Guiones y cuentos

Cuentos serios de bufones #3

descarga_1_38.jpegÉrase una vez, hace poquísimos años y en un lugar muy cercano, que un bufón abrió la puerta de un salón del Palacio de la Villa. Al entrar, con toda intención tropezó con algo e hizo una ridícula pirueta para no perder el equilibrio. Enseguida notó cómo un perro, echado sobre la alfombra roja, movía la cola varias veces seguidas y cómo un mono sosteniéndose con un brazo en la enorme lámpara del techo, se mecía y le enseñaba los dientes, chillando con alegría.

Como respuesta, el bufón soltó su especial “ja, ja, ja” y un loro desde su jaula colgada en un rincón del salón, imitó su risa.
Dos personas que se encontraban conversando, sentadas en sendos butacones de madera tallada estilo Savonarola y otra más, en uniforme, que les servía vino en una jarra de porcelana, ante la cabriola del bufón estiraron sus respectivos labios, formando una amplia sonrisa en sus caras.

Para siempre unidos

a.jpegEste breve relato está en mi libro de cuentos "Hamor y Umor". Ojalá les guste. (El libro está en amazon.com).

 

Manolo se adelantaba, y Nuria lo seguía... Ella entonces corría, y él la alcanzaba...
Sí, a ellos les gustaba dar largos paseos, ya tarde en la noche, por las calles desiertas y mal alumbradas. Y jugaban, como niños traviesos, a romper el silencio, a cruzar esas calles, de acera a acera, en zig zag, o a desafiar la mala suerte asustando a un gato negro. A veces, llegaban a la plaza y miraban al fondo de la fuente pidiendo apasionadamente un deseo: "queremos estar siempre unidos".

Cuentos serios de bufones #2

descarga_1_36.jpegÉrase una vez un bufón, hace poquísimos años y en un lugar muy cercano, que salió del Palacio a recorrer la Villa.

Se le había ocurrido caminar sin detenerse, regalándoles una sonrisa a cada uno de los aldeanos, campesinos, guardias, mercaderes o quien fuese que se le cruzara por delante. 

Todos, amablemente, se lo agradecían. Sin embargo, unos pasos más allá del encuentro, muchos guardaban la risa en el bolsillo. Otros la dejaban provisionalmente en un sitio, y después se olvidaban de ella. Hasta hubo varios que la estrujaron y la lanzaron lejos.

Cuentos serios de bufones #1

220px-william_merritt_chase_keying_up.jpgÉrase una vez un bufón, hace poquísimos años y en un lugar muy cercano, que salió una mañana bien temprano de Palacio, porque se había hartado de intentar hacer reír al Rey y a su Corte día tras día, sin éxito alguno.

En la calle, algunos pobladores de aquella Villa se dirigían a sus quehaceres cotidianos, bien serios, ensimismados, taciturnos. El bufón entonces los saludaba con una serie de cómicas genuflexiones, pero no obtenía ninguna reacción de la gente. Tocaba en las casas y cuando le abrían les hacía a todos morisquetas, acrobacias y pantomimas graciosísimas y les contaba cuanto chiste se sabía, pero los villanos se mantenían sin mover un músculo de sus caras.

El bufón entonces no pudo más y se rindió. “Esta Villa está gravemente hechizada”, se dijo y decidió marcharse y vivir lo más lejos posible, en un lugar donde no fuera difícil sacar risas, su razón de ser.

Serie de Tv "Doctor Tuga"

amplian_lista_para_control_precios_3feb2014-1.jpgCuarto Capítulo: REMEDIO MILAGROSO.

Guión literario.-

Tuga terminó el sudocu, revisó la lista de pacientes y vio que le tocaba al señor Nicolás Camhi. Apretó el intercomuncador y esta vez esperó por la voz de su pareja-secretaria. Como no respondía, le habló él.

-¡Yésica! -pasaron unos segundos e insistió-.¡Yésica!

Iba a gritar cuando al fin le habló ella.

-¡Mi amor!

-¡No me digas así! ¿Dónde estabas?

-¡Perdón, Doctor Tuga! Ni te lo imaginas. Hay una señora aquí que dice sentirse muy mal. Cada vez le duele algo distinto y me tiene loca.

-Bueno, no te separes tanto del teléfono por sit e necesito.

-Tienes razón.

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