo la menor idea. Yo he tratado de seducir a dos tablas, tres troncos y cuatro maderas talladas y ni me miran ni me hablan.
 
PP LAYO: ¡Ah, es Ud. un muñeco caliente?
PINOCHO: Hasta un punto, porque si me caliento mucho me vuelvo leña.
 
PP LAYO: ¿Y cómo conquista?
PINOCHO: Hay que decir cosas lindas, aunque sean mentiras.
 
PP LAYO: ¿Y ahí le crece la nariz?
PINOCHO: Me crece todo… De tal palo, tal astilla soy.
 
PP LAYO: Así que le crece todo, ¿no? A propósito, Ud. en el cuento se creyó un niño crecidito y se fue de la casa y tuvo muchas aventuras con traficantes de drogas, maliantes, incluso con algunos políticos como Berlusconi. 
PINOCHO: Bueno, no fue tan así…
 
PP LAYO: ¡Hasta se comió una ballena! Algo que siempre he criticado, porque es un plagio esa idea, ya que en otras historias, otras ballenas han sido tragadas por los protagonistas como por ejemplo Moby Dick que fue comida por Jonás.
 
PINOCHO: ¿Realmente tú te leíste mi cuento?
 
PP LAYO: No, pero le leo la mente.
 
PINOCHO: No entiendo, ¿quién eres en realidad, PP Layo?
PP LAYO: ¡Ahora soy PP Grillo!
 
 

No. 130

Ella obedece en todo a su cura. Por eso siempre va los domingos a escuchar sumisa

 
 

No. 197

A los que defienden religiosamente la ecología, 

¿se les puede llamar ecoménicos?

 

Salir del closet

o.jpeg“Salir del closet” es una frase de moda. Yo no la entiendo mucho, porque no sé por qué es necesario estar escondido dentro de un closet, para poder o no salir después y decir la verdad sobre su condición sexual. ¿A quién le importa los gustos sexuales de otros? Mientras no nos afecte de alguna manera, nos debe dar igual si fulano se enamoró de un camarón o si tiene sexo con un búcaro, ¿no es cierto? Pero volviendo al tema, ¿por qué “salir del closet” y no es salir de una bodega, o de un bunker, o simplemente de un hueco, para estar más acorde? ¿Será que en el closet está la ropa y como dicen por ahí son muchos los diseñadores de ropa que son gays?
No sé. Pero si es así, voy a reclamarles a estos por haber impuesto la moda de las mujeres delgadísimas, para poder mostrar sus diseños, como si ellas fueran percheros y que la ropa “caiga” elegante. ¡Y ahí sí nos han afectado mucho! Es que a los hombres, históricamente (vean las modelos de las obras de las pinturas clásicas, o las modelos de la televisión y el cabaret de hace más de 40 o 50 años), a los hombres, decía, nos han gustado y nos gustarán siempre las mujeres rellenitas, con más carnes que huesos. Yo prefiero vestir carnes que desvestir huesos. Los huesos son para hacer sopa. Pero ojo: las mujeres delgadas normales también son muy atractivas.
El problema es cuando se obligan ellas mismas a ser flacas, para llegar a lucir unas extremidades larguísimas, donde los muslos tienen el mismo grosor que las piernas. Eso horroroso y “matapasiones”, aunque algunos hombres se han dejado llevar por la moda y ya les gustan esos palitroques. Y si nos hicieron daño a nosotros, más perjudicaron a esa jovencitas que viven sin comer, y encima lo que no comen lo vomitan, con tal de complacer a esos señoritos egoístas que tienen el poder de llevar a la fama a muchos esqueletos sin talento para otra cosa. Yo les preguntaría a esos homosexuales de los trapos fashion lo siguiente: ¿les gustaría que ahora los hombres se pusieran tan flacos como Golum (el de “El señor de los anillos”), con el objetivo de exhibirlos en pasarelas? Ahí los veré protestando, cuando “sus hombres” pierdan los cuerpos atléticos y musculosos y se conviertan en palos de escoba. 
¡Váyapa con esta gente!... Y me dejé llevar y me jodieron la distracción. Tendré que hacer ahora un ejercicio para cambiar de ánimo.
 
 
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Líderes del transporte público

p.jpeg¿No es extraño que en cualquier país latinoamericano los choferes del transporte público urbano tengan las mismas características al manejar sus vehículos (ya sean "micros", "guaguas", "colectivos", "camiones", etc., según como se le llaman en cada pueblo de este continente)? ¿Y se han fijado que todos manejan igual y hacen las mismas "travesuras" en las calles? ¿Han observado cómo casi todos tienen decorado su espacio?
Lo adornan con los mismos  corazones, bordados, "pompones" y crucifijos; las mismas frases, fotos, postales y estampitas. ¿Y si esos objetos responden a un misterioso código? ¿Y si cada adornito tiene un segundo significado que encaja en un ritual desconocido? ¿Y si los choferes de transporte público urbano forman una especie de confraternidad, un tipo de masonería o de secta tenebrosa?
Quizás no los hemos valorado 
en su real dimensión. Quizás por eso están resentidos y es lógico que nos lancen sus máquinas encima, o que paren cuando quieran o frenen bruscamente derribando a sus pasajeros, etcétera. Quizás deberíamos hacer algo. ¿Por qué no inventamos un deporte donde ellos puedan lucirse?
Por ejemplo: inventar una especie de Fórmula 1, donde corran a su gusto y hagan competencia entre ellos. Cada dos o tres vueltas al circuito pararían por un minuto, los pasajeros tratarían de abordarlos, pasado ese tiempo cerrarían la puerta, aunque aún hubiera gente subiendo, y arrancarían de golpe (cada muerto, herido, o persona dejada fuera, podría valer puntos). Quizás al sentirse grandes atletas, ídolos, superestrellas, les compensaríamos lo poco que hemos hecho por ellos. Creo que es un campo para investigar con mayor profundidad. Sin que se enteren ellos, claro, porque nos pillan por ahí a pie, en bicicleta o en auto y no se sabe lo que harán. 
¡Váyapa con esta gente!... Y me dejé llevar y me jodieron la distracción. Tendré que hacer ahora un ejercicio para cambiar de ánimo.
 
 
 
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Dictaduras

q.jpegUn profesor que le dice a sus alumnos: “saquen cuadernos y lápices para un dictado”. Y a continuación les dicta un texto, ¿se convierte en un dictador? Me parece que sí. Pero sobre todo si les grita, los amenaza, los castiga, o los deja tomando dictado por horas y horas. No importa si lo hace por disfrutar el poder o si en el fondo tiene buenas intenciones, pensando que así aprenden mejor los niños. No importa: ¡convirtió esa clase en una dictadura! Y las dictaduras son malas. No existen “dictablandas”, ni de izquierda, ni de derecha, ni amidextras. Por eso las autoridades de las escuelas deben estar al tanto de los dictadores para expulsarlos… Aunque muchas autoridades no siempre son decentes y éticas, demostrando doble moral al decir que están en contra de las dictaduras y en la práctica en realidad las apoyan.
Se han visto autoridades que derrocan a un dictador con la excusa de que tiene bomba atómica y es mentira, lo derroca por negocios petroleros, de armas y otras cosas. Pero esa misma autoridad no derroca a otro dictador que sí tiene bomba atómica, solo porque no ve necesidad comercial. 
He visto también a otras autoridades pasarle a un dictador la dirección de un organismo internacional, el cual tiene entre sus estatutos velar por los derechos humanos y por la democracia. Es como darle a un pedófilo el cuidado de un grupo de niños. Pero nadie se “indigna”. Nadie marcha por las calles protestando. Y también he visto otras autoridades visitar una dictadura tropical y cuando le avisan que el dictador le permite verlo, esa autoridad ha salido disparada, abandonando todo, y sin ponerse a pensar que ella luchó contra otro dictador en su país, corriendo de tal forma que sus senos parecían dos bosones o partículas de Higgs infladas, sin gravedad, en choque libre, metidas al vacío en un escote. ¡Qué vergüenza la doble moral de muchas autoridades!
¡Váyapa con esta gente!... Y me dejé llevar y me jodieron la distracción. Tendré que hacer ahora un ejercicio para cambiar de ánimo.
 
 
 
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Cine qua non No. 6

aab.jpegCarla Isaura y Buñuelo en... "¡MATRIX HAY UNA SOLA!"

 

-¡Vieja! ¡Mira quién vino a ver la película con nosotros!

-¡Hola, Berdulanga! ¡Tanto tiempo!

-¿Qué tal, Carla Isaura? Tu Buñuelo me convenció de venir a ver esa película.

-Hicistes bien.

-¿Por qué no traes unas palomitas de maíz para picar algo, Carla Isaura?

-Claro que sí, Buñuelo, pero no empiecen sin mí.

-Por supuesto que no. Bueno, ¿y tú, Berdulanga, has podido colarte en el cine?

-No, la cosa está dura en este país, Buñuelo. Hay pocas posibilidades y todo el dinero que se consigue se lo llevan “las vacas sagradas”.

-Es cierto. Carla Isaura y yo hemos intentado varias veces y aunque tenemos ideas buenas, siempre chocamos con ese muro.

-Ya estoy aquí, muchachos. ¡A comer popcorn, como dicen los gringos!

-Ya, ahí empezó la peli…Ya yo la vi el otro día.

-¡Pero no me dijiste nada, Buñuelo, hubiera sacado otra!

-No, Carla Isaura, porque quería que vieras esa por el éxito que tiene y para que la compares con la idea que tengo para una película fuera de serie.

-¿De verdad, Buñuelo?

-Sí, Berdulanga. Miren, ahora en esta parte, le dicen que es el elegido, pero él no lo cree.

-Cálmate, Buñuelo, Si viste la película, quédate callado y no cuentes nada. ¿Está bien?

-Está bien, Carla Isaura, no voy a decir nada... Pero sí les contaré de mi idea para un argumento... ¡Esa parte está buena! ¡Miren lo que hacen ahora el negro y la muchacha!... Les diré algo: lo que se me ocurrió fue una historia cómica, de humor negro...

-Me gusta esa onda de estar vestidos de negro, con capas largas y con lentes oscuros, ¿Eh, Berdulanga?

-¡Sí, Carla Isaura! ¡Pero no hablen más! ¡Vamos a ver esto!

-Miren, estuve pensando y me di cuenta que en las primeras décadas del siglo pasado, ¿quién no se rió alguna vez con el caballeroso Max Linder, o con las increíbles situaciones de un Pierre Etaix, o con las locuras de los hermanos Marx? Y ya mucho después, ¿quién no se divertió con los personajes de un Alberto Sordi, o con las imprevistas reacciones  de Louis de Funes, o con los absurdos gags del grupo Monty Python? Si hemos visto filmes como "¿Dónde está el piloto?", "Loca Academia de pilotos", "Dónde está el policía?", la exquisita "Zelig" o toda la comedia italiana de los años 60 y 70. Si existen o existieron nombres como los de Pierre Richard, Mel Brooks, o como el genial Charles Chaplin, ¿quién va a negar que el cine cómico es el más popular entre todos los géneros cinematográficos? Y dentro de eso el humor negro…

-Tiene que estar buena, porque el negro es el duro ahí y el otro es el protagonista, ¿verdad, Berdulanga?

-Sí, Carla Isaura, pero cállense, vamos a verla.

-¡Cuidado, Carla Isaura! Berdulanga se va a comer el televisor... Bueno, les decía que mi película de humor negro va a ser un éxito. Incluso ya pensé en su título. No sé si llamarla: "Una cierta sonrisa" o "El mundo se mata de la risa", tengo duda. Pero les juro que ya leyendo los créditos iniciales, el público se dará cuenta de quiénes son los que trabajarán en la película…
-¿Viste eso, Berdulanga...?

-Sí, Carla Isaura. ¡Mira, mira...!

-¡Óigame, el negro ese es mejor que Bruce Lee!... Yo siempre me he preguntado si esas cosas son trucos de cámara. ¡Yo no puedo creer que un ser humano pueda dar esas volteretas en el aire, por encima del otro, caer parado, y al mismo tiempo soltarle una patada al tipo, así como si nada, ¿eh, Berdulanga?

-¡Si, Carla Isaura! ¡Pero, miren, miren, por dios..!

-Para ahorrar tiempo les haré una sinopsis de mi argumento: una persona llega a una casa de campo, tratando de guarecerse, y se encuentra que allí vive una pareja joven. Esa persona tiene el don de mostrarse mujer a los ojos de los hombres, y viceversa. Los dueños se enamoran de esa persona, y así comienza una larga cadena de enredos y situaciones, partiendo del consabido triángulo amoroso. ¡Eso nunca falla!... 

-¡Pues mira, falló! ¡Increíble, pero el bueno falló! El malo ese parece durísimo también... ¿Eh? ¿Y eso es así? ¿Los malos pueden convertirse en cualquier persona? ¡Oye, pero matarlos va a ser imposible..! ¿Verdad, Berdulanga?

-¡Sí, Carla Isaura! ¡Pero dejen ver, por favor! ¡Miren eso..!

-Ustedes van a ver. Ahora toman preso al negro...

-¡Lo primero que te dije! ¡No cuentes la película, Buñuelo!

-Pero si no dije el final, Carla Isaura, no exageres ni sobreactúes. A propósito, quiero que protagonice mi película alguien salido del programa Saturday Night Live. No me gustan, ni los entiendo, pero nos asegura “comercialidad”. Es lamentable, es cierto, porque como casi todos los que se forman ahí sólo hacen reír a los norteamericanos y si uno se pone a  observar detenidamente su rostro, enseguida se percata de que su secreto para la búsqueda de la comicidad consiste en ir, a su antojo, de la impasibilidad  de Buster Keaton a la expresividad de Jerry Lewis o Jim Carrey. Profundizando un poco, también se da uno cuenta de su proposición como humorista, al ver determinadas escenas donde, tanto el texto como la forma de decirlo, nos llevan a recordar desde la locuacidad de un Cantinflas -en sus mejores momentos y no después de su muerte- hasta lo parco de un Jacques Tati. Como dato curioso, debo expresar que físicamente también me impresionan. Sus cuerpos de frente y, en algunas secuencias sus perfiles, nos dejan la duda de si estamos ante el flaco Stan Laurel o del gordo Oliver Hardy. Evidentemente, no me dan gracia ninguno, pero hay que pensar en el mercado americano, ¿me entienden?

-Yo no entiendo. ¿Ellos se ponen el aparato ese en la cabeza y van a la realidad de ahora? ¿Ellos viven en otra época?... Yo he visto muchas películas de ciencia ficción, pero ésta se las trae, ¿tú no crees, Berdulanga?

-¡Si, Carla Isaura! ¡Está fuerte la película!

-Todavía no sé cómo terminarla... ¡Ahora van a ver! Imitan algo así como una pelea final de películas de vaqueros!

-¡Cállate la boca, Buñuelo! ¡Ya sabemos que la viste!... ¡Óigame, pero ese tipo es un bárbaro! ¡Viste como se movió y esquivó la bala! ¿Tú viste eso, Berdulanga?

-¡Sí, Carla Isaura! ¡Pero para qué me invitaron si no me dejan ver esta cosa!

-Bueno, solo les puedo asegurar que mi comedia no tendrá, ni mucho menos, la ingeniosidad de una de Woody Allen, ni la ingenuidad de una de Max Sennet. No obstante, cumplirá su objetivo de satisfacer a los que disfrutan de las medias risas. Así lo demostrarán  la mitad de los espectadores. El resto se divertirá de lo lindo.... ¿¡Eh?! ¿Qué pasó?

-¡¡Qué carajo pasó, Buñuelo!!

-No sé, Berdulanga. Parece que se fue la luz...

-¡¡Pero ahora en el mismísimo final!!... ¡Qué mala suerte, caballeros!...

-Bueno, Buñuelo,... ¿y? ¿En qué acabará la cosa?

-Mira, Carla Isaura... el muchacho es el elegido como se decía, mata a los malos y...

-¡No, Buñuelo! ¿En qué acabará tu película?

-¡Ah!... Bueno, quizás como toda buena comedia termina en "happy end": los dueños vuelven a amarse entre sí, y la persona se casa con ella misma. ¿Te gustó?

-A mí me gustó... ¡Y a ti, Berdulanga?

-A mí me encantó... Pero, con Bruce Willis hubiera sido mejor que con Keanu Reeves...

 

 

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Cine qua non No. 5

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Carla Isaura y Buñuelo en... "¡IDEA, CAMA Y ACCIÓN!"

-Carla Isaura...

-¿Qué pasa, Buñuelo?

-Nada. Es que se me ha ocurrido una idea fenomenal para un proyecto como para presentarlo en el Departamento de Cultura de la Municiaplidad.

-Creo que no es el momento, viejo. Eso puede esperar, terminemos con esto enseguida y ahí me lo cuentas todo, ¿sí?

-¡No, mujer! Te lo puedo ir contando mientras, es que si no se me olvida el proyecto y así también a ti se te pueden ocurren cosas para mejorarla.

Entonces si la redondeamos, la redacto hoy mismo.

-Está bien, pero tampoco es para desconcentrarse mucho en lo que hacemos, digo yo... ¿O quieres dejar de hacerlo?

-No, claro que no, mujer. Mira, para contarte mejor y verte bien la cara, cambiemos de posición.

-Dale… Guao, siempre me ha gustado más así... Bueno, ya, cuéntame esa famosa idea a ver si conseguimos algo de dinero, viejo.

-Dinero solo no. ¡Podemos entrar al fin en el mundo del cine!

-¡Dios te oiga! Pero cuenta, que ya me tienes nerviosa.

-Mira, la idea es la siguiente: se me ocurre organizar en este pueblo un Festival de Cine competitivo. Entonces lanzamos la convocatoria y comenzamos a recibir las obras con 2 ó 3 años de antelación, hasta tener en nuestro poder cientos de película.

-¿Tantas peli nos van a enviar?

-Claro, mujer, déjame seguir… y muévete tú un poco ahora para yo no hacerlo y así contarte mejor…

-Bueno.

-Sigo: entonces el sistema competitivo tendrá sus reglas y, para que la entiendas bien, las sintetizaré: en la primera semana del mes se verán todas las cintas que compiten, en lo que se conocerá como la etapa clasificatoria.

-¿Quién será el Jurado que tendrá que empujarse tantas pelis?

-¿Qué importa eso ahora, mujer? Mira, en esa etapa clasificatoria, se seleccionarán 56 películas que son, obviamente, las que pasarán a vigésimo octavos de final, y se vuelven a exhibir en la segunda semana ante el Jurado

-¿Pero quién se va a ser el Jurado …?

-¡Córtala, Carla Isaura!

-Es que me preocupa…

-¡No, que cortes lo que estás haciendo, porque te mueves demasiado, casi estás dando brincos! Así no puedo.

-No sé, Buñuelo, es que me parece que hacer esto y hablar de lo otro al mismo tiempo…

-Se puede. ¿Quieres cambiar de posición otra vez?

-No, así está bien.

-Bien… Te decía que el jurado escogerá entonces 28 para los décimocuartos de final, y se proyectarán de nuevo en la tercera semana. Para los últimos 7 días del mes se reservarán las mayores emociones, ya que se presentarán en pantalla, una vez más, las mejores 10 películas de la competencia. En ese momento se aplicará el sistema suizo de "todos contra todos, con una gran final cruzada, es decir, 1er. con 4to. y 2do. con 3er., y los ganadores entonces irán por el primer premio y los perdedores por el 3ero. Los puestos del 4to. al décimo se decidirá en una "rueda de consuelo". El gran premio será en metálico.

-No le pidas tanto dinero a la Municipalidad, porque enseguida te rechazan el proyecto.

-Por eso dije “en metálico”, porque consistirá en una estatuilla de bronce, o hierro, o lata que representará al Alcalde.

-¡Buenísima idea! ¿Me puedes tocar un poco por acá?

-Claro. ¿Con las dos manos?

-Obvio...

-Sigo entonces. Bueno, también implementaremos el premio de la popularidad.

-¡Guao!

-Buena idea, ¿no es cierto, Carla Isaura?

-Sí, pero dije “guao”, porque tienes las manos muy frías.

-Disculpa. Oye, y en el plano estrictamente económico, el Festival será todo un éxito, porque he pensado en ideas para un buen marketing y estrategias de ventas, por ejemplo: instalaremos grandes kioskos para la venta de productos relacionados con el cine, como carretes, DVD, butacas, linternas y pantallas de 35 mm.

-¡Qué bien...!

-Pero no cierres los ojos. Quiero ver bien tu reacción, porque no te he dicho lo mejor. ¿Sabes lo que se me ocurrió?: ¿organizar una venta-subasta de los mejores proyeccionistas jubilados que van quedando! Son reliquias vivas. ¡Patrimonio cultural vivo, Carla Isaura!

-Eso.

-Pero no te vayas...

-¡¿Qué?!

-Que no te vayas a pensar que todo será competencia. Durante el año que dure el Festival…

-¡Tanto va a durar!

-¿No estamos buscando conseguir dinero, Carla Isaura? Hay que alargar el asunto.

-Cómo esto, ¿no?

-¿Qué cosa?

-Nada. ¿Me das un buen beso ahora?

-Espérate. Se me ocurre que también podríamos realizar diferentes actividades culturales y recreativas, en forma paralela o "colaterales", como la llaman.

-Ñówsiqotk…

-¿Qué dijisite?

-Nada.

-Bueno, también podríamos organizar semanas de cine de cada país participante; muestras de cine didáctico, de aficionados, exposiciones de afiches y tickets de cine; adaptaciones de grandes películas para puestas en escena en el Teatro Principal, para puestas en radio en la emisora local; bailables populares con músicas com-puestas para cine…

-Eso.

-¡Qué lindo! ¿Verdad, Carla Isaura? Ya me imagino hasta desfiles de porteros y acomodadores luciendo uniformes típicos de todos los países participantes...

-¡Se acabó!

-¿Eh? Ni lo noté.

-¡No! ¡Que se acabó esta conversación aquí! ¡Concéntrate para que termines conmigo y después nos ponemos a redondear la dichosa idea esa. ¿De acuerdo?

-Bueno…

-Eso… Así… dale…

-… Te juro que este pueblo estará filme y seguros que tendremos un Festival "de película".

-¡¿Buñuelo?!

-¿Qué? ¿No te das cuenta? ¡Al fin, tú y yo metidos en el mundo del cine!... ¿Oye? ¿Por qué te vas? ¿Qué te pasó? ¡Carla Isaura! ¿Me vas a dejar así?... Di la verdad, no te gustó mi proyecto, ¿no es cierto?

 

 

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