No soy demócrata cristiano, ni siquiera me interesa mucho la política, aunque obviamente tengo mis convicciones político-ideológicas bien claras. Digo esto, porque deseo ofrecer un humilde homenaje al recién fallecido ex presidente Patricio Aylwin. Bajo su mandato me dieron visa para entrar a Chile, en su gobierno me dieron la residencia en este país, que me acogió como mi nueva patria.
Por supuesto, ni antes me dejaron salir de Cuba ni tampoco Pinochet me hubiera dejado entrar (ni yo hubiera venido para acá con él en el poder, sin dudas). Así que le dedicaré unas palabras, pero no para resaltarlo como militante o congresista, ni tampoco como persona, porque no lo conocí. Sé que pidió la intervención militar para salvar este país, según él, de la guerra civil y de una dictadura comunista. Sin dudas un error, porque nadie debe darle jamás el poder total a los militares. La Historia lo demuestra. Y por lo que me han dicho también, enseguida que vio a los militares violar los derechos humanos, matando, torturando y desapareciendo, se puso en su contra e hizo mucho para derrocar la dictadura.