“Cuando pagas por la obra de un artista, estás pagando cientos de horas de fracasos y experimentos, tiempo de frustraciones y gozos. Estás pagando por un pedazo de corazón, del alma, de ese artista”.
Este texto es casi literal al que leí en el muro de facebook de mi amigo Yovani Bauta. Yo lo resumí y le hice una breve variación para que abarcara todas las manifestaciones artísticas.
Es muy probable que todos estén de acuerdo con esa idea; sin embargo, son muchos los que no la practican, porque pagan por imitaciones, copias, versiones mediocres, vendidas sin pagar el derecho de autor.
Debido a que el Día 23 de este mes de abril celebramos el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, quiero reflexionar sobre, específicamente, el derecho de autor del escritor, porque lo conozco más. Es que con demasiada frecuencia los insensibles mercaderes “piratas” toman casi todos mis libros y los fotocopian o les hacen una versión en papel barato, sin pegar bien el libro, saltándose páginas, trocando el orden, las ilustraciones como manchas, etc.. Y encima de vender ese bodrio, es algo ilegal y me roban el derecho de autor que me corresponde.